Sociedad civil y Estado en Hegel

Hay un debate en la Red por la Gobernalidad y la Gerencia Social. Uno de los aspectos debatidos es sobre la naturaleza de la sociedad civil. Se ha estado debatiendo acerca del concepto del filósofo alemán Frederich Hegel (1770-1823). Acá aparece el contenido de lo que escribí.

Estuve leyendo este documento sobre Hegel y la sociedad civil. Acá una cita del mismo, donde se resume, que para Hegel, la sociedad civil se establece como la diferencia con respecto al Estado. La sociedad civil incluye, y básicamente define su contenido, a partir de la esfera económica como un fenómeno de alienación, irracionalidad del sistema de producción capitalista, con sus consecuencias de pobreza. Por lo que para él, de acuerdo a esta fuente, la racionalidad, la eticidad, que resuelve esta limitación es el Estado. A continuación la cita donde se sintetiza, esto:

"/Si el imperialismo y la colonización no son soluciones promovidas por el Estado para resolver las contradicciones de la sociedad civil, éstas deberán ser resueltas en la auténtica instancia de un Estado racional a través de las mediaciones dialécticas de un orden constitucional fundado en la eticidad comunitaria. El Estado, concebido de una manera auténticamente racional, resuelve el individualismo atomístico de la sociedad civil al evitar que ésta siga la irracionalidad de sus propias tendencias desintegradoras. El Estado es así una fuerza ética reguladora y reintegradora, no sólo de la actividad económica, sino de toda la sociedad liacia sí misma, y por lo tanto, es el medio de reintegrar al individuo en la comunidad, o de fusionar, superando al burgués individual en el ciudadano político. Establecida la continuidad del pensamiento político de Hegel en el tratamiento de la sociedad civil, debemos considerar ahora cuál fue la concreta concepción del orden constitucional atribuida al Estado por el filósofo alemán"./

Fuente: Estudios-filosofía-historia-letras-invierno-1988. *Tensiones contradicciones de la sociedad civil: Hegel como precursor del análisis del trabajo y la enajenación en la crítica de la sociedad industrial.*

http:biblioteca.tam.mx/estudios/estudio letras 15/texto4/sec_2html..

De acuerdo a esta acepción, tan general del Estado, donde se incluye la racionalidad que permita la eticidad comunitaria, de una manera reguladora y reintegradora con respecto a la producción y a las ganancias, y a su tendencia a la automatización y a la fragmentación. El Estado permite la construcción del ciudadano/a político. Con este concepto el Estado cubre el accionar de la sociedad civil de la que stamos hablando como sinónimo de participación social, y no la diferencia del Estado.

Más la ciencia política y la práctica ha ido deslindando las diferencias entre los partidos, el Estado, el mundo emprensarial y las organizaciones comunitarias, y todo el quehacer organizado diferente a estas tres instancias (partidos, Estado, empresas lucrativas).
Abrazos. mildred d mata.

Sociedad civil y partidos

¡Hola!
Escribí esta nota a propósito de un debate que se está desarrollando en la Red por la Gobernalidad y la Gerencia Pública.

En el mismo destaco la importancia de la participación en partidos políticos y en organizaciones sociales.
En nuestro país hay una precariedad tan grande para sobrevivir, que la militancia de la sociedad civil que también envuelve con trataciones,consultorías, se está tragando el tiempo de la gente, y no hay mucha militancia partidaria. Es mi humilde opinión.
Pienso que la gente de la sociedad civil se siente cómoda en ese tipo de trabajo, y no se ha llenado ese vacío. Muchos/as de los cuadros de la sociedad civil éramos de izquierda, y se terminó bastante "jarto" del sectarismo, del autoritarismo, y el caudillismo. Pienso que cuando se intenta forjar un partido alternativo, vuelven y surgen las mismas mañas del particularismo, y del jefismo de "los" líderes (machos que no han incorporado la democracia y la igualdad de género como cualquier reaccionario partido), prenombrados en su subjetividad, y que eso
dificulta la unidad. cada quien quiere ser jefe. En mi jerga de trabajadora social, eso es un problema de baja autoestima, y de no tener un sentido para vivir, si no es luciéndosela como jefes (así nada más se sienten seguros), y ejerciendo el autoritarismo.

Creo que la cultura del particularismo, el centralismo, y la falta de inteligencia emocional para manejar decisiones, para saber perder, pensar en colectivo, se traga la sociedad entera, partidaria y sociedad civil. Y que las organizaciones de la sociedad civil son más cómodas para bregar con esas limitaciones y con horizontes tan limitados.
Pienso que lo ideal es que la gente en los barrios, comunidades campesinas, clase media, etc. milite en organizaciones sociales (sociedad civil) y en los partidos. Pero como no se tiene el suficiente desapego para bregar con esas dos instancias, sin que el mandonismo y el particularismo de los intereses partidarios hagan daño a los grupos sociales, entonces también que esto paraliza, y da miedo.
Es claro que las organizaciones de la sociedad civil de las distintas clases sociales, de género, étnicas, derechos humanos, etc., defienden intereses corporativos diferentes. Esa es participación es saludable, pues ayuda a disminuir la dispersión, y a ir al juego de la democracia con posturas parciales cohesionadas. Yo pienso que en nuestro país se está llenando un vacío de ejercicio ciudadano sin tantos traumas y estrechez que han solido caracterizar los partidos. Quizás con una nueva cultura política más sabia para relacionarlos florecerá mayor y mejor militancia partidaria.
Hace un tiempo dije por ahí, que de ninguna manera tiene más mérito la posición de negarse a participar en partidos por las debilidades y anti-ejemplo de estas instancia, que la posición de militar en los partidos, con el clientelismo y todo eso. Por lo menos se puede pensar que tiene más mérito participar en algo (sociedad civil) que en el nihilismo criticón de las personas que no hacen nada.
Pienso que si bien no se esté en los partidos, desde la sociedad civil se debe fortalecer a los partidos con programas como los que señaló Ramón Tejada Holguín se hacen en Participación Ciudadana con dirientes de partidos políticos como uno que
hace CE-MUJER con mujeres candidatas en el Este del país. En conclusión, altanería cero con los partidos. Ayudarlos, exigirle, o crear nuevos..
mildred dolores mata

Mensaje lema de la Red por la Gobernalidad y la Gerencia Pública:
El ejercicio responsable de la ciudadanía y la participación más actividad de todos y todas en la vida pública es la garantia de una democracia sustentable y sostenible. La presencia pública de la ciudadanía en todos los espacios, ya sean partidos u organizaciones sociales, culturales o económicas permite construir la democracia como expresión de la voluntad colectiva. El déficit principal de la democracia dominicana es la ausencia de organizaciones fuertes y verdaderamente representativas de los sectores más pobres.

Mukien Adriana Sang Ben y el Jus soli y el jus sanguinis

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Mu-kien Adriana Sang Ben



Gracias a Mu-kien por permitirme reproducir este artículo. Consecuencias de la posición anti-migrantes. mildred d mata

ENCUENTROS

Y AHORA ¿QUIEN PODRA DEFENDERNOS?

A propósito del Jus Solis y el Jus Sanguini.

Dedicado a mi padre Miguel Sang, un migrante chino que no solo se nacionalizó dominicano, sino que amó esta tierra como su verdadera patria.

A mis 8 hermanos, dominicanos porque amamos esta patria. Y ¿por Jus sanguini?

Si alguien quiere saber cuál es mi patria

No la busque,

No pregunte por ella.

Siga el rastro goteante por el mapa

Y su efigie de patas imperfectas.

No pregunte si viene del rocío

O si tiene espirales en las piedras

O si tiene sabor ultramarino

O si el clima le huele a primavera.

No la busque ni alargue las pupilas

No pregunte por ella….

¡Tanto arrojo en la lucha irremediable

Y aun no hay quien lo sepa!

¡Tanto acero y fulgor de resistir

Y aún no hay quien lo vea!

No la busque.

Si alguien quiere saber cuál es mi patria,

No pregunte por ella,

No quiera saber si hay bosques, trinos,

Penínsulas muchísimas y ajenas,

O si hay cuatro cadenas de montañas,

Todas derechas,

O si hay varios destinos de bahías

Y todas extranjeras

Siga el rastro goteando por la brisa

Y allí donde la sombra se presenta,

Donde el tiempo castiga y desmorona,

Ya no lo busque,

No pregunte por ella.

Su propia sangre, su órbita querida,

Su instantáneo chispazo de presencia,

Su funeral de risa y de sonrisa,

Su potrero de espaldas indirectas,

Su puño de silencio en cada boca,

Su borbotón de ira en cada mueca,

sus manos enguantadas en la fábrica

y sus pies descalzos en la carretera …

Nadie pregunte por la patria de nadie,

Por encima de nuestras cordilleras y las líneas

Fronterizas, más rejas y alambradas que carácter,

O diferencia o rumbo de perfil,

El mismo drama grande,

El mismo cerco impuro el ojo vigilante.

Veinte patrias para un solo tormento.

Un solo corazón para veinte fatigas nacionales.

Un mismo amor, un mismo luego para nuestras tierras

Y un mismo desgarramiento en nuestra carne.

No pregunte

Nadie por la patria de nadie

Tendría que mudar de pensamiento

Y llorar solamente sangre…

Pedro Mir, Si alguien quiere saber cuál es mi patria…

(fragmento)

Mi patria siempre ha sido esta. No tengo recuerdos de mi infancia que no hayan sido correteando por las calles de Santiago, en aquel barrio llamado el Pantalón, porque una isleta de cemento dividía las dos calles, asemejando esa vestidura occidental. Hija, como ya lo he dicho antes, de un padre chino que zarpó y atravesó los mares huyendo despavorido de la miseria. Llegó al Caribe en 1936 y se estableció en Santiago formando con nuestra madre, Ana Ben, una dominicana hija de padre chino y madre mulata, una familia de 9 hijos.

Nueve hijos engendrados, de los cuales, solo uno, Miguel, nació en China en 1948, cuando papá, junto a su joven esposa, Ana, decidió hacer la aventura inversa. Regresó de nuevo en 1949. Y a partir de entonces tomó la decisión de hacerse dominicano, naturalizándose algunos años después. Desde la ciudad norteña formó su amplia familia. En Santiago fuimos a los colegios, compartimos con amigos y amigas. Participamos en los grupos sociales. Vivimos nuestros primeros desamores y desilusiones. Y cada uno ha organizado su vida de acuerdo a sus propios criterios y vivencias. Del núcleo de 9 hermanos, hoy se ha ampliado a un número mayor de 40, sumando a sus hijos y compañeros y compañeras.

Somos dominicanos gracias al jus solis. Y desde siempre hemos llevado una existencia normal con la marcada conciencia de tener la riqueza de una identidad hermosamente híbrida, llevando ese designio divino como uno de nuestros mayores orgullos. Pero quieren cambiar las cosas, solo por hipocresía e interés político.

La perorata política ha tenido sus implicaciones en la vida cotidiana. Mi hermana Mu-Yien, 53 años de edad, casada hace más de 25 años con Simón Suárez, madre de dos hijas, abogada comercial, fue como una ciudadana cualquiera a renovar su pasaporte hace cosa de dos o tres semanas. Al presentar sus papeles, especialmente el acta de nacimiento, la secretaria de turno, le dijo con desparpajo y desdén que debía pasar a la oficina de naturalización. Ella sorprendida le preguntó por qué. La empleada sin más le respondió que tenía dos apellidos chinos y que en el acta de nacimiento no se especificaba la nacionalidad de los padres. Según me cuenta, al principio trató de ser amable y explicarle que ha tenido pasaporte por más de cuarenta años, más aún que lo que solicitaba era una simple renovación. La joven secretaria especificó que había recibido “instrucciones superiores”. Mi hermana aludió que además de haber nacido en la República Dominicana, estaba casada con un dominicano. La joven entonces le ripostó diciendo que debía además ir a Interior y Policía, porque su nacionalidad era por matrimonio. Entonces mi hermana sintió que la sangre le hervía. Le dijo: “Soy dominicana por nacimiento, no por matrimonio. Que quede bien claro.” La sangre no llegó al río, porque en medio de la discusión apareció un joven funcionario de pasaporte, y al ver el conflicto se acercó a Mu-Yien y le preguntó ¿usted es una de los hermanos Sang Ben? Al obtener la respuesta afirmativa, le dijo a la secretaria. ¡Esa gente es más dominicana que tú!

Me enteré del incidente porque Mu-Yien, diligente como es, envió un correo interno al grupo familiar ampliado, indicando que había tenido el problema. Sugería que chequeáramos las actas de nacimiento, pues en algunos casos se especifica la nacionalidad de los padres. El revuelo familiar no fue pequeño. Algunos de los hermanos se indignaron con el incidente. En lo particular pensé que era oportuno volver a tocar el tema una vez más en este Encuentro.

Días después, en una reunión de amigos, conté el caso de mi hermana Mu-Yien. Ahí estaba presente Lina Arzeno Douce, viuda Latorre, la esposa del buen amigo Eduardo Latorre. Ella también fue a renovar su pasaporte. En la oficina le ocurrió un incidente similar. Tuvo que explicar que su abuelo materno era alemán, que ella era dominicana. Argumentó también que era una renovación, que ella tenía pasaporte por más de 50 años. Para suerte de ella, le creyeron, pudiendo hacer su transacción.

Pensé mucho. ¿Tendrán todas las personas de apellidos raros demostrar su “dominicanidad”? Por demás, ¿cuál es el apellido “dominicano? ¿Nadie ha pensado en lo absurdo de la situación? Tomé la guía telefónica y me di cuenta que hay apellidos de origen italiano, francés, americano, judío, chinos, japoneses, árabe y por supuesto, español. Me pregunté ¿Tendrán ellos el mismo problema? En todo caso, serán muchas las personas que a la hora de renovar su pasaporte tengan que demostrar “su nacionalidad”. Pero el espacio se ha agotado. Sobre el mismo tema seguiré en el próximo Encuentro. Hasta la próxima.

msang@pucmm.edu.do

mu-kiensang@hotmail.com

Retorno a ustedes o mi blog,

¡Hola pueblo!. He andado en estos días perdida en debates por Clave Digital. En foros, y firmas claves. Los contenidos de los debates tienen que ver con el tema del antihaitianismo, la defensa de los derechos humanos, ciudadanos y laborales de los/as migrantes y de sus descendientes dominicanos/as.

Acá de nuevo.

Estoy interesada en reproducir un artículo que escribió Mu-kien Adriana Sang Ben en el periódico Hoy del sábado 2 de diciembre, sobre la experiencia de Muyien Altagracia Sang Ben, que al querer renovar su pasaporte, la querían mandar a naturalización porque tiene un apellido raro. Acá tenemos las consecuencias a las que nos lleva un ccaraeado "nacionalismo", de muchas personas, que como pavos reales inflados, andan proclamando valores como limpieza de sangre (jus sanguinis) para ser dominicano o dominicano.

En mi familia, con mis hijos llegamos a la conclusión, que entodo caso sólo serían de esta tierra los taínos y taínas. ¿Los demás?: sangre sucia. Hitler nos está quedando chiquito.

Les debo la reproducción del artículo de Mu-kien Adriana Sang Ben.

Qué quieren los haitianos entre Haití y República Dominicana

Acá reproduzco el artículo de Steven Gehy, haitiano en Puerto Príncipe, en Clave Digital. Aclara bastantes confusiones sobre los haitianos. mildred dolores mata

CLAVE DIGITAL

CLAVE DIGITAL
Santo Domingo, Noviembre 24, 2005










OPINION
Cómo ven los haitianos el problema migratorio
Las soluciones a esta migración tienen que empezar por el entendimiento de su verdadera naturaleza, que es económica.
Steven Gehy



HAITI.-Es mucho lo que se ha dicho a través de los medios de comunicación y los foros de internet sobre la situación domínico-haitiana. Lamentablemente, sin embargo, casi nunca hay algo constructivo y positivo en los comentarios.
Parece que las pasiones han obstruido la razón. Lo lógico, entre personas civilizadas, sería la búsqueda conjunta de soluciones para una vida digna y una relación productiva y armoniosa entre estos dos maravillosos países.

Haití y República Dominicana, vecinas y hermanas, son las patrias que nos han legado nuestros respectivos ancestros; esos que marcaron la Historia Universal por sus ideas de libertad y de igualdad, por su heroísmo y por su gran sueño de que seamos naciones dignas.

Es evidente que en el período actual, en la sociedad dominicana hay un resurgimiento del antihaitianismo, liderado y entretenido por un sector ultranacionalista, que lleva a la población mensajes constantes de un supuesto peligro haitiano inminente.

Entre los ejes del discurso ultranacionalista dominicano hay algunos puntos recurrentes como lo que llaman “invasión pacifica” de haitianos y haitianas, el alegato de que las grandes potencias quieren sustraerse de sus responsabilidades hacia Haití y traspasar así la carga a la República Dominicana (RD) y el rechazo a los proyectos en conjunto entre RD y Haití, ya que según dicen “los dos países conocen realidades diferentes”.

INVASION PACÍFICA

Lo de “invasión pacífica” es un término utilizado para manipular y deformar el real motivo de la migración haitiana a RD. Todos sabemos que la constante migración haitiana, igual que la dominicana hacia Puerto Rico es única y exclusivamente de índole económica. El uso impropio y abusivo del término “invasión pacífica”, despierta en cada dominicano(a), naturalmente el sentimiento nacionalista incrustado en él o en ella.

Del lado haitiano, la reacción es más lenta y tardía. Entre nosotros, el “nacionalismo”, es automática y únicamente, el refugio y escenario, el lugar desde el que se han emprendido las luchas contra grandes potencias como EEUU, Francia, España. En la mente haitiana, no cabe el nacionalismo como una actitud para la relación entre dos países pobres. Dentro de nosotros, es difícil despertar sentimientos nacionalista o ultranacionalistas con relación a República Dominicana, o Jamaica, u otros países pobres.

Las soluciones a esta migración tienen que empezar por el entendimiento de su verdadera naturaleza, que es económica.

Las dos naciones, en realidad, se han beneficiado de esta migración.
Del lado haitiano, constituye un escape a tensiones económicas y sociales, pero también del lado dominicano, ha facilitado el desarrollo acelerado de sectores claves de su economía.
Ahora bien, la pregunta hoy sería si es que la República Dominicana ha alcanzado su nivel máximo de capacidad de absorción de la masiva migración haitiana. No tenemos cifras exactas del número de haitianos(as) en RD, pero todo parece indicar que SÍ, que ha tocado los niveles aceptables. Todo parece indicar que la migración haitiana ha sobrepasado quizás la oferta de empleos de poca cualificación y de salarios bajos que desde siempre ha sido reservada para ella.
Es dentro de este marco que deberíamos propiciar y organizar las negociaciones con el fin de regularizar el fenómeno con derechos y deberes de lado y lado.

Los y las que pretenden poner fin a la migración con violencia o con xenofobia están definitivamente equivocados. Los y las que pretenden que las dos naciones vivan una al lado de la otra, pero de espaldas, van contra las ideas, conceptos y necesidades que rigen el mundo globalizado de hoy y serán obligatoriamente vencidos(as) por el sentido común y el juicio de la mayoría de la población.

LAS GRANDES POTENCIAS QUIEREN SUSTRAERSE DE SUS RESPONSABILIDADES HACIA HAITI Y TRASPASAR LA CARGA A RD

Este argumento es falso. Haití no es la responsabilidad de NADIE. Haití es la responsabilidad de los haitianos y haitianas. Haití es una sociedad en movimiento como cualquier otra. Es una sociedad reclamando a diario en sus luchas, el establecimiento de un nuevo contrato social para la nación. Si bien es verdad que Haití ha conocido un retroceso económico desde la salida de Baby Doc en el 1986, hay que reconocer, sin embargo, progresos enormes en la libertad de expresión y la progresiva estructuración de los grupos en defensa de las masas desfavorecidas. Hay que reconocer que la población tiene ahora conciencia de sus derechos para una mejor educación, una mejor salud, en fin, una mejor vida.

Obviamente, las convulsiones violentas en Haití provocan la paralización de inversiones nacionales y extranjeras, causando así alzas en el desempleo, degradación del poder adquisitivo de las masas y de la clase media, y hasta de las élites y otras consecuencias negativas, pero al final del camino nacerá una nueva estructura social mejorada y con más igualdad.


Quiero decir que Haití no es carga de nadie. Haití es carga de Haití, y poco a poco su pueblo encontrará el camino hacia el desarrollo, hacia el bienestar. No es fácil, esto lo sabemos, pero tampoco es imposible.

NO A LOS PROYECTOS EN CONJUNTO; LOS DOS PAISES TIENEN REALIDADES DIFERENTES

Los ultranacionalistas y el propio Presidente Leonel Fernández se equivocan, y por lo menos el Presidente lo sabe, cuando se niegan a proyectos en conjunto. Solo citar los temas de salud, de preservación medioambiental, del comercio, de la policía, y de la misma migración, pone en evidencia la necesaria definición de proyectos en conjunto entre las dos naciones.
El Presidente Fernández sabe que la Convención de Lomé y otros acuerdos de bloques, en el futuro, son vitales hasta para naciones desarrolladas y potentes.
El Presidente, sin dudas sabe muy bien que es imposible y que no es viable que un país pueda sobrevivir de espaldas con su vecino más cercano, cuando este último es, además, su segundo socio comercial.

Finalmente, para el bien de las dos naciones, ya es tiempo de reanudar, pero esta vez de manera definitiva y sin hipocresía, las conversaciones y negociaciones civilizadas entre Haití y República Dominicana. Sería bueno apoyar debates productivos entre los intelectuales, economistas y políticos de los dos países.

Hay que ir borrando de la memoria de los dos pueblos los traumas y las tantas señales y mensajes de discriminación y de prejuicios de lado y lado. Mientras más esperemos, más graves serán los problemas y más profundas sus huellas.






No violencia hacia la mujer

Susi Pola, llama la atención sobre la necesidad de importantizar las vidas de las mujeres y que se refleje en la aasignación de recursos a los programas que trabajan el tema, y para ampliarlos, mejorarlos. Reproduzco el artículo de Susi. Gracias Susi.

Es noviembre y hay violencia 11:45 AM

SANTIAGO.- Cuando se habla de la violencia contra las mujeres, suelen referirse los maltratos en el ámbito doméstico, las violaciones sexuales y los feminicidios ejecutados por parejas que fueron, son o serán, pero se olvidan las grandes inequidades de género, invisibles discriminaciones capaces de maltratarnos hasta la muerte, que son frecuentes y hasta únicas propuestas sociales.

Se trata de las formas más veladas de la violencia basada en el género, como es la violencia institucional generadora de una verdadera pandemia social, agravadas por su relación con complejos procesos ideológicos que dificultan su identificación, razón por la que se repiten hasta el cansancio.

Los cambios legislativos han producido los estructurales, aunque no siempre con la rapidez necesaria, y el sistema de derecho en el país se sigue conmoviendo cuando reconoce y denuncia el fallo machista de alguna jueza o juez. Pero la violencia contra la mujer es, además, un problema grave de salud pública que debe ser reconocido por la magnitud y también por la posibilidad de remisión.

Las sobrevivientes de violencia asisten a los servicios de salud por la incidencia de daños físicos y mentales que tienen los maltratos y por las consecuencias en su salud reproductiva, sin embargo las personas que proveen los servicios en salud a estas mujeres, no tienen la especialización y los mecanismos necesarios para detectar y valorar el riesgo de las violencias en la vida y salud de ellas.

En la República Dominicana, al promedio de 150 mujeres muertas al año por el solo hecho de serlo y a manos de hombres que, en la mayoría de los casos se relacionaron con ellas, hay alrededor de 700 dominicanas más que mueren por problemas de embarazo y/o parto, un alto índice de mortalidad materna originado fundamentalmente en la inequidad del Estado y sus administraciones.

La alta tasa de mortalidad materna, enfrenta a las autoridades gubernamentales a la responsabilidad más grave en su programación inmediata, porque no existe explicación otra que la desidia y la irresponsabilidad, ante el dato de que en nuestro país, el 98% de las mujeres paren en hospitales y mueren a pesar de la institucionalidad del hecho.

El Estado dominicano no puede seguir encabezando las siniestras cifras y porcentajes con respecto al resto de la región y del mundo, sin ruborizarse al menos. Puede mal la administración desde todos los poderes, regodearse en proyectos de avance si no resuelve antes este problema de la muerte de mujeres. Y nadie, absolutamente nadie dentro de la estructura de poder dominicana, debería atreverse a malversar un mínimo peso oro para seguir viviendo en medio de esta desgracia nacional que es la discriminación asesina a las mujeres.

Tampoco deberían mencionase en las contiendas políticas promesas vacuas en atención a la "familia dominicana", mientras no se demuestre la capacidad de representación democrática del pueblo dominicano, cuya mitad es cotidianamente ignorada y en la que apenas se invierte algunos centavos, mientras se despilfarra el dinero que le corresponde en varoniles acápites de trascendencia entre pares.

El único reconocimiento de noviembre ha de ser en aportes concretos para resarcir las inequidades. No tiene sentido seguir exaltando a las Mariposas mientras se aplastan las alas de sus hermanas.

(susipola@gmail.com)

- SUSI POLA

Para que personas queridas no sean antihaitianas

Escribí este comentario para Darío Inoa, un participante de los debates de clavedigital, un periódico alternativo. Él se expresa como un persona triste, y preocupada por que sus hijos/as al criarse en este país sean racistas, xenófóbicos o antihaitianos/as. Acá yo narro algunas vivencias y doy sugerencias. Se me olvidó decirle que hoy mi hija y mi hijo, y en el pasdo, ambos han sido, espontáneamente defensores de las minorías, o de los grupos oprimidos; no importa la naturaleza que origina el discrimen. rechazan los prejuicios, estereotipos, y discriminaciones.
Acá les traigo el comentario. Está digido a Darío Inoa, que no conozco.

Darío Inoa, en el período 1981-83, en uno de esos años, no recuerdo cuál, unos estudiantes alemanes visitaron RD con fines de estudios, por un período de un mes o dos. Ellos llegaron un martes, y me comentaban que iban para Haití en el fin de semana; yo trabajaba como trabajadora social en un proyecto de mejoramiento barrial en El Caliche, Cristo Rey que tenía el apoyo técnico y enconómico de la GTZ (cooperación gubernamental alemana), por eso los traté. Cuando yo les dije que yo nunca había ido a Haití, ellos se quedaron sorprendidos. ¿por qué, no te gusta viajar, conocer?. Como profesional, como citadina no había explicación, que no sea por las dificultades que nos ha traído la estrechez de la cultura en la que nos hemos enculturizados. En los años desde 1985-2002 me vinculé estrechamente con programas de intercambios culturales entre haitianos/as de grupos pastorales, populares, ONGs, y entre dominicanos/as. En el 1996 duré un mes aprendiendo creole en Puerto Príncipe, he hecho otros cursitos en la Alianza Francesa de Santiago, y con ONGs de solidaridad con Haití. Trabajé durante varios años en educación popular en bateyes de Esperanza y Mao, enseñando español a profesores de escuelitas de dominicanos/as que no podían ir a la escuela por falta de documentos, entre otras cosas. Fruto de esas experiencias hice amistades en Haití, y los/as hijos/as de ellos/as han visitado mi casa, cuando mi niña hoy de 15 años, tenía 7 u 8 años. Pienso que crear una contra cultura de normalización de las relaciones y de la visión sin prejuicios en nuestros/as hijos/as requiere de un esfuerzo consciente para levantar el manto de la separación. Puedes ir a Haití, quedarse en un hotel un fin de semana (si es que pued, no quiero ofender), o hacer algunas actividades que les acercan con lo humano de sus corazones. Hay un documental que alquilé en una casa de rentar películas que se llama El agronomista que es de un periodista llamado haitiano Jean Dominique, asesinado en el 2000, o 2002, donde elllos/as pueden ver un intelectual y luchador por la libertad de prensa, la democracia, en Haití. No es bueno lo que siente, hay que buscar inspiración, motivación, para cargarnos la pila, frente a las limitaciones de nuestra cultura, de parte de los/as dominicanos/as. Acá en Santiago, en la PUCMM, en los edificios, la gente organizada en los barrios, las iglesias, está trabajando para superar los prejuicios. Lamento que esté relacionado con personas tan hostiles a este tema. Pero si le doy una idea, si quiere contribuir a que esto se supere, ármese de paciencia, no trate de que las personas que no piensan como usted le vean autoritario, porque eso rompe la comunicación. En los edificios por donde vivo, mucha gente que conozco, cuando necesitan un sereno, una persona que limpie, alquilan apartamentos, buscan pensionados, se relacionan con haitianos/as, y se van desbloqueando de prejuicios. Creo que la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos para que se defina y decida la suerte de los/as dominicanos/as nacidos/as aquí, la pastoral de Ruquoy, Hartley, Clavedigital, y el exceso de migrantes, etc. nos está obligando a todos, a desempolvar la pasividad, en un sentido u otro, para que nuestro país se vuelve más consciente de sus limtaciones. Por ejemplo, en los debates de Clavedigital los primeros comentarios que comencé a leer después que me integré, hace como un año, eran vulgares, irrespetuosos, y hoy el debate se ha elevado. Todo este sentir sin civilismo está teniendo la oportunidad de sopesar, y complicarse su rechazo, y comodidad en el aprovechamiento de los/as haitianos/as, y en el desprecio infantil. Los cambios culturales son lentos. Nota: agradezco a Clavedigital, favor de enviar este mensaje al e-mail de Darío Inoa, por si el no abre más esta noticia. mildred.d@verizon.net.do

Dulzura

“Una mano es igual a otra mano. Un brazo es igual a otro brazo.
No hay hueco entre ellos. Un cuerpo se apoya en otro cuerpo y se
genera un sentimiento de placer de estar tan cercano al otro como a sí mismo.
Ninguno es mejor. Ninguno es más. Necesitan una meta, una dirección
inalcanzada en el instante que la hace ser”.

Ana María del Cueto.
1999. Grupo, instituciones y comunidades. Lugar Editorial. Argentina.

¡Cómo fuera una vida, de pies acariciados por el terciopelo suave
en medio de una habitación clara y fresca,
y luego caminar en el desierto, en las piedras!
¡Y soñar!

La inmensidad fuese,
si pudiese contemplar, sin dirección y sin límite de tiempo.

Y ser enjugada con frutas; comer vegetales, chicharrones, casabe; tomar caldos, té de manzanilla, miel, y mucho agua.

Nadar, montar bicicleta; no tener que pagar por un techo, y poder estar sin empleo.
Vivir de mimos. Y amar.
Trabajar sin presión.

Quiero tiempo, tiempo, mucho tiempo. Vivir hombro a hombro.
Y seguir amando.

Trabajar libre, cuidarme,
y contemplar, mirar, oler, tocar,
sentir sin límite de tiempo.

Mildred d
Santiago, RD.

La autosuperación y las estructuras sociales

Estoy leyendo un libro que se llama Cuando los amores matan: Cambio y conflicto en las relaciones de edad y de género de la socióloga española María Jesús Izquierdo[1]. Estoy super entusiasmada con la lectura, y pretendo ir comentando el libro por este medio. Lo considero muy útil para la mejoría en las relaciones con ls/os hijas/os y con la pareja, y familia, en general.

Nos plantea María Jesús que en la actualidad hay un auge del enfoque de la autoayuda para enfrentar la vida, así como de la defensa de la privacidad, para mantener nuestra autenticidad y libertad. Ella quiere llamar la atención sobre la importancia de los aspectos sociales y políticos (estructuras) que nos influyen y condicionan, y que están presente en ese auténtico yo y en esa privacidad; digo yo, para no ponernos metas y tener explicaciones sólo a base de puro voluntarismo, subjetividad, y para que la apatía y el individualismo no nos entierre en un mundo violentos, sin esperanzas.

Se trata pues de articular la autoayuda en lo social, y junto a la solidaridad, y a la política, en sentido amplio.

El primer capítulo se llama El aislamiento de nuestro tiempo, comienza con una cita de Richard Sennett, del libro El Declive del hombre público [2] que señala:

Cuando más juntas están las personas, sus relaciones son menos sociales, más dolorosas y más fratricidas”.

Con esta cita se nos va ambientando acerca de un aspecto social estructural, y su influencia en lo que pasa en muchas familias, la violencia. Sabiendo que la cercanía en las relaciones influye en la misma, podemos estar un poco alertas y comprensivos sobre las situaciones que se generan más allá de lo individual.

Como los cuentos de Las mil y una noches, espero mantener su interés por este trabajo que estoy haciendo, entregarles este libro en comentarios. Hasta la próxima.

Nota: este libro está en la red del internet



[1] María Jesús Izquierdo es profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y de Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona y coordinadora del Grupo de Estudios sobre Sentimientos, Emociones y Sociedad del Departamento de Sociología de la misma universidad. Otros libros de ella son: Sin vuelta de hoja: sexismo, placer y trabajo (Bellaterra, 2001), 2000) y El malestar en la desigualdad (Cátedra, 1998).

Cuando los amores matan es de Ediciones Libertarias, 2000

[2] Richard Sennett, doctor en filosofía por la Universidad de Harvard y autor de diversos libros sobre psicología social y relaciones de la familia urbana, elabora en El declive del hombre público una reflexión acerca de la ausencia de equilibrio entre la esfera pública y la privada en la vida cotidiana, y sus repercusiones en la sexualidad humana. ofrecemos algunos pasajes de ese libro cuya reedición sería hoy muy oportuna.

Haití, América Latina, Europa y República Dominicana

Estoy impartiendo un curso de Antropología Social.
En esta reseña quiero comentar los contenidos de la discusión sostenida en clase con una amplia participación de 12 estudiantes. La mayoría son dominicanas y dominicanos; además hay un cubano, una norteamericana negra, y una japonesa que estaba como oyente, que no habla muchísimo español, y habla más inglés que español. La japonesa está de vacaciones en el país, y acompañaba a una estudiante regular.

Fue una clase hermosa, profunda; y aún con puntos de vistas encontrados, había camaradería, humor, pasión. En clases anteriores se ha compartido el tema, y los códigos de comunicación, a pesar de las contradicciones y emociones un poco encendidas, son familiares. No había temor, y la gente más o menos ya se conoce; el ambiente es de respeto.

Introduje una pregunta con la siguiente afirmación: Sabemos que a las dominicanas y dominicanos se nos ha socializado y hemos desarrollado poco de cariño hacia las haitianas y haitianos, ¿ayudaría a que esto no ocurra, si estos dos pueblos hablásemos la misma lengua; no será la diferencia de lenguas un elemento importante para explicar la distancia de estos dos países?

La norteamericana, dijo, que cree es fundamental en esa actitud de muchas personas en R. Dominicana el hecho de la desvaloración hacia la pobreza. Dijo que igual desvalorización tienen los/as franceses, alemanes, ingleses, y demás países europeos con respecto a España. Este menosprecio no lo tiene Portugal para España, porque ha sido tradicionalmente pobre. Añadió que también contribuye la cercanía de España a África, tierra de pobreza. Contrastó como el inglés es una lengua extraña, y no hay ese rechazo en República Dominicana hacia los norteamericanos, porque…, decía ella, el inglés está asociado a dólares, riqueza, tecnología, etc. Ella añadía que La actitud de no tomar en cuenta a Haití, no sólo era una de este país, sino que es de toda América Latina. No se toma en cuenta la realidad de Haití, en los foros de América Latina.

El cubano comentó que en Cuba también hay racismo hacia los haitianos y haitianas, y que se usa la frase, ante un desacuerdo, “tenía que ser negro”. Sobre el excesivo anti-haitianismo y el racismo de una parte de los/as dominicanos/as señaló, que los/as dominicanos/as no perdonan el haber sido subyugados durante 22 años por un pueblo descendiente de esclavos.

Algunas/os estudiantes dominicanos/as declararon que esos 22 años explican bastante del rechazo, aunque dijeron, y en eso había bastante consenso, que lo de la pobreza es fundamental para el rechazo, y que lo negro asociado con pobreza, explica el racismo.

El cubano contestó que España subyugó más tiempo el país; que los norteamericanos ocuparon el país 8 años y lo han invadido en otra ocasión, y que no hay ese rechazo a USA, y a España.

Yo añado, que también la matriz ideológica española era feudal, anti movimientos libertarios, y con mucha desvalorización del trabajo físico.

Acá les dejo. ¿Qué les parecen estos puntos de vista?