No violencia hacia la mujer

Susi Pola, llama la atención sobre la necesidad de importantizar las vidas de las mujeres y que se refleje en la aasignación de recursos a los programas que trabajan el tema, y para ampliarlos, mejorarlos. Reproduzco el artículo de Susi. Gracias Susi.

Es noviembre y hay violencia 11:45 AM

SANTIAGO.- Cuando se habla de la violencia contra las mujeres, suelen referirse los maltratos en el ámbito doméstico, las violaciones sexuales y los feminicidios ejecutados por parejas que fueron, son o serán, pero se olvidan las grandes inequidades de género, invisibles discriminaciones capaces de maltratarnos hasta la muerte, que son frecuentes y hasta únicas propuestas sociales.

Se trata de las formas más veladas de la violencia basada en el género, como es la violencia institucional generadora de una verdadera pandemia social, agravadas por su relación con complejos procesos ideológicos que dificultan su identificación, razón por la que se repiten hasta el cansancio.

Los cambios legislativos han producido los estructurales, aunque no siempre con la rapidez necesaria, y el sistema de derecho en el país se sigue conmoviendo cuando reconoce y denuncia el fallo machista de alguna jueza o juez. Pero la violencia contra la mujer es, además, un problema grave de salud pública que debe ser reconocido por la magnitud y también por la posibilidad de remisión.

Las sobrevivientes de violencia asisten a los servicios de salud por la incidencia de daños físicos y mentales que tienen los maltratos y por las consecuencias en su salud reproductiva, sin embargo las personas que proveen los servicios en salud a estas mujeres, no tienen la especialización y los mecanismos necesarios para detectar y valorar el riesgo de las violencias en la vida y salud de ellas.

En la República Dominicana, al promedio de 150 mujeres muertas al año por el solo hecho de serlo y a manos de hombres que, en la mayoría de los casos se relacionaron con ellas, hay alrededor de 700 dominicanas más que mueren por problemas de embarazo y/o parto, un alto índice de mortalidad materna originado fundamentalmente en la inequidad del Estado y sus administraciones.

La alta tasa de mortalidad materna, enfrenta a las autoridades gubernamentales a la responsabilidad más grave en su programación inmediata, porque no existe explicación otra que la desidia y la irresponsabilidad, ante el dato de que en nuestro país, el 98% de las mujeres paren en hospitales y mueren a pesar de la institucionalidad del hecho.

El Estado dominicano no puede seguir encabezando las siniestras cifras y porcentajes con respecto al resto de la región y del mundo, sin ruborizarse al menos. Puede mal la administración desde todos los poderes, regodearse en proyectos de avance si no resuelve antes este problema de la muerte de mujeres. Y nadie, absolutamente nadie dentro de la estructura de poder dominicana, debería atreverse a malversar un mínimo peso oro para seguir viviendo en medio de esta desgracia nacional que es la discriminación asesina a las mujeres.

Tampoco deberían mencionase en las contiendas políticas promesas vacuas en atención a la "familia dominicana", mientras no se demuestre la capacidad de representación democrática del pueblo dominicano, cuya mitad es cotidianamente ignorada y en la que apenas se invierte algunos centavos, mientras se despilfarra el dinero que le corresponde en varoniles acápites de trascendencia entre pares.

El único reconocimiento de noviembre ha de ser en aportes concretos para resarcir las inequidades. No tiene sentido seguir exaltando a las Mariposas mientras se aplastan las alas de sus hermanas.

(susipola@gmail.com)

- SUSI POLA

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