Tiempo de euforia sin dueños


Lis, azahar, rosa, lila
ungidos los poros
cada mañana
en manantiales de fiestas
de pieles golosas.

Antes, después
de la libertad y del desapego
también
hay la “fealdad” de algún pelo
la decrepitud de algún ser
la falsa lejanía no develadalejanía amurallada
protegiendo la inefable,
la auténtica joya
de la verdad.

Se trata de un encuentro
de tiempos soleados y extraños
de pingüinos en medio del desierto
de manos abiertas sobre un papel que exige
de unos ojos que sólo pueden hacer de espejos
de unas voces que sólo existen para el convite
en unos sueños que solo pueden ser brillo
en las superficies rosadas del esmero.

Surge el erotismo en multitudes
en un frente nuevo
como hoja seca, perdida y escondida
en medio de la primavera
en el sentir de un pajarito sin vuelo
en el trajinar de una ninfa,
esta en la verdad, y en la límpida mirada.

Tiempo de estreno
de rutina y de inercia
ya derrotadas.

Lugar donde retumban los tambores,
los sentires del carnaval
la fiesta de la soledad, del silencio, del adocenamiento
de la ansiedad contenida.

Vuelo, sentir, vibrar
en los que la libertad gana
como perla escasa, como exquisitez humana
como una construcción de galas nuevas
en un tiempo de fiestas impredecibles
en una mañana fragante y jugosa
como euforia sin dueño
como estadio pleno que el silencio custodia.

A la libertad
el desapego le cuida sus vuelos.



Mildred Dolores Mata
Jueves, 13. julio.2007
Santiago, RD.

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