Que cese el uso de las tierras para producir biocombustibles

Jeffrey Sachs contra los biocombustibles
Jordi Miró
Bruselas


El problema de África no son los subsidios, sino la pobreza. Los africanos no tienen acceso a las tecnologías básicas de producción
Jeffrey Sachs

Destinar enormes extensiones de tierra para la producción de biocombustibles tenía sentido hace algunos años, cuando había muchos alimentos y costaban poco dinero, según el prestigioso economista estadounidense Jeffrey Sachs.

Pero no ahora, cuando hay pocos alimentos, cada vez más caros, y el hambre se extiende, lo que ha desatado disturbios en varias partes del mundo, advirtió Sachs quien, en su función de consejero especial del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, debatió este lunes la crisis alimentaria mundial en el Parlamento Europeo.

Sachs señaló que la reducción "significativa" de los programas de biocombustibles de la Unión Europea y, sobre todo, de Estados Unidos -donde un 30% del maíz cultivado se usa para ese fin- sería una buena manera de luchar contra la escasez actual.

Malas cosechas

El economista -que en la década de los 80 trabajó como asesor del gobierno de Bolivia- sugirió que se espere algunos años hasta que se desarrollen más los biocombustibles de segunda generación, hechos a partir de residuos agrícolas y que no afectarían al consumo humano.

"Pero los biocombustibles no son la única causa, aunque sí que tienen su parte de culpa (de la hambruna actual)", explicó ante un grupo de eurodiputados.

A tal crisis -resumió Sachs- se ha llegado también por la creciente demanda mundial de alimentos (sobre todo de países emergentes, como India o China), por las malas cosechas debido al cambio climático y por la poca productividad de los campos en algunas zonas del mundo.

Ayuda

Sachs -quien de 2002 a 2006 fue director del Proyecto del Milenio de las Naciones Unidas- dijo que ése es el caso de África, donde las tierras producen un tercio o una cuarta parte de su potencial.

"Debemos ayudarles a mejorar su productividad, en lugar de seguir enviando alimentos baratos", propuso.

Ayudas, por ejemplo, en semillas, fertilizantes y tecnologías para plantar mejor durante un período de seis meses a cinco años, dijo.

"Se trata de desarrollar variedades de semillas más resistentes, cultivos que aguanten mejor la sequía y que produzcan más cosechas", sentenció el economista.

Además, Sachs desmintió que los subsidios que paga la Unión Europea a sus agricultores sean los culpables de la hambruna africana.

"El problema de África no son los subsidios, sino la pobreza. Los africanos no tienen acceso a las tecnologías básicas de producción", dijo Sachs quien, en su influyente libro "El fin de la pobreza" señala que, si se toman las medidas adecuadas, se puede eliminar la pobreza extrema a nivel mundial antes de 2025.

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