Los mundos dominicanos no queridos de Junot Díaz y Diómedes Mercedes

Hay muchos mundos dominicanos, y cada quien tiene sus compartimentos favoritos; el mundo que recrea un joven de 40 años, Dominican York no es el mundo favorito de Diómedes Mercedes. Para mí ese mundo es mitad conocido mitad desconocido. Lo que pasó con Belinda y su familia y la dictadura, sé también sobre elmundo delracismo, son parte de losl mundos que conozco; a través de la historia, novelas, cuentos, ensayos, por las reacciones ante la muerte del Jefe, Balaguer... ¿Cuáles de los mundos son los que irritan a Diómedes Mercedes?

Estoy leyendo y releyendo la novela, pero sobretodo para aprender del mundo del tigueraje del que se queja Diómedes, de comics, de Derek Walcott. ¡Claro! Para entender el mundo de los comics, el espanglish,... he pedido ayuda a mis hijos.

Para que no se escriba la novela The Brief an Wondrous Life of Oscar Wao, debieron no existir las emigraciones, el racismo, el machismo, la dictadura, la burla hacia lo diferente,...en fin, para que no se hable de mundos productos de "...trauma, el rencor o el dolor tan común en las mochilas de los emigrados, de los socialmente excluidos o marginados en algún momento de la historia." (...)( Diómedes Mercedes) y dejar en paz a las y los dominicanos que no quieren que se hable de estos, no debieran haber existido esos dolores, y peor aún, no deben seguir presente parte de ellos en la sociedad dominicana

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Los “dominicanos” de Junot Díaz

La novela “La breve y maravillosa vida de Oscar Wao” es sofocante

Escrito por: DIÓMEDES MERCEDES

Crear personajes de cristal para la fantasía literaria a través del cual puedan filtrarse como en un crisol los fundamentales rayos de un período de la historia es tarea genial; aquella en donde se palpen en confrontación opuestos paradigmas tentando a los lectores a optar, trascendiendo, despojándonos de cortezas culturales para recrearnos sobre tal negación en una nueva ecología.

Ese logro de la criticidad novelística creativa, útil al re-encausamiento social, nos sienta como espectadores en el techo de una experiencia histórica para que la convirtamos en plataforma de la trascendencia referida. Es la gracia del genio en autores célebres como Homero, Cervantes, Tolstoi, Margaritte Duras, Pedro Salinas, García Márquez, Stendal, y otros y otras modelos que con sus obras dan puntada final a épocas, sacando al lector inteligente del sopor de la odisea que narra, proyectándolos hacia tiempos y aventuras creativas nuevas.

La novela “La breve y maravillosa vida de Oscar Wao” es sofocante. Es sus páginas no corre una sola corriente de aire, ideas o ternura humana refrescante. Premiada, bien publicitada y mejor mercadeada, expresa y explota económicamente el inconformismo conservador, deconstructivo e intelectualmente confuso, presente en los prejuicios de sectores de los EU, donde múltiples espejos deforman realidades parciales manipuladas para vender nuestras escorias como si fueran nuestra totalidad.

Describiendo con el suyo, el morbo de la psiquis enferma del lumpen o tigueraje de los y las dominicanas de ese guetho en el cual se ambientan las situaciones de las vidas de Belicia Cabral y Oscar Wao, la novela es tan seca como huera, con un tema de interés que concluye eufórica pero decepcionantemente, dejando las sombras de sus figuras caer como estereotipos sobre toda la dominicanía afectada por la descarga vengativa con la que el autor se expresa y nos vende.

Cierto es que tenemos de sobra esos personajes del sub mundo de la tiranía, actualmente procreados por el poder con el envilecimiento, la corrupción y otras indecencias con la que paga la subsistencia de esos grupos marginales. Pero aquella como esta realidad no se puede asociar al universo de la nación en proceso de construcción como la dominicana, aquí y en el exterior.

El lumpen social, político, religioso, profesional, económico, militar, etc., es el mismo en cualquier País. Es el pasivo de la historia que no se puede extender a colectividades enteras por intelectuales en su ceguera mercurial, o por el trauma, el rencor o el dolor tan común en las mochilas de los emigrados, de los socialmente excluidos o marginados en algún momento de la historia. El talento no da derecho a la injusta injuria, menos cuando no reivindica nada." Diómedes Mercedes.

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