Si no hubiera conflictos…

Pero sí: hay conflictos…

Como el que ha vivido y se vive a diario cuando se trata de la vida de las mujeres y fruto de un embarazo sus vidas o su salud mental están en peligro, y se defiende una vida potencial, colocando en riesgo otra: sí, la de las mujeres en edad reproductiva, que pueden peligrar por conflictos biológicos, o que el fruto de un embarazo con mal formación genética, o han sido víctimas de incesto, violación, entre otros eventos que conflictúan nuestra integridad.

Las mujeres somos personas, sí, somos personas con derechos, "pésele a quien le pese". Somos personas “hechas y derechas”, con inteligencia, con sentimientos, con dolientes, con afectos, obligaciones, deberes y derechos. Y hasta estamos contempladas en los derechos humanos, y en los derechos fundamentales que se han proclamado en las constituciones de más de cientos de países del mundo.

Las mujeres formamos grupos, luchamos por ampliar nuestras posibilidades de decidir, de ser libres, de ser plenas, de ejercer libertad de conciencia; luchamos por tener bienestar, recursos, poder político y sobre todo, luchamos para poder ejercer el libre albedrío.

Destaco esa realidad de que las mujeres estamos organizadas, porque para nosotras, la organización es una exigencia, una necesidad; se trata de poder establecer que podemos “ser”, de poder sobrevivir mientras aprendemos a parar el ver como se nos deja morir, y ver morir, por ejemplo, a las que mueren por mortalidad materna, en su mayoría, por consecuencias de abortos inseguros, y por la negación de servicios en caso de abortos, desde el sistema de salud pública, donde básicamente mueren de abortos inseguros las mujeres pobres.

Uno de los frutos de nuestros esfuerzos organizativos es el que el día 28 de septiembre fue declarado Día Internacional por la Despenalización del aborto. Así se aprobó en el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe celebrado en Argentina en 1990. Actualmente unas 600 organizaciones así lo han acordado por todo el mundo.

El aborto como un acto ilegal es sólo una realidad en los países donde la mayoría de la sociedad tanto en lo público, como en los partidos, y en el pueblo, hay bajos niveles de formación democrática y sobre derechos humanos. Y hay una misoginia terrible desde diversos ámbitos ideológicos.

La República Dominicana forma parte de los escasísimos del mundo donde se ha determinado en una Constitución que ante el conflicto entre la salud física y mental de la mujer donde se aloja un feto, embrión o cigoto, no es posible hacer nada, y se ha optado por la vida humana potencial como “intocable”.

En estos días superar ese entuerto que dice que la vida y la salud mental de las mujeres no importa, es secundaria, y que está establecido en el artículo 37 de la Constitución dominicana, aprobada en enero del 2010, no es sólo una tarea del movimiento organizado de mujeres, sino de todas las instituciones sociales, profesionales, políticas, auténticamente democráticas. Es una tarea sobretodo del Estado dominicano en sus diversas instancias.

En este 28 de septiembre se impone la consigna: Despenalización del aborto ¡ya!

La autora es Trabajadora Social y ciudadana.

Está también en el siguiente link:
http://elmunicipio.com.do/contentsreflex.aspx?key=527

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