Sosiego personal y coyuntura electoral



En estos días quiero hablar de la fortaleza de la sociedad. De lo que nos hace fuertes como colectivo.

En campaña electoral parte de la sociedad está angustiada, competitiva… y no es para menos. En el torneo electoral, como en todo torneo, unos ganan y otros pierden la justa.

Las partes intervinientes quieren ganar a cualquier precio…

Soy de las personas que cree que el estudio, la reflexión, el conocimiento, la solidaridad,la institucionalidad, la ciudadanía activa con estabilidad, nos hacen fuertes, y nada de esto es coyuntural.

Con la autonomía, con la solidaridad, sin egos debilitantes por perseguir la fama, el poder, el dinero…no hay nada que temer en la coyuntura electoral. De último minuto no deterioremos nuestro yo, ni nuestro relacionamiento constructivo.

Ni hay que hacer depender nuestra valía de elementos externos.

Si estamos internamente motivados, y si tratamos de vivir conforme a valores positivos de empatía, de superación, de solidaridad, de trabajo, con un ejercicio de ciudadanía activa, cada día, no hay que correr tras objetivos que no se construyen en una coyuntura electoral. Y estemos activos en la política, pero sin disminuir nuestra fortaleza interna de sosiego y de empatía.

Apostemos a que podamos permanecer en hermandad en nuestras relaciones, lo más que podamos…Que las elecciones no nos ganen en estados de ánimo negativos.

Abunda en estos días una cierta polarización. De a ratos, aparece el catastrofismo, cierto histrionismo…Se presionan las emociones y los sentimientos, para lograr objetivos de ganar, y la lucha del “poder por el poder” en la que se suele vivir desde hace cientos de años se limita poco para dejarnos espacios de paz y de comprensión. No permitamos que este ejercicio mal canalizado por nuestra débil institucionalidad nos invada en todo nuestro ser. Apostemos a que sobreviva la ecuanimidad, los estados de ánimo tranquilos, sin importar las circunstancias.

La serenidad caería bien en estos días.

En la sociedad dominicana hay una parte consciente, de que su estatus, sus oportunidades, sus esfuerzos, no dependen de ganadores o de perdedores coyunturales. Aislemos la ansiedad, el temor, mantengamos las relaciones constructivas por encima de todo.

Se impone la empatía, la solidaridad. Sigamos construyendo un país cuyas instituciones, así como el auto-liderazgo de cada dominicana y dominicano, no dependan de ganancias o pérdidas en unas elecciones.

Juguemos a juegos más positivos, más constructivos, y más estables.

¡Qué viva una sociedad más institucionalizada, más hermanada, y más serena! Antes, durante, y después de las elecciones.

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