Valoremos más los recursos propios…para las mujeres

Es muy raro el hogar que esté preparado para que un hijo o una hija tengan problemas de violencia de género. Mucho menos en el varón.

Mucho menos que tengan cercanía y participación como usuarios/as en el mundo judicial.

Por eso es importante entender que para prevenir la violencia de género debemos trabajar para superar las desigualdades económicas entre la mujer y el hombre.

Y debemos superar el criar con patrones éticos diferentes según el sexo. Estos dobles estándares éticos a la larga repercuten en violencia grave.

Tenemos que hacer mayores esfuerzos para empoderar a las hembras con capacitaciones, estudios, esfuerzos, y habilidades sociales que las preparen para la autonomía económica y ciudadanía plena.

Voy a ilustrar lo que quiero decir con ejemplos.

Hay familias que han tenido la virtud de tener a su alrededor, o como parte de ellas, a personas que les enseñan a los varones, vocación laboral, un oficio valioso. También les han podido llevar a un nivel académico que les complementa para entrar adecuadamente en el mercado laboral, saben además sostener relaciones laborales, y hacen su trabajo con destreza, con arte, y son dedicados.

Pero igual no siempre pasa en igual proporción con las hembras

Varones que destacan como políticos, empresarios, o como constructores en sus respectivas especialidades (carpinteros, albañiles, vacía platos, yeseros, trabajadores de la cerámica…), o como vendedores exitosos. Para poner algunos ejemplos que llegan frescos a la mente.

Pero igual no siempre pasa en igual proporción con las hembras

En los varones, más a menudo, los resultados son: más ingresos (en el contexto de la República Dominicana, y según su estrato social), y más abundancia de contratos de trabajo.

Pero igual no siempre pasa en igual proporción con las hembras

Esa abundancia de recursos desiguales, relativamente, no ayuda a la estabilidad en el mundo de las parejas.

Esas virtudes iniciales, laborales, cognitivas, de disciplina, creatividad,…suelen dificultar las relaciones de pareja que no tienen igualmente aparejada la ética: del compromiso, de la autenticidad, y de la verdad.

En la sociedad dominicana hay escasez económica, de empleos, de capacitaciones, de planificación familiar, de estancias infantiles y las mujeres suelen tener más limitaciones para desarrollar relaciones de pareja simétricas en el ejercicio de derechos y deberes.

La responsabilidad de la planificación en las relaciones sexuales igual debe incrementarse en la hembra y en el varón.

Y con tantas diferencias se establecen relaciones desiguales que no se avizoran con buen pronóstico para la convivencia en paz.

Gran sorpresa para las familias, para colectivos diversos, para los partidos, empresas, clubes, grupos diversos, amistades…cuando ven a esas personas queridas, laboralmente virtuosas, carismáticas,….caer en la violencia de género.

Por eso, trabajemos para una cultura ética de relaciones de pareja con la verdad, con respeto, para que la abundancia de recursos desde sólo una parte no sea un problema.

Es importante que creemos condiciones iguales para que hembras y varones tengan iguales oportunidades, compartan roles y responsabilidades domésticos, se respeten, tengan similares recursos o haya una ética diferente a la del machismo.

Si seguimos criando, apoyando, y creyendo que algunas personas son mejores que otras, no nos debe sorprender, pues, que choquemos en determinados momentos, con que personas muy queridas, sean denunciadas judicialmente, se vean con órdenes de alejamiento, o sean arrestadas.

¡Cambiemos todas y todos esta cultura de discriminación de los géneros!

¡Por una cultura de paz!

¡Por mujeres y hombres igualmente empoderados y con una ética de relacionamiento similar!

http://elmunicipio.com.do/contentsreflex.aspx?key=776