En las ciencias sociales, desde la década de los 70 hacia acá, se viene utilizando la palabra género para nombrar las situaciones construidas en la sociedad que diferencian a hombres y mujeres, en las oportunidades, en las posiciones, y en todo lo referente al poder.
Se trata de una enseñanza y un aprendizaje sostenidos en la cultura en todas sus vertientes: creencias, normas, costumbres, lengua, roles, división de espacios, identidades, participaciones que se facilitan, o que se niegan,…entre otros aspectos, psicológicos, sociales, políticos y económicos.
La cultura de género varía en cada sociedad, y es influenciada por cambios tecnológicos, niveles de desarrollo, por los cambios en los sistemas ideológicos, en las capacidades organizativas y por las luchas para conquistar dignidad, autonomía, libertad y respeto.
En estos últimos meses en la República Dominicana se percibe un aumento de la sensibilidad ante la violencia contra la mujer, y se siente la desolación por las y los huérfanos, y en los traumas en que viven quienes están alrededor de las personas violentas, que mayormente son hombres exageradamente machistas, y mujeres con situaciones de mucha dependencia. Es una cifra que parece tener alcance mundial la de que un 25% de mujeres ha vivido o vive en violencia de género en sus relaciones familiares y/o de pareja.
Ante la violencia intrafamiliar y contra la mujer, la gente se está sintiendo más alarmada, más herida, y se está cuestionando, y está buscando culpables: ¿Qué se hace, qué no se hace, quiénes son los culpables? ¿Es que van dejar que se siga matando a las mujeres por parte de hombres violentos?
A propósito de esta situación se espera un trabajo conjunto para cambiar todo el sistema de creencias, prácticas, actitudes que sostienen discriminaciones y tratos diferenciados que perjudican a las mujeres y sostienen su dependencia económica, socio-cultural y política, que las arroja y hace que permanezcan en relaciones violentas.
Para enfrentar la violencia de género se espera acción contundente desde los medios de comunicación, desde salud pública, desde los ayuntamientos, desde la educación a todos los niveles, y desde toda la sociedad civil. Debemos superar la cultura un poco de hacer como el avestruz de esconder la cabeza en la arena para no ver los problemas, de creer que esto es un tema del Ministerio de la Mujer, al cual casi no se le otorgan recursos, o de la Policía, o de la Procuraduría de la República. Hay mucho trabajo que hacer. Son miles de creencias, mitos, actitudes y comportamientos a desmontar.
De manera un poco sucinta voy a exponer tres factores de riesgo a tomar en cuenta en la prevención, que creo importante y apremiante destacar:
1) Debe cuestionarse la cosificación en las relaciones al tener la creencia que las personas nos pertenecen, Fomentar más intereses, y lazos sociales y espirituales.
2) Cuidarnos de la excesiva presión.
3) Cuidar de no hacer cambios bruscos durante la ruptura, ésta genera más celos, envidia y disminuye la autoestima.
Con respecto a la situación número 1) sobre la creencia de que las personas son cosas que nos pertenecen, decía en una capacitación que se hacía a un segmento de servidores públicos dentro del sistema de justicia, en meses pasados, que una de las pautas culturas e idea que debemos asimilar para que se siembre la paz en la sociedad es que debemos criar, y aún ya en la adultez, debemos aprender a vivir solas/os, y acompañados/as, y que se nos debe enseñar a todas y todos a tener la capacidad de soltar a las personas con las que tenemos relaciones cuando se quieran ir de nuestro lado.
Alguien preguntó: ¿Vivir solos? ¿Y la Eva que se nos ha prometido? Y la respuesta fue: Debemos saber vivir solos/as o acompañados/as, según se pueda, por la Constitución, por la Declaración Universal de los Derechos Humanos, por las Convenciones Internacionales, por las leyes 24-97 y la 136-03 que instituyen la no violencia en la familia, en las ex parejas, hacia las mujeres, el respeto a niñas, niños y adolescentes, la libertad de las personas, y la protección…, Todas son normativas y compromisos que hemos asumido como país. Pero también en las distintas creencias religiosas existe el valor del libre albedrío, y de la dignidad humana. Apelar a creencias religiosas para sostener la cosificación y la dependencia emocional no debe ser aceptado como manipulación y que nos genere culpa.
Sobre el factor número 2) de ejercer presión excesiva; debemos ser capaces de darnos cuenta que si ejercemos mucha presión podemos tener resultados de violencia grave. Ejemplo, he visto padres presionar a adolescentes de manera exagerada que han terminado las y los adolescentes ejerciendo violencia contra sí mismos. Y esto también ha detonado algunos feminicidios conocidos con cierta profundidad en mi ejercicio profesional. La pauta de prevención es el de no ejercer excesiva presión, que se haga sentir a la persona acorralada, y pierda la perspectiva, la clarividencia y el equilibrio emocional, y sea la personada ganada por los impulsos violentos que el machismo exagerado ha cultivado desde la niñez.
La tercera pauta es que durante los primeros seis meses después de una ruptura se le incrementan los celos y la envidia a la persona que no quiere terminar la relación. También se le disminuye la autoestima, y la persona es más vulnerable. Cuidémonos durante esos primeros seis meses después de una ruptura, busquemos el mayor apoyo familiar, de amistades, de compañeros/as de grupos, laborales, de iglesias,..Tratemos de no hacer cambios muy bruscos en áreas que hagan despertar dosis letales de celos, de envidia, y demás emociones negativas asociadas al ego.
Construir actitudes de paz es tarea de todos y todas. La Prevención y la Atención a la violencia de género contra la mujer exigen un compromiso colectivo.
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Éste. mi artículo, también ha sido publicado en:
http://elmunicipio.com.do/contentsreflex.aspx?key=448
Un blog de opinión e informaciones enfocado en temas relacionados con los derechos de la mujer. Soy una demócrata radical en el desarrollo de las naciones, con la equidad e igualdad social, económica y política de los ciudadanos/as dominicanos/as y del mundo.
También encontrarás algunas producciones literarias buscando un sentido de interioridad y una visión universal.
Limitaciones a superar en la Prevención y Atención a la violencia contra la mujer
Acá lideresas de la sociedad civil y desde lo público exponen parte de las limitaciones que tiene la Prevención y la Atención a la violencia contra la mujer, y los feminicidios.
Muy buen reportaje realizado por el periodista Miguel Ponce.
Entrevistó a Raquel Rivera de la Coordinadora de Mujeres del Cibao (CMC), a Manuela Isabel Vargas, del Núcleo de Apoyo a la Mujer (NAM, Ana Rosa Betances de la Fundación Mujer e Iglesia, y a la Fiscal Yeni Berenice Reyonoso.
Excelente trabajo!
Acá se puede leer con amplitud.
http://tinyurl.com/3g3d7dc
La Coalisión de organizaciones de inmigrantes haitianos/as demanda buen trato
Felizmente conocemos de la existencia de una organización de organizaciones representativa de inmigrantes haitianos/as y está demandando que superamos el aprovechamiento y la violencia hacia personas que están en vulnerabilidad.
Acá el cónsul de Haití de puesto en Dajabón, señor Miolin Charles Pierre
denunció ante autoridades dominicanas y haitianas que miembros del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (CESFRONT) maltratan a ciudadanos haitianos.
Especifica "que hay soldados que han herido a personas de nacionalidad haitiana, les han dado palos y les han robado y citó algunos casos específicos."
Por suerte y con gran satisfacción se observa que existe una Coalición de Organizaciones de Inmigrantes Haitianos, que el 3 de mayo del 2011 mediante carta demandó al embajador de Haití en Santo Domingo, Fritz Cineas y al cuerpo consular haitianos "que ejerzan un papel más activo en la protección de los derechos humanos de migrantes haitianos en territorio dominicano."
También pidiero no ser víctimas de "repatriaciones realizadas sin la observancia mínima de los criterios internacionales y bilateralmente establecidos para garantizar la dignidad y la seguridad de las personas que están sujetas a estos procesos."
http://elmunicipio.com.do/contents.aspx?menu=1¬icia=3556
Acá el cónsul de Haití de puesto en Dajabón, señor Miolin Charles Pierre
denunció ante autoridades dominicanas y haitianas que miembros del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (CESFRONT) maltratan a ciudadanos haitianos.
Especifica "que hay soldados que han herido a personas de nacionalidad haitiana, les han dado palos y les han robado y citó algunos casos específicos."
Por suerte y con gran satisfacción se observa que existe una Coalición de Organizaciones de Inmigrantes Haitianos, que el 3 de mayo del 2011 mediante carta demandó al embajador de Haití en Santo Domingo, Fritz Cineas y al cuerpo consular haitianos "que ejerzan un papel más activo en la protección de los derechos humanos de migrantes haitianos en territorio dominicano."
También pidiero no ser víctimas de "repatriaciones realizadas sin la observancia mínima de los criterios internacionales y bilateralmente establecidos para garantizar la dignidad y la seguridad de las personas que están sujetas a estos procesos."
http://elmunicipio.com.do/contents.aspx?menu=1¬icia=3556
Constitución, gobernabilidad y Estado de derecho
En Chile, ya el Presidente Sebastián Piñera está hablando de hacer un plebiscito para decidir qué hacer para que se lleven a cabo las reformas en la educación, para su mayor calidad, acceso, participación, y no se tengan fines lucrativos con ella. Las y los estudiantes chilenos han mostrado profundas convicciones y persistente determinación en lograr ese objetivo. Y casi toda la sociedad los está acompañando.
En Chile se está reforzando la comprensión sobre lo que es gobernabilidad y lo que es vivir en un Estado de Derecho. Se trata de escuchar, de tomar en cuenta, y de representatividad. Y dice el Presidente, don Sebastián Piñera, que hay que sentarse en una mesa para un Pacto de Nación para definir de dónde va a salir el dinero para las reformas que se proponen.
Chile es un ejemplo inspirador por la capacidad de incidencia de las y los estudiantes chilenos, por la unidad que se ha ido construyendo en torno a sus demandas, a la definición de la educación como prioridad y a la consolidación de una reacción democrática desde los partidos, desde el Estado y desde el Presidente Sebastián Piñera.
Para las mujeres dominicanas constituye un gran estímulo a emular la continuidad de las luchas de las y los estudiantes chilenos, y la gran capacidad de incidencia que han desarrollado en estos días. Así también son un estímulo a imitar en RD las reacciones desde los poderes públicos chilenos.
Y hablando de poderes públicos, con gran satisfacción, asistimos en la República Dominicana a un momento importante para un mayor desarrollo institucional, con el proceso que estamos viviendo de elección de jueces y juezas al Tribunal Constitucional, al Tribunal Superior Electoral y a la Suprema Corte de Justicia. Los dos primeros organismos se estrenan a raíz de la Constitución aprobada el 10 de enero del 2010 En la Constitución aprobada el 10 de enero del 2010 se nos dejaron estos dos nuevos organismos para fortalecer nuestra democracia. Y se nos dejó también políticas de igualdad y equidad de género. La Asamblea que legisló las estableció en el artículo 39, numerales 5, que en la República Dominicana el Estado debe “promover y garantizar la participación equilibrada de mujeres y hombres en las candidaturas a los cargos de elección popular, para las instancias de dirección y decisión en el ámbito público, en la administración de justicia y en los organismos de control del Estado”. De igual manera se establece en el Artículo 39 numeral 3 que el Estado debe promover las condiciones jurídicas y administrativas para que la igualdad sea real y efectiva.
El Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) es el organismo para decidir quiénes conformarán estas instancias, y éste puede hacer cumplir la Constitución y eso sería gobernabilidad, y sería trabajar dentro de un Estado de derecho. Ese organismo está llamado a superar en esos tres organismos la pobreza de representatividad de mujeres en el poder de la que adolecemos en nuestro país.
Organizaciones de mujeres estamos demandando que se cumpla el artículo 39 de la Constitución, numerales 3 y 5, para contribuir a este equilibrio de poderes entre los sexos masculino y femenino en la RD. En tal sentido se han pronunciado la Colectiva Mujer y Salud, el Centro de Investigación para la Acción Femenina (CIPAF), el Foro Feminista, el Comité de América Latina y El Caribe por los Derechos de la Mujer (CLADEM), capítulo República Dominicana, la Asociación TÚ MUJER, el Núcleo de Apoyo a la Mujer (NAM) y la Red Dominicana por la Salud de las Mujeres. Y estamos conscientes que son miles las organizaciones que apoyan este objetivo, y que más de un 80 % de la sociedad comparten el valor de la participación equilibrada de las mujeres en todos los estamentos de la sociedad. (Encuesta LAPOP, 2010).
De manera específica, desde el Movimiento de Mujeres, facilitamos al Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) un listado de mujeres que a nuestro juicio reúnen condiciones de independencia, ética, integridad, experiencia, sentido de justicia, capacidad, para tomar decisiones en esos tribunales: complejas, justas, equilibradas y apegadas a un Estado de derecho. En la República Dominicana se cuenta con mujeres de alta calificación para ocupar esos puestos, y en ese sentido proponemos el listado siguiente:
1. Miriam Concepción Germán Brito Jueza Presidenta de la Cámara Penal de la Corte de Apelación del Distrito Nacional.
2. Eglys Margarita Esmurdoc, Jueza Segunda Sustituta de Presidente de la Corte Suprema de Justicia y Coordinadora de la Comisión para la Igualdad de Género del Poder Judicial.
3. Arelis Socorro Ricourt Gómez, Jueza Presidenta de la Cámara Civil y Comercial de la Corte de Apelación de la Vega.
4. Nancy Idelsa Salcedo Fernández, Jueza Presidenta de la Corte de Trabajo de Santiago.
5. Dra. Katia Miguelina Jiménez Martínez, Jueza de la Primera Sala de la Cámara Penal de la Corte de Apelación del D.N.
6. Altagracia Norma Bautista de Castillo, Jueza Presidenta de la Cámara Penal de la Corte de Apelación de San Cristóbal y Coordinadora de la Subcomisión de Género.
7. María Garabito Ramírez, Jueza Primera Sustituta de Presidente de la Corte de Apelación de San Juan de la Maguana y Coordinadora de la Subcomisión de Género.
8. Aura Celeste Fernández Rodríguez, Ex-Miembra Titular de la Junta Central Electoral.
9. Carmen Imbert Brugal , Ex Jueza del Juzgado de Instrucción de la Quinta Circunscripción del Distrito Nacional.
10. Olga Dolores Diná Llaverías, Procuradora Fiscal Adjunta de Santiago.
11. Gloria Henríquez Nova, Ex Fiscalizadora de del Juzgado de Paz de la 7ma circunscripción y Ex Ayudante del Fiscal del Distrito nacional.
12. Yildalina Tatem Brache, Ex Encargada del Programa de Formación de Aspirantes a Jueces de Paz y Defensores Judiciales y docente en el ámbito del derecho.
13. Dra. Rosalía Miguelina Sosa Pérez, Ex Directora de la Oficina de Defensa Judicial y Ex Defensora Pública.
14. Josefina Montás. Jueza suplente en la pasada Junta Central Electoral (JCE), reconocimiento y legitimidad desde la sociedad civil para ese cargo, abogada litigante en ejercicio y defensora de los derechos humanos.
Esperamos que se cumpla con la Constitución, reforzando así nuestro Estado de derecho y una democracia realmente representativa con paridad de género: el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) tiene la palabra.
La autora es Trabajadora Social y ciudadana.
Link para leer: http://elmunicipio.com.do/contentsreflex.aspx?key=432
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Comentarios( 2 )
Manuela Vargas Mildred ese presidente si merece que se le llame Don sebastian Piñeira, que buen ejemplo de liderazgo democrático.
J CH Mi felicitación por ese trabajo que acabo de leer: justo y objetivo!!
Libertad y paz para las mujeres
Cuando decidí estudiar Trabajo Social para el año 1972, en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), en la ciudad de Santiago, algunas personas advirtieron a mi familia que no era conveniente que estudiara esa profesión. Decían que en la misma se gana poco dinero, que ejercerla es peligroso, que se anda con gente y sectores “barriales”, o por campos apartados, y que dando charlas, investigando,…me podrían violar, maltratar, asaltar, o matar. En ese entonces tenía 17 años.
Efectivamente, desde que estudiaba la carrera, y luego ejerciendo la profesión, con frecuencia he sentido que existe esa posibilidad, y cada vez que ha estado en juego mi realización, mí decisión ha sido optar por la brisa fresca, por el sol, el poder mirar panales de abejas y sus mieles, he optado por las calles, por los caminos, por los peatonales, por los conchos, ir a cargo de un volante, andar en las guaguas, burros, mulas, jeepetas, camionetas, trenes, y caminar a pie por las veredas, por las habitaciones, las oficinas…:por los espacios todos.
Y he decidido de manera consciente “hacerme mujer” libre, más o menos. Consciente de que la “mujer no nace, se hace”, como dijo la francesa Simone de Beauvoir en su libro El segundo sexo, escrito en el 1949; en el cual, desde ya, ésta, ponía de relieve los condicionantes con los que la cultura patriarcal nos ha restringido como seres plenos.
Para mí era inaudito, con las reflexiones que alcanzaba a tener en ese entonces, que yo no pudiere ser una persona completa, que no pudiese ser fiel al “yo” que quería tener, y que no pudiese moverme conforme a mis ideales; o decidir, cada vez, respetando mi racionalidad, y mis intuiciones. Y no acepté, de manera radical, y persistente, que el miedo determinara mi vida por razón de mi sexo de haber nacido femenina.
Luego he ido descubriendo que no sólo es un problema del ejercicio de la profesión de Trabajo Social. Igual me pasó cuando decidí militar en un partido. E igual ha pasado cuando he caminado por los bateyes, en comunidades rurales, cuando manejo de noche, cuando en mi trabajo para que se siembre una cultura de paz se ven afectados estilos de vida violentos,…en fin…cuando ando sola, o duermo en un casa sola. La propuesta que se nos hace a las mujeres desde la cultura que tenemos y que venimos llamando patriarcal es que las calles, los caminos, la condición de personas libres no nos pertenece. Se espera que debamos andar cuidadas, y/o acompañadas.
El pasado jueves 4 de agosto de este año 2011 una joven mujer de 23 años transitaba sola por caminos llenos de árboles, cruzaba un riachuelo, y se dirigía a realizar su primer trabajo remunerado. Hablo de una mujer que caminaba por los linderos en Las Cruces de Jacagua y La Ciénega, en la ciudad de Santiago, era en pleno día, pero andaba sola. Fue salvajemente violada.
El pasado lunes 8 de agosto, en la noche, yo recorría calles y una carretera, hasta llegar a la comunidad de Hatillo San Lorenzo, Distrito Municipal de La Canela. Manejaba sola, andaba sola. De múltiples maneras quise ser acompañada por el temor a mi condición de ser mujer. Y de una sola manera continúo y continuaré circulando: sola y libre sí así lo deseo, o lo imponen las circunstancias naturales, la mayor parte del tiempo que pueda.
Las calles, los caminos,… son también nuestros. Tomemos precauciones, como aprender defensa personal, enseñarle a defenderse a las hijas, a las sobrinas, a las nietas, etcétera, y tengamos herramientas para defendernos. Pero para nosotras las mujeres no puede haber reversa: Si nos gana el miedo no podremos ser personas plenas. Si se nos sigue educando en el miedo y no lo vencemos seguiremos siendo apenas, sombras, u objetos.
Para la sociedad no puede haber reversa: tenemos que esforzarnos con más eficacia, eficiencia y seriedad, para construir una cultura de respeto, de cariño, de integridad y de consideración hacia el cuerpo y el alma de las mujeres. ¡Merecemos todas, sociedades de paz! Merecemos mujeres y hombres, confianza y seguridad, en las relaciones, en la sociedad y en la construcción de nuestras personalidades.
___ Nota: Por el clasismo que aún prevalece en nuestra sociedad se suele usar la expresión de “barrial” como un despectivo, por la cultura elitista de discriminación hacia la pobreza que aún prevalece en parte de la sociedad.
La autora es Trabajadora Social y ciudadana.
También ver acá:
http://elmunicipio.com.do/contentsreflex.aspx?key=419
Efectivamente, desde que estudiaba la carrera, y luego ejerciendo la profesión, con frecuencia he sentido que existe esa posibilidad, y cada vez que ha estado en juego mi realización, mí decisión ha sido optar por la brisa fresca, por el sol, el poder mirar panales de abejas y sus mieles, he optado por las calles, por los caminos, por los peatonales, por los conchos, ir a cargo de un volante, andar en las guaguas, burros, mulas, jeepetas, camionetas, trenes, y caminar a pie por las veredas, por las habitaciones, las oficinas…:por los espacios todos.
Y he decidido de manera consciente “hacerme mujer” libre, más o menos. Consciente de que la “mujer no nace, se hace”, como dijo la francesa Simone de Beauvoir en su libro El segundo sexo, escrito en el 1949; en el cual, desde ya, ésta, ponía de relieve los condicionantes con los que la cultura patriarcal nos ha restringido como seres plenos.
Para mí era inaudito, con las reflexiones que alcanzaba a tener en ese entonces, que yo no pudiere ser una persona completa, que no pudiese ser fiel al “yo” que quería tener, y que no pudiese moverme conforme a mis ideales; o decidir, cada vez, respetando mi racionalidad, y mis intuiciones. Y no acepté, de manera radical, y persistente, que el miedo determinara mi vida por razón de mi sexo de haber nacido femenina.
Luego he ido descubriendo que no sólo es un problema del ejercicio de la profesión de Trabajo Social. Igual me pasó cuando decidí militar en un partido. E igual ha pasado cuando he caminado por los bateyes, en comunidades rurales, cuando manejo de noche, cuando en mi trabajo para que se siembre una cultura de paz se ven afectados estilos de vida violentos,…en fin…cuando ando sola, o duermo en un casa sola. La propuesta que se nos hace a las mujeres desde la cultura que tenemos y que venimos llamando patriarcal es que las calles, los caminos, la condición de personas libres no nos pertenece. Se espera que debamos andar cuidadas, y/o acompañadas.
El pasado jueves 4 de agosto de este año 2011 una joven mujer de 23 años transitaba sola por caminos llenos de árboles, cruzaba un riachuelo, y se dirigía a realizar su primer trabajo remunerado. Hablo de una mujer que caminaba por los linderos en Las Cruces de Jacagua y La Ciénega, en la ciudad de Santiago, era en pleno día, pero andaba sola. Fue salvajemente violada.
El pasado lunes 8 de agosto, en la noche, yo recorría calles y una carretera, hasta llegar a la comunidad de Hatillo San Lorenzo, Distrito Municipal de La Canela. Manejaba sola, andaba sola. De múltiples maneras quise ser acompañada por el temor a mi condición de ser mujer. Y de una sola manera continúo y continuaré circulando: sola y libre sí así lo deseo, o lo imponen las circunstancias naturales, la mayor parte del tiempo que pueda.
Las calles, los caminos,… son también nuestros. Tomemos precauciones, como aprender defensa personal, enseñarle a defenderse a las hijas, a las sobrinas, a las nietas, etcétera, y tengamos herramientas para defendernos. Pero para nosotras las mujeres no puede haber reversa: Si nos gana el miedo no podremos ser personas plenas. Si se nos sigue educando en el miedo y no lo vencemos seguiremos siendo apenas, sombras, u objetos.
Para la sociedad no puede haber reversa: tenemos que esforzarnos con más eficacia, eficiencia y seriedad, para construir una cultura de respeto, de cariño, de integridad y de consideración hacia el cuerpo y el alma de las mujeres. ¡Merecemos todas, sociedades de paz! Merecemos mujeres y hombres, confianza y seguridad, en las relaciones, en la sociedad y en la construcción de nuestras personalidades.
___ Nota: Por el clasismo que aún prevalece en nuestra sociedad se suele usar la expresión de “barrial” como un despectivo, por la cultura elitista de discriminación hacia la pobreza que aún prevalece en parte de la sociedad.
La autora es Trabajadora Social y ciudadana.
También ver acá:
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¿Qué es el feminismo? De la Dra. Elida Aponte Sánchez
Esta doctora es experta en Estudios de las Mujeres. Conviene masificar este tipo de información, pues la gente tiene percepciones incorrectas sobre el feminismo.
Mildred Dolores Mata
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Dice Élida Aponte Sánchez: "Si existe una palabra que acarrea múltiples emociones, reacciones y expresiones es: Feminismo. Quienes no saben lo que es, son los primeros y las primeras en denostarlo y promover su destrucción, extendiendo la censura e infamación a quienes hemos hecho del mismo nuestra filosofía y acción militante. La ignorancia es audaz, dice un adagio.
El Feminismo es un pensamiento científico, explicativo y transformador de la sociedad. Es una revolución, tal vez, la mayor revolución de los tiempos modernos. Una extraña revolución en la que no se ha derramado una gota de sangre, al menos de sangre ajena, sin embargo, como bien lo señalan Almeida y Gallizo “es la revolución que más cosas ha hecho cambiar en la vida cotidiana de la gente, y sobre todo, la que ha producido cambios más irreversibles”.
La revolución feminista es y ha sido la respuesta de las mujeres al poder patriarcal, sin olvidar que las mujeres han impulsado otras revoluciones desde la era cristiana, además de la propia y, regularmente, han salido de ellas con las manos vacías. El reclamo que durante siglos ha motivado esa lucha de las mujeres y que caracteriza al feminismo, es la igualdad. La igualdad que es también el derecho de derechos, ha nutrido la teoría, o mejor dicho, las teorías que han inspirado la revolución feminista y los movimientos de las mujeres, en general. Por lo que podemos decir que el feminismo es la doctrina de la igualdad de los derechos para las mujeres, basada en la teoría de la igualdad de los sexos. Sin olvidar que la igualdad se encuentra indisolublemente unida a otros derechos, como la libertad, por ejemplo, porque, como bien lo expresa el artículo 19 de la Constitución, los derechos humanos son indivisibles, irrenunciables e interdependientes en su ejercicio.
El Feminismo no es una lucha contra los hombres. Es una lucha, como ya quedó dicho, contra un enemigo: el Patriarcado. Ese enemigo, que lo es no sólo de las mujeres sino de toda la humanidad, pone el control de la sociedad en manos masculinas. El patriarcado es una cultura, un sistema, una civilización, un orden económico, un orden político, un orden jurídico, un orden religioso, un orden científico, etc. Pero, sobre todo, el patriarcado es un PODER. Un poder que se manifiesta en todos los lugares, instituciones, personas, hábitos, culturas, religiones, ideologías, incluso, al interior del alma de muchas mujeres. Y ello es así porque el patriarcado socializa bajo sus roles y jerarquía de género tanto a los hombres como a las mujeres. ¿Por qué el patriarcado ha logrado sostenerse durante siglos, gozando aún de muy buena salud?. Porque siempre ha contado con dos ejércitos: un ejército de primera línea, que son los hombres, socializados como hermanos (frater), quienes siempre se atribuirán el poder que, consideran, les pertenece sólo por ser tales. Y un segundo ejército, integrado por las mujeres, obligadas a reproducir y sostener materialmente al primero, socializadas como enemigas para servir al interés y al deseo masculino. Es por ello que se explica, mas hoy no se justifica, la conducta de mujeres que se comportan como hombres honorarios. Viene a mi mente aquella obra titulada El Emilio, de Rousseau, rémora de la filosofía del siglo V antes de Cristo, en la cual se recogen las afirmaciones de Aristóteles y otros autores griegos, al considerar que el único fin o destino de la mujer es hacer feliz al hombre.
El Feminismo promueve la Sororidad. Sororidad viene del latín Soror, sororis, hermana, e-idad, relativo a, calidad de. Si la fraternidad es el pacto entre los hombres por el que se reconocen interlocutores y sujetos políticos y por el cual se excluye a las mujeres; la sororidad es el pacto entre las mujeres por el que se reconocen hermanas, siendo una dimensión ética, política y práctica del feminismo contemporáneo."
Dra. Elida Aponte Sánchez
Mildred Dolores Mata
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Dice Élida Aponte Sánchez: "Si existe una palabra que acarrea múltiples emociones, reacciones y expresiones es: Feminismo. Quienes no saben lo que es, son los primeros y las primeras en denostarlo y promover su destrucción, extendiendo la censura e infamación a quienes hemos hecho del mismo nuestra filosofía y acción militante. La ignorancia es audaz, dice un adagio.
El Feminismo es un pensamiento científico, explicativo y transformador de la sociedad. Es una revolución, tal vez, la mayor revolución de los tiempos modernos. Una extraña revolución en la que no se ha derramado una gota de sangre, al menos de sangre ajena, sin embargo, como bien lo señalan Almeida y Gallizo “es la revolución que más cosas ha hecho cambiar en la vida cotidiana de la gente, y sobre todo, la que ha producido cambios más irreversibles”.
La revolución feminista es y ha sido la respuesta de las mujeres al poder patriarcal, sin olvidar que las mujeres han impulsado otras revoluciones desde la era cristiana, además de la propia y, regularmente, han salido de ellas con las manos vacías. El reclamo que durante siglos ha motivado esa lucha de las mujeres y que caracteriza al feminismo, es la igualdad. La igualdad que es también el derecho de derechos, ha nutrido la teoría, o mejor dicho, las teorías que han inspirado la revolución feminista y los movimientos de las mujeres, en general. Por lo que podemos decir que el feminismo es la doctrina de la igualdad de los derechos para las mujeres, basada en la teoría de la igualdad de los sexos. Sin olvidar que la igualdad se encuentra indisolublemente unida a otros derechos, como la libertad, por ejemplo, porque, como bien lo expresa el artículo 19 de la Constitución, los derechos humanos son indivisibles, irrenunciables e interdependientes en su ejercicio.
El Feminismo no es una lucha contra los hombres. Es una lucha, como ya quedó dicho, contra un enemigo: el Patriarcado. Ese enemigo, que lo es no sólo de las mujeres sino de toda la humanidad, pone el control de la sociedad en manos masculinas. El patriarcado es una cultura, un sistema, una civilización, un orden económico, un orden político, un orden jurídico, un orden religioso, un orden científico, etc. Pero, sobre todo, el patriarcado es un PODER. Un poder que se manifiesta en todos los lugares, instituciones, personas, hábitos, culturas, religiones, ideologías, incluso, al interior del alma de muchas mujeres. Y ello es así porque el patriarcado socializa bajo sus roles y jerarquía de género tanto a los hombres como a las mujeres. ¿Por qué el patriarcado ha logrado sostenerse durante siglos, gozando aún de muy buena salud?. Porque siempre ha contado con dos ejércitos: un ejército de primera línea, que son los hombres, socializados como hermanos (frater), quienes siempre se atribuirán el poder que, consideran, les pertenece sólo por ser tales. Y un segundo ejército, integrado por las mujeres, obligadas a reproducir y sostener materialmente al primero, socializadas como enemigas para servir al interés y al deseo masculino. Es por ello que se explica, mas hoy no se justifica, la conducta de mujeres que se comportan como hombres honorarios. Viene a mi mente aquella obra titulada El Emilio, de Rousseau, rémora de la filosofía del siglo V antes de Cristo, en la cual se recogen las afirmaciones de Aristóteles y otros autores griegos, al considerar que el único fin o destino de la mujer es hacer feliz al hombre.
El Feminismo promueve la Sororidad. Sororidad viene del latín Soror, sororis, hermana, e-idad, relativo a, calidad de. Si la fraternidad es el pacto entre los hombres por el que se reconocen interlocutores y sujetos políticos y por el cual se excluye a las mujeres; la sororidad es el pacto entre las mujeres por el que se reconocen hermanas, siendo una dimensión ética, política y práctica del feminismo contemporáneo."
Dra. Elida Aponte Sánchez
El abrazo: un cuerpo herido...y un alma entera
Bondad infinita
manos, brazos, compasión, amplios movimientos
suaves roces, veloces como tornados y huracanes son tus afectos
se enredan en tu pelo, y tu pelo enreda en suaves caricias
a la humanidad toda
tus palmas de las manos hacia abajo: rozan todo y nada
y alejan la ira, las fieras.
Manos suaves…en tu cuerpo, en tu casa,
en tu calle, en el peatonal, en el callejón, en tu vereda, en tu monte,
en tu río, en tu cuerpo roto, en tu alma plena de compasión
abrasadoras de todo, del fango. Te espanta la ira.
Manos mías, tuyas, las de tu madre, las de tu padre
las del vecindario y la del mundo sano, y el sin sentido. Te duele la ira
y brota más dolor ante el inmigrante inocente atropellado en tu nombre.
Manos tocando todo lo tuyo con hilos de luces y de colores
labios tragando con sorbidos tus lágrimas
tu ojo ausente quieto ¿Dónde está?
descansa en paz sin duda. Certezas de tu aliento.
Cunitas del dolor, mecemos, meces;
el olvido de las mentes despobladas de afectos, mecemos, meces;
el recuerdo eterno del amor, mecemos, meces
la bondad que nace cada segundo, mecemos, meces;
la potencia que se hace con la igualdad y los abrazos, mecemos
meces, meces, Chavela.
Ternura: aunque el ultraje y la locura, algunas fieras...
Caricias, a manos que matan atrapadas en el aire
suavidad a la envidia a rostros y al cuerpo.
El abrazo universal no olvidas
Nada hunde la confianza
ni el hondo lodo mojado estancado.
Caricias excelsas
barbarie, llanto, alegría, ternura, compasión, ruego eterno,
lejanía, frialdad, y calor caliente.
Laberinto, enigma, grandiosidad.
Desatino, amor, violencia,
criaturas misteriosas. Humanos. Y Chavela.
Sábado 6 de agosto 2011, Santiago
Nota: este poema lo escribí inspirada en una mujer que fue violada, pude ser testigo de que ante las reacciones violentas de familiares y de la comunidad, ella se entristecía y pedía que por favor no fuesesn violentos. Fue el acto de una persona inmigrante haitiana, ella describe a su agresor para que lo arresten, dice que no debe estar en la calle... Pero él no la ha convertido en una fiera, en otra fiera... le lastima la violencia de la gente que la ama. Algo inusitado en medio de un cuerpo herido, y la ausencia de un ojo que perdió esta víctima de tanta violencia. Hasta conocer a Chavela no había sido testigo de tanta entereza y de tanta bondad.
La Constitución y las mujeres
Cuatro abogadas feministas acaban de publicar una compilación de ensayos, llamada: “Impacto-socio-jurídico de la nueva Constitución en los derechos de las mujeres en República Dominicana”, con el auspicio y desde la participación en el “Comité de América Latina y El Caribe por los Derechos de la Mujer (CLADEM)”, capítulo República Dominicana. Este texto también es apoyado por el Foro Feminista, PROFAMILIA, la Fundación Friedrich Ebert Stiftung y la Unión Europea.
Las autoras son Desiree del Rosario Sosa, Zobeyda Alejandrina Cepeda, Alina Ramírez y María Jesús –Susi- Pola Zapico; como parte del CLADEM son abogadas litigantes especializadas en género en un contexto de un organismo internacional de ciudadanía social. Es el CLADEM un organismo regional internacional litigante sobre los derechos de las mujeres. Además, las autoras son integrantes del Foro de Mujeres por la Reforma de la Constitución y del Foro feminista.
A juicio de las autoras, la Constitución aprobada en enero del 2010 tiene avances y retrocesos para las mujeres dominicanas.
Es una conclusión dentro del Movimiento Social de Mujeres y de Feministas del que formamos parte, que la actual Constitución “ignora la ciudadanía fundamental de las que constituimos, la mitad de este país” (2011, Página VII).
El grupo de ensayistas destacan como factor constitutivo de sus posiciones los años de estar participando con muchas otras mujeres en el contexto del Foro de Mujeres por la Reforma Constitucional, que tiene como antecedente, otros espacios orgánicos, que vienen reflexionando los temas constitucionales y legales, durante más de una década.
Las respuestas específicas sobre Constitución y mujeres de las que tratan, abordan las contradicciones que tiene la Constitución aprobada con los acuerdos y Convenciones Internacionales suscritos por el país en materia de Derechos Humanos. Este y otros aspectos son tratados con la mirada de Desiree del Rosario Sosa, quien es parte del equipo de trabajo del Centro de Estudios de Género (CEG) del INTEC, Santo Domingo.
María Jesús –Susi- Pola Zapico analiza las implicaciones del Artículo 37 sobre los Derechos Sexuales y Reproductivos de las Mujeres, a la luz, también, de las contradicciones con acuerdos internacionales, y otros elementos, incongruentes con la Constitución misma. Susi Pola es una de las socias fundadoras del Núcleo de Apoyo a la Mujer (NAM), de Santiago, y también es parte del equipo de PROFAMILIA,
Por su parte, la abogada Zobeyda Cepeda, también del Núcleo de Apoyo a la Mujer (NAM) de Santiago, analiza el alcance del artículo 39 con respecto a una democracia paritaria de género, y cómo entender el equilibrio de poderes sin discriminaciones para las mujeres, en razón del sexo, como política pública. Es un inicio de reflexión, que a nuestro juicio, ha de seguir con una ley de paridad que aterrice esta pauta general de la Constitución.
En su ensayo, la abogada Alina Ramírez, hace el trabajo de contextualizar y presentar las implicaciones del artículo 55, inciso 11, sobre el del valor del Trabajo Doméstico No Remunerado, que es parte del tiempo que consume la vida de muchas mujeres, lo cual, reseña la feminista, es una valorización presente en la Constitución, la cual “…reconoce el trabajo del hogar, por primera vez en la historia constitucional, como actividad económica que crea valor agregado y produce riqueza y bienestar social. El mandato constitucional establece además que ese valor agregado sea incorporado en la formulación y ejecución de las políticas públicas” (Ibid. Página 53). Elemento que es visualizado como un contenido positivo en la Constitución.
Como compañera de ejercicio ciudadano por los derechos de las mujeres dominicanas me siento altamente orgullosa de estos trabajos, e invito a su lectura, sobretodo a los estamentos que en la sociedad dominicana trabajamos la equidad social y la equidad de género. Se puede tener acceso a estos cuatro ensayos en la siguiente dirección: http://tinyurl.com/3mn3bnx.
Bibliografía
Cepeda, Zobeyda, Desiree Del Rosario Sosa, Susi Pola, y Alina Ramírez. 2011. Impacto-Socio-jurídico de la nueva Constitución en los derechos de las mujeres en República Dominicana. CLADEM, Foro Feminista, Fundación Friedrich Ebert Stiftung, PROFAMILIA. República Dominicana.
La autora es Trabajadora Social y ciudadana
Las autoras son Desiree del Rosario Sosa, Zobeyda Alejandrina Cepeda, Alina Ramírez y María Jesús –Susi- Pola Zapico; como parte del CLADEM son abogadas litigantes especializadas en género en un contexto de un organismo internacional de ciudadanía social. Es el CLADEM un organismo regional internacional litigante sobre los derechos de las mujeres. Además, las autoras son integrantes del Foro de Mujeres por la Reforma de la Constitución y del Foro feminista.
A juicio de las autoras, la Constitución aprobada en enero del 2010 tiene avances y retrocesos para las mujeres dominicanas.
Es una conclusión dentro del Movimiento Social de Mujeres y de Feministas del que formamos parte, que la actual Constitución “ignora la ciudadanía fundamental de las que constituimos, la mitad de este país” (2011, Página VII).
El grupo de ensayistas destacan como factor constitutivo de sus posiciones los años de estar participando con muchas otras mujeres en el contexto del Foro de Mujeres por la Reforma Constitucional, que tiene como antecedente, otros espacios orgánicos, que vienen reflexionando los temas constitucionales y legales, durante más de una década.
Las respuestas específicas sobre Constitución y mujeres de las que tratan, abordan las contradicciones que tiene la Constitución aprobada con los acuerdos y Convenciones Internacionales suscritos por el país en materia de Derechos Humanos. Este y otros aspectos son tratados con la mirada de Desiree del Rosario Sosa, quien es parte del equipo de trabajo del Centro de Estudios de Género (CEG) del INTEC, Santo Domingo.
María Jesús –Susi- Pola Zapico analiza las implicaciones del Artículo 37 sobre los Derechos Sexuales y Reproductivos de las Mujeres, a la luz, también, de las contradicciones con acuerdos internacionales, y otros elementos, incongruentes con la Constitución misma. Susi Pola es una de las socias fundadoras del Núcleo de Apoyo a la Mujer (NAM), de Santiago, y también es parte del equipo de PROFAMILIA,
Por su parte, la abogada Zobeyda Cepeda, también del Núcleo de Apoyo a la Mujer (NAM) de Santiago, analiza el alcance del artículo 39 con respecto a una democracia paritaria de género, y cómo entender el equilibrio de poderes sin discriminaciones para las mujeres, en razón del sexo, como política pública. Es un inicio de reflexión, que a nuestro juicio, ha de seguir con una ley de paridad que aterrice esta pauta general de la Constitución.
En su ensayo, la abogada Alina Ramírez, hace el trabajo de contextualizar y presentar las implicaciones del artículo 55, inciso 11, sobre el del valor del Trabajo Doméstico No Remunerado, que es parte del tiempo que consume la vida de muchas mujeres, lo cual, reseña la feminista, es una valorización presente en la Constitución, la cual “…reconoce el trabajo del hogar, por primera vez en la historia constitucional, como actividad económica que crea valor agregado y produce riqueza y bienestar social. El mandato constitucional establece además que ese valor agregado sea incorporado en la formulación y ejecución de las políticas públicas” (Ibid. Página 53). Elemento que es visualizado como un contenido positivo en la Constitución.
Como compañera de ejercicio ciudadano por los derechos de las mujeres dominicanas me siento altamente orgullosa de estos trabajos, e invito a su lectura, sobretodo a los estamentos que en la sociedad dominicana trabajamos la equidad social y la equidad de género. Se puede tener acceso a estos cuatro ensayos en la siguiente dirección: http://tinyurl.com/3mn3bnx.
Bibliografía
Cepeda, Zobeyda, Desiree Del Rosario Sosa, Susi Pola, y Alina Ramírez. 2011. Impacto-Socio-jurídico de la nueva Constitución en los derechos de las mujeres en República Dominicana. CLADEM, Foro Feminista, Fundación Friedrich Ebert Stiftung, PROFAMILIA. República Dominicana.
La autora es Trabajadora Social y ciudadana