Pero sí: hay conflictos…
Como el que ha vivido y se vive a diario cuando se trata de la vida de las mujeres y fruto de un embarazo sus vidas o su salud mental están en peligro, y se defiende una vida potencial, colocando en riesgo otra: sí, la de las mujeres en edad reproductiva, que pueden peligrar por conflictos biológicos, o que el fruto de un embarazo con mal formación genética, o han sido víctimas de incesto, violación, entre otros eventos que conflictúan nuestra integridad.
Las mujeres somos personas, sí, somos personas con derechos, "pésele a quien le pese". Somos personas “hechas y derechas”, con inteligencia, con sentimientos, con dolientes, con afectos, obligaciones, deberes y derechos. Y hasta estamos contempladas en los derechos humanos, y en los derechos fundamentales que se han proclamado en las constituciones de más de cientos de países del mundo.
Las mujeres formamos grupos, luchamos por ampliar nuestras posibilidades de decidir, de ser libres, de ser plenas, de ejercer libertad de conciencia; luchamos por tener bienestar, recursos, poder político y sobre todo, luchamos para poder ejercer el libre albedrío.
Destaco esa realidad de que las mujeres estamos organizadas, porque para nosotras, la organización es una exigencia, una necesidad; se trata de poder establecer que podemos “ser”, de poder sobrevivir mientras aprendemos a parar el ver como se nos deja morir, y ver morir, por ejemplo, a las que mueren por mortalidad materna, en su mayoría, por consecuencias de abortos inseguros, y por la negación de servicios en caso de abortos, desde el sistema de salud pública, donde básicamente mueren de abortos inseguros las mujeres pobres.
Uno de los frutos de nuestros esfuerzos organizativos es el que el día 28 de septiembre fue declarado Día Internacional por la Despenalización del aborto. Así se aprobó en el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe celebrado en Argentina en 1990. Actualmente unas 600 organizaciones así lo han acordado por todo el mundo.
El aborto como un acto ilegal es sólo una realidad en los países donde la mayoría de la sociedad tanto en lo público, como en los partidos, y en el pueblo, hay bajos niveles de formación democrática y sobre derechos humanos. Y hay una misoginia terrible desde diversos ámbitos ideológicos.
La República Dominicana forma parte de los escasísimos del mundo donde se ha determinado en una Constitución que ante el conflicto entre la salud física y mental de la mujer donde se aloja un feto, embrión o cigoto, no es posible hacer nada, y se ha optado por la vida humana potencial como “intocable”.
En estos días superar ese entuerto que dice que la vida y la salud mental de las mujeres no importa, es secundaria, y que está establecido en el artículo 37 de la Constitución dominicana, aprobada en enero del 2010, no es sólo una tarea del movimiento organizado de mujeres, sino de todas las instituciones sociales, profesionales, políticas, auténticamente democráticas. Es una tarea sobretodo del Estado dominicano en sus diversas instancias.
En este 28 de septiembre se impone la consigna: Despenalización del aborto ¡ya!
La autora es Trabajadora Social y ciudadana.
Está también en el siguiente link:
http://elmunicipio.com.do/contentsreflex.aspx?key=527
Un blog de opinión e informaciones enfocado en temas relacionados con los derechos de la mujer. Soy una demócrata radical en el desarrollo de las naciones, con la equidad e igualdad social, económica y política de los ciudadanos/as dominicanos/as y del mundo.
También encontrarás algunas producciones literarias buscando un sentido de interioridad y una visión universal.
Despenalizar el aborto es urgente para el continente
AMNISTIA INTERNACIONAL
28 de septiembre 2011
AMR 01/002/2011
El día de hoy, Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, los gobiernos del continente deben promover con urgencia planes concretos que aseguren el acceso a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y niñas.
Amnistía Internacional se une a la campaña regional por la despenalización del aborto en América Latina y el Caribe bajo el lema, “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”. Restringir el acceso a los derechos sexuales y reproductivos pone en grave peligro los derechos humanos de mujeres y niñas.
Es vergonzoso que en una región donde la gran mayoría de países son Estados parte de la Convención de Belem do Pará (Convención Interamericana para Prevenir Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer), cuando una mujer o niña queda embarazada a consecuencia de una violación el Estado la obligue a continuar con el embarazo. Forzar a una mujer o niña violada a continuar con un embarazo, es cruel, inhumano y degradante.
Algunas mujeres y niñas, antes de enfrentarse a ser obligadas a seguir con un embarazo, intentan suicidarse. En ocasiones toman otras medidas desesperadas e intentan practicarse un aborto a sí mismas. Es así como cientos de abortos ilegales e inseguros ocurren cada día, y mujeres y niñas sufren serias consecuencias, que incluso llegan a significar la pérdida de su vida.
En la región más desigual del mundo, estas medidas desesperadas afectan principalmente la vida de las mujeres y niñas que viven en la pobreza; ¿es que sus derechos humanos no merecen igual protección ante la ley?
Algunos lugares de América Latina y el Caribe han reconocido las graves violaciones de derechos humanos que resultan cuando el acceso al aborto seguro y legal se prohíbe o se restringe. A pesar de estos avances, la triste realidad en la región es que todavía existen leyes que castigan el aborto, y aunque en la mayoría de los países está permitido en ciertas circunstancias, con frecuencia esta legislación no se cumple en la práctica lo que conlleva graves consecuencias para mujeres y niñas. Las guías para el personal médico son en la mayoría de los casos inexistentes, poco claras o no se distribuyen, lo que lleva a utilizar el sistema judicial innecesariamente dejando mujeres y niñas embarazadas sin la posibilidad de ejercer sus derechos.
Los Estados además no dan prioridad a su propia legislación o a asegurar educación y difusión de los derechos de las mujeres y niñas en materia de salud sexual y reproductiva.
Miles de activistas de todo el mundo se encuentran el día de hoy expresando su indignación frente a estas injusticias y exigiendo “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”.
Los gobiernos deben cumplir con sus obligaciones internacionales y tomar medidas que garanticen el acceso de mujeres y niñas a sus derechos, despenalizando el aborto y promoviendo planes de educación sexual y acceso a servicios e información de planificación familiar para todos y todas, haciendo realidad que todas las mujeres decidan de manera libre e informada sobre cuándo desean tener hijos e hijas y cuántos, sin coacción o discriminación.
Información adicional
Los Estados de la región tienen el deber y la obligación de respetar y promover los derechos de las mujeres y niñas a la vida, a la integridad física; incluyendo protección contra todo tipo de violencia, a la salud, a la educación, a la información y a la no discriminación; conforme está establecido en los instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos, en especial la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de Belém do Pará), la Convención Americana sobre Derechos Humanos y su Protocolo Adicional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San Salvador), y la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar a la Tortura.
Los Estados de la región también tienen la responsabilidad principal de proteger, reconocer y respetar a quienes toman acción para hacer efectivos los derechos humanos de las mujeres y niñas que se encuentran en la situación descrita anteriormente. Sus acciones son legítimas y en muchos casos fundamentales para quienes están apoyando. En este sentido, defensores y defensoras de derechos humanos deben gozar efectivamente de la posibilidad de hacer su trabajo sin temor a represalias, tal como lo afirma la Declaración de las Naciones Unidas sobre Defensores de Derechos Humanos y se ha dicho repetidas veces en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
Declaración Pública
28 de septiembre 2011
AMR 01/002/2011
El día de hoy, Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe, los gobiernos del continente deben promover con urgencia planes concretos que aseguren el acceso a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y niñas.
Amnistía Internacional se une a la campaña regional por la despenalización del aborto en América Latina y el Caribe bajo el lema, “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”. Restringir el acceso a los derechos sexuales y reproductivos pone en grave peligro los derechos humanos de mujeres y niñas.
Es vergonzoso que en una región donde la gran mayoría de países son Estados parte de la Convención de Belem do Pará (Convención Interamericana para Prevenir Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer), cuando una mujer o niña queda embarazada a consecuencia de una violación el Estado la obligue a continuar con el embarazo. Forzar a una mujer o niña violada a continuar con un embarazo, es cruel, inhumano y degradante.
Algunas mujeres y niñas, antes de enfrentarse a ser obligadas a seguir con un embarazo, intentan suicidarse. En ocasiones toman otras medidas desesperadas e intentan practicarse un aborto a sí mismas. Es así como cientos de abortos ilegales e inseguros ocurren cada día, y mujeres y niñas sufren serias consecuencias, que incluso llegan a significar la pérdida de su vida.
En la región más desigual del mundo, estas medidas desesperadas afectan principalmente la vida de las mujeres y niñas que viven en la pobreza; ¿es que sus derechos humanos no merecen igual protección ante la ley?
Algunos lugares de América Latina y el Caribe han reconocido las graves violaciones de derechos humanos que resultan cuando el acceso al aborto seguro y legal se prohíbe o se restringe. A pesar de estos avances, la triste realidad en la región es que todavía existen leyes que castigan el aborto, y aunque en la mayoría de los países está permitido en ciertas circunstancias, con frecuencia esta legislación no se cumple en la práctica lo que conlleva graves consecuencias para mujeres y niñas. Las guías para el personal médico son en la mayoría de los casos inexistentes, poco claras o no se distribuyen, lo que lleva a utilizar el sistema judicial innecesariamente dejando mujeres y niñas embarazadas sin la posibilidad de ejercer sus derechos.
Los Estados además no dan prioridad a su propia legislación o a asegurar educación y difusión de los derechos de las mujeres y niñas en materia de salud sexual y reproductiva.
Miles de activistas de todo el mundo se encuentran el día de hoy expresando su indignación frente a estas injusticias y exigiendo “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”.
Los gobiernos deben cumplir con sus obligaciones internacionales y tomar medidas que garanticen el acceso de mujeres y niñas a sus derechos, despenalizando el aborto y promoviendo planes de educación sexual y acceso a servicios e información de planificación familiar para todos y todas, haciendo realidad que todas las mujeres decidan de manera libre e informada sobre cuándo desean tener hijos e hijas y cuántos, sin coacción o discriminación.
Información adicional
Los Estados de la región tienen el deber y la obligación de respetar y promover los derechos de las mujeres y niñas a la vida, a la integridad física; incluyendo protección contra todo tipo de violencia, a la salud, a la educación, a la información y a la no discriminación; conforme está establecido en los instrumentos internacionales y regionales de derechos humanos, en especial la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de Belém do Pará), la Convención Americana sobre Derechos Humanos y su Protocolo Adicional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San Salvador), y la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar a la Tortura.
Los Estados de la región también tienen la responsabilidad principal de proteger, reconocer y respetar a quienes toman acción para hacer efectivos los derechos humanos de las mujeres y niñas que se encuentran en la situación descrita anteriormente. Sus acciones son legítimas y en muchos casos fundamentales para quienes están apoyando. En este sentido, defensores y defensoras de derechos humanos deben gozar efectivamente de la posibilidad de hacer su trabajo sin temor a represalias, tal como lo afirma la Declaración de las Naciones Unidas sobre Defensores de Derechos Humanos y se ha dicho repetidas veces en el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
Comentando sobre "...el aborto y la dogmática penal", de Orlidy Inoa
Acá coloco el link del artículo de la abogada feminista Orlidy Inoa, y hago un resumen de él, luego lo coloco en extenso. (24 de septiembre 2011)
1) Condena la intromisión del Estado, y su aparato represivo a la autodeterminación personal en la intimidad:
"...en el sentido de que lo que se persigue es que una situación de índole estrictamente moral, y, por ende, personal, ...".
2) La mujer, la madre, no puede ser afectada por un acción que se convierte en antijurídica cuando se le persigue, y se le condena en el código penal.
3) Pues el "...feto, pues no es sujeto jurídico de derechos reconocido, debiendo nacer primero vivo y viable, aunque con esto hayamos asumido el discurso vindicativo para demostrar que, aún en ese caso, no debe promoverse una penalización cerrada y estricta del aborto."
Acá el link, con todo el artículo:
http://tinyurl.com/6gzdv8b
Acá todo el artículo. Por la importancia del mismo, deseo conservarlo entero en esta fuente, para su localización en el mismo lugar.
mildred dolores mata
--
Ex Profeso
Reflexiones sobre el aborto y la dogmática penal
24 de septiembre del 2011
Orlidy Inoa
Activista en contra de las armas y Directora Ejecutiva del Instituto Caribeño para el Estado de Derecho (ICED)
La discusión actual sobre la despenalización del aborto, a propósito del proyecto de reforma al Código Penal, ha provocado una serie de reflexiones interesantes en el ámbito jurídico, que bien vale la pena poner sobre el tapete.
En primer orden, se pretende obviar el derecho a la intimidad que a todo ser humano le corresponde, o a la autodeterminación personal, en el sentido de que lo que se persigue es que una situación de índole estrictamente moral, y, por ende, personal, sea enfrentada por el aparato represivo del Estado.
En segundo orden, y ya en el tema que nos ocupa, si entramos a debatir sobre dogmática penal, caeremos en cuenta de que existe una causa de justificación de la acción típica denominada estado de necesidad, el cual es entendido como aquella situación en la que se daña un bien jurídico protegido pero descartando la antijuridicidad de la acción debido precisamente a que se daña un bien jurídico protegido pe
Es importante tener este planteamiento en cuenta, no obstante este no sería el caso del feto, pues no es sujeto jurídico de derechos reconocido, debiendo nacer primero vivo y viable, aunque con esto hayamos asumido el discurso vindicativo para demostrar que, aún en ese caso, no debe promoverse una penalización cerrada y estricta del aborto.
Partiendo de las consecuencias del estado de necesidad, debemos añadir que su fundamento gira en torno a la posibilidad de que el derecho le otorgue, al particular de dañar o poner en peligro un bien jurídico, permiso para hacerlo con el objetivo de salvar otro bien jurídico de igual o mayor trascendencia jurídica. En este sentido, estamos asumiendo que la vida de la madre tiene mayor trascendencia jurídica, o, mejor dicho, trascendencia jurídica, en contraposición a la del feto, quien, como ya hemos señalado, no es sujeto de derechos.
Precisamente, uno de los requisitos para admitir el estado de necesidad, es la existencia de una alta probabilidad de daño para el bien jurídico a proteger, siendo tal peligro suficiente como para motivar la actuación de una persona medianamente razonable. ¿Y qué cosa puede ser más suficiente que la propia vida de la madre?
Siguiendo con las consideraciones de la doctrina penal, este peligro real e inminente, que ha de motivar la actuación salvadora, provoca así una situación de conflicto entre intereses en la que se daña otro bien para salvar el bien jurídico en peligro (la vida de la mujer), realizando así una conducta típica que en el supuesto de aplicar la causa de justificación no sería antijurídica.
Sin embargo, y este punto es relevante para la discusión, también hay que tener en cuenta la ponderación del estado del bien, de manera que el bien intacto no prevalezca sobre el bien dañado, es decir que la vida del feto no prevalezca sobre la vida de la madre, real sujeto de derechos, y mucho menos sin su consentimiento, como pretende plasmarse en la normativa penal.
Negarle este derecho a la vida a la mujer que se encuentra en estas circunstancias, es crear, sin lugar a dudas, una situación concreta de discriminación, no sólo por el alto número de mujeres que mueren a causa de abortos mal practicados, quienes pertenecen a las clases sociales más desfavorecidas, sino por el bajísimo o casi nulo número de prácticas de abortos criminalizadas en nuestro país.
Definitivamente que el uso indiscriminado del poder coercitivo del Estado, ya sea a través del proceso penal o de la propia Constitución, para la solución de conflictos estrictamente personales, atenta contra un verdadero Estado Democrático de Derecho, razón por la cual el derecho penal debe ser la última ratio, el último recurso que el Estado debe utilizar para proteger los bienes jurídicos en una sociedad.
Defiendo, por tanto, el derecho a la vida, el derecho a la vida de aquellas mujeres que, al poner en riesgo su propia vida, deben tomar la siempre difícil y perturbadora decisión de interrumpir un embarazo.
1) Condena la intromisión del Estado, y su aparato represivo a la autodeterminación personal en la intimidad:
"...en el sentido de que lo que se persigue es que una situación de índole estrictamente moral, y, por ende, personal, ...".
2) La mujer, la madre, no puede ser afectada por un acción que se convierte en antijurídica cuando se le persigue, y se le condena en el código penal.
3) Pues el "...feto, pues no es sujeto jurídico de derechos reconocido, debiendo nacer primero vivo y viable, aunque con esto hayamos asumido el discurso vindicativo para demostrar que, aún en ese caso, no debe promoverse una penalización cerrada y estricta del aborto."
Acá el link, con todo el artículo:
http://tinyurl.com/6gzdv8b
Acá todo el artículo. Por la importancia del mismo, deseo conservarlo entero en esta fuente, para su localización en el mismo lugar.
mildred dolores mata
--
Ex Profeso
Reflexiones sobre el aborto y la dogmática penal
24 de septiembre del 2011
Orlidy Inoa
Activista en contra de las armas y Directora Ejecutiva del Instituto Caribeño para el Estado de Derecho (ICED)
La discusión actual sobre la despenalización del aborto, a propósito del proyecto de reforma al Código Penal, ha provocado una serie de reflexiones interesantes en el ámbito jurídico, que bien vale la pena poner sobre el tapete.
En primer orden, se pretende obviar el derecho a la intimidad que a todo ser humano le corresponde, o a la autodeterminación personal, en el sentido de que lo que se persigue es que una situación de índole estrictamente moral, y, por ende, personal, sea enfrentada por el aparato represivo del Estado.
En segundo orden, y ya en el tema que nos ocupa, si entramos a debatir sobre dogmática penal, caeremos en cuenta de que existe una causa de justificación de la acción típica denominada estado de necesidad, el cual es entendido como aquella situación en la que se daña un bien jurídico protegido pero descartando la antijuridicidad de la acción debido precisamente a que se daña un bien jurídico protegido pe
Es importante tener este planteamiento en cuenta, no obstante este no sería el caso del feto, pues no es sujeto jurídico de derechos reconocido, debiendo nacer primero vivo y viable, aunque con esto hayamos asumido el discurso vindicativo para demostrar que, aún en ese caso, no debe promoverse una penalización cerrada y estricta del aborto.
Partiendo de las consecuencias del estado de necesidad, debemos añadir que su fundamento gira en torno a la posibilidad de que el derecho le otorgue, al particular de dañar o poner en peligro un bien jurídico, permiso para hacerlo con el objetivo de salvar otro bien jurídico de igual o mayor trascendencia jurídica. En este sentido, estamos asumiendo que la vida de la madre tiene mayor trascendencia jurídica, o, mejor dicho, trascendencia jurídica, en contraposición a la del feto, quien, como ya hemos señalado, no es sujeto de derechos.
Precisamente, uno de los requisitos para admitir el estado de necesidad, es la existencia de una alta probabilidad de daño para el bien jurídico a proteger, siendo tal peligro suficiente como para motivar la actuación de una persona medianamente razonable. ¿Y qué cosa puede ser más suficiente que la propia vida de la madre?
Siguiendo con las consideraciones de la doctrina penal, este peligro real e inminente, que ha de motivar la actuación salvadora, provoca así una situación de conflicto entre intereses en la que se daña otro bien para salvar el bien jurídico en peligro (la vida de la mujer), realizando así una conducta típica que en el supuesto de aplicar la causa de justificación no sería antijurídica.
Sin embargo, y este punto es relevante para la discusión, también hay que tener en cuenta la ponderación del estado del bien, de manera que el bien intacto no prevalezca sobre el bien dañado, es decir que la vida del feto no prevalezca sobre la vida de la madre, real sujeto de derechos, y mucho menos sin su consentimiento, como pretende plasmarse en la normativa penal.
Negarle este derecho a la vida a la mujer que se encuentra en estas circunstancias, es crear, sin lugar a dudas, una situación concreta de discriminación, no sólo por el alto número de mujeres que mueren a causa de abortos mal practicados, quienes pertenecen a las clases sociales más desfavorecidas, sino por el bajísimo o casi nulo número de prácticas de abortos criminalizadas en nuestro país.
Definitivamente que el uso indiscriminado del poder coercitivo del Estado, ya sea a través del proceso penal o de la propia Constitución, para la solución de conflictos estrictamente personales, atenta contra un verdadero Estado Democrático de Derecho, razón por la cual el derecho penal debe ser la última ratio, el último recurso que el Estado debe utilizar para proteger los bienes jurídicos en una sociedad.
Defiendo, por tanto, el derecho a la vida, el derecho a la vida de aquellas mujeres que, al poner en riesgo su propia vida, deben tomar la siempre difícil y perturbadora decisión de interrumpir un embarazo.
Ante las diferencias
Suelo leer, escuchar: análisis, posiciones…en contra del feminismo, en contra de los mecanismos legales existentes para atender la violencia de género, como es la ley 24-97 que define, tipifica y sanciona la violencia contra la mujer, que define la violencia de género intrafamiliar y doméstica, enfrenta el proxenetismo, también define las órdenes de protección como mecanismos cautelares, obliga a la rehabilitación ante las conductas violentas…entre otros temas afines. Pero también sé que es un sentir común en que hay mucho que hacer y que hacen falta muchos recursos, voluntades, sensibilidad y conocimientos para superar la violencia contra las mujeres.
Pero hay posiciones que no dan fuerza al grito de ¡No más feminicidios! Y a la demanda de que erradiquemos la violencia contra la mujer, intrafamiliar y doméstica. Y creo que debilitan los objetivos de paz, bienestar, libertad y autonomía de las mujeres; haciendo énfasis en que hay mujeres que también ejercen violencia en relaciones de parejas, o ex parejas; indican que en el trabajo de cambio social de género hay que hacer énfasis en las discriminaciones que sufren los hombres, aunque apenas son un 15% de quienes se querellan por violencia desde las mujeres; hay diferencias en las causas principales que explican la violencia en contra de la mujer, y en cuáles son los componentes principales para luchar contra la violencia, y en el cómo desarrollar luchas sociales y políticas para cambiar todo esto en la sociedad dominicana. Así también hay diferencias en no querer reconocer el feminicidio en la normativa la especificad del fenómeno para combatirlo con más eficacia desde la justicia.
Son diferencias en los análisis, en el qué hacer y hasta en el proponer que no se haga nada y que la cultura de discriminación y violencia contra las mujeres evolucione con naturalidad: ¿hacia dónde, hacia más muertes? ¿Y mientras…? ¿Cruzarnos de brazos?
Los océanos se alimentan de aguas diversas. Es esa la realidad. Y la verdad es que quienes pensamos diferentes solemos no conocernos bien. La ignorancia, por no conocernos, no ayuda a la clarividencia.
Y ante la diversidad tenemos el reto de la serenidad y de la empatía. Y tenemos el reto de procurar alcanzar desarrollos cualitativos en lo racional y en la autoafirmación, en lo que vamos alcanzando nuestros objetivos con visiones diferentes.
La violencia son los sellos del patriarcado, del neoliberalismo, de la depredación al ambiente, de la ostentación como estilo de vida, y de la parte que en este mundo, que no quiere centrarse en superar el sufrimiento y las desigualdades humanas. Pero también caminemos sin machepismos. Pues de una mentalidad de escasez para el cambio social suele salir la victimología, y el servilismo. Sintámonos orgullosas y orgullosos de tener recursos, el tema es cómo manejarlos, y para qué.
Trabajamos desde un enfoque de derechos, y cabemos muchas: pobres, de ONG, de las bases, de la cooperación internacional, de la clase media, y hasta caben aliadas con poder económico, que tienen luces y sensibilidad para mirar parte de nuestros objetivos en la superación de las jerarquizaciones por la razón de tener las mujeres un sexo, y unos condicionantes diferentes, a los hombres, que hegemónicamente, han definido el mundo, hasta ahora.
Vale la pena poder mirarlo todo y poder luchar contra el sufrimiento, y la inequidad desde el grupo, o desde el individuo, desde la abundancia, desde el erotismo, desde la sinergia, desde la empatía, desde el conocimiento, lúdicamente y con todos los sentidos artísticos. Todo el mundo sensible y que busca el bienestar pleno cabe para construir una real democracia con paridad de género, sustentable y de bienestar social.
Y podemos amarnos mientras tenemos posiciones diferentes, pero sin perder el impulso de reunirnos, planificar estrategias, escribir, investigar, concertar, motivar, tomar espacios, tomar las calles, llamar la atención sobre nuestros problemas, por lo que a veces marchamos, caminamos, voceamos, pintamos, bailamos, militamos en partidos, trabajamos desde el Estado…: pues el feminismo en sí mismo, también es diverso, como movimiento social y político.
Hacemos un activismo social y político en el que buscamos que las mujeres podamos ser, podamos estar, vivir en paz, y en libertad, en todos los espacios, los ya hechos, y los por hacer, mejorarlos, o transformarlos. La democracia es perfectible. La democracia, la empatía de la inteligencia emocional y de la asertividad, exigen ante todo: humildad, aceptación, comprensión, respeto, diálogo, concertación, y una visión de derechos
Todas las diferencias tienen una historia, un contexto, y pueden tener un proceso diferente para superarse.
Nuestros nortes a superar son: 1) el patriarcado como violencia y como división entre hombres y mujeres, y 2) el neoliberalismo como invisibilización de cada persona, de cada tristeza, y de cada escasez.
El feminismo como equidad entre los sexos y en lo social es una ruptura contra el egoísmo y la división de poderes y espacios, superando el que las mujeres sigamos abajo. Superemos como humanidad sensible la opresión, la desigualdad, la miseria, las jerarquizaciones y las divisiones entre los humanos de todo tipo: por sexo, preferencias sexuales, diferencias étnicas, raciales, de edad, de discapacidades...
Ante las diferencias, permanezcamos autoafirmadas, autoafirmados, con seguridad interior, lo que contribuye al respeto, mientras mejoramos y transformamos el mundo.
La autora es Trabajadora Social y ciudadana.
Pero hay posiciones que no dan fuerza al grito de ¡No más feminicidios! Y a la demanda de que erradiquemos la violencia contra la mujer, intrafamiliar y doméstica. Y creo que debilitan los objetivos de paz, bienestar, libertad y autonomía de las mujeres; haciendo énfasis en que hay mujeres que también ejercen violencia en relaciones de parejas, o ex parejas; indican que en el trabajo de cambio social de género hay que hacer énfasis en las discriminaciones que sufren los hombres, aunque apenas son un 15% de quienes se querellan por violencia desde las mujeres; hay diferencias en las causas principales que explican la violencia en contra de la mujer, y en cuáles son los componentes principales para luchar contra la violencia, y en el cómo desarrollar luchas sociales y políticas para cambiar todo esto en la sociedad dominicana. Así también hay diferencias en no querer reconocer el feminicidio en la normativa la especificad del fenómeno para combatirlo con más eficacia desde la justicia.
Son diferencias en los análisis, en el qué hacer y hasta en el proponer que no se haga nada y que la cultura de discriminación y violencia contra las mujeres evolucione con naturalidad: ¿hacia dónde, hacia más muertes? ¿Y mientras…? ¿Cruzarnos de brazos?
Los océanos se alimentan de aguas diversas. Es esa la realidad. Y la verdad es que quienes pensamos diferentes solemos no conocernos bien. La ignorancia, por no conocernos, no ayuda a la clarividencia.
Y ante la diversidad tenemos el reto de la serenidad y de la empatía. Y tenemos el reto de procurar alcanzar desarrollos cualitativos en lo racional y en la autoafirmación, en lo que vamos alcanzando nuestros objetivos con visiones diferentes.
La violencia son los sellos del patriarcado, del neoliberalismo, de la depredación al ambiente, de la ostentación como estilo de vida, y de la parte que en este mundo, que no quiere centrarse en superar el sufrimiento y las desigualdades humanas. Pero también caminemos sin machepismos. Pues de una mentalidad de escasez para el cambio social suele salir la victimología, y el servilismo. Sintámonos orgullosas y orgullosos de tener recursos, el tema es cómo manejarlos, y para qué.
Trabajamos desde un enfoque de derechos, y cabemos muchas: pobres, de ONG, de las bases, de la cooperación internacional, de la clase media, y hasta caben aliadas con poder económico, que tienen luces y sensibilidad para mirar parte de nuestros objetivos en la superación de las jerarquizaciones por la razón de tener las mujeres un sexo, y unos condicionantes diferentes, a los hombres, que hegemónicamente, han definido el mundo, hasta ahora.
Vale la pena poder mirarlo todo y poder luchar contra el sufrimiento, y la inequidad desde el grupo, o desde el individuo, desde la abundancia, desde el erotismo, desde la sinergia, desde la empatía, desde el conocimiento, lúdicamente y con todos los sentidos artísticos. Todo el mundo sensible y que busca el bienestar pleno cabe para construir una real democracia con paridad de género, sustentable y de bienestar social.
Y podemos amarnos mientras tenemos posiciones diferentes, pero sin perder el impulso de reunirnos, planificar estrategias, escribir, investigar, concertar, motivar, tomar espacios, tomar las calles, llamar la atención sobre nuestros problemas, por lo que a veces marchamos, caminamos, voceamos, pintamos, bailamos, militamos en partidos, trabajamos desde el Estado…: pues el feminismo en sí mismo, también es diverso, como movimiento social y político.
Hacemos un activismo social y político en el que buscamos que las mujeres podamos ser, podamos estar, vivir en paz, y en libertad, en todos los espacios, los ya hechos, y los por hacer, mejorarlos, o transformarlos. La democracia es perfectible. La democracia, la empatía de la inteligencia emocional y de la asertividad, exigen ante todo: humildad, aceptación, comprensión, respeto, diálogo, concertación, y una visión de derechos
Todas las diferencias tienen una historia, un contexto, y pueden tener un proceso diferente para superarse.
Nuestros nortes a superar son: 1) el patriarcado como violencia y como división entre hombres y mujeres, y 2) el neoliberalismo como invisibilización de cada persona, de cada tristeza, y de cada escasez.
El feminismo como equidad entre los sexos y en lo social es una ruptura contra el egoísmo y la división de poderes y espacios, superando el que las mujeres sigamos abajo. Superemos como humanidad sensible la opresión, la desigualdad, la miseria, las jerarquizaciones y las divisiones entre los humanos de todo tipo: por sexo, preferencias sexuales, diferencias étnicas, raciales, de edad, de discapacidades...
Ante las diferencias, permanezcamos autoafirmadas, autoafirmados, con seguridad interior, lo que contribuye al respeto, mientras mejoramos y transformamos el mundo.
La autora es Trabajadora Social y ciudadana.
Movimientos Sociales, partidos y Estado
Me ubico durante los siglos XVII, XVIII, e imagino a los esclavos asentados en la parte occidental de la isla, hoy Haití, haciendo estrategias de incidencia para eliminar la esclavitud junto a sus amos franceses. Hoy me convenzo más que nunca que eso no es posible.
Quien sufre una discriminación, exclusión, opresión, dependencia, explotación, tiene que fajarse a conquistar su libertad, sus derechos, con organizaciones propias, conforme a sus intereses, a sus características y a sus fuerzas. Hablo de Movimientos Sociales y Políticos como es el feminismo, y grupos sociales de mujeres.
Y no es raro que las personas y grupos que tienen marginaciones, exclusiones, recortes, en las oportunidades para modificar sus situaciones hagan alianzas con otros sectores en igual situación. Y a veces, hasta eso se dificulta en la República Dominicana para el trabajo de cambiar de manera efectiva las exclusiones y las opresiones de las mujeres.
Como mujer organizada en el Movimiento Social de Mujeres la tanta soledad del resto de la sociedad política social hoy me hace sentir un poco triste.
Una se mueve, se enlaza, se coordina, milita, acá y allá, pero las situaciones se mueven muy poco, no importa la magnitud del sufrimiento de las mujeres, el que no se nos cuide adecuadamente con políticas públicas efectivas o que hasta se nos llegue a eliminar como si estuviésemos en una pequeña guerra civil.
En República Dominicana, a veces, he tenido momentitos de ilusiones, en los que he soñado con cambios, con empatía, con sinergias,… desde algunas instancias. Pero son tan cómodamente patriarcales…Hablo de los partidos, sean de izquierda, del centro, la derecha. Hablo del Estado, a distintos niveles.
En algunas instancias, aún no hay ojos para mirarnos, ni para mirar los feminicidios ni siquiera. |Tan grande que no los encontramos! ¡Y las muertes por mortalidad materna! ¡Y los embarazos de las adolescentes! ¡Y la violencia de todo tipo! Tan grande que nos encontramos las mujeres organizadas todo eso.
Se escriben palabras como la igualdad y la equidad de género en programas, discursos, principios, resoluciones, leyes, constituciones…y se forman comisiones… pero básicamente aún se trata de eso: palabras escritas, formalidades burocráticas.
Y en el pasado, y luego, y a menudo, y con el transcurrir de los años, hay gente que ha preguntado, y que pregunta: ¿Por qué existen grupos de mujeres, clubes de madres, grupos feministas? ¿Por qué existe un Movimiento Social-político de Mujeres?
El camino para lograr cambios culturales de libertad, de paz, de equidad e igualdad es largo, y necesariamente requiere de largo aliento.
Pa´lante mujeres, y hombres pro derechos, paz, equidad e igualdad de las mujeres. Se trata de respirar hondo y continuo para sembrar nuevos alientos.
Dice el místico Anthony de Mello refiriéndose a las ilusiones, y citando el texto bíblico de Lucas 12, 49, “He venido a traer fuego a la tierra, ¡Y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo!” El reino que se impone amar es el de la realidad. Con este desahogo estoy quemando ilusiones. La realidad es que tenemos mucho trabajo que hacer para la valorización de la mujer dominicana.
La autora es Trabajadora Social y ciudadana.
Quien sufre una discriminación, exclusión, opresión, dependencia, explotación, tiene que fajarse a conquistar su libertad, sus derechos, con organizaciones propias, conforme a sus intereses, a sus características y a sus fuerzas. Hablo de Movimientos Sociales y Políticos como es el feminismo, y grupos sociales de mujeres.
Y no es raro que las personas y grupos que tienen marginaciones, exclusiones, recortes, en las oportunidades para modificar sus situaciones hagan alianzas con otros sectores en igual situación. Y a veces, hasta eso se dificulta en la República Dominicana para el trabajo de cambiar de manera efectiva las exclusiones y las opresiones de las mujeres.
Como mujer organizada en el Movimiento Social de Mujeres la tanta soledad del resto de la sociedad política social hoy me hace sentir un poco triste.
Una se mueve, se enlaza, se coordina, milita, acá y allá, pero las situaciones se mueven muy poco, no importa la magnitud del sufrimiento de las mujeres, el que no se nos cuide adecuadamente con políticas públicas efectivas o que hasta se nos llegue a eliminar como si estuviésemos en una pequeña guerra civil.
En República Dominicana, a veces, he tenido momentitos de ilusiones, en los que he soñado con cambios, con empatía, con sinergias,… desde algunas instancias. Pero son tan cómodamente patriarcales…Hablo de los partidos, sean de izquierda, del centro, la derecha. Hablo del Estado, a distintos niveles.
En algunas instancias, aún no hay ojos para mirarnos, ni para mirar los feminicidios ni siquiera. |Tan grande que no los encontramos! ¡Y las muertes por mortalidad materna! ¡Y los embarazos de las adolescentes! ¡Y la violencia de todo tipo! Tan grande que nos encontramos las mujeres organizadas todo eso.
Se escriben palabras como la igualdad y la equidad de género en programas, discursos, principios, resoluciones, leyes, constituciones…y se forman comisiones… pero básicamente aún se trata de eso: palabras escritas, formalidades burocráticas.
Y en el pasado, y luego, y a menudo, y con el transcurrir de los años, hay gente que ha preguntado, y que pregunta: ¿Por qué existen grupos de mujeres, clubes de madres, grupos feministas? ¿Por qué existe un Movimiento Social-político de Mujeres?
El camino para lograr cambios culturales de libertad, de paz, de equidad e igualdad es largo, y necesariamente requiere de largo aliento.
Pa´lante mujeres, y hombres pro derechos, paz, equidad e igualdad de las mujeres. Se trata de respirar hondo y continuo para sembrar nuevos alientos.
Dice el místico Anthony de Mello refiriéndose a las ilusiones, y citando el texto bíblico de Lucas 12, 49, “He venido a traer fuego a la tierra, ¡Y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo!” El reino que se impone amar es el de la realidad. Con este desahogo estoy quemando ilusiones. La realidad es que tenemos mucho trabajo que hacer para la valorización de la mujer dominicana.
La autora es Trabajadora Social y ciudadana.
¿Qué es la espiritualidad? De: Padre Rogelio Cruz
Es uno de mis grandes temas, la unidad, y el amor entre todas las personas sin importar las religiones. Acá el sacerdote Rogelio Cruz nos habla de esto.
mildred dolores mata
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Religión y espiritualidad
Padre Rogelio Cruz
Amigos quiero compartir con ustedes algo que he recibido y que creo de vital importancia, pues me ha hecho reflexionar mucho.
La religión no es sólo una, sino cientos.
La espiritualidad es una.
La religión es para los dormidos.
La espiritualidad es para los despiertos.
La religión es para aquellos que necesitan que alguien más les diga qué hacer, quieren ser guiados.
La espiritualidad es para los que prestan oídos a su voz interior.
La religión tiene un conjunto de reglas dogmáticas.
La espiritualidad te invita a razonarlo todo a cuestionarlo todo.
La religión amenaza y amedrenta.
La espiritualidad te da paz interior.
La religión habla de pecado y de culpa.
La espiritualidad te dice levántate y aprende del error.
La religión lo reprime todo, te vuelve falso.
La espiritualidad lo trasciende todo, te hace verdadero.
La religión no es Dios.
La espiritualidad es el Todo y por lo tanto es Dios.
La religión inventa.
La espiritualidad descubre.
La religión no indaga ni cuestiona.
La espiritualidad lo cuestiona todo.
La religión es humana, es una organización con reglas.
La espiritualidad es Divina, sin reglas.
La religión es causa de división.
La espiritualidad es causa de unión.
La religión te busca para que creas.
La espiritualidad la tienes que buscar tú.
La religión sigue los preceptos de un libro sagrado.
La espiritualidad busca lo sagrado en todos los libros.
La religión se alimenta del miedo.
La espiritualidad se alimenta de la confianza.
La religión te hace vivir en el pensamiento.
La espiritualidad te hace vivir en la conciencia.
La religión se ocupa del hacer.
La espiritualidad se ocupa del Ser.
La religión te alimenta el ego.
La espiritualidad te hace trascenderlo.
La religión te hace renunciar al mundo.
La espiritualidad te hace vivir en Dios, no renunciar a Él.
La religión es adoración.
La espiritualidad es meditación.
La religión sueña con la gloria y el paraíso.
La espiritualidad te hace vivirlo aquí y ahora.
La religión vive en el pasado y en el futuro.
La espiritualidad vive en el presente.
La religión es un encierro en tu memoria.
La espiritualidad es libertad en conciencia.
La religión cree en la vida eterna.
La espiritualidad te hace consciente de ella.
La religión te da promesas para después de la muerte.
La espiritualidad es encontrar a Dios en tu interior
Leer también en:
http://elmunicipio.com.do/contentsreflex.aspx?key=488
mildred dolores mata
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Religión y espiritualidad
Padre Rogelio Cruz
Amigos quiero compartir con ustedes algo que he recibido y que creo de vital importancia, pues me ha hecho reflexionar mucho.
La religión no es sólo una, sino cientos.
La espiritualidad es una.
La religión es para los dormidos.
La espiritualidad es para los despiertos.
La religión es para aquellos que necesitan que alguien más les diga qué hacer, quieren ser guiados.
La espiritualidad es para los que prestan oídos a su voz interior.
La religión tiene un conjunto de reglas dogmáticas.
La espiritualidad te invita a razonarlo todo a cuestionarlo todo.
La religión amenaza y amedrenta.
La espiritualidad te da paz interior.
La religión habla de pecado y de culpa.
La espiritualidad te dice levántate y aprende del error.
La religión lo reprime todo, te vuelve falso.
La espiritualidad lo trasciende todo, te hace verdadero.
La religión no es Dios.
La espiritualidad es el Todo y por lo tanto es Dios.
La religión inventa.
La espiritualidad descubre.
La religión no indaga ni cuestiona.
La espiritualidad lo cuestiona todo.
La religión es humana, es una organización con reglas.
La espiritualidad es Divina, sin reglas.
La religión es causa de división.
La espiritualidad es causa de unión.
La religión te busca para que creas.
La espiritualidad la tienes que buscar tú.
La religión sigue los preceptos de un libro sagrado.
La espiritualidad busca lo sagrado en todos los libros.
La religión se alimenta del miedo.
La espiritualidad se alimenta de la confianza.
La religión te hace vivir en el pensamiento.
La espiritualidad te hace vivir en la conciencia.
La religión se ocupa del hacer.
La espiritualidad se ocupa del Ser.
La religión te alimenta el ego.
La espiritualidad te hace trascenderlo.
La religión te hace renunciar al mundo.
La espiritualidad te hace vivir en Dios, no renunciar a Él.
La religión es adoración.
La espiritualidad es meditación.
La religión sueña con la gloria y el paraíso.
La espiritualidad te hace vivirlo aquí y ahora.
La religión vive en el pasado y en el futuro.
La espiritualidad vive en el presente.
La religión es un encierro en tu memoria.
La espiritualidad es libertad en conciencia.
La religión cree en la vida eterna.
La espiritualidad te hace consciente de ella.
La religión te da promesas para después de la muerte.
La espiritualidad es encontrar a Dios en tu interior
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Por Mildred Dolores Mata
A los hombres que están matando mujeres se les ha inculcado y estimulado creencias, pensamientos, actitudes, y comportamientos, que vienen de siglos y décadas atrás, y se le alimentan las mismas, con el transcurrir de los años. Al feminicida lo hemos ido formando casi todos y todas.
Se piensa que es un problema de esos hombres. Y no nos podemos visualizar como constructores de esas personalidades, de esas cosmovisiones; como cómplices, por no ponerles a las mujeres, en sus manos, todas las facilidades y recursos para que salgan de relaciones violentas. Y creemos que con exhortarlas a que salgan de una relación violenta, o con que denuncien: basta. No señores y señoras, sin una oferta eficaz de apoyo, aún desde la misma familia, amistades, centros de trabajo, desde los mismos grupos de la comunidad y desde el Estado, la estamos poniendo más en peligro.
Se les ha enseñado a la mayoría de los hombres a no amar y respetar a la mujer, y a las propias mujeres se nos enseña a minimizarnos y a aceptar las desigualdades y la inequidad. Y que desde hace muchos años he percibido y lo veo día a día, que la sociedad no ama a las mujeres, o se nos ama muy poco.
A la mayoría en la sociedad, sólo le suele interesar de la mujer:
1) El vigilarla, para que no salga embarazada, para que no decida amar sin consentimiento de terceros, y que si “ame”, sea por conveniencia.
2) Controlar su cuerpo, y que ella no pueda decidir que hacer con el mismo, como por ejemplo, algo tan sencillo, como que se atreva a tomar fotos desnudas para un novio.
3) Sentir placer con ella como un objeto, aún con violencia.
4) Aprovechar sus energías sin la valoración de su trabajo, de sus aportes, y el no permitirle decidir, y participar del poder.
5) Apreciar que todo lo de ella es malo, feo, debe ser oculto. Como algo tan sencillo de que se cree alguien, que a la mujer no se le debe lavar, o tender sus ropas interiores, a donde se vean. Y eso se multiplica por miles de vergüenzas y de sub valoraciones.
6) Pensar que “la jodieron” porque haya tenido sexo, y que mucho más “la jodieron” si no se “hacen cargo de ella”, y que a partir de ahí haya perdido su valor.
7) El atreverse a proponer el Código Penal que está depositado en el Congreso que si un hombre adulto que abuse de una niña o adolescente si se casa con ella ya no ha cometido un delito.
8) Que algunos padres y madres crean y reciban dinero para que un violador o abusador subsane un abuso contra una menor.
9) El creer que una empleada pueda ser cancelada porque se haya tomado fotos desnudas.
10) Que cuando niña o adolescente la saquen de un grupo campista, o de un equipo de natación, o que no monte animales, no vaya a los ríos, o la saquen de cualquier participación grupal, para que no salga de la casa, y no comparta con varones, sin importarle su desarrollo y potencialización.
11) Que en la mayoría de los grupos, como pasa en algunas iglesias, partidos, clubes, en el Gobierno, en el Congreso, en la Justicia…, que no pueden participar en igualdad.
12) Que no andemos solas, y que nos violen por estar en algunos espacios, o por estar fuera de la casa a determinadas horas, o por vestir de determinadas maneras.
13) Hacer canciones, novelas, películas, muñequitos, anuncios, promoviendo la violencia contra la mujer, el irrespeto, el que sean objeto sexuales, el proyectarla minimizada y el no reconocer sus aportes a la sociedad.
14) Que no pueda dejar de amar y que “aguante” o “lleve su cruz”, la matan o se permite que la maten.
15) Que la condenen porque sigue en una relación violenta, retire querellas, sin darle apoyo legal gratuito, no puedan usar alguaciles gratuitos, no hayan suficientes refugios para cuidarlas, no se le facilite apoyo económico, accesibilidad a vivienda, educación, préstamos, negocios. Etcétera.
16) Que no hayan guarderías infantiles para que pueda trabajar, estudiar, o participar en diferentes actividades, fuera de la casa.
17) Que no se enseñe a los varones a hacer quehaceres domésticos, y que lleve hasta triples jornadas de trabajo.
18) Que no se entienda la importancia de empoderarla, mejorando sus calificaciones para leer, escribir, capacitarse, facilitarle empleo.
19) Que al Ministerio de la Mujer no se le faciliten recursos cuantiosos para poder transversalizar las políticas de género de igualdad y equidad de la mujer, capacitar, sensibilizar, y aún suele, de vez en cuando, pasarle por la cabeza a gente importante, eliminar ese Ministerio.
20) Que los Ayuntamientos no apliquen la ley 176-07 para que en sus planificaciones y ordenamiento administrativo muestren voluntad política para aplicar la equidad de género.
21) Que una mujer sea asesinada o se cometa un feminicidio por el hecho de que alguien crea que le debe obediencia, y que le pertenece, y que no se trabaje con recursos suficientes para cambiar esa situación. Y no se considere que la violencia y el feminicidio son hechos graves, y la revictimicen por falta de sensibilidad y de capacitación, o porque hacerlo no tiene consecuencias.
22) Que en la Constitución de la República se haya aprobado en el Artículo 37 que ella debe darse morir cuando haya un conflicto entre su vida y el fruto de una concepción, y que eso no se impugne como contradictorio con sus derechos fundamentales como persona.
23) Que no se trabaje con ahínco para cambiar el machismo, y los comportamientos abusivos en los hombres que tienen problemas de impulsos violentos, obsesiones, controles y celopatías.
24) Que no se trabaje con ahínco para que las mujeres sean mejores ciudadanas con poder y autonomía.
25) El negarse a ver que el feminicidio es un delito especial a tipificarse acorde con un fenómeno que hoy es pandemia.
Que quienes tienen ojos para mirar continúen este listado, y todas y todos apliquemos soluciones: ¡Ya!
Está también en el link siguiente:
http://elmunicipio.com.do/contentsreflex.aspx?key=481
A los hombres que están matando mujeres se les ha inculcado y estimulado creencias, pensamientos, actitudes, y comportamientos, que vienen de siglos y décadas atrás, y se le alimentan las mismas, con el transcurrir de los años. Al feminicida lo hemos ido formando casi todos y todas.
Se piensa que es un problema de esos hombres. Y no nos podemos visualizar como constructores de esas personalidades, de esas cosmovisiones; como cómplices, por no ponerles a las mujeres, en sus manos, todas las facilidades y recursos para que salgan de relaciones violentas. Y creemos que con exhortarlas a que salgan de una relación violenta, o con que denuncien: basta. No señores y señoras, sin una oferta eficaz de apoyo, aún desde la misma familia, amistades, centros de trabajo, desde los mismos grupos de la comunidad y desde el Estado, la estamos poniendo más en peligro.
Se les ha enseñado a la mayoría de los hombres a no amar y respetar a la mujer, y a las propias mujeres se nos enseña a minimizarnos y a aceptar las desigualdades y la inequidad. Y que desde hace muchos años he percibido y lo veo día a día, que la sociedad no ama a las mujeres, o se nos ama muy poco.
A la mayoría en la sociedad, sólo le suele interesar de la mujer:
1) El vigilarla, para que no salga embarazada, para que no decida amar sin consentimiento de terceros, y que si “ame”, sea por conveniencia.
2) Controlar su cuerpo, y que ella no pueda decidir que hacer con el mismo, como por ejemplo, algo tan sencillo, como que se atreva a tomar fotos desnudas para un novio.
3) Sentir placer con ella como un objeto, aún con violencia.
4) Aprovechar sus energías sin la valoración de su trabajo, de sus aportes, y el no permitirle decidir, y participar del poder.
5) Apreciar que todo lo de ella es malo, feo, debe ser oculto. Como algo tan sencillo de que se cree alguien, que a la mujer no se le debe lavar, o tender sus ropas interiores, a donde se vean. Y eso se multiplica por miles de vergüenzas y de sub valoraciones.
6) Pensar que “la jodieron” porque haya tenido sexo, y que mucho más “la jodieron” si no se “hacen cargo de ella”, y que a partir de ahí haya perdido su valor.
7) El atreverse a proponer el Código Penal que está depositado en el Congreso que si un hombre adulto que abuse de una niña o adolescente si se casa con ella ya no ha cometido un delito.
8) Que algunos padres y madres crean y reciban dinero para que un violador o abusador subsane un abuso contra una menor.
9) El creer que una empleada pueda ser cancelada porque se haya tomado fotos desnudas.
10) Que cuando niña o adolescente la saquen de un grupo campista, o de un equipo de natación, o que no monte animales, no vaya a los ríos, o la saquen de cualquier participación grupal, para que no salga de la casa, y no comparta con varones, sin importarle su desarrollo y potencialización.
11) Que en la mayoría de los grupos, como pasa en algunas iglesias, partidos, clubes, en el Gobierno, en el Congreso, en la Justicia…, que no pueden participar en igualdad.
12) Que no andemos solas, y que nos violen por estar en algunos espacios, o por estar fuera de la casa a determinadas horas, o por vestir de determinadas maneras.
13) Hacer canciones, novelas, películas, muñequitos, anuncios, promoviendo la violencia contra la mujer, el irrespeto, el que sean objeto sexuales, el proyectarla minimizada y el no reconocer sus aportes a la sociedad.
14) Que no pueda dejar de amar y que “aguante” o “lleve su cruz”, la matan o se permite que la maten.
15) Que la condenen porque sigue en una relación violenta, retire querellas, sin darle apoyo legal gratuito, no puedan usar alguaciles gratuitos, no hayan suficientes refugios para cuidarlas, no se le facilite apoyo económico, accesibilidad a vivienda, educación, préstamos, negocios. Etcétera.
16) Que no hayan guarderías infantiles para que pueda trabajar, estudiar, o participar en diferentes actividades, fuera de la casa.
17) Que no se enseñe a los varones a hacer quehaceres domésticos, y que lleve hasta triples jornadas de trabajo.
18) Que no se entienda la importancia de empoderarla, mejorando sus calificaciones para leer, escribir, capacitarse, facilitarle empleo.
19) Que al Ministerio de la Mujer no se le faciliten recursos cuantiosos para poder transversalizar las políticas de género de igualdad y equidad de la mujer, capacitar, sensibilizar, y aún suele, de vez en cuando, pasarle por la cabeza a gente importante, eliminar ese Ministerio.
20) Que los Ayuntamientos no apliquen la ley 176-07 para que en sus planificaciones y ordenamiento administrativo muestren voluntad política para aplicar la equidad de género.
21) Que una mujer sea asesinada o se cometa un feminicidio por el hecho de que alguien crea que le debe obediencia, y que le pertenece, y que no se trabaje con recursos suficientes para cambiar esa situación. Y no se considere que la violencia y el feminicidio son hechos graves, y la revictimicen por falta de sensibilidad y de capacitación, o porque hacerlo no tiene consecuencias.
22) Que en la Constitución de la República se haya aprobado en el Artículo 37 que ella debe darse morir cuando haya un conflicto entre su vida y el fruto de una concepción, y que eso no se impugne como contradictorio con sus derechos fundamentales como persona.
23) Que no se trabaje con ahínco para cambiar el machismo, y los comportamientos abusivos en los hombres que tienen problemas de impulsos violentos, obsesiones, controles y celopatías.
24) Que no se trabaje con ahínco para que las mujeres sean mejores ciudadanas con poder y autonomía.
25) El negarse a ver que el feminicidio es un delito especial a tipificarse acorde con un fenómeno que hoy es pandemia.
Que quienes tienen ojos para mirar continúen este listado, y todas y todos apliquemos soluciones: ¡Ya!
Está también en el link siguiente:
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La sociedad dominicana no ama a las mujeres
Por Mildred Dolores Mata
A los hombres que están matando mujeres se les han inculcado y estimulado creencias, pensamientos, actitudes, y comportamientos, que vienen de siglos y décadas atrás, y se le alimentan las mismas con el transcurrir de los años. Al feminicida lo hemos ido formando casi todos y todas.
Se piensa que es un problema de esos hombres. Y no nos podemos visualizar como constructores de esas personalidades, de esas cosmovisiones; como cómplices, por no ponerles a las mujeres, en sus manos, todas las facilidades y recursos para que salgan de relaciones violentas. Y creemos que con exhortarlas a que salgan de una relación violenta, o con que denuncien: basta. No señores y señoras, sin una oferta eficaz de apoyo, aún desde la misma familia, amistades, centros de trabajo, desde los mismos grupos de la comunidad y desde el Estado, las estamos poniendo más en peligro.
Se les ha enseñado a la mayoría de los hombres a no amar y respetar a la mujer, y a las propias mujeres se les enseña a minimizarse y a aceptar las desigualdades y la inequidad. Desde hace muchos años he percibido y lo veo día a día, que la sociedad no ama a las mujeres, o se nos ama muy poco.
A la mayoría en la sociedad, sólo le suele interesar de la mujer:
1) El vigilarla, para que no salga embarazada, para que no decida amar sin consentimiento de terceros, y que si “ame”, sea por conveniencia.
2) Controlar su cuerpo, y que ella no pueda decidir que hacer con el mismo, como por ejemplo, algo tan sencillo, como que se atreva a tomar fotos desnudas para un novio.
3) Sentir placer con ella como un objeto, aún con violencia.
4) Aprovechar sus energías sin la valoración de su trabajo, de sus aportes, y el no permitirle decidir, y participar del poder.
5) Apreciar que todo lo de ella es malo, feo, debe ser oculto. Como algo tan sencillo de que se cree alguien, que a la mujer no se le debe lavar, o tender sus ropas interiores, a donde se vean. Y eso se multiplica por miles de vergüenzas y de sub valoraciones.
6) Pensar que “la jodieron” porque haya tenido sexo, y que mucho más “la jodieron” si no se “hacen cargo de ella”, y que a partir de ahí haya perdido su valor.
7) El atreverse a proponer el Código Penal que está depositado en el Congreso que si un hombre adulto que abuse de una niña o adolescente si se casa con ella ya no ha cometido un delito.
8) Que algunos padres y madres crean y reciban dinero para que un violador o abusador subsane un abuso contra una menor.
9) El creer que una empleada pueda ser cancelada porque se haya tomado fotos desnudas.
10) Que cuando niña o adolescente la saquen de un grupo campista, o de un equipo de natación, o que no monte animales, no vaya a los ríos, o la saquen de cualquier participación grupal, para que no salga de la casa, y no comparta con varones, sin importarle su desarrollo y potencialización.
11) Que en la mayoría de los grupos, como pasa en algunas iglesias, partidos, clubes, en el Gobierno, en el Congreso, en la Justicia…, que no pueden participar en igualdad.
12) Que no andemos solas, y que nos violen por estar en algunos espacios, o por estar fuera de la casa a determinadas horas, o por vestir de determinadas maneras.
13) Hacer canciones, novelas, películas, muñequitos, anuncios, promoviendo la violencia contra la mujer, el irrespeto, el que sean objeto sexuales, el proyectarla minimizada y el no reconocer sus aportes a la sociedad.
14) Que no pueda dejar de amar y que “aguante” o “lleve su cruz”, la matan o se permite que la maten.
15) Que la condenen porque sigue en una relación violenta, retire querellas, sin darle apoyo legal gratuito, no puedan usar alguaciles gratuitos, no hayan suficientes refugios para cuidarlas, no se le facilite apoyo económico, accesibilidad a vivienda, educación, préstamos, negocios. Etcétera.
16) Que no hayan guarderías infantiles para que pueda trabajar, estudiar, o participar en diferentes actividades, fuera de la casa.
17) Que no se enseñe a los varones a hacer quehaceres domésticos, y que lleve hasta triples jornadas de trabajo.
18) Que no se entienda la importancia de empoderarla, mejorando sus calificaciones para leer, escribir, capacitarse, facilitarle empleo.
19) Que al Ministerio de la Mujer no se le faciliten recursos cuantiosos para poder transversalizar las políticas de género de igualdad y equidad de la mujer, capacitar, sensibilizar, y aún suele, de vez en cuando, pasarle por la cabeza a gente importante, eliminar ese Ministerio.
20) Que los Ayuntamientos no apliquen la ley 176-07 para que en sus planificaciones y ordenamiento administrativo muestren voluntad política para aplicar la equidad de género.
21) Que una mujer sea asesinada o se cometa un feminicidio por el hecho de que alguien crea que le debe obediencia, y que le pertenece, y que no se trabaje con recursos suficientes para cambiar esa situación. Y no se considere que la violencia y el feminicidio son hechos graves, y la revictimicen por falta de sensibilidad y de capacitación, o porque hacerlo no tiene consecuencias.
22) Que en la Constitución de la República se haya aprobado en el Artículo 37 que ella debe darse morir cuando haya un conflicto entre su vida y el fruto de una concepción, y que eso no se impugne como contradictorio con sus derechos fundamentales como persona.
23) Que no se trabaje con ahínco para cambiar el machismo, y los comportamientos abusivos en los hombres que tienen problemas de impulsos violentos, obsesiones, controles y celopatías.
24) Que no se trabaje con ahínco para que las mujeres sean mejores ciudadanas con poder y autonomía.
25) El negarse a ver que el feminicidio es un delito especial a tipificarse acorde con un fenómeno que hoy es pandemia.
Que quienes tienen ojos para mirar continúen este listado, y todas y todos apliquemos soluciones: ¡Ya!
Está también en el link siguiente:
http://elmunicipio.com.do/contentsreflex.aspx?key=481
A los hombres que están matando mujeres se les han inculcado y estimulado creencias, pensamientos, actitudes, y comportamientos, que vienen de siglos y décadas atrás, y se le alimentan las mismas con el transcurrir de los años. Al feminicida lo hemos ido formando casi todos y todas.
Se piensa que es un problema de esos hombres. Y no nos podemos visualizar como constructores de esas personalidades, de esas cosmovisiones; como cómplices, por no ponerles a las mujeres, en sus manos, todas las facilidades y recursos para que salgan de relaciones violentas. Y creemos que con exhortarlas a que salgan de una relación violenta, o con que denuncien: basta. No señores y señoras, sin una oferta eficaz de apoyo, aún desde la misma familia, amistades, centros de trabajo, desde los mismos grupos de la comunidad y desde el Estado, las estamos poniendo más en peligro.
Se les ha enseñado a la mayoría de los hombres a no amar y respetar a la mujer, y a las propias mujeres se les enseña a minimizarse y a aceptar las desigualdades y la inequidad. Desde hace muchos años he percibido y lo veo día a día, que la sociedad no ama a las mujeres, o se nos ama muy poco.
A la mayoría en la sociedad, sólo le suele interesar de la mujer:
1) El vigilarla, para que no salga embarazada, para que no decida amar sin consentimiento de terceros, y que si “ame”, sea por conveniencia.
2) Controlar su cuerpo, y que ella no pueda decidir que hacer con el mismo, como por ejemplo, algo tan sencillo, como que se atreva a tomar fotos desnudas para un novio.
3) Sentir placer con ella como un objeto, aún con violencia.
4) Aprovechar sus energías sin la valoración de su trabajo, de sus aportes, y el no permitirle decidir, y participar del poder.
5) Apreciar que todo lo de ella es malo, feo, debe ser oculto. Como algo tan sencillo de que se cree alguien, que a la mujer no se le debe lavar, o tender sus ropas interiores, a donde se vean. Y eso se multiplica por miles de vergüenzas y de sub valoraciones.
6) Pensar que “la jodieron” porque haya tenido sexo, y que mucho más “la jodieron” si no se “hacen cargo de ella”, y que a partir de ahí haya perdido su valor.
7) El atreverse a proponer el Código Penal que está depositado en el Congreso que si un hombre adulto que abuse de una niña o adolescente si se casa con ella ya no ha cometido un delito.
8) Que algunos padres y madres crean y reciban dinero para que un violador o abusador subsane un abuso contra una menor.
9) El creer que una empleada pueda ser cancelada porque se haya tomado fotos desnudas.
10) Que cuando niña o adolescente la saquen de un grupo campista, o de un equipo de natación, o que no monte animales, no vaya a los ríos, o la saquen de cualquier participación grupal, para que no salga de la casa, y no comparta con varones, sin importarle su desarrollo y potencialización.
11) Que en la mayoría de los grupos, como pasa en algunas iglesias, partidos, clubes, en el Gobierno, en el Congreso, en la Justicia…, que no pueden participar en igualdad.
12) Que no andemos solas, y que nos violen por estar en algunos espacios, o por estar fuera de la casa a determinadas horas, o por vestir de determinadas maneras.
13) Hacer canciones, novelas, películas, muñequitos, anuncios, promoviendo la violencia contra la mujer, el irrespeto, el que sean objeto sexuales, el proyectarla minimizada y el no reconocer sus aportes a la sociedad.
14) Que no pueda dejar de amar y que “aguante” o “lleve su cruz”, la matan o se permite que la maten.
15) Que la condenen porque sigue en una relación violenta, retire querellas, sin darle apoyo legal gratuito, no puedan usar alguaciles gratuitos, no hayan suficientes refugios para cuidarlas, no se le facilite apoyo económico, accesibilidad a vivienda, educación, préstamos, negocios. Etcétera.
16) Que no hayan guarderías infantiles para que pueda trabajar, estudiar, o participar en diferentes actividades, fuera de la casa.
17) Que no se enseñe a los varones a hacer quehaceres domésticos, y que lleve hasta triples jornadas de trabajo.
18) Que no se entienda la importancia de empoderarla, mejorando sus calificaciones para leer, escribir, capacitarse, facilitarle empleo.
19) Que al Ministerio de la Mujer no se le faciliten recursos cuantiosos para poder transversalizar las políticas de género de igualdad y equidad de la mujer, capacitar, sensibilizar, y aún suele, de vez en cuando, pasarle por la cabeza a gente importante, eliminar ese Ministerio.
20) Que los Ayuntamientos no apliquen la ley 176-07 para que en sus planificaciones y ordenamiento administrativo muestren voluntad política para aplicar la equidad de género.
21) Que una mujer sea asesinada o se cometa un feminicidio por el hecho de que alguien crea que le debe obediencia, y que le pertenece, y que no se trabaje con recursos suficientes para cambiar esa situación. Y no se considere que la violencia y el feminicidio son hechos graves, y la revictimicen por falta de sensibilidad y de capacitación, o porque hacerlo no tiene consecuencias.
22) Que en la Constitución de la República se haya aprobado en el Artículo 37 que ella debe darse morir cuando haya un conflicto entre su vida y el fruto de una concepción, y que eso no se impugne como contradictorio con sus derechos fundamentales como persona.
23) Que no se trabaje con ahínco para cambiar el machismo, y los comportamientos abusivos en los hombres que tienen problemas de impulsos violentos, obsesiones, controles y celopatías.
24) Que no se trabaje con ahínco para que las mujeres sean mejores ciudadanas con poder y autonomía.
25) El negarse a ver que el feminicidio es un delito especial a tipificarse acorde con un fenómeno que hoy es pandemia.
Que quienes tienen ojos para mirar continúen este listado, y todas y todos apliquemos soluciones: ¡Ya!
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¡Pongámonos a hablar, a escuchar y a rectificar!
Dicen que las dificultades en la identidad dominicana en cuanto a la vida en democracia, para la participación y para la vida en equipo, vienen desde los años 1492 hasta 1865, años cuando fuimos colonia española, y allá se decidía todo. Y también cuando fuimos colonia haitiana, desde el año 1822 hasta el 1844, período en que éramos dependientes en las decisiones que nos dirigían.
Son un total de 373 años con pocas posibilidades de ser asertivos, autoafirmados en la comunicación, en el relacionamiento interpersonal y en la estabilidad institucional que obligan a la racionalidad, a la disciplina y a socializar criterios en grupo.
Luego fuimos obstruidos en nuestro desarrollo comunicativo y en nuestra interioridad con autonomía, y con un espíritu de disciplina autoimpuesta, por dos ocupaciones norteamericanas, 1916-1924, y en abril del 1965.
La dependencia, la imposibilidad de decidir, de hablar, de ser tomados en cuenta, no desarrolla personalidades empoderadas, y seguras, que puedan ser contrariadas, sin que se vean afectadas en su estabilidad y autoestima.
Los resultados han sido la rigidez, la poca transparencia, la cosificación de las personas, el caudillismo, dictaduras…que fueron coronadas por la de Rafael Leonidas Trujillo desde 1930 hasta 1961.
A partir de Trujillo, se nota en nuestro país, cierto misterio y confusión, sobre los valores que deben constituir las relaciones y el liderazgo deseable en materia de democracia y de consistencia, como cualidades que dan fortaleza a la personalidad.
Recuerdo que cuando el Presidente Antonio Guzmán fue presidente de la República Dominicana para el período 1974-1978, éste, en algunas ocasiones tomaba una decisión, y luego la modificaba. Y se comentaba que si eso era correcto. Y luego eso ha seguido ocurriendo con otros presidentes, y ya no llama la atención como algo desconcertante. Parece que nos vamos flexibilizando.
En el caso chileno, decíamos anteriormente, en otro artículo, que ha habido un dinamismo inusitado de diálogos, propuestas y contrapropuestas, entre el Movimiento Estudiantil y aliados, y el liderazgo político, y el Estado, en todas sus vertientes.
En República Dominicana, en estos días, en diferentes grupos virtuales y espacios presenciales, se ha hablado acerca de la percepción que se tenía de que al interior del partido en el poder se conversara con un miembro de ese partido cuyas actitudes se percibían perjudicaban a ese colectivo de frente al país, por razones diversas: por una solución un poco solitaria de contrariar al propio gobierno de que debemos pagar servicios en medio de una litis, y conflictos con medios de comunicación.
Igual hecho pasó con un compañero de una organización de la sociedad civil que tuvo dificultades con decisiones incorrectas desde los principios y valores de esa organización. Percibí también, dificultad de abordar las relaciones con una comunicación asertiva, y con bregar con las consecuencias.
Traigo estos temas a colación, como ejemplos de algo que se ha comentado con frecuencia durante décadas en las que he vivido, más o menos activa, y dándole seguimiento en la política partidaria y en Movimientos Sociales.
Se trata de que en República Dominicana entendemos la amistad, la camaradería, y la consideración como no abordar a compañeras/os cuando hay dificultades: tememos contrariar, o analizar hechos dolorosos, que implican tensiones, críticas, autocríticas y rectificaciones.
¡Gente!, ¡pueblo!, ¡amistades!, ¡compañeras/os!:… aprendamos a hablar en las dificultades cuando necesitamos enderezar rumbos. El temor a hablar, “la canchanchanería”, el dejar sola a la persona por no pasar momentos tensos, es superficialidad, es falta de entereza, es falta de amistad y es falta de un espíritu que priorice el bien el común, y la misma integridad de nosotras las personas cuando necesitamos mejorar.
En el liderazgo político y social dominicano necesitamos aprender a hablar, contrariarnos, distanciarnos, si es que así sucede, por el bien personal, por el bien de nuestras instituciones, y para dejar atrás esta cultura de mudos, y de relaciones cómodas, e inauténticas. Leyes como la 200-05 de Acceso a la Información Pública, nos están obligando a la transparencia, y a la humildad, a admitir que nos equivocamos, que se nos cuestione, y a rectificar.
También por ahí viene la creación y el remozamiento de tres organismos de Altas Cortes (el Tribunal Constitucional, el Tribunal Superior Electoral y la Suprema Corte de Justicia). Instancias a las que la sociedad podrá acceder para cuestionar y buscar la idoneidad de nosotros como República Dominicana. Estos son organismos que nos exigirán mucho más tolerancia, mucho más humildad, mucho más asertividad, y mucho más autoafirmación comunicativa democrática.
¡Pongámonos hablar, a escuchar y a rectificar! Que un futuro mejor nos pertenezca.
La autora es Trabajadora Social y ciudadana.
http://elmunicipio.com.do/contentsreflex.aspx?key=465
Son un total de 373 años con pocas posibilidades de ser asertivos, autoafirmados en la comunicación, en el relacionamiento interpersonal y en la estabilidad institucional que obligan a la racionalidad, a la disciplina y a socializar criterios en grupo.
Luego fuimos obstruidos en nuestro desarrollo comunicativo y en nuestra interioridad con autonomía, y con un espíritu de disciplina autoimpuesta, por dos ocupaciones norteamericanas, 1916-1924, y en abril del 1965.
La dependencia, la imposibilidad de decidir, de hablar, de ser tomados en cuenta, no desarrolla personalidades empoderadas, y seguras, que puedan ser contrariadas, sin que se vean afectadas en su estabilidad y autoestima.
Los resultados han sido la rigidez, la poca transparencia, la cosificación de las personas, el caudillismo, dictaduras…que fueron coronadas por la de Rafael Leonidas Trujillo desde 1930 hasta 1961.
A partir de Trujillo, se nota en nuestro país, cierto misterio y confusión, sobre los valores que deben constituir las relaciones y el liderazgo deseable en materia de democracia y de consistencia, como cualidades que dan fortaleza a la personalidad.
Recuerdo que cuando el Presidente Antonio Guzmán fue presidente de la República Dominicana para el período 1974-1978, éste, en algunas ocasiones tomaba una decisión, y luego la modificaba. Y se comentaba que si eso era correcto. Y luego eso ha seguido ocurriendo con otros presidentes, y ya no llama la atención como algo desconcertante. Parece que nos vamos flexibilizando.
En el caso chileno, decíamos anteriormente, en otro artículo, que ha habido un dinamismo inusitado de diálogos, propuestas y contrapropuestas, entre el Movimiento Estudiantil y aliados, y el liderazgo político, y el Estado, en todas sus vertientes.
En República Dominicana, en estos días, en diferentes grupos virtuales y espacios presenciales, se ha hablado acerca de la percepción que se tenía de que al interior del partido en el poder se conversara con un miembro de ese partido cuyas actitudes se percibían perjudicaban a ese colectivo de frente al país, por razones diversas: por una solución un poco solitaria de contrariar al propio gobierno de que debemos pagar servicios en medio de una litis, y conflictos con medios de comunicación.
Igual hecho pasó con un compañero de una organización de la sociedad civil que tuvo dificultades con decisiones incorrectas desde los principios y valores de esa organización. Percibí también, dificultad de abordar las relaciones con una comunicación asertiva, y con bregar con las consecuencias.
Traigo estos temas a colación, como ejemplos de algo que se ha comentado con frecuencia durante décadas en las que he vivido, más o menos activa, y dándole seguimiento en la política partidaria y en Movimientos Sociales.
Se trata de que en República Dominicana entendemos la amistad, la camaradería, y la consideración como no abordar a compañeras/os cuando hay dificultades: tememos contrariar, o analizar hechos dolorosos, que implican tensiones, críticas, autocríticas y rectificaciones.
¡Gente!, ¡pueblo!, ¡amistades!, ¡compañeras/os!:… aprendamos a hablar en las dificultades cuando necesitamos enderezar rumbos. El temor a hablar, “la canchanchanería”, el dejar sola a la persona por no pasar momentos tensos, es superficialidad, es falta de entereza, es falta de amistad y es falta de un espíritu que priorice el bien el común, y la misma integridad de nosotras las personas cuando necesitamos mejorar.
En el liderazgo político y social dominicano necesitamos aprender a hablar, contrariarnos, distanciarnos, si es que así sucede, por el bien personal, por el bien de nuestras instituciones, y para dejar atrás esta cultura de mudos, y de relaciones cómodas, e inauténticas. Leyes como la 200-05 de Acceso a la Información Pública, nos están obligando a la transparencia, y a la humildad, a admitir que nos equivocamos, que se nos cuestione, y a rectificar.
También por ahí viene la creación y el remozamiento de tres organismos de Altas Cortes (el Tribunal Constitucional, el Tribunal Superior Electoral y la Suprema Corte de Justicia). Instancias a las que la sociedad podrá acceder para cuestionar y buscar la idoneidad de nosotros como República Dominicana. Estos son organismos que nos exigirán mucho más tolerancia, mucho más humildad, mucho más asertividad, y mucho más autoafirmación comunicativa democrática.
¡Pongámonos hablar, a escuchar y a rectificar! Que un futuro mejor nos pertenezca.
La autora es Trabajadora Social y ciudadana.
http://elmunicipio.com.do/contentsreflex.aspx?key=465