Sergia Galván, dirigente feminista de la República Dominicana, en nombre del Movimiento de Mujeres, nos facilita datos muy cercanos de la vida y de la lucha de Sonia Pierre, en el momento de su despedida, en Villa Altagracia, el 7 de dicembre del 2011, valiosas informaciones que enriquecen el conocimiento sobre tan meritoria luchadora por los derechos de las y los dominicanos de origen haitiano, y por los derechos de las y los inmigrantes haitianos en la RD. ¡Hermosas palabras, sentires cercanos y datos útiles para recrear y conocerla!
mildred dolores mata
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La Patria en Deuda con la Hija
Sergia Galván
Hermana, dame un pétalo de tú valor para poder darte este abrazo de despedida.
Estoy aquí, como parte de miles de voces de mujeres dominicanas y del mundo, porque una amiga, una hermana mayor, merece un solemne y amoroso abrazo de despedida
Sonia es una digna representante del feminismo dominicano contemporáneo. La conocí hace casi tres décadas, en ese momento yo balbuceaba en el feminismo y Sonia en la conciencia contra el racismo, la xenofobia y la exclusión social de la población dominicana de ascendencia haitiana y las y los migrantes. Ella me hizo entender la interconexión entre racismo, xenofobia y sexismo y Ella comprendió que su lucha pasaba también por el género.
Desde su organización originaria, el Centro Cultural Dominico Haitiano, Sonia empezó a reclamar más espacios para las mujeres. Era una osadía al inicio de los 80 hablar de autonomía de las mujeres, de necesidades específicas, de igualdad y ella se atrevió, y es en ese contexto, que surge el Movimiento de Mujeres Dominico Haitiana, MUDHA en el año 1983, el cual cobijó su lucha. Sonia vivió momentos muy dolorosos, pues en sus demandas como mujeres, como feministas tuvo que enfrentar a sus propios compañeros de lucha. Me tocó acompañarla muchas veces en su llanto y en su soledad, en su rabia y en su incomprensión.
Fue una dominicana precursora en organizar a las mujeres en los Bateyes, a las mujeres migrantes, a las mujeres de ascendencia haitiana, les habló de sus derechos, las empoderó, les abrió camino, las emuló a estudiar y a reclamar derechos . Fue pionera en construir escuelas para niñas y niños dominicanos de ascendencia haitiana; en crear espacios de salud para las mujeres migrantes y de ascendencia haitiana; en usar el arte en los bateyes como herramienta educativa, mediante la creación de grupos de jóvenes, niños y niñas, de teatro, danza y diversas expresiones del arte.
Sonia, junto a MUDHA ha formado parte activa en la construcción del movimiento feminista y de mujeres dominicano en las últimas tres décadas. Formó parte de la Coordinadora de ONGs de Mujeres, del Movimiento por la Identidad de la Mujer Negra, de la Red Dominicana por la Salud de las mujeres, del Foro de Mujeres por la Reforma Constitucional, de la Coalición por un Código Penal Moderno y Consensuado y de la Red de Mujeres Afrolatinoamericanas, Afrocaribeña y de la Diáspora, entre otras tantas expresiones del movimiento amplio de mujeres. Ha estado presente en cada lucha y en cada demanda del movimiento de mujeres dominicano, como ejemplo de la globalidad y la trascendencia de su lucha.
Pero la violencia rasguñó su piel. La violencia, el estigma y la discriminación por ser mujer, por ser negra; por ser una dominicana orgullosa de sus ancestralidades; por permitirse hablar; por atreverse a disentir; por pisar fuerte, siempre delante del miedo; por negarse a que el perejil fuera usado como herramienta de exclusión social y se usara para sanar las heridas y las llagas que deja el mercurio rojo de la incitación al odio; por su resistencia contra la desnacionalización; por no reclamar lástima, sino derechos;
La violencia rasguñó su piel, porque la crueldad del odio, no le doblegaba la ternura; porque las amenazas no lograban intimidarla; porque cumplió fielmente el mandato constitucional de que cuando se agoten las vías internas de reclamar derechos, crucemos las fronteras y usemos los instrumentos internacionales de derechos humanos; porque se sentía hermosa; porque vestía impecable; porque cuando el agobio asomaba a su ventana, se refugiaba entre flores y naturaleza en una humilde casa de campo de este su pueblo, a mitigar el dolor y por ser la dominicana que con más fiereza ha defendido su dominicanidad.
Tu bravura es comparable a la de Tingó, Rosa Parks y Domitila Chungara. También fuiste alumna de Mahatma Gandhi al entender que "La violencia es el miedo a los ideales de los demás."
Hermana poderosa, gigante, amiga, compañera de lucha, ahora, Vuela, toma altura, nada entre las estrellas, abrígate con flores, aromas, naturaleza y tierra, comparte tu historia con la luna, toma tus remos y duerme mar adentro en las aguas de la paz, que aquí seguiremos levantando tu bandera, construyendo una historia nueva y recreando tu lucha.
Sergia Galván
Villa Altagracia
7 de noviembre del 2011