http://www.es.amnesty.org/actua/acciones/iran-ejecucion-sakineh/
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Más informaciones desde Amnistía internacional sobre el caso:
Información sobre el caso de Sakineh
Actualizado a 14 de diciembre de 2010
Sakineh Mohammadi Ashtiani, madre de dos hijos, está presa desde 2005. En mayo de 2006 fue condenada a recibir 99 latigazos por mantener una "relación ilícita" con dos hombres. Con posterioridad, fue declarada culpable de tener una "relación extramatrimonial" y condenada a morir por lapidación.
En el juicio, dos de los cinco jueces del tribunal la declararon inocente, señalando que ya había sufrido una condena de flagelación y que no había pruebas suficientes de adulterio contra ella. Sin embargo, los otros tres, incluido el presidente del tribunal, la declararon culpable basándose en el “conocimiento del juez”, un principio de la legislación iraní que permite a los jueces adoptar una decisión en relación con la culpabilidad del acusado, aun en ausencia de pruebas claras o concluyentes.
El Tribunal Supremo confirmó la condena a muerte por adulterio el 27 de mayo de 2007. El pasado 4 de agosto, el Tribunal Supremo comenzó una nueva revisión de esta condena a muerte, aunque tal medida parecía tener únicamente por objeto reducir la presión internacional sobre las autoridades. Sakineh Mohammadi sigue estando expuesta a ser ejecutada en cualquier momento
El 11 de agosto, la televisión pública de Irán emitió una “confesión” de Sakineh Mohammadi, en la que parecía implicarse en el asesinato de su marido. No es la primera vez que se utilizan “confesiones” televisadas como esta para inculpar a personas ya detenidas. Todo parece indicar que las autoridades iraníes han orquestado esta “confesión” y que están inventando nuevos cargos por el asesinato de su esposo. Además, según informes, Sakineh Mohammadi Ashtiani podría haber sido sometida a tortura u otros malos tratos.
Tras las salida de Irán del abogado de Sakineh Mohammadi Ashtiani, Mohammad Mostafaei, por el acoso al que estaba siendo sometido por parte de las autoridades iraníes y su huida a Noruega, la defensa de Sakineh Mohammadi Ashtiani quedó en manos de su otro abogado, Javid Houtan Kiyan. Éste solicitó el 4 de agosto al Tribunal Supremo una revisión judicial de su caso.
El pasado 9 de septiembre, la ejecución por lapidación de Sakineh Mohammadi fue suspendida temporalmente por el Poder Judicial, al parecer para revisar de nuevo su caso, anuncio que Amnistía Internacional considera insuficiente, al no suponer la conmutación de su condena a muerte.
El 1 de noviembre, el fiscal general iraní, en su función de portavoz del poder judicial, confirmó que Javid Houtan Kiyan, abogado de Sakineh, había sido detenido el 10 de octubre y que seguía siendo objeto de investigación por sus relaciones con “grupos antirrevolucionarios en el extranjero”. También declaró que se había hallado a Javid Houtan Kiyan en posesión de tres tarjetas de identidad falsas o duplicadas.
Según los medios de comunicación, Javid Houtan Kiyan fue detenido junto con Sajjad Ghaderzadeh, hijo de Sakineh Mohammadi Ashtiani, y dos ciudadanos alemanes mientras mantenían una entrevista. Amnistía Internacional teme que Javid Houtan Kiyan pueda haber sido detenido solamente por ejercer sus responsabilidades como abogado de Sakineh Mohammadi Ashtiani y por hablar con ciudadanos extranjeros.
Su detención, parte de las actividades de las autoridades contra abogados defensores, menoscaba todavía más un sistema de justicia que ya adolece de muchos defectos y que ha fallado a Sakineh Mohammadi Ashtiani desde el principio. Sakineh lleva semanas sin representación legal y sin acceso a ninguna visita de su familia, lo que hace que su situación sea aún más precaria
Amnistía Internacional cree que tanto Sajjad Qaderzadeh como Javid Houtan Kiyan se encuentran recluidos en Tabriz sin acceso a abogados ni a sus familiares. Por ello, el pasado 12 de octubre la organización pidió a las autoridades iraníes que confirmaran la detención de Javid Houtan Kiyan y Sajjad Qaderzadeh y que los dejaran en libertad si estaban recluidos por las actividades que llevaban a cabo para salvar a Sakineh Mohammadi Hastían la vida. La organización no ha recibido aún ninguna respuesta.
Resulta difícil pensar que Javid Houtan Kiyan y Sajjad Qaderzadeh hayan sido detenidos por otra razón que no sea su deseo de difundir la situación que continúa padeciendo Sakineh Mohammadi Ashtiani y salvar su vida. De ser así, son presos de conciencia y deben ser puestos en libertad inmediata e incondicionalmente, junto con cualquier otra persona detenida por razones similares. De lo contrario han de ser acusados de algún delito común reconocible y juzgados con prontitud y con las debidas garantías, conforme a lo dispuesto en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), en el que Irán es Estado Parte.
El pasado 15 de noviembre, la televisión iraní emitió un programa en el que Sakineh Mohammadi Ashtiani; su hijo, Sajjad Qaderzadeh; su abogado, Javid Houtan Kiyan, y dos periodistas alemanes detenidos actualmente en Irán realizaron unas declaraciones autoincriminatorias.
El presentador de la cadena IRTV1 dijo que las reacciones internacionales a la posible ejecución de Sakineh eran una "guerra propagandística contra Irán". En su tercera aparición en televisión desde agosto, Sakineh se calificó a sí misma de "pecadora" y dijo, refiriéndose a las personas que hacen campaña en su favor: "Me están defendiendo sin ninguna razón. Ni siquiera las conozco". Su hijo apareció "confesando" haber mentido al describir el trato dispensado a su madre en la prisión, a la vez que una voz en off decía que Javid Houtan Kiyan había reconocido haber dicho a Sajjad que mintiera. Se cree que no han tenido acceso a sus familias ni a abogados desde su detención. Según explicó una voz en off en persa, los dos periodistas alemanes habían sido "engañados por una mujer iraní, Mina Ahadi, que hacía campaña en Alemania en favor de Sakineh y los había enviado a Irán, decían. La mujer lo ha negado.
Por otra parte, el pasado 10 de diciembre, el canal de noticias Press TV, controlado por el Estado iraní, emitió una nueva “confesión” de Sakineh. Según los informes de los medios de comunicación, un equipo de producción de Press TV recogió a Sakineh Mohammadi Ashtiani de la prisión, junto con su hijo Sajjad Qaderzadeh, que también estaba detenido en la misma prisión, y los llevó a su domicilio para realizar un "relato visual del delito en el lugar de los hechos", al parecer, para participar un “documental”. Amnistía Internacional ha recordado a las autoridades iraníes que las normas internacionales para juicios justos garantizan el derecho de toda persona a no ser obligada a autoincriminarse ni a confesarse culpable. No es la primera vez que las autoridades iraníes utilizan declaraciones de de este tipo, obtenidas probablemente bajo coacción, por lo que en ningún caso deben admitirse como prueba en los tribunales.
Parece que las autoridades iranies están utilizando a los medios de comunicación de su país para presentar a Sakineh Mohammadi Ashtiani como una peligrosa delincuente que merece ser ejecutada.
Sakineh Mohammadi Ashtiani no debe ser ejecutada, y si permanece recluida únicamente por haber mantenido relaciones sexuales consentidas, las autoridades iraníes deben ponerla en libertad.
Irán sigue teniendo uno de los índices de ejecución más altos del mundo. En 2009 fueron ejecutadas más de 388 personas, al menos 14 de ellas públicamente y al menos una mediante lapidación. Cinco de estas personas ejecutadas lo fueron por delitos cometidos cuando tenían menos de 18 años. Al menos 7 mujeres y 3 hombres siguen actualmente en riesgo de ser lapidadas en cualquier momento, y más de 135 jóvenes podrían ser ejecutados por delitos supuestamente cometidos siendo menores de edad. “Desde 2002, al menos 6 personas han muerto lapidadas en Irán bajo la acusación de haber cometido “adulterio estando casadas”.
Sakineh Mohammadi Ashtiani, madre de dos hijos, está presa desde 2005. En mayo de 2006 fue condenada a recibir 99 latigazos por mantener una "relación ilícita" con dos hombres. Con posterioridad, fue declarada culpable de tener una "relación extramatrimonial" y condenada a morir por lapidación.
En el juicio, dos de los cinco jueces del tribunal la declararon inocente, señalando que ya había sufrido una condena de flagelación y que no había pruebas suficientes de adulterio contra ella. Sin embargo, los otros tres, incluido el presidente del tribunal, la declararon culpable basándose en el “conocimiento del juez”, un principio de la legislación iraní que permite a los jueces adoptar una decisión en relación con la culpabilidad del acusado, aun en ausencia de pruebas claras o concluyentes.
El Tribunal Supremo confirmó la condena a muerte por adulterio el 27 de mayo de 2007. El pasado 4 de agosto, el Tribunal Supremo comenzó una nueva revisión de esta condena a muerte, aunque tal medida parecía tener únicamente por objeto reducir la presión internacional sobre las autoridades. Sakineh Mohammadi sigue estando expuesta a ser ejecutada en cualquier momento
El 11 de agosto, la televisión pública de Irán emitió una “confesión” de Sakineh Mohammadi, en la que parecía implicarse en el asesinato de su marido. No es la primera vez que se utilizan “confesiones” televisadas como esta para inculpar a personas ya detenidas. Todo parece indicar que las autoridades iraníes han orquestado esta “confesión” y que están inventando nuevos cargos por el asesinato de su esposo. Además, según informes, Sakineh Mohammadi Ashtiani podría haber sido sometida a tortura u otros malos tratos.
Tras las salida de Irán del abogado de Sakineh Mohammadi Ashtiani, Mohammad Mostafaei, por el acoso al que estaba siendo sometido por parte de las autoridades iraníes y su huida a Noruega, la defensa de Sakineh Mohammadi Ashtiani quedó en manos de su otro abogado, Javid Houtan Kiyan. Éste solicitó el 4 de agosto al Tribunal Supremo una revisión judicial de su caso.
El pasado 9 de septiembre, la ejecución por lapidación de Sakineh Mohammadi fue suspendida temporalmente por el Poder Judicial, al parecer para revisar de nuevo su caso, anuncio que Amnistía Internacional considera insuficiente, al no suponer la conmutación de su condena a muerte.
El 1 de noviembre, el fiscal general iraní, en su función de portavoz del poder judicial, confirmó que Javid Houtan Kiyan, abogado de Sakineh, había sido detenido el 10 de octubre y que seguía siendo objeto de investigación por sus relaciones con “grupos antirrevolucionarios en el extranjero”. También declaró que se había hallado a Javid Houtan Kiyan en posesión de tres tarjetas de identidad falsas o duplicadas.
Según los medios de comunicación, Javid Houtan Kiyan fue detenido junto con Sajjad Ghaderzadeh, hijo de Sakineh Mohammadi Ashtiani, y dos ciudadanos alemanes mientras mantenían una entrevista. Amnistía Internacional teme que Javid Houtan Kiyan pueda haber sido detenido solamente por ejercer sus responsabilidades como abogado de Sakineh Mohammadi Ashtiani y por hablar con ciudadanos extranjeros.
Su detención, parte de las actividades de las autoridades contra abogados defensores, menoscaba todavía más un sistema de justicia que ya adolece de muchos defectos y que ha fallado a Sakineh Mohammadi Ashtiani desde el principio. Sakineh lleva semanas sin representación legal y sin acceso a ninguna visita de su familia, lo que hace que su situación sea aún más precaria
Amnistía Internacional cree que tanto Sajjad Qaderzadeh como Javid Houtan Kiyan se encuentran recluidos en Tabriz sin acceso a abogados ni a sus familiares. Por ello, el pasado 12 de octubre la organización pidió a las autoridades iraníes que confirmaran la detención de Javid Houtan Kiyan y Sajjad Qaderzadeh y que los dejaran en libertad si estaban recluidos por las actividades que llevaban a cabo para salvar a Sakineh Mohammadi Hastían la vida. La organización no ha recibido aún ninguna respuesta.
Resulta difícil pensar que Javid Houtan Kiyan y Sajjad Qaderzadeh hayan sido detenidos por otra razón que no sea su deseo de difundir la situación que continúa padeciendo Sakineh Mohammadi Ashtiani y salvar su vida. De ser así, son presos de conciencia y deben ser puestos en libertad inmediata e incondicionalmente, junto con cualquier otra persona detenida por razones similares. De lo contrario han de ser acusados de algún delito común reconocible y juzgados con prontitud y con las debidas garantías, conforme a lo dispuesto en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), en el que Irán es Estado Parte.
El pasado 15 de noviembre, la televisión iraní emitió un programa en el que Sakineh Mohammadi Ashtiani; su hijo, Sajjad Qaderzadeh; su abogado, Javid Houtan Kiyan, y dos periodistas alemanes detenidos actualmente en Irán realizaron unas declaraciones autoincriminatorias.
El presentador de la cadena IRTV1 dijo que las reacciones internacionales a la posible ejecución de Sakineh eran una "guerra propagandística contra Irán". En su tercera aparición en televisión desde agosto, Sakineh se calificó a sí misma de "pecadora" y dijo, refiriéndose a las personas que hacen campaña en su favor: "Me están defendiendo sin ninguna razón. Ni siquiera las conozco". Su hijo apareció "confesando" haber mentido al describir el trato dispensado a su madre en la prisión, a la vez que una voz en off decía que Javid Houtan Kiyan había reconocido haber dicho a Sajjad que mintiera. Se cree que no han tenido acceso a sus familias ni a abogados desde su detención. Según explicó una voz en off en persa, los dos periodistas alemanes habían sido "engañados por una mujer iraní, Mina Ahadi, que hacía campaña en Alemania en favor de Sakineh y los había enviado a Irán, decían. La mujer lo ha negado.
Por otra parte, el pasado 10 de diciembre, el canal de noticias Press TV, controlado por el Estado iraní, emitió una nueva “confesión” de Sakineh. Según los informes de los medios de comunicación, un equipo de producción de Press TV recogió a Sakineh Mohammadi Ashtiani de la prisión, junto con su hijo Sajjad Qaderzadeh, que también estaba detenido en la misma prisión, y los llevó a su domicilio para realizar un "relato visual del delito en el lugar de los hechos", al parecer, para participar un “documental”. Amnistía Internacional ha recordado a las autoridades iraníes que las normas internacionales para juicios justos garantizan el derecho de toda persona a no ser obligada a autoincriminarse ni a confesarse culpable. No es la primera vez que las autoridades iraníes utilizan declaraciones de de este tipo, obtenidas probablemente bajo coacción, por lo que en ningún caso deben admitirse como prueba en los tribunales.
Parece que las autoridades iranies están utilizando a los medios de comunicación de su país para presentar a Sakineh Mohammadi Ashtiani como una peligrosa delincuente que merece ser ejecutada.
Sakineh Mohammadi Ashtiani no debe ser ejecutada, y si permanece recluida únicamente por haber mantenido relaciones sexuales consentidas, las autoridades iraníes deben ponerla en libertad.
Irán sigue teniendo uno de los índices de ejecución más altos del mundo. En 2009 fueron ejecutadas más de 388 personas, al menos 14 de ellas públicamente y al menos una mediante lapidación. Cinco de estas personas ejecutadas lo fueron por delitos cometidos cuando tenían menos de 18 años. Al menos 7 mujeres y 3 hombres siguen actualmente en riesgo de ser lapidadas en cualquier momento, y más de 135 jóvenes podrían ser ejecutados por delitos supuestamente cometidos siendo menores de edad. “Desde 2002, al menos 6 personas han muerto lapidadas en Irán bajo la acusación de haber cometido “adulterio estando casadas”.
mildred dolores mata
Santiago, República Dominicana
23 de enero 2011.