La defensa de las 3 causales y los derechos de las mujeres

La sumisión, la dominación, no es democrática, es insolidaria, no es amorosa. No permite transacciones, conversaciones, pactos, de convivencia entre seres libres, iguales y autónomos.


En estos días en la República Dominicana hay personas escribiendo de manera ofensiva sobre las mujeres. Es una práctica que se reproduce, se calma, se intensifica, a través de la historia. Es difícil cambiar opresiones en las que hay grupos colocados bajo privilegios, los cuales se defienden como naturales y esenciales. Nada que genere sufrimiento debe justificarse como natural ni esencial.

En estos días un señor escribió contra la Despenalización del aborto en el Código Penal por 3 causales, argumentaba en base a las experiencias y realidades de otros países. Se tiende a generalizar sobre la no calidad ética de las mujeres para decidir sobre su vida, su salud, su integridad psicológica por embarazos que ponen en peligro su vida, por ser fruto de violación o incesto, o por ser cigotos, embriones o fetos inviables, incompatibles con la vida.

Se generaliza para que se mantenga la penalización en RD sobre la experiencia de otros países donde las mujeres pueden decidir salvar su vida o no, ni pueden ser sometidas a torturas psicológica por embarazos fruto de violación, incesto, o mal formación congénita.

Conviene recordar en RD el caso Esperancita, Rosaura Almonte, quien muere por no hacerle quimioterapia y el aborto, ante la leucemia que padecía, hecho que ocurrió en agosto del 2012 por la penalización absoluta del aborto como se establece en el actual Código Penal:

https://acariciando.blogspot.com/2012/08/muere-esperanza-rosaura-almonte-j-por.html

Las ideas conservadoras que vierten quienes se oponen a la Despenalización del aborto se suelen asociar a la desconfianza que supondría dar derechos y libertades a las mujeres pues esto desencadenaría en debilitar a la familia.

Contraponer los derechos de las mujeres a la defensa de la familia evidencia la posición fundamental de una corriente de pensamiento, o de un escritor, o de una institución…sobre la desigualdad del poder en razón del sexo de las personas. Se presenta nítidamente, de manera integral, la tesitura misógina, anti-autonomía, anti-ciudadanía plena de las mujeres. Se defiende el orden, la familia, el estatus quo, hablando de la familia,sin especificar tiempo, situaciones, funciones, conflictos, economía, como si la familia fuese una estructura atemporal y sin dificultades. Estas personas son conservadores, antidemocráticas, sin disimulo, pues la democracia se fundamentada en la igualdad, en el reparto igualitario de derechos, razón, conciencia.

Quiero explicitar ésta última aseveración.

Para el conservadurismo, la familia patriarcal es el orden. ¿Por qué? En la familia actual, para las personas conservadoras, las mujeres son seres de sumisión, dominadas… Pues el que las mujeres tengan un yo, autonomía, más allá de roles subordinados (de madre, esposa, etcétera) es un peligro para preservar ese modelo de familia patriarcal, que pone en peligro los intereses del machismo que no quiere cambiar, al patriarcado y a todas las entidades que quieren preservar la dominación como sistema.

La lucha de las mujeres por nuestros derechos, la búsqueda de un modelo de convivencia democrática es contrario a estas ideas de seres de segunda, y seres de dominación; a estas ideas se , alinean, ideas y prácticas fundamentalistas jerárquicas religiosas, que deben reformarse, donde se predica que el hombre es el jefe y la mujer sometida, de segunda, tal y como sucede en esas estructuras patriarcales.

La sumisión, la dominación, no es democrática, es insolidaria, no es amorosa. No permite transacciones, conversaciones, pactos, de convivencia entre seres libres, iguales y autónomos.

Un cambio real y solidario de la sociedad es con la inclusión de la mitad de la humanidad que somos las mujeres: sin discriminación, sin encierros opresivos, sin feminización de la pobreza, sin violencia, sin ser consideradas y tratadas como objetos sexuales, sin desigualdad de poder en la política, y sin que otros se consideren dueños de nuestros cuerpos.

Despenalización del aborto por las 3 causales, el derecho a decidir, el ejercicio de la autonomía y de la conciencia hará posible una sociedad que permita pactos, amor entre iguales, una sociedad donde no esté en discusión que las mujeres somos personas.

República Dominicana: ¿Unida o escindida sobre los derechos de las mujeres?

 No se puede servir a dos mandos, a dos aspectos contradictorios de normativas: O somos republicanos, democráticos, o somos un Estado teocrático. Y ojalá prime el carácter de representantes como legisladoras o legisladores y puedan hacer un pacto por la vida, la dignidad y el derecho a decidir de la mitad del país: las mujeres, y con las mujeres más pobres.

Las mujeres queremos un pacto que garantice nuestras vidas, dignidad, integridad, el derecho a decidir, y un poder entre iguales.

Más del 70 % de la sociedad dominicana aprueba el aborto en caso de que la vida de la mujer esté en peligro (79%), y cuando el cigoto, el embrión o feto sea incompatible con la vida fuera del vientre de la mujer (76%). En caso de que una mujer tiene un embarazo fruto de una violación o incesto el por ciento baja a un 67 %. Así lo revela “la Encuesta Nacional sobre Aborto publicada por la firma Untold Research, con sede en Estados Unidos…”. Por lo menos así lo reflejó un estudio del año 2018.

https://www.efe.com/efe/america/sociedad/una-encuesta-revela-que-los-dominicanos-favorecen-despenalizar-el-aborto-en-las-3-causales/20000013-3648670

Aún estamos debatiendo el tema, a las mujeres no se nos ha podido seguir ninguneando, ya hablar del aborto no es un estigma, ni se puede tratar a las mujeres de delincuentes y criminales, “de vida fácil”. Tampoco se podrá seguir limitando programas efectivos de derechos sexuales y reproductivos con servicios limitados en materia de anticonceptivos, así como seguir torpedeando la educación sexual, con sus resultados de niñas y adolescentes embarazadas en un 36.5%. Estudio del UNFPA. https://dominicanrepublic.unfpa.org/sites/default/files/pub-pdf/embarazoadolescentes4.pdf

La República Dominicana ocupa el quinto lugar en embarazos de niñas y adolescentes entre los países de América Latina y el Caribe. Según la Encuesta Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR 2009) un 22% de las adolescentes entre 15 y 19 años en el país ha estado embarazada. https://www.unicef.org/republicadominicana/health_childhood_25945.htm

A nadie le gusta ser tratado con categorías genéricas de discriminación. Mucho menos con categorías de sumisión, dominación, abnegación, martirologio y violencia. Para las mujeres que luchamos en el mundo por nuestra individualidad y autonomía, esa página de seres de segunda, del patriarcado, es inaceptable. Las mujeres pobres dominicanas no pueden seguir muriendo porque se les niega los servicios de salud pública para un aborto seguro.

Igual a las y los legisladores de RD le debe ser difícil vivir en dos (2) aguas.

Esperamos que el tema del aborto sea sacado del Código Penal en su artículo 317. O se apruebe un Código Penal con las tres excepciones o causales. Esperamos que predomine en nuestros legisladores el derecho a ser, a la libertad, a la individualidad, a la coherencia, a los compromisos programáticos de sus partidos. Que puedan nadar sueltos en aguas y luces, como representantes de la sociedad que las/ los eligió, con el deber de proteger a la mitad de la sociedad y principalmente a las mujeres pobres, cuya vida vive en un hilito por los abortos clandestinos, inseguros. Claro que hubiese sido más fácil para las y los legisladores legislar en un marco normativo constitucional sin contradicciones. Pero para eso fueron elegidos, para sopesar su carácter de representantes del pueblo, representantes de la mitad del pueblo que somos las mujeres.

Hay que comprometerse con la vida de la persona que puede ejercer conciencia, eso está en la Constitución, en los derechos humanos, y en preceptos teológicos, comprometerse con la persona que tiene ciudadanía plena. Parte de este planteamiento es analizado por el jurista constitucionalista Cristóbal Rodríguez, el cual plantea:

https://www.diariolibre.com/opinion/en-directo/aborto-y-constitucion-1-2-DA21302221

“Amplios sectores de la sociedad dominicana durante la discusión de la Constitución del 2010 opinaron que el tema del aborto debería estar en la Ley General de Salud.” Pero se impuso un sector anti derecho de las mujeres en el Congreso creyendo que con el artículo 37 de la Constitución se daría la misma dignidad y ciudadanía plena a un feto que a una mujer embarazada, aunque su vida, su salud, su integridad psicológica, estuviese comprometida porque puede morir, o si por llevar un feto inviable, o por violación o incesto.

Sectores que igualan al feto con la mujer, en dignidad y derechos, y que no le aceptan ejercen su ser consciente, y ético, impusieron esa definición sin importar que violentaran aspectos “fundamentales relacionados con la dignidad humana, la libertad individual, la salud, la vida, la integridad y la vida sexual y reproductiva de las mujeres.”

““El artículo 37 constitucional dispone: “El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte”. Entender este texto en el sentido de que establece una prohibición absoluta del aborto pasa por alto una serie de cuestiones sin cuya consideración no es posible entender adecuadamente el conjunto de disposiciones constitucionales relacionadas con el tema.””

Continúa señalando el jurista constitucionalista Cristóbal Rodríguez:

“Imaginemos en primer lugar el escenario, lamentablemente frecuente, de que el embarazo de la mujer constituya una amenaza para su propia vida. Si, conforme el texto de referencia, la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte, impedir que la mujer interrumpa el embarazo para poder sobrevivir al mismo, entraña una flagrante violación de su derecho a la vida.”

El dilema que se quiso imponer en la Constitución no es posible. Dilema, que, según la diputada de entonces, Isabel Bonilla, y lo dijo públicamente, estuvo fundamentado en el miedo.

Tenemos alrededor de 20 años con este dilema.

No se puede servir a dos mandos, a dos aspectos contradictorios de normativas: O somos republicanos, democráticos, o somos un Estado teocrático. Y ojalá prime el carácter de representantes como legisladoras o legisladores y puedan hacer un pacto por la vida, la dignidad y el derecho a decidir de la mitad del país: las mujeres, y con las mujeres más pobres.

Sostiene Cristóbal Rodríguez: “… ¿Cuál es la mejor forma de proteger el derecho a la vida constitucionalmente establecido? La cuestión dependerá del universo de valores éticos y morales que informan la visión del mundo de la madre. Ésta siempre tendrá la opción de sacrificarse, si sus códigos morales, sus creencias religiosas o filosóficas así se lo dictan. Pero debe ser su opción. Su decisión no puede venir impuesta legislativamente, porqueen la tradición republicana en la que se inscribe con fuerza nuestro texto constitucional, el Estado tiene un deber de neutralidad en asuntos morales. “(Negritas de Mildred Dolores Mata).




Un pacto de los movimientos sociales alternativos con las mujeres

Las mujeres no podemos seguir siendo las víctimas de pactos milenarios de quienes  se han apropiado de nuestros cuerpos  y se creen que son sus territorios, sus dueños, y tienen dificultades históricas  para el reconocimiento de la dignidad...

Datos del Ministerio de Salud indican que los abortos inseguros provocan el 10% de las muertes maternas en República Dominicana. La estadística del aborto es difícil de precisar, se hable de 90,000 a 35,000 al año. Pueden ser más, pues es una práctica en muchos casos clandestina. Las mujeres pobres mueren por abortos inseguros y clandestinos cada año.

Se espera solidaridad ante estos cruciales momentos donde se ha planteado aprobar el Código Penal sin eximentes para que el aborto siga siendo penalizado sin las eximentes de permitirse cuando la vida de la mujer está en peligro, cuando un feto es inviable, y cuando el embarazo ha sido fruto de una violación o incesto.

Todo el que se defina progresista sobre la igualdad, sin importar el sexo de las personas, debe defender a las mujeres ante planeamientos que le niegan su derecho a la vida y a la salud. El Aborto no es un tema penal, es un tema sanitario.

Los movimientos sociales debemos sembrar con profundidad nuestros ideales de coherencia, mínimamente, con el Estado de Derecho que establece la Constitución Dominicana sobre la igualdad y la dignidad de las mujeres, la no discriminación, ni la tortura ante situaciones que ponen en peligro su vida y su salud, en sentido integralLa penalización del aborto es una condena al derecho de las mujeres a tener conciencia y ser dueña de un cuerpo sobre el que puede decidir.

Un Pacto Social por los derechos de las mujeres requiere un sacrificio del resto de los movimientos sociales alternativos: el de ampliar y comprometer sus agendas para desarrollar una democracia con el equilibrio de poderes entre mujeres y hombres. Es difícil lograr un desarrollo sostenible y humano en la sociedad dominicana sin la participación de la mitad de esta, que somos las mujeres, ninguneándolas como personas. El conjunto de la sociedad civil debe hacer pronunciamientos explícitos en torno a la agenda de las mujeres en esta parte en la que el conservadurismo se aferra para negarnos nuestra condición de humanas: los derechos sexuales y reproductivos.

Las mujeres no podemos seguir siendo las víctimas de pactos milenarios de quienes se han apropiado de nuestros cuerpos y se creen que son sus territorios, sus dueños, y tienen dificultades históricas para el reconocimiento de la dignidad, de la vida y de la salud de las mujeres.

La sociedad civil tiene que seguir avanzando en sus definiciones para ser coherentes con un una sociedad y un modelo democrático en todas las esferas, y entender que en cada organismo las partes deben tener una cultura de diálogo, de entendimiento, de decisión común y de equilibrio entre mujeres y hombres; y defender un Estado de Derecho laico, donde podamos coexistir fuera de dogmas y fanatismos, con libertad y con libre albedrío.

Avancemos como sociedad civil para ir posibilitando que cese la indefinición de los partidos y del Congreso, para que, como país, podamos lograr profundizar en compromisos con la felicidad, la autonomía, y el ejercicio ciudadano pleno de las mujeres.

Los movimientos sociales alternativos no deben permitir continúen estos pactos donde las mujeres somos las sacrificadas, las víctimas, por tradiciones pre cívicas, pre-reconocimiento al derecho a la individualidad, predemocráticas, porque esto resta legitimidad y autenticidad a otros reclamos donde están envueltos la solidaridad y la libertad.

Las mujeres militamos en el 4% para la educación, por el derecho a la salud, por la situación del campo, de los derechos laborales, hacemos tareas de cuidado por siglos, hemos estado en las luchas contra la corrupción y la impunidad, estamos presentes en los movimientos ambientalistas, en el municipalismo, contra el racismo, en fin, en las luchas sociales. Somos tradicionalmente solidarias, compartimos nuestras fuerzas, a pesar de que la violencia de género estructural establecida por la penalización del aborto mata decenas y quizás un centenar de mujeres cada año, y también por la violencia de género que son los feminicidios.

Pongámonos cónsonos con los restantes 188 países del mundo, de un total de 194, donde la penalización absoluta del aborto no es posible. Seamos un Estado republicano, un Estado laico, no somos un Estado teocrático, caminemos hacia cimentar una sociedad democrática

La libertad del ser, el amor, y la comunidad LGBTIQ+

Uno de mis guías espirituales, el sacerdote jesuita Anthony de Mello, en su libro Una Llamada al amor: Conciencia, libertad y felicidad, en sus 31 meditaciones, resume el amor como la aceptación de las personas sin juicios y sin prejuicios.

Produce bienestar que en República Dominicana estamos trillando y profundizando en caminos de libertad, de autenticidad y de valoración de las diferencias. Este estado de esperanza de que nos acercamos a una sociedad abierta y democrática se fundamenta en las acciones de la viceministra del Ministerio de la Presidencia de Innovación, Transparencia y Atención Ciudadana, la abogada Dilia Leticia Jorge Mera y Olaya Dotel Caraballo, Viceministra de Cooperación Internacional del Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo, MEPyD, de colocar banderas en sus escritorios y en las redes, alusivas a la apertura hacia la comunidad LGBTIQ+.

Estamos en un estadio del tiempo donde las luchas por la igualdad son generalizadas en todas las sociedades: hay más conciencia, más reconocimiento sobre la importancia de la libertad del ser, la democracia se va enraizando, también la libertad y la solidaridad.

Parte de la República Dominicana tiene ciertas tradiciones de conservadurismo y de limitaciones para convivir con respeto ante las diferencias. El disenso, a veces, se suele hacer difícil de manejar. Pero vamos avanzando.

Las personas son más que X o Y en la realidad íntima de sí mismas, en cuanto a sus afectos y a su sexualidad; en esta materia, ningún ser humano se debe considerar, ni tratar, con asignaciones, designaciones, estereotipos, esencialidades, naturaleza… Los afectos y las preferencias sexuales son expresiones de voluntad, de filosofía, de ética, de autonomía, de individualidad, de psicología, yo único interno, sensorialidad que se mueve en libertad...

Todas las personas nacimos para ser felices.

Es inaceptable la opresión y la discriminación por razones de opciones afectivo-sexuales no heterosexuales. La humanidad ha logrado perfilar como valores deseables, la felicidad, el bienestar, la seguridad, la protección y la libertad de las personas, en su subjetividad y voluntad.

Y la felicidad es muy parecidita al amor, a conocer, a manejar el disenso, a la empatía y a la serenidad.Y quienes amamos, mujeres y hombres, heterosexuales u homosexuales, los que hemos conseguido la libertad, es porque se ha podido romper con montones de creencias que nos hacían seres generalizables, seres de naturaleza como si no tuviésemos voluntad, estáticos, tradicionales, estereotipables, y durante milenios se han dado las exclusiones del poder y del reconocimiento como iguales, como a las/os esclavos, a las mujeres, aborígenes, diversos grupos étnicos, y en estos momentos a la comunidad LGBTIQ+ que viene luchando con firmeza por sus derechos.

Uno de mis guías espirituales, el sacerdote jesuita Anthony de Mello, en su libro Una Llamada al amor: Conciencia, libertad y felicidad, en sus 31 meditaciones, resume el amor como la aceptación de las personas sin juicios y sin prejuicios.

En buen dominicano popular, ante las discriminaciones, sobre las personas, grupos, jerarquías religiosas o no, personas laicas, la parte del pueblo que falta en el buen trato, que desprecian, suelo decir el aforismo: “nadie es mejor que nadie”. Y sobre las personas que suelen condenar o despreciar, digo en forma de broma, que pueden tener más dificultades para llegar al cielo que las que aman.

En toda sociedad democrática las personas tienen derecho a tener libertades civiles, integración plena en todos los espacios de toma de decisiones e igualdad en su valía, reconocimiento, consideración y respeto.

Saludos a las viceministras Dilia Leticia Jorge Mera y a Olaya Dotel Caraballo y a sus banderitas. Su accionar ayuda a que en la sociedad dominicana se vayan abriendo la diversidad y la igualdad