Características de la personalidad antisocial

Fuente:http://spanish.scientologyhandbook.org/sh11_1.htm

La personalidad antisocial tiene los siguientes atributos:

1. Habla sólo en términos muy generales. “Dicen...”, “todo el mundo piensa...”, “todos saben...” y expresiones así son de uso continuo, especialmente al difundir un rumor. Cuando se le pregunta: “¿Quién es todo el mundo...?”, por lo general resulta que es una sola fuente; y a partir de esa fuente, la persona antisocial ha inventado lo que pretende que es la opinión de toda la sociedad.

Esto le parece natural, ya que para ella toda la sociedad es una gran generalidad hostil, especialmente contra la personalidad antisocial.

2. Una persona así trafica principalmente con malas noticias, observaciones críticas u hostiles, invalidación y supresión general.

En tiempos pasados se le describió como “chismoso”, “pájaro de mal agüero” o “traficante de rumores”.

Es notable que una persona así nunca transmite buenas noticias u observaciones elogiosas.

3. La personalidad antisocial, cuando transmite un mensaje o una noticia, altera la comunicación para empeorarla.

Detiene las buenas noticias y sólo transmite las malas, que con frecuencia adorna.

Una persona así, también finge pasar “malas noticias” que en realidad son inventadas.

4. Una característica de la personalidad antisocial, y una de las cosas lamentables acerca de ella, es que no responde al tratamiento o a la reforma.

5. Cerca de una personalidad así, vemos compañeros o amigos acobardados o enfermos que, aun cuando no se vuelven realmente locos, se conducen en la vida de manera incapaz, fracasando, sin triunfar.

Esas personas causan problemas a los demás.

Al tratar o educar al compañero íntimo de la personalidad antisocial, éste no tiene ganancia estable, sino que recae con rapidez o pierde las ventajas de su conocimiento, ya que está bajo la influencia supresiva de la otra persona.

Al tratar físicamente a estos compañeros, generalmente no se recuperan en el tiempo esperado, sino que empeoran y sus convalecencias son deficientes.

Es bastante inútil tratar, ayudar o entrenar a personas así mientras permanezcan bajo la influencia de la persona antisocial.

La mayoría de los dementes, lo están debido a estas personas antisociales con las que están relacionados; y por la misma razón, no se recuperan fácilmente.

Injustamente, muy pocas veces vemos realmente a la personalidad antisocial en una institución mental o social; sólo sus “amigos” y su familia están ahí.

6. La personalidad antisocial elige habitualmente el blanco incorrecto.

Si un neumático se pincha por conducir sobre clavos, maldice a un compañero o a algo que no es la fuente causante del problema. Si en la casa de al lado la radio está demasiado fuerte, él patea al gato.

Si la causa obvia es A, la personalidad antisocial inevitablemente culpa a B, C o D.

7. La personalidad antisocial no puede terminar un ciclo de acción. Toda acción sigue una secuencia en que se inicia, se continúa mientras se requiera y se termina como se había planeado. Esto se conoce en Scientology como un ciclo de acción.

El antisocial acaba rodeado de proyectos incompletos.

8. Muchas personas antisociales confiesan abiertamente los crímenes más alarmantes cuando se les obliga a hacerlo, pero no tienen el más mínimo sentido de responsabilidad acerca de ellos.

Sus acciones tienen poco o nada que ver con su propia voluntad; las cosas “simplemente sucedieron”.

No tienen sentido alguno de la causa correcta; y en especial, no pueden experimentar por lo tanto, ninguna sensación de remordimiento o vergüenza.

9. La personalidad antisocial sólo apoya a grupos destructivos, y muestra enojo violento y ataca a cualquier grupo constructivo o de mejoramiento.

10. Este tipo de personalidad sólo aprueba acciones destructivas y lucha contra acciones o actividades constructivas o de ayuda.

A menudo se encuentra que el artista, en especial, atrae a individuos con personalidad antisocial, que ven en su arte algo que debe destruirse, y encubiertamente, “como un amigo”, proceden a intentarlo.

11. Ayudar a otros es una actividad que casi vuelve frenética a la personalidad antisocial. Sin embargo, colabora estrechamente en actividades que destruyen en nombre de la ayuda.

12. La personalidad antisocial tiene un sentido incorrecto de la propiedad y piensa que la idea de que alguien posea algo es un pretexto inventado para engañar a la gente. En realidad, nada se posee nunca.

Cosmopilitismo-Universalismo: KWAME ANTHONY APPIAH

TRIBUNA:

KWAME ANTHONY APPIAH

Llegó la hora del cosmopolitismo


El ideal de Diógenes, ser ciudadano del mundo, era un sueño en su época; hoy no sólo es posible, sino necesario. No se trata de crear un único Gobierno mundial, sino de vivir juntos como una tribu global

KWAME ANTHONY APPIAH 10/01/2008


Mi madre nació en el oeste de Inglaterra, al pie de las colinas Costwolds, en el seno de una familia que, en 80 kilómetros a la redonda, podía rastrear su árbol genealógico remontándose a los primeros tiempos del periodo normando, es decir, a casi mil años antes. Mi padre nació en la capital de la región ashanti de Ghana, en una localidad que sus antepasados habían habitado desde los inicios del reino asante, cuando despuntaba el siglo XVIII. De manera que cuando estas dos personas, nacidas en lugares tan distantes, se casaron en la Inglaterra de la década de 1950, mucha gente les advirtió que sería difícil mantener un matrimonio mixto.

Y mis padres estaban de acuerdo. Fíjense, mi padre pertenecía a la Iglesia metodista y mi madre a la anglicana. Y eso sí era un auténtico desafío.

El cosmopolitismo es universalista, pero considera la diversidad humana como una riqueza. La clave es la tolerancia hacia las opciones de los demás y la humildad respecto a las nuestras. En consecuencia, soy producto de un matrimonio mixto. Bautizado en el metodismo, fui a la escuela dominical en una iglesia de Ghana no adscrita a ninguna confesión concreta y a la que pertenecía mi madre.

Aprendí de mi padre y de mi madre algo que ambos ejemplificaron cuando decidieron convertirse en marido y mujer: una cierta apertura hacia personas y culturas ajenas a aquéllas en las que se habían criado. Creo que mi madre lo aprendió de sus propios progenitores, que tenían amigos en muchos continentes. Me parece que mi padre lo aprendió en Kumasi, que es un lugar políglota, multicultural y abierto al mundo.

Aunque él también lo aprendió a través de la educación. Porque, como muchos de los que tuvieron la oportunidad de asistir a la escuela secundaria en los más remotos
rincones del Imperio Británico, tuvo una formación clásica. Le encantaba el latín y en la cabecera de la cama no sólo tenía su Biblia, sino las obras de Cicerón y Marco Aurelio. En el testamento espiritual que legó a sus hijos nos dijo que siempre debíamos recordar que éramos "ciudadanos del mundo". Utilizó esas palabras, las mismas que Marco Aurelio habría reconocido y hecho suyas.


Después de todo Marco Aurelio escribió: "Qué estrecho es el parentesco que une a un hombre con toda la raza humana, porque se trata de una comunidad, no de la sangre o la simiente, sino del espíritu".

Ahora bien, la primera persona que sabemos que se consideró a sí mismo ciudadano del mundo -kosmou polites en griego, expresión de la que procede nuestro término "cosmopolita"- fue un hombre llamado Diógenes, nacido en algún momento de finales del siglo V en la localidad de Sinope, que, situada en la costa meridional del Mar Negro, pertenece ahora a Turquía. Diógenes, según la tradición, vivía en un gran tonel de terracota. Y se le llamaba cínico -kyneios en griego significa "perro"-, porque vivía como tal.

De manera que le echaron a patadas de Sinope. Fue diógenes el primero en proclamar que era "ciudadano del mundo". Se trataba de una metáfora, porque los ciudadanos comparten un Estado y Diógenes no tenía un Estado mundial al que pertenecer. De manera que él, como cualquiera que haga suya esa metáfora, tuvo que decidir qué quería decir con ella.

Diógenes no quería decir que fuera partidario del establecimiento de un único poder mundial. En una ocasión se encontró a alguien que sí lo era: Alejandro Magno. El aspirante a conquistador del mundo, que, como discípulo de Aristóteles, se había educado en el respeto a los filósofos, le preguntó a Diógenes si había algo que pudiera hacer por él. "Claro", contestó éste, "¿serías tan amable de
apartarte? Es que me estás tapando el sol".

Y esto es lo primero que me gustaría tomar de Diógenes al interpretar la metáfora de la ciudadanía global: no hace falta ningún Gobierno mundial, ni siquiera el de un discípulo de Aristóteles. Lo que Diógenes quería decir es que podemos pensar en nosotros como conciudadanos, aunque no seamos -y no queramos ser- miembros de una única comunidad política, sometida al mismo Gobierno.

Una segunda idea que podemos tomar de Diógenes es que debemos preocuparnos de la suerte de todos nuestros congéneres, no sólo de los de nuestra misma comunidad política.

Además, y ésta es una tercera enseñanza de Diógenes, podemos sacar buenas ideas de todas las partes del mundo, no sólo de nuestra propia sociedad. Merece la pena escuchar a los demás, porque quizá tengan algo que enseñarnos; merece la pena que ellos nos escuchen, porque quizá tengan algo que aprender.

Hay una última cosa que quiero tomar de Diógenes: el valor del diálogo, de la conversación como forma fundamental de comunicación humana. En consecuencia, ésas son las ideas que yo, ciudadano estadounidense del siglo XXI de origen anglo-ghanés quiero tomar de un ciudadano de Sinope que soñó con una ciudadanía global hace veinticuatro siglos.

El cosmopolitismo es universalista: cree que todos los seres humanos importan y que compartimos la obligación de preocuparnos por los demás. Pero también acepta que la diversidad humana constituye un amplio y legítimo abanico. Y ese respeto a la diversidad surge de algo que también se remonta a Diógenes: la tolerancia hacia las opciones vitales que toman los demás y la humildad respecto a las nuestras.

La globalización ha hecho relevante este antiguo ideal, cuando ni siquiera lo era en la época de Diógenes o de Marco Aurelio. Diógenes no sabía de la mayoría de los pueblos -de China, Japón, Suramérica, el África Ecuatorial; ni tan siquiera de Europa Occidental o del Norte- y nada de lo que hiciera podía tener tampoco mucho impacto sobre ellos. Sin embargo, hoy no vivimos en el mundo de Diógenes. Sólo en los últimos siglos, cuando todas las comunidades humanas han ido imbricándose en un único entramado comercial y en una misma red informativa, hemos llegado al punto en el que es realista imaginarse que todos y cada uno de nosotros podemos entrar en contacto con alguno de los seis mil millones de otros seres humanos y enviarle algo que merezca la pena tener: una radio, un antibiótico, una buena idea. Por desgracia, ahora también podemos enviar, por negligencia tanto como por mala intención, cosas dañinas: un virus, un contaminante que se transmite por el aire, una mala idea.

Y las posibilidades de hacer el bien y el mal se multiplican de modo absolutamente inconmensurable cuando se trata de las políticas que los Gobiernos aplican en nuestro nombre.

Juntos podemos arruinar la vida de los campesinos pobres inundando sus mercados de cereales subvencionados; paralizar sectores industriales aplicando aranceles excesivos; proporcionar armas que maten a miles y miles de personas.

Juntos podemos mejorar los niveles de vida, adoptando nuevas políticas comerciales y de ayuda; impedir o tratar enfermedades mediante vacunas o medicamentos; tomar medidas contra el cambio climático global; fomentar la resistencia a la tiranía y el interés por el valor de cada vida humana.

Además, es evidente que la red mundial de difusión de la información -a través de la radio, la televisión, los teléfonos, Internet- no sólo significa que podemos influir en vidas de cualquier parte, sino que también podemos aprender de ellas. Todas aquellas personas de las que tenemos noticia y en las que podemos influir son seres humanos con los que tenemos responsabilidades: decir esto es proclamar simplemente la propia concepción de moralidad.

En consecuencia, el desafío radica en tomar mentalidades y sentimientos constituidos a lo largo de milenios de vida en el marco de grupos locales y dotarlos de ideas y de instituciones que nos permitan vivir juntos como la tribu global que ahora somos.

Porque ahora lo que realmente necesitamos es un espíritu cosmopolita que no sólo nos vea a todos ligados por una conversación del conjunto de la especie, sino que acepte que tomemos opciones diferentes -dentro de cada nación y en las relaciones entre ellas- sobre nuestra forma de vivir.

Traducción de Jesús Cuéllar Menezo.

Kwame Anthony Appiah es filósofo y profesor en la Universidad de Princeton.

Datos sobre Producto Bruto Interno en Haití

haití-economía 10-01-2008

El gobierno haitiano espera que la economía local crezca un 4,5% en 2008

El Gobierno haitiano prevé que la economía local crecerá un 4,5 por ciento este año, 0,8 por ciento más que en 2007, informó hoy el Ministerio Economía y Finanzas.

La economía haitiana empezó a crecer nuevamente hace tres años después de que sufriera un estancamiento en 1991 debido al embargo internacional.

La economía haitiana empezó a crecer nuevamente hace tres años después de que sufriera un estancamiento en 1991 debido al embargo internacional impuesto en Haití tras el golpe de estado militar contra el entonces presidente Jean Bertrand Aristide.

Durante este periodo el Producto Interno Bruto (BIB) cayó en más de 21 por ciento.

A partir de 1996, durante el primer mandato del actual presidente René Préval, la economía registró una mejoría, pero en la siguiente administración de Aristide (2001-2004) registró un descenso debido a la crisis política que vivió el país, el más pobre de América.

http://actualidad.terra.es/nacional/articulo/gobierno_haitiano_espera_economia_local_2170212.htm

Tercera parte: Debate sobre Haití, República Dominicana,inmigrantes...: José Manuel Guzmán I y otro participante.


Tercera parte: Continuación Debate entre Ovidio Ortega (pseudónimo) y José Manuel Guzmán Ibarra.

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Posición de Ovidio Ortega (pseudónimo)


Nunca he buscado descalificar sus argumentos, lo único que quiero hacerle ver es que de alguna manera YO soy más realista al ver el problema que va a venir, entre dominicanos comunes y haitianos peleándose por un espacio
vital, conflictos que serán de sangre, si es que el Estado dominicano, no asume ahora que puede, una política definida con relación al grave problema que significa la gran cantidad de haitianos y haitianas pobres que entran y permanecen en el país y que para colmo de males ya están exigiendo derechos de minorías.

Mi expresión en torno al plano formal donde usted se ubica viene a colación porque entiendo que desde esa posición, que es la que han asumido los políticos del patío el problema se hará cada día más complejo y terminarán resolviéndolos los que no tienen juicio, y toman un machete, y convertidos en trullas, asesinan a un pobre e indefenso haitiano que no era siquiera parte
del problema por el que estos "dominicanos" estaban adoloridos.

¿ENTIENDE AHORA CUAL ES MI PREOCUPACION.?

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Posición de José Manuel Guzmán I

Agradezco que mantengamos en lo más elevado posible el debate, sabemos que no hay un tema más efervescente que el tema de la migración haitiana.

Coincido totalmente en la necesidad de atender el tema migratorio. No coincido con usted en pensar que la sola migración, como en ninguna parte del mundo, por sí misma, fomente o propicie, o sea, sino fatal, de un enfrentamiento sangriento. En cualquier caso, una desgracia de sangre podría ser un tema social, antes que enfrentamiento de países.

Debemos trabajar para que eso no ocurra en ningún formato y una forma de evitarlo es exigiendo el total y absoluto respeto para ese grupo migratorio. Mismo que exigimos para nosotros mismos, local e internacionalmente.

El exigir derechos de minorías no es algo que debe asustarle, no hay tal derecho de minorías, existe el derecho que les corresponde. Más debe asustarnos que
haya mucho de verdad en la necesidad de exigir un derecho que tienen porque significa que alguien lo niega.

Los políticos de patio, y si quiere los vamos repasando uno a uno, no suelen tener la posición que algunos hemos defendido aquí.

Más bien lo común es la posición que usted y Pelegrín y FNP defienden, con tal fuerza que sí hay una especie de descalificación a priori de cualquier posición basada en algo diferente que las posiciones históricas y nacionalistas.

A nadie nos gusta que nos digan malos patriotas o enemigos de la patria, sea de forma directa o sea como marco que delimita el debate…si se sale uno de ahí cae en la definición de traidor. Eso es una barbaridad.

Su preocupación viene ocurriendo de forma abusadora por años.

Existe también el acusar al haitiano de lo malo que acontece. Si es un robo, seguro fueron haitianos. Si es robo de reses, también. No hay el debido procedimiento de
defensa. La policía suele abusar. Migración al deportar despoja de bienes y dinero y si hay que matar a uno para ocultar un asesinato local o pasional, también.

La injusticia traerá sangre casi sin dudas…con los haitianos y con nuestros conciudadanos. No podemos vivir sin justicia.

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Posición de Ovidio Ortega (pseudónimo)


Oiga amigo, no se me haga el loco, que usted y yo sabemos y lo sabe el mundo entero, que si usted está secando el piso y no cierra la fuente de agua que lo moja, no estamos en nada, nada, nada.

Una de las estrategias del nuevo dominio es fragmentar la realidad y de esa manera nunca se podrá llegar a la raíz del problema. Usted sabe porque se desterró de los ámbitos sociológicos el método de análisis marxista; fue
desterrado, no porque fuera obsoleto o ineficaz, sino todo lo contrario porque era un método que enseñaba a no perder nunca de vista el sentido de totalidad que tiene todo fenómeno.

Haití es una espina que está clavada en medio del alma nacional, y si queremos desarrollarnos algún día debemos tratar de que ellos se desarrollen y cuál es la mejor forma, aportando nosotros lo mucho que ya aportamos con
la presencia de millones de sus pobres en nuestro suelo, pero impulsando una campaña para que los llamados amigos de Haití asuman su deuda histórica con ese pueblo y no pretendan echarnos esa canana a nosotros.

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Posición de José Manuel

¿De verdad le parece que me estoy haciendo el loco? Yo creo que debemos ver el problema global con sus implicaciones que básicamente son sociales, clasistas, raciales y económicas.

Haití no es una espina, es una realidad.

Debemos, claro, aportar a nuestro desarrollo primero y también al de ellos.

Creo que es bueno decirle a las potencias el argumento de la “deuda histórica”, pero no me sentaría a esperar su saldo.

Tampoco creo que eso nos exime de bregar con el tema migratorio, primero como tema migratorio y tratar de mantenerlo en ese nivel y no en un plano de sobrevivencia nacional en los dos países.

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Posición de Ovidio Ortega

Eso de domínico haitiano es un invento, en plano real o se es dominicano o se es haitiano, como tampoco existe lo domínico americano.

¿Acaso los norteamericanos cuando nacionalizan a alguien aceptan que estos juren diciendo así: "JURO DEFENDER LA BANDERA NORTEAMERICANA, SALVO SI SE ENCUENTRA EN CONFLICTO CON LA República Dominicana MI SEGUNDA PATRIA", a la hora de la verdad o eres haitiano o eres dominicano, no seamos más papitas que el Papa, que por eso es que nos pasa.

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Posición de José Manuel

Claro que existe. No existirá en muchos países el reconocimiento de tal cosa como la biculturalidad o incluso la binacionalidad; pero de que existe,
existe.

Es más, cada día esa es la realidad mayoritaria. Ejemplos en todos los niveles nos arropan. ¿Qué nacionalidad era Joaquín Balaguer? Hijo de Joaquín Balaguer Lespier, comerciante de ascendencia catalana nacido en

Puerto Rico, y Carmen Celia Ricardo, dominicana. ¿Qué nacionalidad era Juan Bosch? Emilio Bosch y Gaviño, hijo de don José Bosch y doña Ángela Gaviño. El padre de nacionalidad española y la madre, nacida en Juana Díaz, Puerto Rico. Hostos habló de la identidad caribeña. La familia Henríquez y Carvajal, iba y venía de las islas, especialmente de Cuba dónde consideran a Camila Henríquez Ureña una cubana. Recientemente están los escritores dominicanos Junot Díaz y Julia Álvarez, ambos nacidos fuera del país y de padres dominicanos. ¿No son
dominicanos, por lo menos en parte? Ejemplos más contundentes, Heureaux, afectuosamente conocido como Lilís, había nacido en


Puerto Plata, hijo de padre haitiano y madre de
San

Thomas, hablaba inglés y francés, además de castellano. ¿estuvo en peligro la soberanía? Ninguno de sus padres era dominicano. Eso sin contar a Julito Hazim, a Mukien y todos los hermanos San Ben, Jacobo Majluta, de origen
diverso y que en sus vidas privadas muchos de ellos, guardan tradiciones, cultura, idioma a veces, que no son dominicanos. Eso está muy documentado en el mundo. Tener múltiples fuentes de identidad es cada día más común y lejos de ser un peligro o de empobrecernos nos hace más humanos. Hay domínico haitianos…lo admita o no.

El problema tampoco sería ese. El problema fundamental es hacernos el loco en reconocer a un montón de hijos de origen más dominicano que Ulises Heraux al que no queremos reconocer la dominicanidad que les asiste.

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Posición de Ovidio Ortega (pseudónimo)

"Ya en junio de 1949, una misión de alto nivel de la flamante Organización de las Naciones Unidas, después de estudiar durante meses la realidad haitiana, concluía en el punto No.5 de su informe, exhortando a los gobiernos haitianos "a fomentar la migración masiva de sus nacionales, en forma de familias enteras y con carácter permanente, hacia otras zonas del Caribe menos pobladas"."
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Posición de José Manuel

Agradezco la cita, que tengo que concluir es de Pelegrín Castillo.

Estudioso, activo, de impecable trayectoria en el Congreso. No obstante en su fuente él no brinda la cita directa y nos deja a oscuras del contexto en el que pudo haber ocurrido la misma. Esa época por cierto, era la misma de la tesis de blanquear el país…

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Posición de Ovidio Ortega

Lamento decirle eso quisiera yo, que Trujillo fuera el único enemigo jurado de la República Dominicana, pero lamentablemente hoy como ayer estamos llenos de ellos y el principal de ellos está constituidos por una banda de
plumas amaestradas, de a tanto por línea, enquistadas en los medios de comunicación y centros académicos, ONGes,... que para que le cuento.

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Posición de José Manuel

No creo que esa forma sea adecuada.

¿Tiene usted constancia de que todo el que escribe diferente a lo que usted plantea son enemigos de nuestro país?

Antes me referí un poco a eso. Es una forma de espada de Damocles, que no se usa contra nadie específico, como decir, si alguien se atreve a plantear una posición contraria entonces es un enemigo jurado, o un tonto, o un anti patriota.

De ninguna forma esto es adecuado para afrontar un tema sumamente complejo como el que nos ocupa.

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Posición de Ovidio Ortega-pseudónimo

Quien habla de abuso es el que quiere imponernos por la fuerza, bajo chantaje, denuncias falsas, verdades a medias, acusaciones internacionales, manipulación, sofismas y discursos bonitos, fragmentación del alma de la familia nacional y sofismas baratos.

El patriota es el que vive en paz en su país, y si está en otro ajeno no pretende lo que no le corresponde.

Además los problemas entre dominicanos y haitianos siempre han sido en nuestro territorio, nunca de aquel lado.

¿Por qué será? Patriota es el que no se hace el indiferente ante los peligros de su gente.

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Posición de José Manuel

No se diferenciar un sofisma barato de uno caro. Sofismas son refutaciones con objetivo de defender algo falso confundiendo al oyente o interlocutor, mediante una argucia en la

argumentación que puede consistir, o bien en exponer
premisas

falsas como verdaderas, o bien en seguir de premisas verdaderas conclusiones que no se siguen realmente de dichas premisas. Estos argumentos, falsos, pero en apariencia verdaderos, pueden ser lingüísticos o
extralingüísticos. En aras de que podamos tener un debate serio, debemos evitar los sofismas. Una forma es sustentando las argumentaciones, cuando se pueda, con datos verificables.

Las acusaciones internacionales en muchas ocasiones han pecado de alguna exageración, pero no de falsedad. El patriota puede no vivir en su país: como Duarte. Y si está en otro país, vive correctamente y siempre exige su derecho, porque el amor a la patria si genuino es también amor a la justicia.

Su pregunta es interesante y se puede responder de muchas formas. Una, por una razón obvia, nosotros somos más
ricos que nuestros vecinos. Otra, muchas veces hemos usado el territorio y la solidaridad haitiana para fines patrióticos ejemplo: la Restauración.

Otra, si investigamos veremos algunas cosas que sí han ocurrido, pero no se destacan mucho porque Haití es el país más cercano y más lejano al mismo tiempo.

Patriota es el que ama a su patria. Eso lo obliga a no ser indiferente a su gente. Usted y yo, con posiciones diferentes, somos ejemplo de que nos ocupa nuestra gente.

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Posición de Ovidio Ortega

¿Qué es lo justo" ¿Qui et veritas?, señor José Manuel.

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Posición de José Manuel

Veritas Prima: Ad veritas an nihil, Ius et veritas. Iuris exsecutio non habet iniuriam.

Feci quot potui, faciant meliora potentes.


José Manuel

Segunda parte debate Haití-R. Dominicana, migrantes...: José Manuel Guzmán Ibarra y autor con pseudónimo

Segunda Parte: Continuación del intercambio entre Ovidio Ortega (pseudónimo)Y José Manuel Guzmán Ibarra.
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Escribe Ovidio Ortega (pseudónimo)

Ciertamente no definí el otro plano, pero se puede intuir fácilmente, como usted lo has hecho, esto es la realidad nuestra como nación, la realidad depobreza y atraso que muestra nuestra nación, de necesidades insatisfechas de nuestro pueblo pobre y oprimido, simplemente eso, que nosotros como nación no podemos darnos el lujo que pretenden algunos de ponernos a jugar a los derechos universales para los extranjeros, aunque entiendo la validez de sus argumentos, no piense que soy un desarmado indiferente al dolor humano, no es eso, es que entiendo que mi deber como dominicano, está primero con los míos que sufren las mismas dificultades que el extranjero miserable que viene aquí a ponernos en el cuello un poco de carga más de la que ya tenemos. No podemos aunque quisiéramos dejar de atender a nuestros pobres para atender los pobres del vecino.

No hay duda, ya lo decía Hegel, "Todo lo real es racional y todo lo racional es real" o al menos debemos de tratar de racionalizar lo real, con mayor razón en el plano social. No sé si a usted le parece racional que una nación actúe de manera irresponsable con sus propios ciudadanos para hacerse el simpático ante la banda de farsantes que promueven el globalismos irresponsable que pretende despojar a las naciones de sus recursos y de sus valores y encima de esas ruinas ellos rediseñar el paraíso eterno de los saqueadores del pasado que hoy promueven valores en los que ellos nunca han creídos, como eso de los Derechos Humanos.

O es que nos vamos a hacer los estúpidos e ignorar lo que hacen los paladines de los Derechos Humanos:
Unión Europea, Estados Unidos de América entre otros de la comparsa, con el pueblo de Iraq, Cuba, Venezuela y no hablemos del pasado, por favor.


Ovidio Ortega (pseudónimo)

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José Manuel responde:

El plano formal y racional es el plano en el que podemos estar de acuerdo,por lo menos en nuestros desacuerdos. Los derechos universales no lo son para nacionales o extranjeros, por eso son universales. En este primer párrafo permítame citar a Montesquieu: "Si yo supiese algo útil para mi familia y que no lo fuese para mi patria, intentaría olvidarlo. Si yo supiese algo útil para mi patria y que fuese perjudicial para Europa, o bien que fuese útil para Europa y perjudicial para el género humano, lo consideraría como un crimen, porque soy necesariamente hombre mientras no soy francés más que por casualidad."

Así, no me parece que podamos ser responsables con nuestros conciudadanos a costa de atender el tema de los Derechos Humanos, del respeto a la dignidad humana y de la necesidad de crear un concepto de ciudadanía sin ver en la migración un problema diferente a lo que es sin otras lecturas, un complejo problema de migración.
Lo que hagan otros no es un tema que exime de la gravedad de que cualquier violación a los Derechos Humanos, a la dignidad humana, y a nuestro propio conjunto de leyes, es una barbaridad. No se trata de ser o no simpáticos, se trata de merecer libertad y soberanía, al actuar con responsabilidad.

José Manuel.
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Debate sobre Haití y República Dominicana, inmigrantes haitianos, y los dominicanos de ascendencia haitiana; José Manuel Guzmán I y otra persona

He aquí un debate entre dos personas con posiciones diferentes sobre los temas de los foros migración. Este debate es parte de una Red, y estoy autorizada a reproducirlo.

Primera parte Debate sobre Haití y República Dominicana, sobre inmigrantes haitianos, y sobre los dominicanos de ascendencia haitiana
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Ovidio Ortega- pseudónimo

PRO-HAITIANOS: EL CONCEPTO PATRIA E IDENTIDAD NACIONAL HUELE A SANGRE NO SIGAN INVENTANDO.

"Señor José Manuel, me parece que estamos hablando de cosas distintas, usted por lo visto está ubicado en el plano de lo formal, nos habla de las leyes y de su universalidad, sobre todo en lo que se refiere a los derechos humanos,que es un concepto que anda en boca de todos, porque suena lindo y además existen países que financiaron los niveles de desarrollo que exhiben en
presente en base al robo y al saqueo de terceros país, continentes y razas inclusive.

Y son esos países los que hoy suben a la cátedra de San Pedro a predicar sobre los derechos humanos y a sancionar a los países que según este grupo de farsantes violan los derechos que ellos con sinceridad nunca han respetado.

Todo eso es poses, todo eso es simulación. Porque detrás de todas esas palabrerías baratas no existe un verdadero acto de contrición, de devolver por lo menos partes de lo mucho que obtuvieron con la esclavización de las naciones que esclavizaron.

¿Dónde está la acción que ha hecho Francia con Haití en ese sentido?

Muy bello discurso el de los Derechos Humanos, pero palabras nada más. Aun a pesar de todo esto me declaro partidario del respecto de los Derechos Humanos, pero mi primer deber como cristiano está con los míos y luego con
los demás. Ningún derecho por más internacional que pretenda ser puede pedirme que sacrifique mi espacio vital, en el que me toca vivir a mí a mis hijos, para que vivan y se desarrollen los hijos de los haitianos.

Pues da la casualidad que yo no me dio el lujo de tener 10 hijos porque sé que con trabajo puedo educar uno, pero el haitiano que viene a vivir y ha sobrevivir aquí tiene 11 y esos hijos de él tengo que mantenerlo YO con mis impuestos, mientras el ESTADO DOMINICANO no tiene para mejorar la universidad pública donde estudia mi hija porque ha tenido que dedicar millones para esos haitianos pobres a los que tu quieres darle Derechos Humanos y YO también quiero darle DH pero quiero darse en Haití.

El problema haitiano lamentablemente es más complejo que los simples formalismos legales al que quieren reducirlo los ENEMIGOS JURADOS DE LA NACION DOMINICANA.

Ya en el 1949 una Comisión de las Naciones Unidas aconsejaban a los gobiernos haitianos que incentivaran la salida masiva de familias enteras de haitianos hacia otros territorios del Caribe menos poblados. Eso evidentemente es un claro indicativo de que nada de lo que estamos viviendo con los haitiano está ocurriendo por casualidad, TODO ES PARTE DE UN PLAN DISEÑADO al que muchos les sirven y hacen el juego, UNOS PORQUE COBRAN POR SU LABOR MERCENARIA Y otros porque su escasa formación no le permite ver más allá de las píldoras envenenadas que les dieron a leer en los libritos de
HISTORIA 011 EN LA UASD.

No existe lo dominico-haitiano y usted lo sabe, "¿son dominico haitianos los que quieren formar un partido para defender los derechos de los ciudadanos residentes en el país de ese origen?" de que derecho usted me habla, cuando usted sabe que la mayoría de los haitianos que andan con documentos dominicanos han sido obtenidos de manera fraudulenta.

Quizás usted se despache diciendo, lo que dicen muchos irresponsables, y perdone la comparación, NO ESO ES PROBLEMA DEL ESTADO QUE DEBE PONER CONTROL, y es verdad, pero yo le digo eso va a traer más problemas de los que se imaginan los que están detrás de esta campañita de los Derechos Humanos de los HAITIANOS en la República Dominicana, que racismo, que maltrato, que minoría, que pobres, que humanidad.

Para que no le tome de sorpresa a los que están detrás de esa marrulla, ESTAN TRILLANDO UN CAMINO MUY PELEGROSO. EL CONCEPTO PATRIA E IDENTIDAD NACIONAL HUELE A SANGRE NO SIGAN INVENTANDO."

Ovidio Ortega-pseudónimo.
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Respuesta de José Manuel Guzmán Ibarra-[/sise]

Estimado ciudadano, discúlpeme, pero hay muchas cosas interesantes en lo que usted plantea.

Primero: habla usted de una dicotomía interesante, del plano formal y de otro plano, el cual no define. Sí, ciertamente yo estoy ubicado en ese plano. Un país civilizado, gran reto nuestro, pasa porque lo real y lo
formal sean una misma cosa.

Segundo: no entiendo bien si al decirme que estoy en lo formal busca demostrar la incorrección de mis argumentos, pero entiendo menos como pasamos de eso al tema de los Derechos Humanos, derechos los cuales se derivan de valores universales, en casi todas las culturas, en casi todas las religiones, aunque no en todas las ideologías. No importa si alguien lo financia o no.

Lo que importa es su vigencia, su universalidad, su
trasnacionalidad o lo que es lo mismo la no existencia de limites por razones fronterizas o de cultura o de creencia religiosa. Esos principios no son impuestos, pero son universales. Y deben ser aplicables en todos los
países.

En Haití ciertamente, para haitianos y para no haitianos y en nuestro país, por igual. Ciertamente estamos hablando de lo mismo, a nadie debe caberle duda, sólo que usted lo está enfocando de una manera y yo de otra.

Tercero: Francia y todos los países colonizadores tienen, en algún sentido, una responsabilidad moral con los países más pobres. Especialmente con aquellos que fueron explotados directamente. Ahora bien, lo que aquí estamos
debatiendo hasta ahora no es la solución de Haití, sino nuestra relación como parte interesada del problema de minorías en nuestro país, de la aplicación de los Derechos Humanos para legales e ilegales haitianos y
domino-haitianos y de la migración en nuestro país. El tema Haití resto del mundo es otro tema, que ciertamente incluye nuestro debate, pero toca muchos otros también.

Cuarto: sí hay dominico haitianos. Es de extrema gravedad y de grandes repercusiones a nivel internacional y de organización como Estado que se pretenda desconocer esa realidad y que queramos dejar de lado el hecho de que un dominicano o dominicana se emparenta con un haitiano o haitiana y quede esa unión nace en el territorio, una persona con derecho a identidad y nacionalidad y que la condición de ilegal de uno de los padres no neutraliza o anula la realidad de que la nacionalidad por jus sanguinis le corresponde. Dejo fuera, por entender la ambigüedad de nuestra constitución (y por reconocer el derecho de regular la nacionalidad de otro modo, en este
aspecto), el hijo de haitianos ”ilegales” nacidos en el país.

Quinto: Me gustaría saber la fuente de la afirmación ”Ya en el 1949 una Comisión de las Naciones Unidas aconsejaban a los gobiernos haitianos que
incentivara la salida masiva de familias enteras de haitianos hacia otrosterritorios del Caribe menos poblados”. Me gustaría ver el texto y elcontexto de eso que usted afirma sucedió. Reconozco mi desconocimiento.
Pongo en duda, sin embargo, que las Naciones Unidas haya recomendado tal cosa. No lo ha hecho en casos tan extremos como el de Haití en otras latitudes.

Sexto: el único enemigo jurado de la nación dominicana murió a tiros el 30 de mayo. La fortaleza de la nación dominicana está en continuar avanzando por el camino de los derechos y la institucionalización.

Séptimo: ha habido sangre más de la que nadie con valores humanistas ocristianos puede haber querido. El abuso, contra un nacional o contra un extranjero, viene de gente malvada. El patriota no teme perder su patria, ni ve enemigos por doquier. El patriota sabe vivir en paz y no ve peligro dónde no lo hay.

No inventen, para que seamos libres, primero tenemos que ser justos.

José Manuel Guzmán Ibarra



Jorge Eliécer Gaitán: la violencia , la intolerancia política y sus consecuencias en el Colombia de hoy

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Jorge Eliécer Gaitán


En este post coloco algo de información sobre el 'bogotazo' y la muerte del líder liberal abogado Jorge Eliécer Gaitán.

Una causa de lo que está pasando en Colombia: la intolerancia del otro para manejar las diferencias. Las sociedades pagan caro esa actitud. En la política eso es mortal, y se refleja en los fraudes, en la dictadura, en los golpes de Estado.

Los antagonismos de clases sociales necesitan de líderes y de estructuras que no inhiban la participación, el debate, los acuerdos, los compromisos, las leyes, las consultas, los programas de gobierno, la opinión pública, la educación, los foros, los blogs, las redes virtuales...

Todos estos son mecanismos de cohesión, de tolerancia, de poder expresar las diferencias; la democracia con la circulación de las ideas desarrolla la sensibilidad de poder escuchar, tomar en cuenta a los demás, la apertura hacia los otros, cono

¿Quiénes mandaron a matar a Gaitán el 9 de abril del 1948? ¿Por qué matar?


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ASESINADO JORGE ELIÉCER GAITÁN

Abril 9 de 1948

La muerte del caudillo

Las esperanzas de una sociedad más justa terminaron con la muerte del líder que encarnaba las esperanzas de los más pobres.

Sobre el 9 de abril de 1948 se pueden escribir muchas cosas, pero sin duda las tres balas que segaron la vida de Jorge Eliécer Gaitán Ayala se convirtieron en el detonante que partió en dos la historia del siglo XX en Colombia

Pero, ¿qué significaba Gaitán en la sociedad colombiana para que ella reaccionara de la manera como lo hizo ante su asesinato? Nacido en Manta (Cundinamarca), Gaitán llegó a ser uno de los mejores penalistas y políticos de la época. Estudió en la facultad de derecho de la Universidad Nacional en 1925 y se graduó magna cum laude, en derecho penal en la Universidad de Roma. La astucia y habilidad política hicieron de Gaitán un verdadero caudillo que despertó admiración y se entronizó en el corazón de su pueblo. Fue el capitán del "país nacional" que se enfrentó valerosamente al "país político", señalando la politiquería, la corrupción, el fraude y el engaño como las plagas que carcomen a la Nación, oprimen al pueblo y no permiten progresar. Esta labor no sólo la realizaba en el Congreso de la República sino en la oficina de abogados que él tenía, lugar donde sucedería el magnicidio.

Al ataque

En la mañana de ese día, Juan Roa Sierra, un joven esquizofrénico que vivía en el barrio Ricaurte, salió de su casa sin bañarse ni afeitarse. Vestía un raído traje carmelita de paño rayado, zapatos amarillos rotos y un sucio sombrero de fieltro. A las 10 de la mañana se dirigió al centro de la ciudad, al famoso café Gato Negro, popular sitio de reunión de intelectuales, periodistas, poetas y bohemios, localizado a pocos metros del edificio Agustín Nieto, donde Gaitán tenía su oficina de abogado.

A las 9 de la mañana el caudillo llegó a su oficina. Hacia el medio día Roa Sierra se dirigió a la oficina del penalista. La secretaria, Cecilia de González, atendió la inesperada visita del extraño que solicitaba entrevistarse de inmediato con el jefe liberal. Al no ser atendida su petición Roa Sierra abandonó la oficina con muestras de altanería y desagrado, y se ubicó sobre la carrera séptima, cerca de la puerta del edificio.

Entre las 12 y la una de la tarde arribaron a la oficina Jorge Padilla, Alejandro Vallejo, Pedro Eliseo Cruz y Plinio Mendoza Neira, amigos personales de Gaitán. Hacia la una de la tarde Mendoza Neira invitó a los asistentes a almorzar al Hotel Continental: "Acepto, Plinio, pero te advierto que yo cuesto caro", contestó Gaitán. Al salir del ascensor Plinio Mendoza tomó del brazo a Gaitán y detrás siguieron Cruz, Padilla y Vallejo. En el momento que llegaron a la puerta del edificio, siendo la 1:05 de la tarde, Roa Sierra apuntó con el revólver a Gaitán, quien de inmediato se desprendió de Plinio y trató de regresar al edificio. En ese instante el homicida disparó tres veces sobre él. Apremiados por la inesperada circunstancia sus acompañantes buscaron un vehículo para llevarlo a la Clínica Central. Allí falleció cuando su amigo y médico Pedro Eliseo Cruz se disponía a practicarle una transfusión de sangre.

'El bogotazo'

Estupefactos, los transeúntes, loteros y lustrabotas del sector empezaron a gritar: "¡Mataron al doctor Gaitán!, ¡mataron al doctor Gaitán!, ¡Cojan al asesino!". Un cabo de la Policía capturó a Roa Sierra, lo golpeó y lo desarmó e ingresó con él a la droguería Granada cerrando la reja para proteger la vida del homicida. Cuando se le inquirió por las causas él respondió: "No puedo.son cosas poderosas que no puedo decir". Luego la turba enfurecida que se había formado en minutos sacudió la reja y la abrió. La muchedumbre ingresó y un lustrabotas le pegó con su caja de embolar en la cabeza. Roa Sierra cayó al piso. Lo sacaron de la droguería y sobre el andén lo masacraron.

La noticia de la muerte del jefe del liberalismo se difundió a todo el país. En Bogotá la turba que se había congregado frente a la Clínica Central bajó a la carrera séptima y engrosó la marcha macabra que se dirigía a Palacio. Al llegar a la carrera séptima con calle octava, desnudaron el cadáver de Roa y amarraron los pantalones a un palo para ser agitados como bandera revolucionaria mientras gritaban "¡Viva Colombia! ¡Abajo los godos!". En las otras ciudades del país la revuelta estalló en focos dispersos, parciales, en actitudes grupales o aisladas, pero reflejaban la situación de indignación del pueblo liberal.

Al llegar a Palacio los manifestantes arrojaron el cuerpo desnudo de Roa Sierra contra la puerta principal. De inmediato salieron del Batallón Guardia Presidencial 80 soldados al mando del teniente Silvio Carvajal y procedieron a dispersar a los manifestantes, quienes abandonaron el lugar replegándose hacia la Plaza de Bolívar.

Algunos grupos de revoltosos se congregaron en las esquinas bordes de la Plaza de Bolívar. Comenzaron los incendios en el sector; primero ardió el Palacio de San Carlos, luego la Nunciatura Apostólica, los conventos de las Dominicanas y de Santa Inés, la Procuraduría General de la Nación, el Instituto de la Salle, el Ministerio de Educación, la Gobernación de Cundinamarca, el Palacio de Justicia y los tranvías. A la par de los incendios se iniciaron los saqueos a los almacenes, joyerías y platerías.

A las 3 de la tarde salieron de la Escuela de Motorización (hoy Grupo de Caballería Mecanizado Rincón Quiñones), tres tanques de guerra y seis carros blindados al mando del capitán Mario Serpa rumbo a la Plaza de Bolívar. El capitán Serpa, para evitar el uso de las ametralladoras con que estaban provistas sus unidades blindadas, abrió la escotilla y trató de persuadir a los manifestantes para que se retiraran. En ese instante tres tiros hirieron mortalmente al capitán. De inmediato los tanques dispararon sobre la multitud.

Aunque el sector del Palacio Presidencial fue controlado por el Ejército, la autoridad en la capital desapareció. Los policías se sublevaron, apoyaron la revuelta, distribuyeron fusiles entre espontáneos francotiradores y, en la Quinta Estación, trataron de organizar con algunos líderes gaitanistas una junta revolucionaria para darle alguna dirección al movimiento insurgente y tumbar el gobierno de Ospina Pérez.

Hacia las 6 de la tarde llegaron a Palacio Darío Echandía, Carlos Lleras, Plinio Mendoza y Luis Cano. El presidente los recibió con sorpresa, pues él no los había invitado. Los dirigentes sugirieron que la solución era la renuncia del primer mandatario. Ospina les manifestó que eso provocaría una guerra civil, pues en el resto del país la situación estaba controlada, los gobernadores y alcaldes le respaldaban y las Fuerzas Militares adelantaban los operativos necesarios para restablecer el orden.

A medida que iban pasando los días la situación se fue normalizando: el 10 de abril Ospina nombró ministro de Gobierno al dirigente liberal Darío Echandía, el 11 de abril Laureano Gómez viajó rumbo a España, el 13 de abril se reanudaron la sesiones de la Conferencia Panamericana; en fin, la ciudad volvió a su tranquilidad y la violencia continuó, como fue habitual desde la década de los años, en las provincias y zonas rurales del país.

Qué cambió

Si después del asesinato de Gaitan Bogotá volvió a la normalidad, no hubo ningún cambio estructural en el gobierno ni en sus instituciones y la violencia partidista no nació a partir de este acontecimiento, ¿por qué el homicidio de Gaitán cambió la historia de nuestro país?

Porque su muerte recrudeció la exclusión y persecución política del contrario e hizo patente la crisis de legitimidad del Estado. La violencia que se generó en el campo provocó un desplazamiento masivo de la gente hacia las urbes, y fue de esta manera como las ciudades empezaron a tener asentamientos humanos subnormales conocidos como tugurios.

Los pobres de entonces engrosaron la clase media y los emigrantes y desplazados del campo formaron el estrato bajo e indigente que vive entre la penuria y el hambre. Esa nueva clase social, miserable y desposeída hasta de la esperanza, que sólo se tuvo en cuenta como un fenómeno migratorio, años más tarde sería otro factor de desestabilización que afectaría, al final del siglo XX, a toda la Nación colombiana.

*Historiador y escritor