Padres igualitarios en el Día de los Padres

Padres igualitarios, democráticos, con integridad afectiva en el trato con todas las mujeres, en un plano de igualdad, hombres autosuficientes, con autonomía, que saben vivir solos o acompañados, según se pueda.
Uno de los inicios de la celebración del Día de los Padres se asocia al padre de Jesús, San José, a nivel de la Religión Católica, que se reconoce el día 19 de marzo, que es el Día de San José.
Cada país tiene un día diferente para celebrar el Día de los padres, en República Dominicana es el último domingo del mes de julio. Se ha procurado que entre el día de las madres que es en mayo y el día de los padres haya un mes de por el medio para facilitar que quien quiera regalar pueda tener el bolsillo más desahogado.
En los movimientos por Una Nueva Masculinidad esta celebración se le llama Día de los Padres Igualitarios a partir del año 2014. Así lo consigna Octavio Salazar en un artículo en el diario El País.https://elpais.com/elpais/2014/03/18/mujeres/1395118800_139511.html
Para superar el machismo y que el hombre en su rol de padre tenga más realizaciones afectivas, más reconocimiento, más responsabilidad y legitimidad, hay que:
  • Cambiar la idea y la práctica de división de los espacios público y privado de manera diferenciada según sea el sexo de la persona.
  • Terminar con la división de los roles y de los trabajos; dejar las concepciones de que esto es de hombres y esto es de mujeres; que el sexo de la persona no determine quien haga en el cuidado de los hijos, hijas, y en los trabajos en el hogar.
  • Lograr un nuevo Acuerdo o Contrato social. La real democracia en la familia, en la pareja, en la sociedad, necesita de un nuevo acuerdo o contrato afectivo, social, político, económico, cultural. Las mujeres deben salir a la esfera de lo público, estar en los espacios de decisiones, y los hombres entrar al ámbito familiar y desempeñar los trabajos del cuidado, y que a estos trabajos se le de reconocimiento social y económico.
  • Se debe trabajar para un padre presente en el hogar, con emociones y con expresiones de humildad, capacidad de escucha.
  • Superar el machismo. Dejar las ideas, actitudes y conductas de que el hombre es superior a la mujer; tener relaciones de comprensión, diálogo, compartir roles, afectos, tener ética del cuidado, no querer tener control, desarrollar la comunicación asertiva, inteligencia emocional, control y saber reconocer las emociones, trabajo en equipo, participar en la planificación de la familia, no jugar con los sentimientos de las personas

Consecuencias deseables serían que:
Los padres tendrán más derecho a la custodia compartida y a ser tratados como proveedores de afecto, y no en la dimensión de sólo proveedores económicos. Su legitimidad trascendería a una visión más humana, afectiva.
La búsqueda del dinero ya no sería una tarea asignada al hombre como el “proveedor”.
Habría un desarrollo más integral de las personalidades de las mujeres y de los hombres, pues tendrían plena conciencia en compromisos cívicos y de lo doméstico, y como madres y padres, ambos responsables.
Que el Día de los padres sea para todos los hombres un día de padres igualitarios, democráticos, con integridad afectiva en el trato con todas las mujeres, en un plano de igualdad, hombres autosuficientes, con autonomía, que saben vivir solos o acompañados, según se pueda. Relaciones saludables de autonomía y afectividad para con la familia, y el cuidado de las hijas y de los hijos

Objetivos Sostenibles en España

 Helena Santos, de España, nos facilita información sobre la Situación de los Objetivos del Desarrollo Sostenible ODS en España.

Acá la compartimos y agradecemos su colaboración, en aras de la universalidad del conocimiento.

Objetivos de Desarrollo Sostenible


En el año 2015, los líderes mundiales establecieron una serie de objetivos globales con tal de proteger el planeta, erradicar la pobreza y asegurar la prosperidad para todos. Así se creaba una nueva agenda de desarrollo sostenible.


Estos 17 objetivos tienen en común el desarrollo humano, cuyo objetivo principal es el poder expandir las oportunidades de todas las personas y permitir que éstas sean dueñas de su propia vida.


Actualmente, en España, se está trabajando en mejorar estos objetivos y casi todos siguen una tendencia positiva pero aún queda mucho camino por recorrer con tal de que la situación sea la ideal.


https://www.companias-de-luz.com/objetivos-de-desarrollo/


Suavidad

suavidad en las mañanas


una madre

en el algodón suavemente acariciado.


Pelos al aire, acariciados.

Dedos en el teclado

Agradecimiento

 ingenio

softwares

manos

libros

cerebros


Horizontalidad

orden dialéctico

disciplina imperfecta

ética en construcción

ojos acariciados

todos

pasión

miradas insólitas

afinidades

legados

agradecimientos.


Mildred D Mata

9 de nov. de 2020

Santiago, RD


Discurso de Kamala Harris

Acá el discurso de Kamala Harris: elegida vicepresidenta de EE. UU., un honor a las mujeres y los esfuerzos por la igualdad, la inclusión, también, de las y los inmigrantes, y la ruptura con el racismo.

Domingo, 8 de noviembre 2020.

 

Kamala Harris: Saludos, Estados Unidos.

Es un verdadero honor hablar con ustedes.

Que esté aquí esta noche es testimonio de la dedicación de generaciones antes que yo. Mujeres y hombres que creían firmemente en la promesa de igualdad, libertad y justicia para todos.

Esta semana marca el centenario de la aprobación de la decimonovena enmienda. Y celebramos a las mujeres que lucharon por ese derecho.

Sin embargo, a muchas de las mujeres negras que ayudaron a asegurar esa victoria se les prohibió votar mucho después de su ratificación.

Pero no se dejaron intimidar.

Sin fanfarrias ni reconocimiento, se organizaron, testificaron, se manifestaron, marcharon y lucharon, no solo por su voto, sino por un lugar en la mesa. Esas mujeres y las generaciones que siguieron trabajando para hacer que la democracia y las oportunidades fueran reales en la vida de todos los que vinimos después.

Allanaron el camino para el liderazgo pionero de Barack Obama y Hillary Clinton.

Y esas mujeres nos inspiraron a tomar la posta y seguir luchando.

Mujeres como Mary Church Terrell y Mary McCleod Bethune. Fannie Lou Hamer y Diane Nash. Constance Baker Motley y Shirley Chisholm.

A menudo no nos enseñan sus historias. Pero como estadounidenses, todos nos levantamos sobre sus hombros.

Hay otra mujer, cuyo nombre no se conoce, cuya historia no se comparte. Otra mujer sobre cuyos hombros me levanto. Y esa es mi madre, Shyamala Gopalan Harris.

Vino aquí desde India a los 19 años para perseguir su sueño de curar el cáncer. En la Universidad de California Berkeley conoció a mi padre, Donald Harris, quien había venido de Jamaica para estudiar economía.

Se enamoraron de la manera más estadounidense, cuando marchaban juntos por la justicia en el movimiento de derechos civiles en la década de 1960.

En las calles de Oakland y Berkeley, vi desde mi cochecito de bebé cómo la gente se metía en lo que el gran John Lews llamaba “buenos problemas”.

Cuando tenía cinco años, mis padres se separaron y mi madre nos crió principalmente por su cuenta. Como tantas otras madres, trabajaba las 24 horas del día para que funcionara, empacaba almuerzos antes de que despertáramos y pagaba las facturas después de acostarnos. Nos ayudaba con la tarea en la mesa de la cocina y nos llevaba a la iglesia para practicar con el coro.

Ella hizo que pareciera fácil, aunque sé que nunca lo fue.

Mi madre nos inculcó a mi hermana Maya y a mí los valores que marcarían el curso de nuestras vidas.

Nos crió para ser mujeres negras fuertes y orgullosas. Y nos crió para conocer y estar orgullosas de nuestra herencia india.

Nos enseñó a poner a la familia primero: la familia en la que naciste y la familia que eliges.

Familia es mi esposo Doug, a quien conocí en una cita a ciegas organizada por mi mejor amiga. Familia son nuestros hermosos hijos, Cole y Ella, quienes, como acaban de escuchar, me llaman Momala. Familia es mi hermana. Familia es mi mejor amiga, mis sobrinas y mis ahijados. Familia son mis tíos, mis tías y mis chithis. Familia es la señora Shelton, mi segunda madre, quien vivía a dos puertas y ayudó a criarme. Familia es mi amada Alpha Kappa Alpha… nuestros Nueve Divinos… y mis hermanos y hermanas de las facultades y universidades históricamente negras. Familia son los amigos a los que recurrí cuando mi madre —la persona más importante en mi vida— falleció de cáncer.

E incluso cuando nos enseñó a mantener a nuestra familia en el centro de nuestro mundo, también nos empujó a ver el mundo más allá de nosotras mismas.

Nos enseñó a ser conscientes y compasivas con las dificultades de todas las personas. A creer que el servicio público es una causa justa y que la lucha por la justicia es una responsabilidad compartida.

Eso me llevó a convertirme en abogada, en fiscala de distrito, en fiscala general y en senadora de Estados Unidos.

Y en cada paso del camino, me han guiado las palabras que pronuncié desde la primera vez que me paré en un tribunal: Kamala Harris, en representación del pueblo.

He luchado por los niños y las supervivientes de agresión sexual. He luchado contra bandas transnacionales. Me enfrenté a los bancos más grandes y ayudé a derribar una de las mayores universidades con fines de lucro.

Reconozco a un depredador cuando lo veo.

Mi madre me enseñó que el servicio a los demás da un propósito y un significado a la vida. Y, oh, cómo desearía que estuviera aquí esta noche, pero sé que me está mirando desde arriba. Sigo pensando en esa mujer india de 25 años —con su metro cincuenta de estatura— quien me dio a luz en el hospital Kaiser en Oakland, California.

Ese día, probablemente no imaginó que yo estaría ahora de pie ante ustedes pronunciando estas palabras: acepto su nominación para vicepresidenta de Estados Unidos de América.

Acepto, comprometida con los valores que ella me enseñó. Con la palabra que me enseña a guiarme por lo que creo y no por lo que veo. Y con una visión transmitida a través de generaciones de estadounidenses, una que Joe Biden comparte. Una visión de nuestra nación como una comunidad de amor, donde todos son bienvenidos, sin importar cómo nos vemos, de dónde venimos o a quién amamos.

Un país en el que puede que no estemos de acuerdo en todos los detalles, pero en el que nos une la creencia fundamental de que cada ser humano tiene un valor infinito y es merecedor de compasión, dignidad y respeto.

Un país en el que nos cuidamos unos a otros, en el que nos levantamos y caemos como uno solo, en el que afrontamos nuestros retos y celebramos nuestros triunfos, juntos.

Hoy… ese país se siente distante.

El fracaso de Donald Trump en el liderazgo ha costado vidas y empleos.

Si eres un padre que tiene dificultades con el aprendizaje a distancia de tu hijo, o eres un profesor que lucha al otro lado de esa pantalla, sabes que lo que estamos haciendo ahora mismo no está funcionando.

Y somos una nación que está de duelo. Llorando la pérdida de vidas, la pérdida de trabajos, la pérdida de oportunidades, la pérdida de normalidad y, sí, la pérdida de certezas.

Y aunque este virus nos afecta a todos, seamos honestos: no es un agresor que haga daño de forma equitativa. Negros, latinos e indígenas están sufriendo y muriendo de forma desproporcionada.

Esto no es una coincidencia. Es efecto del racismo estructural.

De las desigualdades en la educación y la tecnología, la atención de la salud y la vivienda, la seguridad laboral y el transporte.

De la injusticia en la atención de la salud reproductiva y materna. Del uso excesivo de la fuerza por parte de la policía. Y de nuestro sistema de justicia penal más amplio.

Este virus no tiene ojos, pero sabe exáctamente cómo nos vemos y cómo nos tratamos unos a otros.

Y seamos claros: no hay vacuna contra el racismo. Tenemos que hacer el trabajo.

Por George Floyd. Por Breonna Taylor. Por las vidas de muchos otros nombres que quedan por pronunciar. Por nuestros hijos. Por todos nosotros.

Tenemos que hacer el trabajo para cumplir esa promesa de justicia igualitaria bajo la ley. Porque ninguno de nosotros es libre… hasta que todos seamos libres…

Estamos en un punto de inflexión.

El caos constante nos deja a la deriva. La incompetencia nos hace sentir miedo. La insensibilidad nos hace sentir solos.

Es mucho.

Y esta es la cuestión: podemos hacerlo mejor y merecemos mucho más.

Debemos elegir un presidente que traiga algo diferente, algo mejor y que haga el trabajo importante. Un presidente que nos reúna a todos —negros, blancos, latinos, asiáticos, indígenas— para lograr el futuro que queremos colectivamente.

Debemos elegir a Joe Biden.

Conocí a Joe como vicepresidente. Conocí a Joe en la campaña electoral. Pero primero conocí a Joe como el padre de mi amigo.

El hijo de Joe, Beau, y yo fuimos fiscales generales de nuestros estados, Delaware y California. Durante la Gran Recesión, hablábamos por teléfono casi a diario, trabajando juntos por recuperar para los propietarios de las casas los miles de millones de dólares de los grandes bancos que embargaban los hogares de la gente.

Y Beau y yo hablábamos de su familia.

De cómo, como padre soltero, Joe pasaba cuatro horas diarias en el tren de Wilmington a Washington. Beau y Hunter desayunaban todas las mañanas con su papá. Se iban a dormir todas las noches con el sonido de la voz de él leyendo cuentos para dormir. Y mientras soportaban una pérdida indescriptible, estos dos niños pequeños siempre supieron que eran profunda e incondicionalmente amados.

Y lo que también me conmovió de Joe es el trabajo que hizo, mientras iba y venía. Este es el líder que escribió la Ley de Violencia contra las Mujeres, y promulgó la Prohibición de las Armas de Asalto; quien, como vicepresidente, implementó la Ley de Recuperación, que ayudó a nuestro país a salir de la Gran Recesión. Defendió la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio, protegiendo a millones de estadounidenses con condiciones preexistentes; pasó décadas promoviendo los valores estadounidenses en todo el mundo, defendiendo a nuestros aliados y enfrentándose a nuestros adversarios.

Ahora mismo, tenemos un presidente que convierte nuestras tragedias en armas políticas.

Joe será un presidente que convierte nuestros desafíos en propósitos.

Joe nos unirá para construir una economía que no deje a nadie atrás. Donde un trabajo bien pagado es el suelo, no el techo.

Joe nos unirá para terminar con esta pandemia y asegurarse de que estamos bien preparados para la próxima.

Joe nos unirá para enfrentar y desmantelar la injusticia racial, fomentando el trabajo de generaciones.

Joe y yo creemos que podemos construir esa comunidad de amor, una que sea fuerte y decente, justa y amable. Una en la que todos podamos reconocernos a nosotros mismos.

Esa es la visión por la que lucharon nuestros padres y abuelos. La visión que hizo posible mi propia vida. La visión que hace que la promesa estadounidense —con todas sus complejidades e imperfecciones— sea una promesa por la que vale la pena luchar.

No se equivoquen, el camino a seguir no será fácil. Vamos a tropezar. Puede que nos quedemos cortos. Pero les prometo que actuaremos con valentía y afrontaremos nuestros retos con honestidad. Diremos la verdad. Y actuaremos con la misma fe en ustedes que la que pedimos que pongan en nosotros.

Creemos que nuestro país —todos nosotros— se mantendrá unido por un futuro mejor. Ya lo estamos haciendo.

Lo vemos en los médicos, las enfermeras, los trabajadores de la salud a domicilio y los trabajadores de primera línea que arriesgan sus vidas para salvar a gente que nunca habían conocido.

Lo vemos en los maestros y los camioneros, los trabajadores de las fábricas y los agricultores, los trabajadores postales y los trabajadores electorales, todos arriesgando su propia seguridad para ayudarnos a superar esta pandemia.

Y lo vemos en muchos de ustedes que están trabajando, no solo para ayudarnos a superar nuestras crisis actuales, sino también para llegar a un lugar mejor.

Algo está sucediendo en todo el país.

No se trata de Joe o de mí.

Se trata de ustedes.

Se trata de nosotros. Gente de todas las edades, colores y credos que se están, sí, tomando las calles, y también persuadiendo a nuestros familiares, reuniendo a nuestros amigos, organizando nuestros vecindarios y acudiendo a votar.

Y hemos demostrado que, cuando votamos, ampliamos el acceso a la atención médica, ampliamos el acceso a las urnas y aseguramos que más familias trabajadoras puedan vivir dignamente.

Estoy tan inspirada por una nueva generación de liderazgo. Nos están empujando a comprender los ideales de nuestra nación, empujándonos a vivir los valores que compartimos: decencia y equidad, justicia y amor.

Ustedes son los patriotas que nos recuerdan que amar a nuestro país es luchar por los ideales de nuestro país.

En estas elecciones tenemos la oportunidad de cambiar el curso de la historia. Todos estamos en esta lucha. Tú, yo y Joe… juntos.

Qué gran responsabilidad. Qué increíble privilegio.

Así que, luchemos con convicción. Luchemos con esperanza. Luchemos con confianza en nosotros mismos, y con un compromiso con los demás, con el Estados Unidos que sabemos que es posible, el Estados Unidos que amamos.

Dentro de unos años, este momento habrá pasado. Y nuestros hijos y nuestros nietos nos mirarán a los ojos y nos preguntarán: “¿Dónde estabas cuando había tanto en juego?”.

Nos preguntarán: “¿Cómo fue?”.

Y les contaremos. Les diremos no solo cómo nos sentimos.

Les diremos lo que hicimos.

Gracias. Que Dios los bendiga. Y que Dios bendiga a Estados Unidos de América.

 

“Los Valores” y la familia (2)

 La integridad, la valentía, un yo fuerte, la autoestima, la individualidad y la autonomía, no se cultivan con facilidad desde el servilismo. Por eso hay algunas personas a las que les falta comprensión de cómo se da la socialización, el cómo se da la construcción de personalidades, de proyectos de vida


Una sociedad y familia de“hombres virtuosos”

Para la conmemoración del 25 de noviembre como Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer que se aproxima, es un reto sembrar una cultura de paz. Es un reto el que hagamos un cuestionamiento a las teorías biologicistas y naturalistas sobre el comportamiento, las actitudes, los roles, estructuras, que definen la entidad familia y que nos propongamos formar seres no estereotipados, seres libres y felices.

La familia en República Dominicana y en otras partes del mundo no es una organización modélica para construir y exhibir amor.

En nuestro contexto viene siendo una organización, una construcción histórica que según los enfoques que se tengan sobre el sexo y el poder, puede visualizarse como un espacio de asimetrías, engaños, frustración, violencia, de un desigual nivel de dar y recibir, para una tercera parte de las mujeres dominicanas, que es la que viene recibiendo hasta violencia física.

Esta entidad lamentablemente ha venido sirviendo para la reproducción de las personas como actividades económicas desde donde parte de las mujeres vienen trabajando gratis para el sostenimiento económico y social en un contexto de la reproducción valores de jerarquía y autoritarismo.

“La mujer virtuosa”

Estas tareas de cuidado se han ido definiendo, valorando, exaltando, como propias de una “mujer virtuosa”, según algunas literaturas ideológicas que exigen un papel de abnegación, sumisión y obediencia de la mujer en el marco de la familia patriarcal. Una mujer subsumida, sin poder, sin un desarrollo pleno de sus potencialidades, de su libertad y de su creatividad. A esa descarada violencia de bondad unilateral se viene proponiendo como lo propio de una mujer virtuosa.

Sobre esta virtuosidadnada se define ni exalta para los hombres. Esto así porque son relatos que tienen el sello del poder de quien define el “deber ser”, de quien nombra, traza normativa, sin partir de un diálogo participativo, sin una toma de decisiones conjuntas y en un marco de desigualdad o desequilibrio de poder.

La integridad, la valentía, un yo fuerte, la autoestima, la individualidad y la autonomía, no se cultivan con facilidad desde el servilismo. Por eso hay algunas personas a las que les falta comprensión de cómo se da la socialización, el cómo se da la construcción de personalidades, de proyectos de vida, y acusan a la mujer  por las limitaciones por las que atraviesan hijas e hijos, y de casi todo lo que no camina bien en la sociedad.

La reproducción colectiva de todas y todos es una tarea para asumirse con responsabilidad desde lo público y comunitario. La afectividad, la ciudadanía íntegra, el poder compartido… el respeto a la diversidad de los integrantes, dejando atrás el adultocentrismo, el machismo, la sumisión y la cosificación sexual de las mujeres, son materias pendientes a superar en República Dominicana para una vida libre de violencia en la vida de las mujeres, y demás grupos con vulnerabilidades.

“Valores” y familia (1)

 En otros espacios de la cultura dominicana en los que se ha venido cuestionando poco la violencia en la familia, se habla de noviembre como el mes de la familia, como un valor fundamental, sin cuestionamientos a sus pocos igualitarios ritos. Y esos dos mundos venían transcurriendo paralelos: Noviembre: Mes de la No violencia a la Mujer, y Noviembre: Mes de la Familia.


Cuando alguien dice: yo creo, defiendo “valores”, por intuición y criticidad, siento que debo escuchar con alerta, como un acto reflejo en mi condición de activista, que siempre quiero ser, de la igualdad y de la libertad, y de manera más enfocada activista para la igualdad y la libertad en la vida de las mujeres.


Generalmente las personas conservadoras, que sienten nostalgia por el pasado, suelen hacer un listado de creencias, actitudes y prácticas, autoritarias, expresando el sentir de que el tiempo pasado es mejor. Y dentro de ese pasado que las mujeres sean de la casa es un “valor” mejor.


Como profesional del área social siento está claro que decir “valores”sin poner apellidos, adjetivos, puede referir a “anti valores” de acuerdo a los intereses, cosmovisiones referentes a la autonomía y realización plena en las vidas de las mujeres.


El próximo mes de noviembre, que ya se acerca, es uno de los meses donde por años suelo reflexionar sobre estas ambigüedades, incoherencias, contradicciones, cuando se apela a los llamados “valores”,cuando se está opuesto a la libertad, a la igualdad, sobre todo de las personas, grupos, que por su situación de subordinación, abnegación, se niegan a continuar el estatus quo de discriminación y violencia que hacen prevalecer esos“valores”que adversan la libertad de las mujeres.


El 25 de noviembre es el Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer.Esta decisión, hoy mundial, tiene su inicio en el año 1981, cuando en el Primer Encuentro Feminista de América Latina y El Caribe realizado en Bogotá, Colombia, se adoptó este día en honor a las mujeres militantes políticas dominicanas: Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, y a nivel de la Organización de las Naciones Unidas ONU ese día se hizo mundial en el año 1999.


Las tres hermanas fueron asesinadas en el año 1960 porque enfrentaban la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo militando en el partido 14 de junio. Junto a ellas, ese 25 de noviembre, murió Rufino de la Cruz, hombre valiente y solidario que las acompañaba manejando el vehículo con el que se trasladaron y regresaban de Puerto Plata, viniendo de visitar a sus esposos desde la cárcel, los cuales eran presos políticos por ese mismo motivo de enfrentar la dictadura.


La vida de las tres hermanas, mujeres activas, políticas, de la calle, además de ser mujeres ciudadanas activas, desempeñaban roles que se consideran “propios” de mujeres es un buen testimonio sobre algunos supuestos falsos dilemas. Es un gran tema a resolver y que, en la vida de estas mujeres, ya para el año 1960, se expresa rompiendo con esta falsa dicotomía de los valores de mujeres “virtuosas”, “de la casa” o mujeres de los espacios públicos, como es la militancia política, manejar vehículos…etcétera.


En otros espacios de la cultura dominicana en los que se ha venido cuestionando poco la violencia en la familia, se habla de noviembre como el mes de la familia, como un valor fundamental, sin cuestionamientos a sus pocos igualitarios ritos. Y esos dos mundos venían transcurriendo paralelos: Noviembre: Mes de la No violencia a la Mujer, y Noviembre: Mes de la Familia.


Caminemos hacia compartir los valores de la igualdad, la paz, la libertad, el poder, sin importar el sexo de las personas






28 de septiembre y 25 de noviembre: El valor de las mujeres

 La capacidad de tener conciencia e idoneidad moral que se viene negando a las mujeres en RD, de parte de políticos, casi todos varones, durante estos 20 años; hace ya 200 años que la masculinidad ilustrada europea viene rompiendo; iniciando con el racionalismo, en la vanguardia del filósofo francés René Descartes


En el Distrito Nacional, República Dominicana, el próximo martes 6 de octubre se realizará un Plantón frente al Congreso de la República, a las 10:00 de la mañana, convocado por el Foro Feminista Magaly Pineda FFMP y la Coalición por los Derechos y la Vida de las Mujeres, a fin de recordar que las mujeres estamos en pie de lucha porque se legisle un Código Penal que establezca las excepciones para despenalizar el aborto en las tres Causales: 1) Para salvar la vida de la mujer. 2) Cuando un embrión o feto sea inviable fuera del útero de la mujer. Y 3) en caso de violación o incesto.

A la clase política dominicana, a través de su accionar en el Congreso, le viene costando, de unos 20 a 22 años, para tomar esta decisión, a pesar de que es el sentir desde un 79% a un 67% de la sociedad dominicana. Las mujeres quieren decidir sobre sus vidas y la ponen en riesgo defendiendo su individualidad, su autonomía, su calidad de humanas cuando un embarazo pone en peligro su vida y su salud, de manera integral.

El 28 de septiembre se viene dedicando al Día de Acción Global por el acceso al Aborto Legal y Seguro conocido también como el Día por la Despenalización y Legalización del Aborto, acción decidida por los grupos de mujeres y el movimiento feminista en San Bernardo, Argentina, hace 30 años, año 1990,

Según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) el ocho por ciento de las muertes de mujeres en el mundo se deben a los abortos inseguros. . “El 28 de septiembre se recuerda a los gobiernos latinoamericanos que 6 mil mujeres se mueren al año debido a complicaciones de abortos.”. El aborto inseguro es responsable de un gran gasto de salud, en América Latina y el Caribe entre el 10 y 30 por ciento de las camas de los servicios de ginecología y obstetricia están ocupadas por mujeres con diagnóstico de aborto incompleto. Ibid.

La capacidad de tener conciencia e idoneidad moral que se viene negando a las mujeres en RD, de parte de políticos, casi todos varones, durante estos 20 años; hace ya 200 años que la masculinidad ilustrada europea viene rompiendo; iniciando con el racionalismo, en la vanguardia del filósofo francés René Descartes (1596-1650, siglo XVII) y el monje filósofo francés Poullain de la Barre (1647-1723, siglos XVII y XVIII) que asumieron en la conciencia la bandera de la igualdad. Termino citando a Amelia Valcárcel :

“Descartes mismo confiaba en la igualdad de los ingenios y el reparto ecuánime del buen sentido. Esa pretensión se radicalizó rápidamente, de modo que en las filas del racionalismo cartesiano encontramos la primera vindicación de igualdad entre los seres humanos y el primer ensayo de uncontrato social. Poullain de la Barre señala en el siglo XVII la herida presente contra cualquier pretensión de imparcialidad:el sexo castiga a la mitad de la especie a una perpetua minoría de edad” Página 9.(Negritas de Mildred Dolores Mata)

Plantea Amelia Valcárcel que detrás de sexuar el pensamiento se suele descubrir uno de los fundamentos ocultos que es el poder.

En RD, detrás de la persistencia de élites de negar que el aborto sea un tema sanitario, legal, seguro, y de derechos reproductivos, de las mujeres, está el dominio sexuado de algunos hombres que no asumen la igualdad que se establece el artículo 39 de la Constitución del 2010.

Las mujeres por nuestras vindicaciones, como todo grupo discriminado, o nos tiramos a las calles, o se nos seguirá condenando a una “perpetua minoridad de edad”como muy bien indicaba Poullain de la Barre hace 2 siglos.

El Plantón el 6 de octubre, viernes, 10:00 AM, es un grito que dice libertad, voluntad, para ser iguales, pidiendo un nuevo contrato social, inclusivo, entre iguales