“Los Valores” y la familia (2)

 La integridad, la valentía, un yo fuerte, la autoestima, la individualidad y la autonomía, no se cultivan con facilidad desde el servilismo. Por eso hay algunas personas a las que les falta comprensión de cómo se da la socialización, el cómo se da la construcción de personalidades, de proyectos de vida


Una sociedad y familia de“hombres virtuosos”

Para la conmemoración del 25 de noviembre como Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer que se aproxima, es un reto sembrar una cultura de paz. Es un reto el que hagamos un cuestionamiento a las teorías biologicistas y naturalistas sobre el comportamiento, las actitudes, los roles, estructuras, que definen la entidad familia y que nos propongamos formar seres no estereotipados, seres libres y felices.

La familia en República Dominicana y en otras partes del mundo no es una organización modélica para construir y exhibir amor.

En nuestro contexto viene siendo una organización, una construcción histórica que según los enfoques que se tengan sobre el sexo y el poder, puede visualizarse como un espacio de asimetrías, engaños, frustración, violencia, de un desigual nivel de dar y recibir, para una tercera parte de las mujeres dominicanas, que es la que viene recibiendo hasta violencia física.

Esta entidad lamentablemente ha venido sirviendo para la reproducción de las personas como actividades económicas desde donde parte de las mujeres vienen trabajando gratis para el sostenimiento económico y social en un contexto de la reproducción valores de jerarquía y autoritarismo.

“La mujer virtuosa”

Estas tareas de cuidado se han ido definiendo, valorando, exaltando, como propias de una “mujer virtuosa”, según algunas literaturas ideológicas que exigen un papel de abnegación, sumisión y obediencia de la mujer en el marco de la familia patriarcal. Una mujer subsumida, sin poder, sin un desarrollo pleno de sus potencialidades, de su libertad y de su creatividad. A esa descarada violencia de bondad unilateral se viene proponiendo como lo propio de una mujer virtuosa.

Sobre esta virtuosidadnada se define ni exalta para los hombres. Esto así porque son relatos que tienen el sello del poder de quien define el “deber ser”, de quien nombra, traza normativa, sin partir de un diálogo participativo, sin una toma de decisiones conjuntas y en un marco de desigualdad o desequilibrio de poder.

La integridad, la valentía, un yo fuerte, la autoestima, la individualidad y la autonomía, no se cultivan con facilidad desde el servilismo. Por eso hay algunas personas a las que les falta comprensión de cómo se da la socialización, el cómo se da la construcción de personalidades, de proyectos de vida, y acusan a la mujer  por las limitaciones por las que atraviesan hijas e hijos, y de casi todo lo que no camina bien en la sociedad.

La reproducción colectiva de todas y todos es una tarea para asumirse con responsabilidad desde lo público y comunitario. La afectividad, la ciudadanía íntegra, el poder compartido… el respeto a la diversidad de los integrantes, dejando atrás el adultocentrismo, el machismo, la sumisión y la cosificación sexual de las mujeres, son materias pendientes a superar en República Dominicana para una vida libre de violencia en la vida de las mujeres, y demás grupos con vulnerabilidades.

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