Desamor (Poema)

Escribo sin poder decir nada
y entonces
de impotencia me arrellano boca arriba
diluida.
Lloro.

No sé que hacer:
¿dónde están hadas madrinas?
¿Y Aladino, con su lámpara mágica?
“Aladino, hada madrina,
realicen mi deseo, sin decirlo,
no vaya a ser que alguien me oiga”.
Tengo miedo.
No sé que hacer.

El dolor, el miedo
están vertidos entre la sangre, músculos y ritmos
mitad a mitad.
El desamor y ¿el amor?, segmentados
detrás de la maraña de defectos
están tus ojos
tu dogma verdad
tu cultura
tu ser, dictando a la mujer
mujer: No seas, todo vale, todo, después tú.

mildred dolores,
santiago, república Dominicana

En burbuja

Debajo de mi sábana de mil colores
soy burbuja de amor y aire
también piedra rota.
Medio ovillo
movimiento
suma, acogida,
abrazo de flujos
pájaro, aire
gaviota
beso
desmayo.

Pero aun falta romper más rocas
…despierto.

Santiago, RD, 21 de junio de 2005

Juego, ¿la vida es juego?

Juego, ¿la vida es juego?
(Cuento)

Josefina revisó su listado de tareas. Aun le quedaba por hacer una hora de natación, y practicar los ejercicios yoga, para terminar su rutina de relajamiento y meditación.

Dejó de escribir, se fue al balcón, y contempló la ciudad con sus altos pinos y anchos algodones de cielo. Son las cuatro de la tarde, el sol tropical luce con todo su esplendor; y yo, su madre, doña Amantina, gozo con la amena conversación al teléfono, de mi amiga, la magistrada Eduviges.

Le propuse que fuésemos hasta la plaza, ella pedaleando en la bicicleta y yo caminando. No importa que no fuésemos exactamente juntas, pero sí por la misma calle. Fui al banco, cobré un cheque de cien mil pesos (unos tres mil dólares). Pagué varias facturas, y nos encontramos de nuevo en el salón de ejercicios, a las siete de la noche.

Dos horas más tarde nos enteramos de que había comenzado la guerra de Irak. No lo podía creer, nunca pensé que después del 11 de septiembre del 2001 los Estados Unidos invadiría otra nación. Medité durante horas por la paz mundial, hasta que el agotamiento me venció. Me quedé dormida encima de la alfombra. Desperté a las dos de la mañana en los brazos de Josefina que me llevaba hacia mi cama. Sentí dulzura y paz.

Esos sentimientos me duraron poco. De nuevo recordé la guerra, lloré inconsolablemente, hasta que de nuevo el sol me abrazó largamente.

Tengo sesenta y nueve años, y mi hija Josefina treinta seis. Ella es una gran atleta, practica karate, yoga, natación y es ciclista. Mi hija también es militar.

Hace tres meses, Josefina se fue a Irak.

Santiago, RD, 19 de junio de 2005

Lo más importante: la vida de nuesttras hijas e hijos, feliz, segura y con autoafirmación.

Uno de estos días, una niña tenía una calculadora con un fraude (chivo(sic)) en un examen; en el acto estuvo involucrada otra compañerita. Son estudiantes de 13 años. La profe le dijo que estaban quemadas. En 8vo. están implicadas las pruebas nacionales, hay mucha presión. Una de las niñas intentó suicidarse, pudo ser halada hacia adentro (estaba en la orilla de un balcón) y se evitó que cayera. Estamos intentando ayudar, la niña está superando esa actitud.

Se siento mucho dolor, al ver tanta desesperanza en una niña. Necesitamos leer, o reflexionar más sobre la inteligencia emocional (saber sobre las emociones que se pueden desatar ante la presión excesiva). Debe esto ser tomado en cuenta por el personal de psicología y de orientación, trabajo social, los maestros y maestras de los colegios y escuelas. Hay que darle importancia a tener este personal, y capacitarlos, pulirlos, pueden prevenir este tipo de situaciones.

Los padres y las madres tenemos que aclararnos que nuestros/as hijos/as jóvenes, por limitaciones de experiencia y de una percepción integral no pueden contextualizar adecuadamente nuestras expectativas y presiones. Igual las profe y los profe deben tomar eso en cuenta.

Algo me ha ayudado cuando mi hijo o mi hija tienen problemas, dudas, temores, ambivalencia, y me preguntan qué decisión tomar; yo les digo: confíen en ustedes, crean en sus intuiciones, prioricen su felicidad, todo se puede resolver, pero siempre que conserven su vida, y su alegría. Errar es de humanos, no ocultemos el sol con un dedo, aprendamos a que a veces se pierde, y debemos ser responsables, y mejorar, desaprender lo negativo. Si cometemos errores, si nos atrasamos, tenemos una vida por delante, prioricemos una base firme en el crecimiento, no ganar por ganar, por presiones sociales de orgullo o por aparentar unos éxitos inexistentes.

En término de valores, no importan las acreditaciones, ni el dinero, a costa de la integridad de ellos y ellas. Tienen que sentir respeto y amor por sí mismos (autoestima). Superarse, trazar nuevas metas, pero siempre desde el amor. Esto lo deben tener claro también, los centros educativos.

Sobre este caso, un niño/a debe saber que ninguna presión de su papá o de su mamá es más importante que su vida. Si se quema en un curso, lo repite, y vuelve a estudiar, aprendará más si se le apoya, si no se le señala, si no se le tortura, por haber tenido esta dificultad. Para la niña su vida vale menos, que quemarse y tener que vivir la reacción violenta de su familia. Todo eso tenemos que aclararlo primero los adultos, para poder transmitirlo a los pequeños y jóvenes: saber aceptar que a veces podemos tener derrotas, y poder asimilarlas , y enmendarlas.

Mucha de la anomia que tenemos en el país es por exceso de orgullo, creemos que hay que aparentar que estamos bien, cuando en realidad, necesitamos asumir responsablemente y con valor las limitaciones, reparar nuestros errores, asumir las consecuencias y cambiar, con el apoyo de la sociedad, de nuestros compañeros/as, padres, amigos/as. Ayuda a las personas cuando tienen dificultades, el no darles la espalda cuando sus deseos chocan con obstáculos; es decir, debemos ayudar o saber manejar las frustraciones con dignidad. Esto es importante, para frenar la impunidad, o los errores mayores.

Miren el caso de ese señor, Emeregildo Díaz. Quiere ocultar un hecho, ya van tres personas asesinadas, y todo porque no se le enseñó a aceptar que está equivocado, y que hay que aceptar que estamos mal (me refiero a que tenía prácticas sexuales con jovencitos, me refiero al abuso sexual de adultos con niños o niñas, y fue sorprendido). Joel y la esposa, en vez de ir a las autoridades para que no se continúe el abuso sexual, se dedican a sacarle dinero. Cómo los padres no se dan cuenta que su hijo lleva RD$1000,000.00. Hay mucho materialismo. Los padres no debemos estimular el consumismo, y enseñar que primero es la paz, no buscar alegrías falsas. Cada vez este caso se pone peor. Miren como la limitación en la visión de los errores y su consecuencia nos atrapa, y un problema se pone grandote.

Finalmente, deseo que mandemos energía positiva, de comprensión y de esperanza a todos los maestros y maestras, a los padres y madres. No quiero generar ninguna emoción negativa, ante este caso. solo deseo que aprendamos de esta experiencia. Y sí, ¡tenemos que cambiar! Debemos ayudar a otros y otras

(Poema) Ya

He conquistado para ustedes
el zigzag del aire en infinitos vuelos.
Para mí: tesoros
piel extendida
paz.

Llantos (Cuento)

El cuerpo casi doblado de Anna,cuando caminaba hacia la plaza, revelaba tristeza. La contemplé durante un tiempo largo. Sentí deseo de ir hacia ella, llevarla hacia la grama, acostarme a su lado, mirar hacia el cielo, y luego llorar. Pensé en invitarla, descansar ante tantas frustraciones, y quedarnos surante días a la orilla del mar. Su cuerpo alto, delgado, mostraba un ser luchador y limpio. Anna tenía treinta y dos años, su piel trigueña estaba hidratada, y su terso cutis se movía en la brisa, mojado por las lágrimas.


Pero yo debía irme para tomar la guagua y comenzar a trabajar en el Centro de alineamiento de carros y de venta de gomas. Sólo cuando retorné a la casa de mi madre, en la tardecita , volví a recordarla. ¿Dónde estará ahora?

El no poder dedicarle tiempo a ella era lo que me hacía sentir más desdichado, en estos duros momentos, para ella, y para mí, porque la amo.

-Mañana me dedicaré en cuerpo y alma a ella, seré feliz, no importa si pierdo el trabajo-. Me desnudé, no quise bañarme, me quedé dormido mientras veía un poco de televisión.

Al día siguiente, a mitad de la mañana, pude encontrarla reclinada, casi acostada, en la hamaca que colgaba en el patio de la casa de Doña Candita, su madre.

-¿Estás de vacaciones?-, me preguntó amablemente, cuando me acerqué a ella.

-No he ido a trabajar, te buscaba-. Su rostro se volvió sombrío, y de nuevo se quedó ensimismada. Quise quitarle la pesadumbre, verla reír. Ella parece que notó mi esfuerzo en ese sentido. Sin decir nada, se levantó de la hamaca, se puso a mi lado, y me dijo:

-Vamos, me preocupa que estés triste, te voy a dar ánimo para que retornes a tu trabajo-. Caminamos juntos, llegamos al Centro de gomas, me despidió moviendo las manos, mientras sus pasos, anestesiados por el dolor, asombraban al resplandeciente sol del Caribe.

En la tardecita, la encontré en su casa. Con voz temblorosa por la emoción me narró que su tío Daniel le había conseguido dinero para operar a su hija, le regaló una casa, y le puso una cuenta en el banco para salir de sus deudas. Su hermoso rostro resplandecía de satisfacción. Más yo no sentía igual, aún así quise acostarme a su lado, mirar el cielo, recostados ambos uno al lado del otro, sobre la grama húmeda, quedarnos durante días a la orilla del mar.

-Nos podemos mudar juntos en mi nueva casa- me dijo mirándome fijamente, con sus pequeños ojos de color miel.

Sentí miedo de que su tío fuera a pensar que era un aprovechado. Cortésmente le dije,
-viviremos juntos cuando mi situación económica mejore, y pueda pagar una casa. La consolé lo mejor que pude, cuando vi asomar manchas de sal y agua sobre sus mejillas.

Anna se retiró triste hacia adentro de la casa, y yo no pude evitarlo. Me alejé, volví a mi casa, y solo, mirando el techo, refrescado por el abanico, pensé durante horas sobre el orgullo, sobre el no atreverme a hablar para conocer el pensamiento de su tío sobre el que nos mudásemos juntos. Pensé también sobre una charla que escuché hace tres meses sobre una nueva masculinidad. En fín, no me sentía seguro, y ahora era yo quien estaba triste. -Seguiré mis estudios de noche con mucho más afán-, me dijo con ánimo de consolarme.

-Si no existiera el machismo, quizás podríamos ser feliz, ahora-, pensé para mis adentros. Me devestí mecánicamente Mis pies me llevaron hasta el baño. Después de desnudo, lloré quedamente, porque a pesar de todo, podía llorar; en esa parte ya no era machista, como malamente me habían criado en mi ciudad pequeña del Santiago caribeño.

Sociedad civil (Poema)

Mirada, soplo, apenas inmensidad,
brilante brisa,
fresca luz
golondrinas,
de imperceptibles picadas.

Polvo mágico para las golondrinas
altivez

Escaleras
submarinos
estrategias
resultados
hay muros ostras que no recuerdan el porqué de su encierro,
estatuas de sal
sociedad civil
¿dormida?