Nuestra pequeña corrupción

La falta de compromiso es un poco de corrupción. Quiero superar esta corrupción con el compromiso de la participación.

En éstos últimos días me he propuesto escribr comentarios para Clave Digitasl. Este medio hace factible con mis escasos recursos y energía una forma de participación. Igual motivación se corresponde con escribir este blog, gracias a una iniciativa y sugerencia de mi hijo Carlos Sujou Sanga Mata. Tomo la palabra para corresponder a esta petición de liderazgo, apenas en el espacio de mi casa.

El tema del compromiso se me revela como un marcador por distintos medios. Se reforzó en estos días con una lectura sobre la autoestima. En el tema se destaca que hace una diferencia en nuestra estatura hacia logros y hacia la integridad cuando avanzamos en el empuje de nuestras ideas, aun con miedos e imperfecciones.

Acá estoy con esta reflexión, animando a la participación. Agradezco a quien visite el blog se anime a comemtar, si así puede y lo desea, la felicidad ante todo. ¡No a la presión.!

En mi poema Yo, la noche, no es lugar de oscuridad, sino un lugar de madurez. Así estoy sintiendo, poquito a poquito.

Una amiga.

Yo

Yo,
Reflejo cristalino
Extraña
Espacio en la mañana
sin contemplación,
sin sueños.

Yo
de ventanas blancas y amarillas
en la mañana ausente
Desolada

¿Nadie supo mirar un llanto
Inexistente?

Esta tarde tiene alma de vagabunda
¿osada?
¿ave sin vuelo?,
granito de arena
baratija de significados
mi yo de Barataria, de ínsula.
De Arcadia. De Borges,
meta-ignorancia total.

Esta noche,
la casa de mis cristales es rosada;
tejamil
juegos de bicicleta, nado
alegría
Salir.

Quiero paz

Amplio, ancho, quieto, verde-azul-negro-amarillo-brillante está el océano
y no puedo acariciarlo
mirarle puedo en mi verdad quimera
enviarle aves desconocidas
hasta llegar
al amarillo o grisáceo o claro espacio
y besar a Japón, a China, a Estados Unidos, a Taiwán,
y decir:
“déjenme acariciar el océano,
busquen qué hacer.
Pura vieja-vieja quiero estar
de pura paz, quiero vivir; vivir tanto, mucho.
¡Dejen de…!
quiero ver a mi prole respirar,
Japón, China, Estados Unidos, Taiwán
la vida es caricia”.

El aprendizaje de vivir en colectivo: los edificios

El aprendizaje de vivir en colectivo: los edificios

Uno de mis sueños es el de la solidaridad como forma de vivir. Cuando milité en la izquierda, aproximadamente durante una década (1973-83), me preocupaba la dificultad de los pueblos para aceptar las propuestas de vida en colectivo que planteábamos. Con los años, lecturas, y reflexiones, evolucioné a una mayor flexibilidad en la comprensión del derecho que tiene la gente de organizar distintas modalidades de vida en lo social, económico y político. Aparte de los decepcionantes resultados de las experiencias “socialistas”, en cuanto a calidad de vida y a las violaciones de los derechos humanos.

Grata sorpresa ha sido para mí la vida en edificios con su componente colectivo; en los mismos, tenemos la obligación de aprender a vivir en grupo. El individualismo, por razones de conveniencia y escaséz, sufre un duro revés. Tenemos que aprender a lidiar con los pleitos que se arman en las edificaciones por los problemas de dejadez, de animales que molestan, el robo de servicios hasta a los mismos vecino/as, tirar basura, música alta, no querer pagar la cuota del mantenimiento, etc. Es una obligatoria escuela para el pulimento social: tener que hablar, poner normas, presionar, persuadir, equilibrar poderes, en fin, aprender a vivir en democracia en pequeño.

Se aprende y se aporta desde distintas sensibilidades y habilidades. Hay quienes se preocupan por hermosear, por las flores, la seguridad, el orden en los parqueos, un buen ejemplo de trato considerado y paciente, entre otras virtudes. Y hay que fajarse a aportar aun involuntariamente para tú tener algo de calidad de vida, en la vertiente que cada quien valora.

Mucha gente de todas las ideologías, quiere irse, no aguanta; otras personas están obligadas a permanecer por falta de recursos, y otros/as, lo aceptan como una forma más segura, más cómoda para resolver asuntos de servicios comunitarios, y también, para vivir menos solos/as.

Sin querer queriendo, en los edificios nos enriquecemos, aportándonos fortalezas, y lidiando en democracia, con las debilidades; procurando calidad de vida, en medio de “ese infierno”. Ahí estamos. Y yo disfrutando un poco de mi sueño de aprender a vivir en colectivo.

Pasión

Pasión,
vehemencia
viveza,
¿de qué depende?.

II.
Ayúdame
energía,
ayúdame
a saberlo.

III.
Anarquía
recomponerme
luz
perfección.

IV.
Magia
creación
reto
casi morir.

V
Un mundo lleno de perdón espera
acción.