Amplio, ancho, quieto, verde-azul-negro-amarillo-brillante está el océano
y no puedo acariciarlo
mirarle puedo en mi verdad quimera
enviarle aves desconocidas
hasta llegar
al amarillo o grisáceo o claro espacio
y besar a Japón, a China, a Estados Unidos, a Taiwán,
y decir:
“déjenme acariciar el océano,
busquen qué hacer.
Pura vieja-vieja quiero estar
de pura paz, quiero vivir; vivir tanto, mucho.
¡Dejen de…!
quiero ver a mi prole respirar,
Japón, China, Estados Unidos, Taiwán
la vida es caricia”.
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