Situación de los partidos políticos en República Dominicana: 2008

Hay mucho trabajo que hacer. Es fuerte lo que tenemos que hacer. ¿Cómo se hace? Eso es lo que hay que tener claro: ¿Meterse en un partido de esos e influenciar desde ellos, unirse a una fuerza nueva? Es un diagnóstico super radical. El último párrafo coincide con mi visión, lo que somos es el resultado de nuestros talentos y limitaciones, de todos y todas.

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La despolitización dominicana

La política exige trabajar de manera ardua en la organización del pueblo en función de lograr su verdadera liberación y alcanzar el poder del estado es un medio para ejecutar dicho proyecto

Por David Álvarez Martín / El Caribe

Martes 5 de febrero del 2008 actualizado a las 1:35 AM



La sociedad dominicana recorre una peligrosa pendiente de despolitización que puede conducirnos a dos destinos muy graves: el surgimiento de un déspota populista que alcance la presidencia en medio de alguna crisis económica o la disolución del Estado nacional mediante la generalización de la corrupción.

Este derrotero es fruto de un complejo proceso que se inició con el derrocamiento del gobierno del profesor Juan Bosch y la represión sanguinaria del régimen balaguerista de los 12 años contra el liderazgo político revolucionario que, aunados ambos hechos, abortó las posibilidades de construir una sociedad democrática, próspera y justa.

Las respuestas a esa situación fue el serio esfuerzo de renovación del PRD por parte de Juan Bosch y, ante su fracaso, la fundación del PLD.

Pero, tal como el mismo Bosch vislumbraba, el PRD desapareció como partido político al inicio de la década de los 80 y el PLD se disolvió a mediados de los 90.

Con la disolución de los dos aparatos partidarios revolucionarios más importantes del último tercio del siglo XX la sociedad dominicana queda sin la fuerza política necesaria para emprender proyectos que transformen la sociedad dominicana en una nación más democrática y justa.

Y el liderazgo partidario, sin el norte de un proyecto político, reduce su actividad a depredar el Estado para su beneficio personal y/ o grupal, seguir las pautas que le brinde el gran capital y satisfacer los reclamos populistas de los sectores lúmpenes de nuestra sociedad.

En otras palabras, actuar tal como lo hizo Balaguer.

La política exige trabajar de manera ardua en la organización del pueblo en función de lograr su verdadera liberación y alcanzar el poder del Estado es un medio para ejecutar dicho proyecto. El único líder dominicano que consagró su vida efectivamente a desarrollar un proyecto político, primero en el PRD y luego en el PLD fue Juan Bosch.

Nadie más se le compara en tesón, claridad de objetivos y talento para impulsar la liberación del pueblo dominicano.

Su antítesis fue Balaguer, que únicamente actuaba para preservarse en el poder sin importar a quienes explotaba, atropellaba o traicionaba.

En un sistema democrático presidencialista, sin proyecto político alguno, únicamente nos queda votar por lo menos malo y con garantía de triunfo.

Lo planteo sin dolor, ni resentimientos. Después de todo la nación es obra de todos y por lo visto es lo único que se puede hacer ahora.

David álvarez Martín es filósofo.

davidalvarez144@yahoo.com

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