En las inmensas llanuras salpicadas de montañas, sábanas, manos,
lamen los labios de los ríos y de los mares, benditos
en los surcos de mejillas y en el mirar continuo
es tocada suavemente cada cabeza
en el horizonte lejano
la unidad hasta el cansancio, el dolor, la resiliencia…
El aliento del cuello continuo
es la vastedad de decidir compartir
lealtades
arroyuelos con zigzagueantes afectos
caricias universales, en vientre, busto, piel toda
mientras
la cama, el almuerzo, los cuidados, el teclear, las palabras, algoritmos
Quehaceres compartidos han construido alianzas
allá en la tierra desbordada, y acá en la casa
detalles extraños;
discontinuas, exquisitas…
relaciones.
Hay una luz tenue a través de los años
tejiendo cuidados, cuajando abrazos
toques, balbuceos,
besos, escritos,
asombro, toques fuertes, toques suaves
descifrar huellas y compases…
Es amor.
14.11.2016
Santiago, RD