“Una mano es igual a otra mano. Un brazo es igual a otro brazo.
No hay hueco entre ellos. Un cuerpo se apoya en otro cuerpo y se
genera un sentimiento de placer de estar tan cercano al otro como a sí mismo.
Ninguno es mejor. Ninguno es más. Necesitan una meta, una dirección
inalcanzada en el instante que la hace ser”.
Ana María del Cueto.
1999. Grupo, instituciones y comunidades. Lugar Editorial. Argentina.
¡Cómo fuera una vida, de pies acariciados por el terciopelo suave
en medio de una habitación clara y fresca,
y luego caminar en el desierto, en las piedras!
¡Y soñar!
La inmensidad fuese,
si pudiese contemplar, sin dirección y sin límite de tiempo.
Y ser enjugada con frutas; comer vegetales, chicharrones, casabe; tomar caldos, té de manzanilla, miel, y mucho agua.
Nadar, montar bicicleta; no tener que pagar por un techo, y poder estar sin empleo.
Vivir de mimos. Y amar.
Trabajar sin presión.
Quiero tiempo, tiempo, mucho tiempo. Vivir hombro a hombro.
Y seguir amando.
Trabajar libre, cuidarme,
y contemplar, mirar, oler, tocar,
sentir sin límite de tiempo.
Mildred d
Santiago, RD.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario