Miguel Angel Cid, activista social y municipalista |
Pueblo querido que sigue este blog y sobretodo sobre el tema de la violencia de género, intrafamiliar, contra la mujer, y los feminicidios. Me siento retada y les invito a retarse como parte de este país sobre el problema de los feminicidios, y de la violencia, en general, para alcanzar la seguridad ciudadana que merecemos y debemos construir.
Escribo a partir de lo que relata este artículo y me siento retada. Soy del Núcleo de Apoyo a la Mujer, organización feminista, del Foro Feminista, de la Asociación Dominicana de Trabajo Social Profesional, y de otros espacios de ciudadanía activa.
También soy Trabajadora Social Profesional. Trabajo en la Unidad de Atención Integral a la Violencia de Género, Intrafamiliar y Delitos Sexuales (UAVEGIS), Procuraduría Fiscal de Santiago. Esta Unidad forma parte de una Red local interinstitucional Estado-sociedad civil, entre otras, llamada Movimiento Vida sin Violencia (MOVIDA).
Como empleada pública soy de las que creo que todas y todos somos autoridades, pues todo empleado de la Procuraduría Fiscal de Santiago forma parte de un organismo público, sea el conserje, secretarias/os, choferes, abogadas/os, fiscales, Trabajo Social...etcétera y nos debe doler la violencia en nuestro territorio, en la provincia de Santiago...
Debemos sentirnos retados. Pero también, para sugerir, observar qué no están haciendo el resto de las autoridades...para que no nos carguemos como Procuraduría fiscal de Santiago, y como Movimiento Vida sin Violencia (MOVIDA) que incluye parte de la sociedad civil.
Coloco este artículo pues todas las instituciones deben jugar su papel, ¿qué está pasando con la policía, y el resto de las autoridades, alcaldes pedáneos...de Monte Adentro, Tamboril y de Don Pedro, Licey, ambos municipios de la Provincia Santiago?
Miguel Angel Cid, un activista social de Santiago, tiene el mérito de mezclar la delincuencia de la calle y la delincuencia de género, informando sobre estos dos feminicidios 5 y 6 de junio 2016, y no culpabiliza a las mujeres, y establece con propiedad que son ex parejas.
Estas informaciones dan grima sobre el control que tienen los delincuentes en Don Pedro y en Monte Adentro. En ambas comunidades han habido feminicidios en junio 2016, y en Monte Adentro además de un feminicidio el hombre después que degolló a la ex pareja y luego se ahorcó.
Ambas mujeres ex parejas.
En este análisis, Miguel Angel Cid, entrelaza la violencia delincuencial y la violencia doméstica..Vayamos compactando nuestras visiones para que seamos certeros y en armonía para saber pensar, actuar, proponer y ejercer ciudadanía con conciencia, sin importar partidos.
Me gusta este artículo porque es muy concreto y bien informado al detalle de hechos recientes, y tiene perspectiva nacional.
Afectos.
Mildred Dolores Mata
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Artículo en extenso escrito por Miguel Angel Cid:
La pandemia que viene
Por Miguel Angel Cid Cid. 25 de junio de 2016
¿Y las autoridades? Inventando pendejadas. Perdón. Entreteniéndose con las teorías de la percepción. Mientras la población entre el miedo y la desesperación sólo le queda rezar.
El auge de la violencia es cada vez más acusado en nuestro país. La prensa no da abasto para reportar los hechos delictivos que ocurren en cada rincón del país. Por ello muchos acontecimientos se producen sin que los medios de comunicación se hagan eco. ¿Y las autoridades? Inventando pendejadas. Perdón. Entreteniéndose con las teorías de la percepción. Mientras la población entre el miedo y la desesperación sólo le queda rezar.
Sin embargo, el rosario de crímenes, atracos, robos y violaciones de todo tipo, no decrece ni con diez avemarías ni cinco padrenuestros.
En la comunidad de Don Pedro, meses atrás, perdió la vida un facineroso en un enfrentamiento con otros de su misma calaña. En pleno velatorio sus compañeros de fechorías destaparon el ataúd y colocaron encima del cadáver decenas de armas de fuego de diferentes calibres. El acto fue una perversa ceremonia que celebraba y honraba la dedicación del fenecido en el arte del delito.
Pero el ritual no termina ahí. La vela de los nueve días concluyó con un desfile motorizado, amenizado por disparos al aire por todo el trayecto. Y esa procesión se repite cada mes, al final de los rezos. El grupo, armado hasta los dientes, disfruta infundir terror a la comunidad.
Más reciente, en este mismo mes de junio, un joven le arrancó la vida de un disparo a su ex compañera, con quien procreó dos hijos. El hombre se presentó a la Disco Terraza Eli, en Don Pedro, donde suponía su mujer bailando con otro. Ni bailando con otro ni en la Eli. La pobre mujer estaba afuera, a unos metros de distancia del lugar. Sin mediar palabras, el tipo la arrastró por los cabellos y a puras trompadas la subió a un motoconcho.
Ya en un callejón apartado, bajo la oscuridad de la noche, le disparó.
Ahí no hubo compasión. Pero tampoco la hubo al día siguiente en la comunidad vecina de Monte Adentro, donde otro joven degolló a su ex esposa. No conforme con ello, se puso una soga al cuello y se ahorcó. Se diría que para perseguirla en la otra vida.
Y es que en Monte Adentro y Don Pedro se delinque a lo lindo, a lo Pedrito Navaja: que “Aunque todo el mundo lo vio nadie ha visto nada”. Por las noches, de lunes a lunes, los bandidos patrullan la zona “con las armas en las manos”. Algunas veces se espantan y con puntualidad llega la policía. Allí montan ellos el otro espectáculo: detener inocentes para picar lo de la cena. Porque, ¿sabe comoé?
Todo ello es, con todo, nada. Si lo comparamos con la banda criminal que asesinaba choferes para despojarlos de sus vehículos, desaguarlos por piezas o meterlos de contrabando y venderlos en Haití.
Esa banda de ladrones asesinos operaba en la región oriental del país. Su forma de operar delatan los rasgos patológicos de esos verdugos, de esos monstruos.
¿Cómo se descubrió la pandilla? Pues por pura casualidad. Uno de los bandidos fue investigado por el asesinato de un hombre que apareció con un block al cuello en el río Higuamo, en San Pedro de Macorís.
Una cosa llevó a la otra. Las confesiones del bandolero condujeron a los investigadores policiales al pozo convertido en fosa común para quienes resistían el atraco. Las víctimas eran arrojadas vivas al pozo, no sin antes cubrirles las cabezas con bolsas plásticas. Mientras caían al fondo sus cuerpos se desgarraban con las paredes del agujero.
Como ya se dijo, tanto el Ministro de Interior y Policía, como el ex jefe de la Policía Nacional, aseguran que el supuesto auge de la delincuencia es pura percepción. Sin embargo, el recién designado jefe del cuerpo del orden, declaró que hemos pasado de la delincuencia pura y simple a la epidemia de la delincuencia. No obstante, dejó caer la gota fría: la contradicción de que los actos delincuenciales vienen reduciéndose.
¿Qué creo? O es una cosa o es la otra.
Y la otra cosa es que si seguimos tratando de tapar el sol con un dedo, pronto llegaremos a una pandemia de la delincuencia. A Dios que reparta suerte.