Por la vida de las mujeres el aborto no es materia de dogma y eliminar la despenalización es dignidad. Por Zobeyda Cepeda

Zobeyda Cepeda explica porqué es ver la mujer como persona "de segunda" lo que está de base en oponerse a la despenalización del aborto  de parte de algunas de las partes de la jerarquía religiosa.

El aborto no es materia de dogma en la religión Católica u otras, porque nunca ha habido consenso sobre el tema.. ¡A leer!

Mildred D Mata
---
Defensa de Dogma o manipulación de la Masculinidad Violenta

Zobeyda Cepeda, feminista, abogada


Por Zobeyda Cepeda

https://zobeydacepedadotcom.wordpress.com/2017/07/06/defensa-de-dogma-o-manipulacion-de-la-masculinidad-violenta/

La oposición a la despenalización del aborto por causales se argumenta en posiciones religiosas negadoras de derechos. Un análisis a los mecanismos que resisten la aprobación acerca a posturas y actuaciones semejantes a la masculinidad violenta.

A pesar de los avances de la neurociencia en concebir la formación humana a partir de la autonomía cerebral, y de las determinaciones jurídicas que asignan personalidad a la capacidad de viabilidad, las presiones religiosas desautorizan las leyes y la ciencia en nombre de sus creencias, empeñados en explicar la administración de la vida exclusivamente a la imagen de divinidad por ellos promovida.

Cabe aclarar que el aborto no es un dogma de la iglesia católica. Por dogma se entiende aquello que no encuentra contradicción, ejemplo, la Virgen María concibió por obra y gracia del espíritu santo. Este hecho no tiene narrativas contradictorias ni subjetivas dentro de esta iglesia, se entiende como tal y punto. El aborto, por el contrario, ha tenido diferentes abordajes, basta leer las disposiciones del Código Canónico en el cual se establecen excepciones a la sanción con la excomunión, dentro de estas la falta de conciencia y la minoría de edad.

La resistencia a que el aborto sea despenalizado cuando la vida de la mujer corre peligro, por violación sexual o incesto, o por mal formación incompatible con la vida asemeja sus actuaciones a los mecanismos de control y posesión de la masculinidad violenta, provocada por la crisis a la oposición de aceptar las transformaciones sociales y el empoderamiento de las mujeres a nivel individual, educativo, económico o sobre sus cuerpos.

Precisamente ese empoderamiento femenino es percibido como una amenaza a la pérdida del control colectivo masculino que sostiene la ideología de inferioridad femenina. Apoyados en esa identidad institucional y grupal se organizan los sectores anti derechos opuestos a la despenalización del aborto por causales, utilizando las amenazas y la tergiversación de información, mecanismos por excelencia de la masculinidad violenta, con rotunda resistencia a ceder los privilegios que han disfrutado históricamente en su vinculación con los sectores políticos, gubernamentales y de la población.

Desde privilegios colectivos instituciones masculinizadas disfrazan narrativas y ejercen violencias, encontrando complicidades asociativas y presas del miedo, pero a la vez fuerte determinación en transformaciones de justicia social y de género que impacten a mujeres y niñas.