La patria dominicana que quiero

Para el foro de Clave Digital, escribí este medio retrato personal a propósito de la patria que quiero en la celbraciones de los 27 de febrero, fecha de la independencia dominicana con respecto a la ocupación haitianade esta parte de la isla.

Para mí la patria es llanto y seguirá siendo llanto mientras mucha gente no tenga lo que yo tengo. Por ejemplo, que todas y todos tengamos acceso al internet.

Para mi la patria me encuentra acompañada, muy acompañada, porque siento que hay más comprensión en este foro para la vecina Haití, para los/as migrantes y sus descendientes.

Porque hay en este foro una exigencia de que la patria sea más inclusiva, más honesta, con más riqueza compartida, y más espíritu de servicio. Porque hay un cuestionamiento al individualismo y a la corrupción.

Quiero que además de recordar a Duarte y a Caamaño, sintamos esa misma devoción por nuestros compañeros de foro aunque piensen diferente.

Quiero que compartamos un poco más de la identidad mía de comprensión sobre que lo que hicieron los militares haitianos hace 140 años, (ocupar el país durante 22 años), esto no es culpa del pueblo haitiano.

Mi madre nació en el año 1937, y mi abuela me contó como en ese año se lloró en la línea noroeste amargamente cuando se regó llanto inocente. Quiero también que el pueblo haitiano perdone, y sepa que el pueblo dominicano que estuvo cerca de esos hechos sintió horror y pesadillas.

La identidad que se me formó en este terruño fue de ternura hacia el vecino.

Mi abuela se leventaba a las cinco de la mañana a tomar café entre los vecinos y vecinas, y luego se íba a trabajar a un almacén de tabaco. La identidad que también heredé de mi abuela, fue la del apego, la del sentimiento, sin importar el sudor y el olor a almacén.

Cuando ella llegaba a la cinco de la tarde me apretaba durante horas, entre sudor y sucio, me cargaba, e incómoda comía en una mecedora para poder apretarme, mientras comía. Nunca me he sentido extraña ante el trabajo duro del trabajador dominicano, ni frente al migrante. Mi abuela me enseñó a amar lo humano de los humanos. Creo que somos muy trabajadores, pero que queremos mejores condiciones laborales, más seguridad social, y es por eso que emigramos.

Lo que no entiendo es como el amor a la justicia, que nos hace querer la equidad, esa ternura hacia lo humano, nos lleve a veces a la agresión hacia otros humanos. Como socialista, siempre tuve claro que quería cambio de sistema social, económico y político. La ternura siempre me ha acompañado frente a cualquier otro humano. No importa su clase social, la diferencia de nuestras ideas, no es un problema personal.

La identidad es el fruto de decisiones, subjetividades, temperamento, habilidades, particularidades personales, pero también es la suma de categrías sociales. En lo social, mi identidad es la suna de:
niña campesina pobre
nieta cariñosa
hija ensimismada
estudiante
trabajadora social
lectora
aprendiz de escritora
militante de grupos de pastoral (antes del 1972)
compañera, pareja, amiga,
militante de izquierda (1972-1983)
militante de movimientos sociales: feminista, ecologista, trabajadora social en los bateyes, en el campo, en mejoramiento urbano, por la inclusión de todo grupo discriminado)
madre
miembra de un foro digital llamado Clave Digital
iconoclausta
libre pensadora
amiga
amiga
amiga
aspiro a una militancia partidaria, unierme, crearla, y por humildad votaré para quejarme, para construir en lo que ahora se puede, y hago otras actividades para consolidar la democracia,
pero comprendo a los que no votan,
¡ciao!


Les recomiendo el u artículo de Nassef Perdomo de Firmas Clave. De este artículo me atrae que él reclama que la patria sea más que colores, himno, estatuas. Nassef enarbola en nuestro Juan pablo Duarte los ideales de que en este terruño prevalezca la libertad y la justicia. Con la salida del ejército haitiano conquistamos la libertad de ser diferente, de hegemonizar la cultura (lengua, religión, leyes, costumbres, autonomía administrativa, política, forma de manejar la economía), nuestra idiosincracia. Y yo le añado a lo de la justicia y la libertad, el espíritu internacionalista de solidaridad.
www.clavedigital.com
Sección Firmas Clave, de 1.03.06

¡Por una patria más inclusiva!

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2 comentarios:

  1. Yo soy pesimista. La patria es para unos pocos, y cada vez son más ladrones y más nacionalistas.

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  2. Es triste que mientras los ultranacionalistas consolidan sus alianzas-plataformas políticas de corte racista y xenofóbico, miles de niños dominicanos de origen haitiano paguen la culpa de ese pasado.

    La patria no es de unos pocos, pero la situación así lo aparenta.

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