Niñas: sexo desde adultos, embrazos, y explotación comercial. Zobeyda Cepeda escribe.

Zobeyda Cepeda, feminista, abogada, miembra del CLADEM, del Foro Feminista, del Núcleo de Apoyo a la Mujer (NAM) alerta sobre sexo de adultos con niñas, embarazos, cosificación sexual y explotación sexual desde la familia, y de las consecuencias de la falta de la educación sexual.

http://www.elmunicipio.com.do/index.php/reflexiones/item/390-¿por-donde-empezar?.html


Una niña de trece años embarazada de trillizos por un hombre de sesenta,  y  otra de doce por uno de cuarenta y cinco, a quién la familia le entregó  para recibir en recompensa su sustento económico, nos muestran un amargo y cruel panorama de cómo estamos como sociedad, del poco respeto a la integridad de las niñas y la percepción de cosificación sexual de sus cuerpos.

Aunque a muchos hombres les moleste que así se hable, la masculinidad dominicana se encuentra en una crisis depredadora, violenta, violadora, homicida, asesina, suicida que deja en alarma y alerta a quienes reconocen su estado de calamidad.

Las comunidades donde vivían estas niñas de alguna manera vieron o llegaron a tener información del tipo de abuso que se estaba cometiendo contra ellas, probablemente lo consintieron como “una relación”, de jóvenes que a temprana edad se “casan”. Al concebir el abuso en esta forma no alertaron a las autoridades a través de denuncias. Igualmente las escuelas o centros de estudios, maestros/as debieron de contar con mecanismos de detección y atención. No dudo que hayan sido tildadas de vivarachas, alicantinas o puticas, culpándolas así de la violación.

Qué decir de la familia, el lugar donde se supone debieron de recibir la mayor protección posible para su desarrollo físico, mental y emocional. En ella también es probable que nunca recibieran educación sexual, alertas de que nadie debía de “ponerle las manos” o de avisar al padre o madre si alguien las abusaba.

Esta situación nos muestra la punta de un iceberg ¿Cuántas niñas y adolescentes más estarán en igual condición? Abuso sexual infantil consentido por familiares o realizado por alguno de sus integrantes. Intercambio sexual por dinero enseñado desde sus hogares, centra la construcción de la personalidad en la auto-percepción de cosificación sexual, capacidades desarrolladas desde temprana edad, y maternidad prematura que le impide acceso a oportunidades de desarrollo integral.

De no recibir debido acompañamiento y oportuno, se convertirán en las próximas víctimas de explotación sexual comercial sometidas en centros nocturnos de diversión, diferente al familiar, vulnerables a la trata para los mismos fines, o serán la próxima generación de trabajadoras sexuales.

Procesos que constituyen violaciones sistemáticas y graduales de derechos humanos, provocando así exclusión social.

Sí,  hay que impartir educación sexual en las escuelas y colegios a nivel nacional. Pero, una vez que niños, niñas y adolescentes manejen información sobre la salud sexual y la salud reproductiva, y al llegar a sus casas les hablen a personas adultas utilizando lenguaje como: pene, vagina, vulva u orgasmo: ¿Estarán las personas adultas preparadas para ello? ¿Será necesario también incluirles en los programas?

Se hace impostergable la educación no sexista ni discriminatoria, en la que se enseñe sistemáticamente en los centros relaciones igualitarias entre hombres y mujeres, como una forma de invertir en la prevención de la masculinidad violenta. Acá también nos encontramos con el dilema de ¿Quién enseña a quién? ¿Están los maestros/as preparados/as para asumirla en sus actitudes y prácticas y transferirla desde sus procesos internos a estudiantes? ¿Están padres y madres o personas adultas a cargo en los hogares en igual actitud de apertura a las transformaciones?

Subsistiendo de base la condición de pobreza, las políticas para superarlas deben de tomar en cuenta las relaciones de género en el reconocimiento de las mujeres y las niñas a su autonomía y capacidad de toma de decisiones, no solo como víctimas de la depredación masculina.

Un panorama complejo que requiere de políticas públicas coordinadas inter y multisectoriales a corto, mediano y largo plazo, más allá de una intervención rápida como coqueteo para sacar partido político a temas de amplia preocupación nacional.