¿Por qué la violencia contra la mujer? Por Joana Bonet

Hablando de España y la violencia contra la mujer, dice Joana Bonet que  está muy arraigada la creencia de que la mujer es un objeto o menos... También opina que las leyes no son tan endurecidas y las consecuencias son leves; no hay suficiente presupuesto para el cambio educativo de esa mentalidad y hay poca promoción de la igualdad de la mujer.

Es parte de la reflexión de la española Joana Bonet titulada La Gran Vejación, en Vanguardia.
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Acá el link: http://tinyurl.com/onqx7yt

Mildred D Mata
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LA GRAN VEJACIÓN

Joana Bonet

11 de mayo 2015

¿Por qué se sigue violando masivamente a mujeres? Aunque sea una pregunta molesta, es necesario seguir removiendo las rocas de ese sinsentido que somete, veja, daña y aliena. Mucho queda por discutir acerca de lo que subyace bajo ese acto de dominio masculino, porque ¿qué placer se puede extraer de un cuerpo doliente, un cuerpo, incluso, a medio hacer, como es el caso de las niñas violadas por Boko Haram, ese ejército de tarados que impone a sangre y fuego el horror? Su único delito es el de nacer niñas y sentarse frente a un pupitre, y hay que subrayarlo las veces que haga falta. Es difícil tragar la información que revela la extrema violencia practicada contra niñas de diez años. Igual de complejo resulta afirmar que esa es la causa de tantos suicidios, el único salvoconducto que tienen muchas para escapar al deshonor y a la herida que no se cierra. Sucede en Pakistán e India, en la República del Congo, Somalia y muchos otros países que, por suerte, están lejos.

En España, el maltrato contra las mujeres, a pesar de su condena pública y su legislación, recibe castigos light según han divulgado varias informaciones: un 86% no llega a pisar la cárcel y lo expía con trabajo social, igual que los que cometen una infracción de tráfico. Pero ¿no estábamos hablando de terrorismo doméstico? “Todo ello responde a una masculinidad neurótica que se siente en inferioridad”, asegura Idili Lizcano, fundador de Alqvimia, en un Foro sobre Liderazgo Femenino que pretende ahondar en el nuevo paradigma empresarial comprometido con la igualdad. Lizcano abunda en ejemplos históricos para afirmar que “las sociedades que no respetan a sus mujeres son castigadas”.

Que la violencia sexual siga siendo utilizada como arma de castigo informa acerca de la perpetua impunidad de callar una voz y arrancar la libertad a golpe de una bragueta enferma. El oscurantismo, el extremismo religioso, el analfabetismo, la falta de empatía y sobre todo la concepción de la mujer como poco más que un objeto, son los actores principales de este drama tan denunciado como persistente.

“Al menos, ahora la consideramos ilícita, cuando hace apenas cincuenta años quien violaba a la criada era excusado, incluso se despedía a la sirvienta, porque se sobrentendía la subordinación sexual de la mujer al servicio de los instintos del hombre. Hoy, en cambio, nadie puede cometer una violación sin envilecerse a sí mismo”, reflexiona el filósofo Javier Gomá al preguntarle sobre esta realidad poco comprensible cuando el sexo acude raudo a golpe de clic. Existe, no obstante, una fatiga de la compasión que se resigna ante los terribles casos del día a día. El cambio de mentalidades -invertir en educación, promoción de la igualdad y endurecimiento de leyes- ha cristalizado pero no lo suficiente como para impedir que la próxima vez que vuelva a escribir sobre la gran vejación todo siga exactamente igual.

(La Vanguardia)