Rosario Espinal, presenta hechos que amenazan la vida y la sexualidad de las mujeres, plantea una revisión de la crianza y los valores relativos a la sexualidad masculina en RD, que superen los feminicidios, la violencia contra la mujer y las violaciones.
Mildred D Mata
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El pene, ¿arma de destrucción?
Rosario Espinal - 14 de febrero de 2018
Si se alarma o sonroja con el título de este artículo, ha estado usted por otras latitudes.
Los feminicidios son una epidemia nacional. ¿Lo sabía? La razón más común asignada es celos; supuestamente se mata por eso. Pero si los celos llevan un hombre a asesinar una mujer, entonces, el cerebro es guiado por el órgano incorrecto. Si fueran casos aislados, la destrucción fuera casual, ¡pero no!, son muchos casos. Conclusión, el pene es un arma de destrucción en esta sociedad.
¿Sigue alarmado o alarmada con el término pene? Reflexione, hay más. No se sabe el número exacto de violaciones sexuales en este país, pero son muchas. Aquí se violan ancianas de 90 años, según publican los periódicos; se violan mujeres mayores de 60 y 70 años; se violan mujeres de edad media y jóvenes, y lo peor de lo peor, se violan niñas, así como lo leyó, niñas hasta de dos años. ¿Con qué se violan? Concluya usted si se alarma o sonroja con el órgano de destrucción.
¿Qué hacen las mujeres ante una violación? A veces la denuncian (ahora más que antes), pero en muchos casos, las mujeres y sus familias callan. Callan por miedo al hombre, callan porque la Policía está llena de machos violentos, callan porque no confían en la justicia, callan porque la sociedad estigmatiza a las víctimas.
La estigmatización de las víctimas es parte del ejercicio perverso del poder. Dicen: si no hubiese estado de chivirica no la hubieran violado; si no saliera de noche no la hubieran violado; si no hubiese dejado la hija sola, no la hubieran violado; etc., etc., etc. La mujer ha sido históricamente culpada de su opresión; mientras el hombre, con su arma de destrucción, es exculpado o justificado hasta por muchas mujeres.
En la última semana he sabido de tres casos repugnantes de violaciones sexuales, incluidas muertes. El más dramático es el cuádruple asesinato con violaciones que ha conmovido el país. El tal Víctor Alexander, alias “Greña, Chamán Chakra” o “Metálico” violó dos niñas después de asesinarlas. ¿Imaginan ustedes, dos niñas después de asesinarlas? Ante el hecho, escuché una persona decir: “pero esa madre no debió juntarse con ese tipo”. Concuerdo, esa madre no debió, pero la culpable de los asesinatos y de las violaciones no es la madre, es el tal Chakra con su pene destructivo.
Para entender el machismo, las violaciones sexuales y los feminicidos, hay que poner atención a la sexualidad masculina. Es una sexualidad muchas veces de poder absoluto, de desenfreno, de destrucción.
Cualquier persona puede sentir celos, pero no necesita golpear ni matar; cualquier persona puede tener deseos sexuales intensos, pero no violar. La sexualidad violenta es producto de una siquis enloquecida con el poder.
Las mujeres no violan sexualmente porque no tienen pene. Así de sencillo. En la mitología del poder, eso se ha considerado inferioridad. El hombre es dotado de un órgano con capacidad de erección; la mujer no, por eso es definida como inferior. ¡Vaya explicación! El híper-poder sexual, asignado culturalmente al hombre, ha constituido siempre un atentando a los demás, sobre todo a las mujeres.
Ante la plaga de violencia masculina, los hombres deberían reflexionar sobre el pene, y entender, que fuera de las funciones biológicas, incluida la sexual con consentimiento mutuo, el pene no debe tener otros usos, y mucho menos, ser arma de destrucción de la integridad física y emocional de las mujeres.
La sexualidad debe ser tierna e igualitaria. Mensaje de hoy, 14 de febrero a hombres y mujeres.
Fuente:
Publicado en el periódico Hoy. https://acento.com.do/2018/opinion/8537016-pene-arma-destruccion/