El apego no saludable y la violencia

Suelen normalizar la violencia en sus vidas y por tanto que no tienen el hermoso propósito de vivir en felicidad.


Hay una canción muy famosa cantada por Rocío Durcal llamada “Costumbres”, la cual dice:


“…yo estoy convencida de que tú no puedes, aunque intentes, olvidarme.


Siempre volverás, una y otra vez, una y otra vez, siempre volverás.


Aunque ya no sientas más amor por mí, solo rencor, yo tampoco tengo nada que sentir


y eso es peor.


Pero te extraño, también te extraño


no cabe duda de que es verdad que la costumbre es más fuerte que el amor.


(…)


La dependencia emocional o el apego no saludable son responsables de una parte significativa de la violencia en las relaciones humanas, sobre todo en las parejas, y es causa con frecuencia de la violencia de género.


Anthony de Mello en su libro Una llamada al amor: Conciencia, libertad y felicidad, en la meditación número 5, aclara sobre la infelicidad y el apego:


“…hay una sola cosa que origina la infelicidad: el apego. ¿Y qué es un apego? Es un estado emocional de vinculación compulsiva a una cosa o persona determinada, originado por la creencia de que sin esa cosa o persona no es posible ser feliz. Tal estado emocional se compone de dos elementos; uno positivo y otro negativo. El elemento positivo es el fogonazo del placer y la emoción, el estremecimiento que experimentas cuando logras aquello a lo que estás apegado. El elemento negativo es la sensación de amenaza y de tensión que siempre acompaña al apego. https://acariciando.blogspot.com/2007/01/meditaciones-de-anthony-de-mello-para.html


http://www.opuslibros.org/libros/Una%20llamada%20al%20amor/meditacion_1_5.htm


También el apego acerca al desorden emocional y es una amenaza para la serenidad.


Un camino para superar el apego es tener múltiples intereses, logros, motivos para vivir…como los son la solidaridad, la amistad, la militancia social, política, el amor, la bondad, el servicio, la humildad, el arte, los ejercicios, la laboriosidad, la espiritualidad, la grandeza de la divinidad…


Anthony de Mello sugiere, en la Meditación número 5 de su libro:


“…si aprendes a disfrutar el aroma de un millar de flores, no te aferrarás a ninguna de ellas ni sufrirás cuando no puedas conseguirla. Si tienes mil platos favoritos, la pérdida de uno de ellos te pasará inadvertida, y tu felicidad no sufrirá menoscabo. Pero son precisamente tus apegos los que te impiden desarrollar un más amplio y más variado gusto por las cosas y las personas.” (Ibid).


Como se puede captar en el contenido de la canción famosa de Rocío Durcal, “Costumbres”, hay una dificultad de valoración del “deseo de tener un estado de ánimo tranquilo, sereno, sin importar las circunstancias” tal y como dice Paul Clement Jagot en el libro El poder de la Voluntad. Cree quien compuso la canción que se puede vivir con rencor y sin sentir amor, por costumbres.


También cuestionar el apego y la tensión de tener a las personas y cosas a las que estamos apegados requiere de valorar los tratos respetuosos y amorosos, e ir fortaleciendo la capacidad de vencer la ansiedad, pues hay que tener valentía para aprender a estar sin la persona objeto del apego y desarrollar la autoestima.


Pero por lo menos para superar el apego hay que comenzar reconociendo cuando tenemos la dificultad y que no queremos vivir en ansiedad y bajo la amenaza de creer que no podemos estar sin la persona o cosas objetos del apego.


Es muy conocido en el tema de la violencia de género en relaciones de pareja y exparejas que las personas que la viven suelen tener baja autoestima, y suelen normalizar la violencia en sus vidas y por tanto que no tienen el hermoso propósito de vivir en felicidad.


Suelo proponer una frase importante para una reprogramación neurolingüística por los caminos de la felicidad: “Yo nací para ser feliz, yo merezco respeto, cariño y consideración. Igual las demás personas.”


Hasta la próxima semana, y ojalá que estemos cada día más felices

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