Apretando la colcha espuma, el clítoris, la pelvis,
las superficies todas
mientras los mundos penetran la carne, y la carne penetra la boca, el beso, las cejas, la pestaña, la frente, la espalda, los muslos, los brazos,
la gelatina...
y no se podrán olfatear pequeñeces,
el gran beso será la libertad, y la dulzura
los huesos rotos
los cuerpos alzados
la menstruación acariciada
y sabrá la pasión compartir huellas
oler tu ser sin tiempo.
Y se gritará a la noche sin dejar de apretar
y cantar aprisionando las palabras
y observar los fuertes roces
y construir...
¿Qué?
un apretón del cielo,
el toque de los cuerpos reales
la adaptación a muchos placeres
y el no aceptar los contrapesos.
Poner bustos, manos, nalgas, nariz, cráneo, pelo,
y ser todos aplastados, triturados, chocados, amados,
apretados, agradecidos,
por la brisa, la luna y el sol.
4.VI.06
Santiago, RD
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