José Angel Lozoya, un hombre feminista, un trabajo con las masculinidades por la igualdad de género que comienza desde el 1988, en España.
En esta entrevista realizada por Laura Murillo Rubio se aprende mucho sobre los matices del trabajo de mujeres y hombre por la igualdad.
Se aprende de las luchas de la sociedad española, y de lo complejos vaivenes y exigencias para que no se retroceda en los derechos humanos de las mujeres y de los hombres por recuperar su libertad sin estereotipos de masculinidad machista.
Explica cómo en España se renovó el feminismo e integró nuevas generaciones de mujeres ante los retrocesos que quizo hacer el Partido Popular a la ley 2/2010, Ley Orgánica Salud Sexual y reproducictiva y de la interrupción voluntaria del embarazo". Grandes movilizaciones de masas obligaron al PP a retirar el Proyecto de ley contra las mujeres y su libertad de interrumpir un aborto, y que en consecuencia obligó a la renuncia del Ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardon.
A toda mujer conciente y luchadora conviene leer esta entrevista se aprende mucho sobre miradas, estartegias y comprensión patra la lucha por la libertad, la igualdad y la autonomía que nos libere a mujeres y hombres contra las arbitrariedades de la discrimación y la violencia de género machista, patriaracal y neomachista.
Mildred Mata
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eldiarionorte Euskadi / Euskadi
José Angel Lozoya, feminista, coordinador Red de Hombres por la Igualdad |
ENTREVISTA José Ángel Lozoya
“El discurso neomachista ha hecho creer que las políticas de igualdad
van en contra de los hombres”
José Ángel
Lozoya, fundador de la Red de hombres por la igualdad, asegura que los hombres
continúan teniendo miedo a que las mujeres quieran darle “la vuelta a la
tortilla”.
“Una parte
de la sociedad observa que las políticas de igualdad no solo benefician a la
mujer, sino que van en contra de los hombres”, afirma en relación a las
consecuencias del discurso machista en la actualidad.
“Estamos en
un momento en el que es importante ver cuál de los dos discursos gana la
batalla: si el neomachista o el igualitario”, dice Lozoya, quien a su vez
asegura que gracias a las intenciones de modificar la ley del aborto, el
movimiento feminista ha resurgido con una renovación generacional.
Entrevista
por Laura Murillo Rubio - Bilbao
24/11/2014 –
José Ángel
Lozoya, fundador del primer grupo de hombres por la igualdad en España.
Puede que
en España se creara el primer grupo de hombres por la igualdad en el mundo. Eso
es lo que dice, al menos, su fundador José Ángel Lozoya, quien hace ya más de
26 años puso en marcha una serie de programas de trabajo con hombres y
masculinidades en Jerez de la Frontera (Cádiz). Desde allí, colaboró para que
este movimiento que, según afirma, “en los años 80 cabía en un taxi”, hoy
necesite de un “microbús”. “Somos pocos sí, pero no somos anecdóticos”, asegura
sobre una labor que en Euskadi tuvo como fruto el programa ‘Gizonduz’, una
iniciativa apoyada por el Gobierno vasco y Emakunde (Instituto Vasco de la
Mujer) que trabaja desde 2007 promoviendo la implicación de los hombres en pro
de la igualdad. En defensa de ello, el precursor ha participado como ponente en
el primer encuentro ‘Norte-Sur de masculinidades y desarrollo humano’ celebrado
en Bilbao.
Lozoya fue
uno de los impulsores de la clínica ‘Los Naranjos’ en Sevilla, donde en 1980 se
practicaron 432 abortos clandestinos, hasta que una operación policial provocó
su cierre y la detención de 25 personas. Se abrió un proceso judicial que duró
13 años y acabó con 5 condenados que finalmente fueron indultados por el
Gobierno de Felipe González. Tras las idas y venidas actuales de la ley del
aborto del ya ex ministro Gallardón, el precursor del movimiento tiene clara
una cosa: “El choque eléctrico que ha supuesto la propuesta del Gobierno de
modificar la ley del aborto ha hecho que el movimiento feminista autónomo
recupere un vigor que no se conocía desde los años 80”.
Pregunta:
Muchos hombres son conscientes ante el cambio de las mujeres en la sociedad.
Sin embargo, parece que sigue habiendo miedo a que se inviertan las relaciones
de poder entre sexos…
Cada vez
más. Recuerdo un estudio que hicimos en Sevilla con grupos de hombres en el 93
en el que ya decían que el miedo era que las mujeres quisieran darle la vuelta
a la tortilla. Ese miedo desapareció o fue tremendamente residual durante un
tiempo, pero hasta el punto que hace 10 o 15 años en los debates de televisión
sobre temas relacionados con el machismo era poco menos que imposible encontrar
hombres que ocuparan el asiento del machista. Y las cadenas de TV tenían que
contratar actores que sobreactuaran. En este momento, si montas un debate de
esos, padres despechados y gente que te habla de denuncias falsas hay a
patadas. Eso quiere decir que en la medida en que las políticas de igualdad se
han olvidado de los hombres, el discurso neomachista ha hecho creer a buena
parte de la población que las políticas de igualdad eran no solo a favor de las
mujeres sino en contra de los hombres. Y apoyándose en 2 o 3 temas como puede
ser el de las denuncias falsas que luego en realidad no existen, pero que todo
el mundo tiene una sensación de que la justicia no ha tratado bien a algún
pariente o conocido en el tema de las separaciones, reparto de bienes o
custodias… son elementos en los que este discurso se apoya y ha conseguido
hacer creer a una buena parte de la población que la igualdad va en contra de
los hombres y lo que busca es darle la vuelta a la tortilla. Con lo cual,
estamos en un momento en el que es importante cuál de los dos discursos gana la
batalla: si el neomachista o el igualitario.
Pregunta:
Más de una vez has dicho que a finales de los 80 el movimiento de hombres por
la igualdad en este país cabía en un taxi. ¿Cuántos podrían agruparse ahora?
Somos tan
pocos que no hablamos de movimiento sino de ‘meneíllo’. En principio, somos una
minoría pero no somos anecdóticos porque nuestra voz, la verdad sea dicha, cada
vez se escucha en más foros. Cuando empezamos cabíamos en un taxi y ahora
llenamos un microbús, con lo cual hemos ido creciendo, pero somos un movimiento
muy atípico porque en general los movimientos surgen para reivindicar cosas
concretas e inmediatas. En el nuestro, se podría decir que la felicidad que
promete el final del proceso pasa primero por la pérdida de poder y
privilegios, lo cual hace que difícilmente el movimiento vaya a ser nunca un
movimiento numeroso en cuanto a masas de gente manifestándose en las calles.
Está en un momento bonito porque el propio movimiento feminista se está
renovando generacionalmente, está planteando cosas que antes no se planteaban y
eso nos obliga también a dar respuestas nuevas.
Pregunta:
¿Los hombres declarados feministas tienen el mismo compromiso público y activo
que las mujeres?
Tienen el
mismo pero en dirección contraria. Mientras que para las mujeres el cambio
supone no sólo la conquista de lo público sino ascender en el reconocimiento
social, el proceso de los hombres implica la conquista del ámbito privado que,
en términos objetivos, supone una cierta pérdida de prestigio social. Por eso
es más difícil también.
Pregunta:
¿Os veis integrados dentro del propio movimiento feminista?
Cada vez
más. Siempre ha habido un sector del movimiento feminista que nos ha evaluado
como si fuéramos una moneda falsa. Aquello de decir: ‘no te puedes fiar de lo
que dicen ni de lo que piensan, míralos o valóralos por lo que hacen’. Llevamos
ya más de 30 años en este proceso y a medida que van pasando los años, en
aquellas ciudades en las que estamos más presentes porque hay más gente y se
puede medir nuestra realidad como trayectoria, esas desconfianzas van
desapareciendo. Yo vengo de Sevilla, donde llevamos muchos años y en Sevilla
estamos incorporados a las coordinadoras feministas como un grupo más, sin
ningún problema. Lo que no quiere decir que siga habiendo feministas que nos
sigan viendo con una cierta desconfianza. Siguen pensando aquello de: ‘¿será
verdad que son un cambio o es el mismo perro con distinto collar?’
Pregunta:
Supongo que se te habrán revuelto las tripas este año con la famosa Ley del
aborto del ya ex ministro Gallardón…
En parte sí
y en parte no. No hay que olvidar que Gallardón padre fue el que puso el
recurso ante el Constitucional con la ley de Felipe González, que consiguió
mantener dos años la ley paralizada. La ley del 83 no sale en el BOE hasta el
85 por el padre. Que ya el padre decía: ‘si yo soy conservador, esperaros que
llegue mi hijo…’ Y no se equivocaba.
De entrada,
la amenaza de cambiar la ley fue una descarga eléctrica, pero fue una descarga
que tuvo al final un efecto tremendamente positivo en el sentido de que el
movimiento feminista se volvió a movilizar. La pérdida del poder de la
izquierda en casi todas las comunidades provocó que, en buena medida, el
movimiento feminista, que tenía siempre actividades subvencionadas, perdiera
las fuentes de dinero que le permitían montar una serie de actividades. Estaba
tremendamente desmovilizado y el choque eléctrico que supuso la propuesta del
Gobierno de modificar la ley del aborto hizo que el movimiento feminista
autónomo recuperara un vigor que no se conocía desde los años 80. Y además, ha
supuesto una cosa que ha sido absolutamente decisiva que es una renovación
generacional como no habíamos visto nunca.
Dos años
antes yo estuve en una manifestación en Sevilla a favor del aborto en la que
éramos 25 mujeres y yo, y ninguna de ellas podía abortar porque eran todas
menopáusicas, iban con sus nietos literalmente. En la última manifestación en
Sevilla había 2000 mujeres y la inmensa mayoría muy jóvenes. Con lo cual, lo
que tuvo de amenaza ha tenido como consecuencia la recuperación de un
movimiento que se estaba empezando a echar en falta.
Pregunta:
¿Tuviste miedo de regresar a los tiempos que justificaron la existencia de la
clínica de planificación familiar clandestina ‘Los Naranjos’ en Sevilla?
No. Yo
empecé a escribir el libro ‘El aborto:
historias de combate y resistencia’ antes de que ganara el PP las elecciones.
Y era un poco por aquello de que tenía la sensación de que se me olvidaba la
cronología de los hechos. Es verdad que al ganar el PP, me planteé la necesidad
de publicarlo porque al principio lo hacía como un ejercicio personal de
memoria. Y yo sí creía que tenía una cierto sentido la oportunidad de recordar
a la gente qué suponía un salto atrás en el túnel del tiempo. Lo que he
comprobado es que la gente joven es dificilísimo que se imagine qué significa
que el hecho de ir a abortar te suponga seis años de cárcel.
Los avances conseguidos en materia de derechos
sexuales reproductivos durante la democracia iban a ser eliminados de un
plumazo…
Creo que el
enemigo, en este caso el Gobierno, no es tonto. Vamos a decirlo así porque
siempre cometemos el error de subvalorarlo y si nosotros aprendemos de la
historia, ellos también. La derecha española sabe que hay cosas que tienen
difícil vuelta atrás. Por ejemplo, la gente olvida que en los años 80 en Italia
el Papa promovió un referéndum en contra del aborto y lo perdió. Con lo cual
ellos saben que planteando la cosa en términos de consulta ciudadana es
imposible. Meter en la cárcel a 112000 mujeres que abortan al año, eso no hay
ningún gobierno que se lo pueda permitir. Entonces, ¿cómo consiguen ese mismo
resultado sin que el enfrentamiento parezca que es hacia las mujeres? Está
clarísimo. Reducen la ley de tal forma que sobre quien descargan todo el peso
de la misma es sobre los y las profesionales que hacen los abortos. Así,
impidiéndoles, les cortan el puente. Simplemente no pueden cruzar a la otra
orilla. Por eso, el propio Gallardón decía siempre: ‘ninguna mujer irá a la cárcel
por abortar’. Claro, no hace falta, con que vayan todos los médicos…
En la
universidad encuentras paradojas tan escalofriantes como que en España no haya
ninguna mujer catedrática en ginecología.
El gasto
en políticas de igualdad y contra la violencia machista ha caído 17 millones en
4 años. Los incrementos para 2015 apenas palían lo perdido en esos años…
En general,
en políticas de igualdad, una cosa que hace falta, si se tiene claro que son de
igualdad y están dirigidas a todos, es que obviamente han de tener al conjunto
de la población como destinatario. Lo que quiere decir que no pueden olvidarse
de los hombres porque eso luego, electoralmente, tiene un coste muy alto porque
la gente percibe que no son de igualdad, sino que son para la mujer pero que se
esconden detrás de la palabra igualdad.
En otros
términos, la crisis -o la estafa- ayuda a justificar el porqué de esas
reducciones. En el fondo, es un problema de prioridades y el problema es que
quienes gobiernan en este momento, al menos a nivel estatal, están a favor de
que se mantengan las desigualdades entre hombres y mujeres. Entonces es lógico
que recorten en aquellos terrenos cuya financiación va en contra de sus
intereses estratégicos. Ellos quieren que la mujer vuelva a casa. En el mismo
momento en que están recortando todo el Estado de bienestar, toda la ley de
dependencia etc, en ese mismo momento, estaban hablando de ampliar el permiso
por maternidad. Con lo cual, están sobrecargando a la mujer con tareas que
estaba asumiendo el Estado de cuidado de personas dependientes, al tiempo que
le da más permiso para garantizar que así se queda en casa y abandona el
mercado de trabajo. Entonces lo que hay que cambiar obviamente es la estrategia
de las políticas de igualdad.
Pregunta:
Se acaba de cumplir un año del fin de la doctrina Parot. Varios de los
violadores excarcelados reincidieron y han vuelto a ser detenidos. ¿Cómo
valoráis esto desde el colectivo?
El tema es
qué sistema penal queremos tener. Queremos tener uno que se marque como
objetivo la reinserción del delincuente o queremos tener un sistema penal que
nos lleve a arrojar la toalla y mantener a la gente en la cárcel
indefinidamente hasta que se decida qué hacer con ellos. Es decir, ¿estamos por
la pena de muerte y la cadena perpetua o estamos por otra lógica de sistema
penal?. A pesar de los riesgos que implica poner en la calle a según qué
personas, con o sin doctrina Parot, yo apuesto desde luego por un sistema penal
que se plantee como objetivo la reinserción.
Pregunta:
Hablemos del mercado laboral. El porcentaje de mujeres en puestos directivos
sigue siendo mucho menor y los sueldos tampoco son parejos. ¿Cómo trabajáis en
este sentido desde la red de hombres por la igualdad?
El techo de
cristal es un obviedad, eso no hay nadie que lo discuta. La posibilidad de
entrar en el mercado laboral y de promoción, en el caso de las mujeres es más
limitado. Es difícil que desde el movimiento de hombres lo que podamos hacer
tenga un gran impacto, porque más allá de la denuncia, lo que podemos hacer es
poco, entre otras cosas por la fuerza que tenemos y porque es un fenómeno que
se da sobre todo en la empresa privada, no se da tanto en la empresa pública.
También se da mucho en la universidad donde encuentras paradojas tan
escalofriantes como que en España no haya ninguna mujer catedrática en
ginecología. Habrá algo que tenga más que ver con las mujeres…
Hay que
apoyar medidas que acaben con los motivos que ponen los empresarios para
mantener esta discriminación. En este momento, hay una reivindicación que está
en el Parlamento pero que no se va a llegar a discutir porque a nadie le
interesa, que es la propuesta de ley hecha por la plataforma por los permisos
iguales e intransferibles por nacimiento y adopción. Lo que plantea el
empresario, en general, es que prefiere contratar a un hombre que a una mujer
porque si ella se queda embarazada desaparece durante un tiempo del puesto de
trabajo y eso siempre crea conflictos en la estructura empresarial. Y pasa
también con el tema de los permisos, que tal y como está planteado hasta ahora,
no solo el de la mujer es más largo, sino que además el tiempo de libre
disposición que decide la pareja, por tradición, siempre lo acaba cogiendo la
mujer. Ahora, si es igual e intransferible no hay ninguna diferencia a la hora
de contratar a un hombre o una mujer en términos de rentabilidad económica. Con
lo cual, nos ayudaría, por lo menos, a acabar con la discriminación tanto en la
promoción como en la contratación.
Pregunta:
Con la legislación actual, ¿están equiparados los derechos entre padres y
madres en cuanto a la crianza de los hijos?
La crianza
está planteada en términos en los que se encarga ella. Aparte de los cambios
legislativos necesarios a mí me alucina la poca sensibilidad que tienen los
sindicatos en este tema. Es increíble ver que en aquellas empresas, sobre todo
en las que hay mayoritariamente mujeres, se plantee el tema de las guarderías
en la empresa, pero no se haga en la industria naval, en la construcción o
aeronáutica… ¿es que esa gente no tiene hijos con los que tienen un problema de
dónde dejarlos cuando están trabajando? Es decir, hay toda una serie de medidas
que se podrían ir encaminando a que esas diferencias que sobrecargan a la mujer
y que suponen obviamente un privilegio para los hombres desaparecieran. Más
allá de eso, hay una parte muy interesante que es hacer ver a los hombres lo
que se pierden al estar ausentes de la crianza. Yo cuando pienso en mi padre,
que fue padre de 8 hijos, y que cuando yo me levantaba normalmente se había ido
a trabajar y cuando me acostaba, muchas veces, no había vuelto… La verdad es
que lo pienso y no me compensaría tener un hijo para cargar con toda la carga
que supone y no disfrutar de nada de lo que tiene que ver con verle crecer y estar
a su lado.
Entrevista
por Laura Murillo Rubio
24
noviembre 2014