Cristianismo y cristiandad occidental.Por Elvin Calcaño Ortiz


Este artículo es bien formativo sobre las religiones y el pensamiento crítico, para no caer en manipulaciones y fundamentalismos insensibles a las necesidades de las personas, de las mujeres, cero a la exclusión, ya la insensibilidad. la culpa. el miedo..Felicitamos a Elvin Calcaño Ortiz

Mildred Mata
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http://acento.com.do/2016/opinion/8361678-cristianismo-cristiandad-occidental/

Cristianismo y cristiandad occidental.

2 de julio de 2016

Cuestiones políticas terminaron de separar completamente la cristiandad occidental del cristianismo oriental y de ahí la escisión que llega hasta nuestros días.

Elvin Calcaño Ortiz
Elvin Calcaño Ortíz

Creo en la Justicia y la vida buena, lector incansable, decolonial, afrocaribeño, discípulo de Frantz Fanon y Enrique Dussel. Estudié (y sigo estudiando) Ciencias Políticas, Economía y Filosofía. Tengo unos padres inmejorables y muchos amigos. Amo mi patria.
Hay que tener cuidado cuando se habla de cristianos. Cristianos no son solo los fundamentalistas que interpretan literalmente los relatos del viejo testamento quienes se congregan, mayormente, alrededor de las sectas protestantes occidentales las cuales siguen al dios del castigo y la venganza de la mitología hebrea. Tampoco lo cristiano se limita al cristianismo blanco occidental que, a través de las espadas y la masacre de nuestros aborígenes, trajeron a esta parte del mundo los europeos. Lo cristiano incluye también a los cristianos orientales. Un etíope copto, creyente en que la persona humana de Jesús y su parte divina (esta última recibida del Padre) son de dos esencias distintas, es decir, que no admite la Trinidad, es un cristiano también. Igual los nestorianos y arrianos que, en Medio Oriente y Asia central, todavía quedan.

En ese contexto, debemos establecer la diferencia entre cristianismo y cristiandad occidental. El cristianismo, que precede a la cristiandad occidental, es la corriente mesiánica, en su inicio, se cree, compuesta mayormente por judíos de la secta de los esenios, que surge tras la muerte del galileo revolucionario que hoy conocemos como Jesús. Esos primeros cristianos tenían una práctica religiosa esencialmente espiritual, esto es, concentrada en lo interior (muchos siguieron a Jesús porque en éste vieron un iluminado). Aquellos cristianos, en tanto orientales, eran tributarios de las estructuras religiosas que desde hacía siglos, en forma de distintos credos y sistemas míticos, existían en la llamada Media Luna Fértil. De otro lado, tenemos la cristiandad occidental la cual se enmarca en un mundo cultural (otro espectro civilizacional con estructuras simbólicas, prácticas sociales y materialidad diferentes) distinto al de esos primeros cristianos orientales. Por tanto, la cristiandad occidental es, a su vez, una cultura en la cual nuestros pueblos, con la colonización europea de principios del siglo XV, quedaron inscritos. En ese marco, si bien una persona en esta parte del mundo puede ser no cristiana o atea, su práctica social y estructura de pensamiento tienen un sustrato cristiano. Lo mismo sucede a una persona que viva en una sociedad cristiana oriental (o de cualquier otra religión).

El debate cristológico que se desarrolló entre los siglos III al V de la era común, en el cual se definió la ousía (término ontológico griego que aludía al ser de las cosas) de Jesús y derivado de ello el canon escrito y el dogma de la iglesia, separó ambos cristianismos (occidental y oriental). En ese contexto, el cristianismo oriental, que se mantuvo más cercano a los primeros cristianos (posiblemente esenios), más que en una cuestión intelectual abstracta, basó su práctica religiosa en la fe y lo espiritual. En cambio, los occidentales, comenzaron a establecer una separación entre el cuerpo y el Logos trascendente (a base de una estructura neo-platónica) que, finalmente, los condujo a visión más intelectualizada, esto es, dogmática, de su práctica religiosa. Agustín dio los últimos zarpazos a dicha separación con su idea de la culpa y la perversión del cuerpo humano. Cuestiones políticas terminaron de separar completamente la cristiandad occidental del cristianismo oriental y de ahí la escisión que llega hasta nuestros días.

Dicho esto, no es correcto hablar de cristianos como un todo unívoco. Hay personas, en nuestros países, que llegan a la infantil reducción de llamar cristianos solo a los protestantes: a las personas que andan todo el día con la biblia en la mano anunciando apocalipsis y castigos divinos; y entonces a los católicos los llaman solo católicos (como si en sí no fueran cristianos). Cristianos es mucha gente de diversas regiones del mundo cuyas prácticas religiosas son muy variadas y que, a su vez, como hemos visto, pertenecen a marcos civilizacionales-culturales diferentes. En lo personal me gustan cosas del cristianismo oriental. De la cristiandad occidental, la cual los españoles, en la época de la conquista, nos obligaron a creer, me gustan pocas cosas.

Sugiero a nuestros cristianos de esta parte del mundo que sean más abiertos, conozcan mejor las fuentes de su religión (por ejemplo que la biblia no es palabra de ningún dios sino una representación e interpretación creada en el tiempo por mucha gente: hebreos, griegos, romanos, capadocios, bizantinos, etc.) y respeten la diferencia. Todos podemos vivir perfectamente cada quien o cada grupo con sus creencias. Jesús (Yeshua en arameo), que al parecer sí existió, fue más bien, considero, un esenio rebelde y místico que despreciaba las élites saduceas-betosianas de su época, y que como buen pobre del mundo que toma conciencia de su lugar aquí-ahora, quiso cambiar lo que había y se lanzó a intentarlo. Una gente le siguió y, en una época de crisis existencial para los judíos por la invasión romana, también le consideró el mesías que Daniel y otros profetas anunciaban. De ahí cobró notoriedad entre los pobres y postergados de aquel tiempo en el mundo judío de la Antigua Palestina. Al final, las autoridades judías de Jerusalén, con la anuencia del poder romano, lo castigaron con la muerte. Murió, pero como logró lo que pocos en la historia conocida, esto es, ser inmortal en vida para sus seguidores, de un personaje humano esos mismos seguidores construyeron un relato mesiánico que, con el tiempo, convirtió al hombre en mito divino y en motivo de fe (de futuro-esperanza) para muchos.

Gracias a la genialidad de Pablo y contextos políticos y culturales favorables, el místico esenio de Nazaret, pasó a ser el Cristos (mesías salvador) de nada más y nada menos que del imperio romano. De ahí hasta ahora ya sabemos lo demás. En fin, creo que un buen cristiano, por lo menos, debe aceptar que hayamos personas incómodas que queremos cambiar las cosas (igual que Yeshua) y que creemos en lo opuesto a lo establecido. Y creo, asimismo, que un buen cristiano debe saber más de la historia de su religión: de cómo se fue montando todo eso en la historia. Y verá que muchas cosas de su religión fueron creadas y lo creado, pues, se puede cambiar.