Catonismo: la añoranza del pasado y el dolor ante la inclusión social (1)

PUBLICADO EN LA SECCION FIRMAS DE CLAVE DIGITAL EL DIA martes, 16 de enero de 2007

ACARICIANDO

Catonismo: la añoranza del pasado y el dolor ante la inclusión social (1)

Mildred D. Mata

El deseo de hacer sólo lo que queremos es un estado propio del ser humano que aún adolece del aprendizaje social que se va imponiendo en la vida mediante el amoldamiento y la adaptación a las demandas y tradiciones de los distintos grupos que conforman la sociedad.

Con optimismo podríamos decir que desde los humanos se procura sobrevivir por lo que se van asimilando experiencias que contribuyan a esta sobrevivencia, las cuales se transmiten de generación en generación a fin de que no perecer de manera individual y como grupo.

Esta visión global y algunos de estos preceptos alcanzan a ser universales por su utilidad y sabiduría. Pero hay otros preceptos que son adecuados en determinados territorios, en determinadas épocas, atendiendo a necesidades locales con características particulares, atendiendo a geografías, habitat, clima, recursos, ethos, distintos niveles de desarrollo y subjetividades.

Si cambia la tecnología, cambian otras variables. Inventos como la rueda, la navegación, el volar en aviones, la tecnología militar, la píldora anticonceptiva, el riego, técnicas de almacenamiento de alimentos, medicamentos, vacunas, la telecomunicación, el computador con sus distintos programas…, entre otros instrumentos sociales, van figurando procesos y cambios en el ambiente, en los grupos sociales, en el ordenamiento institucional y en las correlaciones de fuerzas de éstos distintos grupos.

Decíamos semanas atrás que los humanos tienden hacia la estabilidad, hacia definir y eternizar estructuras que le permitan los niveles más altos de seguridad y sensación de estar en control ante las situaciones y exigencias de la vida. Por lo que el cambio suele percibirse como amenaza y suele estar acompañado de ansiedad y rechazo.

Más la vida sigue su agitado curso. Y los recursos cambian, las habilidades, las necesidades… por tanto cambian las prácticas, las actitudes, los sentimientos, las conformaciones de grupos, los acuerdos, las alianzas, las instituciones, las formas de reracionamiento: toda la vida social, política y económica.

Cada grupo social que se siente limitado por el ethos cultural, ante la necesidad del cambio en determinadas variables que les perjudican, quiere, exige, lucha, por más libertad, por nuevas estructuras. Muchos de esos cambios influyen en la pérdida de poder de algunos, exigencias de compartir poder de otras/os; se requiere de nuevas normas, en fin…novedades en los ordenamientos globales o parciales de la vida en sociedad.

Las mujeres estamos experimentando cambios fruto del mayor desarrollo de los derechos humanos, de los conceptos de igualdad, de participación y de democracia. Hay más tecnología para el control de nuestros cuerpos, y para el dominio de la naturaleza sin depender de la fuerza física, entre otros cambios que favorecen a nuestro mayor empoderamiento y autonomía.

En términos de clases sociales y en cuanto a necesidades en el mundo empresarial y de trabajadores, se están dando grandes movimientos migratorios de seres humanos entre sociedades con menos desarrollo y con más desarrollo.

Algunos sectores en las sociedades tienden a rechazar los nuevos grupos, grupos dominantes se resisten a las fuerzas sociales emergentes, se rechazan cambios estructurales, y a “los nuevos”, y se rechaza al otro o a la otra que contradice o exige ampliar la inclusión, sobretodo en lo cultural y en el ejercicio de compartir ciudadanía plena. Es este rechazo una tendencia en la historia de la humanidad.

Barrington Moore, Jr., en su texto Los orígenes sociales de la dictadura y de la democracia (El señor y el campesino en la formación del mundo moderno), hace una caracterización de algunos elementos ideológicos que acompañan a estos sectores que se resisten a la inclusión y al cambio.

Interesa destacar esta sistematización de Moore sobre variables ideológicas del Catonismo con el interés de animar a una auto-reflexión en nuestro mundo dominicano a propósito del necesario desarrollo de actitudes de mayor integración y de mayor asimilación de los cambios, teniendo como paradigmas la inclusión, la igualdad, la participación, la cooperación y la democracia.

A esta actitud de los grupos y de la ideología dominantes Moore, Jr. le llama Catonismo, y elige este término a propósito de la defensa que hacía Catón El Viejo (234-149 a. j .c.), político romano que defendía el estatus quo de la aristocracia noble frente a otros grupos sociales y estructuras emergentes.

Específicamente Moore centra como una variable fundamental del Catonismo el que se apela a un “orden social represivo que apuntala la posición de quienes detentan el poder”. (página 695).

En nuestra sociedad dominicana experimentan esta situación quienes aún apelan, añoran la vuelta del jefe, el “querido” papá Trujillo. En los hombres machistas, los tiempos en que las mujeres “servían”, eran cuando no salían de sus casas y “respetaban”: no hablaban, no trabajaban fuera de sus casas, no estudiaban. ¡Cuánto se añora la vuelta al pasado!

¿Quiénes añoran un pasado de sumisión y de no participación?

El autor señala como ejemplos de Catonismo los apologistas de la esclavitud antes de la Guerra civil norteamericana. La aristocracia feudal rechaza a los comerciantes, a las máquinas, a los extranjeros, la participación, y a las masas. Moore destaca el cómo…, en determinados momentos, los campesinos, y algunas ideas revolucionarias sociales, han compartido ideas de retorno a una vida sin modernidad, sin la maraña que significa lo urbano, la industria, la banca…Se añora el retorno a la comunidad aldeana, a la vida simple, a la naturaleza…

Pero como destaca Moore, el conservadurismo de las ideas a las que el llama Catonismo no se pueden confundir con estos elementos secundarios un poco sugerentes. Por lo que el califica el catonismo como conservador y represivo es porque en lo esencial este movimiento apela a un retroceso a estadios culturales donde han prevalecido y se cree en la obediencia y la jerarquía sin límites.

Para quienes han gozado y gozan de poderes sin límites en el pasado, siempre…, retornar al pasado es mejor.

Seguimos en un próximo encuentro.

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