En República Dominicana las actuaciones de la justicia en materia de violencia de género (que envuelve el problema de poder que suelen usar los hombres contra las mujeres cuando quieren someterlas) tiene sus debilidades.
Los y las fiscales que llevan inicialmente el caso, que suelen tener perspectiva o visión de género (teoría que explica la diferencia por el problema del control y la vulnerabilidad de la mujer) no suelen continuar en el proceso y pasan a la apelación un o una Procuradora de la Corte, que puede dejar a un lado la decisión inicial de la Fiscalía.
Se ha dado el caso de un cantante llamado Omega (Antonio Peter de la Rosa) que hace unos meses agredió a una cajera de un motel. Se le interpuso como sentencia terapia, lo cual no cumplió.
En una segunda ocasión, unas semanas atrás, golpeó a su esposa, Raysa Magdalena Moya, fue sometido, se le declaró la medida de prisión preventiva como medida de coerción. Apeló, y en el tribunal de apelación se le impuso una fianza y visitas de control.
Se discute si los jueces/zas están obligados a seguir lo que pide el Procurador o Procuradora. Las opiniones en el país están divididas.
Mientras... hago algunos señalamientos.
Omega y sus abogados/as, amistades,...debe ayudar a que este se tome en serio la terapia, y que le enseñen a tolerar las frustraciones. El cerebro que sufre alteraciones por obsesiones, adicciones, en cualquier ocasión puede repetir daños si no se trabaja el cambio.
Ojalá que Omega se trabaje a profundidad para doblegar sus impulsos violentos.
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