Análisis del por qué han ganado o han perdido los Republicanos en EEUU: Rosario Espinal

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Partido Republicano: Cómo gana, cuándo pierde


Rosario Espinal

Hasta nuevo aviso, el electorado norteamericano es fundamentalmente conservador. Valora el derecho personal sobre la intervención estatal, el esfuerzo individual sobre el derecho grupal y cree en una fuerte defensa nacional. Por eso el Partido Republicano ha gobernado en la Casa Blanca 28 de los últimos 40 años.

Sin embargo, en las elecciones del próximo 4 de noviembre, el partido se dirige a una derrota. La rabia por el deterioro en las condiciones de vida se enfila hacia los republicanos.

Durante la primera etapa de la campaña, el desprestigio del gobierno se debió fundamentalmente a la guerra en Irak. Bush malgastó su capital político en esa guerra y los resultados eran catastróficos.

Con la insistencia de John McCain, el gobierno impulsó el “surge”, o intensificación de la ofensiva con más soldados. Las tropas norteamericanas lograron mayor control en Irak y el drama de la guerra desapareció de los medios de comunicación.

Paradójicamente, eso perjudicó a McCain que contaba con su experiencia guerrerista para ganarle a Barack Obama.

A partir de septiembre, la situación empeoró. La dramática crisis financiera arropó la sociedad norteamericana y el descontento aumentó sin que los republicanos tuvieran soluciones a manos.

Con el terrorismo desplazado y la economía desmoronándose, el Partido Republicano perdió su arma principal para atemorizar la población: el fundamentalismo islámico.

No hay que olvidar que el miedo ha sido un factor esencial para los triunfos republicanos.

En los años 70, capitalizaron con el miedo que muchos norteamericanos sentían a las protestas de masas de negros, jóvenes radicales y mujeres, así como a las turbulencias mundiales de la Guerra Fría. Richard Nixon fue el beneficiario hasta que explotó Watergate.

En los años 80, los republicanos conquistaron el apoyo de un amplio segmento de la clase obrera y media blanca por la tensión con las minorías raciales. La imagen de la mujer negra beneficiándose de los programas sociales, o el joven negro convertido en criminal, llenaron los anuncios de campaña. Ronald Reagan fue el beneficiario, y luego George H.W. Bush, hasta la recesión de 1991-92 que lo destronó.

En los años 90, los republicanos estuvieron fuera del poder, pero hicieron una oposición feroz a Bill Clinton con la “guerra cultural”. La derecha se mostró defensora de la moral cristiana y endemonió a los Clinton por apoyar el aborto, la homosexualidad y practicar la infidelidad marital.

En la primera década de este siglo, los ataques del 11 de septiembre suministraron el terrorismo para que los republicanos se impusieran nuevamente con el miedo. George Bush fue el beneficiario con su reelección en el 2004.

Actualmente, el miedo que prevalece es a la situación económica y el Partido Republicano no tiene receta para gestar confianza.

McCain es también un candidato problemático. Está físicamente abatido por la edad, el cáncer y las torturas en Vietnam. Además, nunca fue favorito de la ultra-derecha religiosa porque el eje de su conservadurismo es la defensa militar, no los temas socio-personales.

Pero sin el apoyo de ese segmento electoral, ningún republicano gana elecciones. Por eso McCain escogió a Sarah Palin, aunque al hacerlo debilitó el argumento principal que tenía para enfrentar a Barack Obama: la experiencia y el conocimiento de la geopolítica.

La crisis financiera de las últimas semanas complica mucho el escenario electoral para el Partido Republicano. Las políticas económicas neoliberales no cautivan ni se están aplicando en este contexto de intervención masiva del Estado para resucitar el sistema financiero.

Además, los votantes independientes, que deciden quién gana las elecciones, buscan certeza, y McCain aparece errático en sus tácticas electorales, y carente de visión de futuro.

En esencia, la coalición conservadora de fiscalistas ortodoxos, moralistas y guerreristas que permitió tantos triunfos republicanos en los últimos 40 años se ha desarticulado por las torpezas y excesos de Bush y las deficiencias de McCain.

En otro artículo comentaré sobre el Partido Demócrata.

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