Hace un tiempo hablé de Honduras utilizando un Esquema de Análisis Geopolítico presentado por la Dra. Alejandra Liriano y este autor (ver El Poder Nacional, Argumentos, Santo Domingo, 2003, PAG. 43-44). Hoy quiero aplicarlo a la situación de Haití con la advertencia de que procuro aplicar alguna racionalidad a los hechos más allá de la “conmoción” sentimental que ha producido en toda República Dominicana. De todas maneras, estudiar la situación haitiana desde una perspectiva geopolítica, debe ser enmarcada en los antecedentes inmediatos:
1º Haití ha tenido un pasado de mucho honor que sólo doscientos años le venimos a reconocer indirectamente, a través de la UNESCO cuando rescata “La Ruta del Esclavo” donde Haití y la entonces colonia de Saint Domingue francesa produjo la Gran Rebelión de los Esclavos y la primera república negra en el mundo y primera en América Latina, después de la estadounidense.
2º La democracia haitiana ha seguido de cerca la evolución dominicana, con la gran diferencia que la transición se ha visto inconclusa por unos procesos que han desembocado en la intervención por los Estados Unidos, primero, y luego por las Naciones Unidas. Esta experiencia compartida debe estar a la base y, querámoslo o no, para determinar si las élites intelectuales dominicanas han desarrollado un “diálogo de sordos” sobre las relaciones pasadas, presentes y futuras de las dos naciones con la contraparte haitiana.
3º El ejercicio del Presidente Preval ha sido de desencuentros continuos con los otros poderes del Estado Haitiano, con un marco constitucional avanzado pero con falencias que han marcado, en la mente de muchos analistas dominicanos, como un Estado “fallido”, pero que se encuentra frente a otro estado igualmente “miope” en sus instituciones y con la ausencia de políticas de Estado.
4º Debemos resaltar que, contrario a la “paranoia” con que se trata el tema haitiano en Dominicana, las relaciones personales y empatía entre ambos presidentes es un cambio importante con relación a la época de los Duvaliers o de los Aristides (sin olvidar los diferentes golpistas que viven de este lado de la frontera).
5º La naturaleza de la amenaza que enfrentamos en esta ocasión es de la categoría de los “desastres naturales” que se señalan dentro de las “nuevas” amenazas que debemos reconocer en la literatura de la seguridad nacional y la defensa. Sin embargo, las consecuencias geopolíticas son de carácter institucional y, a largo plazo, debemos tener la perspectiva de la redefinición de las relaciones inter-societarias en la isla Hispaniola.
PERCEPCIONES: Estudiar las percepciones de las tareas (la propaganda de que es un asunto humanitario que afecta la conciencia humana y que se resalta en los medios de comunicación masivos y satura los comentarios de los programas de opinión), los temas (la crisis se trata de controlar pero la naturaleza de la crisis -hambre, indefensión y frustración- amenaza la paz social y la disciplina comunitaria) y los procesos (la “inexistencia” de autoridades e instrumentos para ejercer esa autoridad: la insuficiencia de la capacidad policial y la inexistencia de fuerzas militares u organismos civiles de atención de desastres). Es una tarea que nos lleva a la fundamentación de la vida en comunidad: la construcción de instrumentos de control social y autogobierno. En algunos casos se llama crisis de gobernabilidad.
ESTRUCTURAS: Escenarios físicos y humanos: Haití es uno de los cuatro países más pobres de América Latina y el Caribe, está superpoblado y depende principalmente de las remesas.
Dinámica histórica: Tiene una gran población de origen africano, que históricamente fue controlada por la minoría mestiza que era el “cuerpo de capataces” al servicio de los colonos franceses. La revolución social haitiana ha sido marcada por esta división cuasi-racial entre los pobladores. (Aprovecho para recomendar el libro de Euclides Gutiérrez Feliz sobre la historia de Haití contada para dominicanos).
Mecanismos desencadenantes: la dinámica geomorfológica del planeta no es el mecanismo desencadenante principal, pero si es el inmediato, ya que debemos encontrar en el malogrado proceso de transición de la sociedad desde la dictadura duvalierista hasta la democracia –sea representativa, participativa u otra definición, la “razón” geopolítica determinante, porque el principal problema a enfrentar es si podremos institucionalizar Haití luego de la “desaparición” de la burocracia como de los “edificios” destruidos por el terremoto del martes 12 de enero pasado.
ELEMENTOS: La contradicción entre las fuerzas internas y el ambiente internacional, hoy definido como “donantes”, pone sobre el tapete si el concepto de “fideicomiso” (como el aplicado a Namibia cuando se llamaba “África Suroccidental”) será el mecanismo para canalizar la inversión de largo plazo y los diez mil millones de dólares que se han mencionado.
DESARROLLOS: Con el seguimiento de las noticias podemos mantenernos al día sobre la superficie del problema, porque los movimientos detrás de “bambalinas” son diversas: la MINUSTAH tuvo sus “quince minutos de gloria” que perdió para desarrollar la asistencia de emergencia, pero el descabezamiento (la muerte de los principales responsables civil y militar) parece haber prohijado el ambiente de caos en la primera semana post-desgracia. En este marco es que debemos entender la decisión de “militarizar” por parte de Estados Unidos las operaciones de ayuda que, sin embargo, aparecen otras consideraciones importantes: los tres países más amenazados por la “desgracia” de Haití, somos sus tres vecinos: República Dominicana, Estados Unidos (aunque sea el Estado de Florida) y Cuba. No sabemos la perspectiva cubana, pero la presión migratoria será hacia su vecino dominicano o tomar las balsas hacia el paraíso floridiano. Por lo tanto, el control militar dominicano y norteamericano tienen las mismas premisas, por lo que es “politiquería criolla” negarse a ver el aspecto militar en la participación dominicana. En este marco, ¿qué rol tendrán las tropas de la MINUSTAH?
PROYECCIONES: La proyección es que si las convocatorias a celebrarse en Canadá, España y Dominicana en los próximos tres meses producen la fórmula de un fideicomiso-sin-formalización, algo así como un fondo de desarrollo (al estilo del nunca implementado que se habló para la Administración Palestina), entonces República Dominicana estará en el centro de la cuestión. Ya lo reclamó Preval en la cumbre celebrada en el Palacio Nacional de República Dominicana.
Como habrán notado, es un esquema muy rico que he reducido, como en mi análisis anterior de la crisis hondureña, a algunos comentarios, pero ya podremos ver los análisis que con posterioridad, principalmente en las convocadas reuniones en los países importantes, como Canadá y España, y en el más estratégico de todos, República Dominicana.
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