Las mujeres y la despenalización del aborto en República Dominicana. Por Zobeyda Cepeda

Zobeyda Cepeda, amorosamente, trata a la mujer y a su vientre, no la ve como un objeto sin decisión cuando por razones diversas para que prevalezca su vida y su salud mental tiene que hacerse un aborto. El 28 de septiembre es el día día Internacional a Favor de la Despenalización del Aborto.

Desnuda de manera incisiva la alianza entre sectores de las jerarquías religiosas, en específico para la República Dominicana, de la jerarquía católica con dictaduras para impòner una ideología anti mujeres por el machismo que prevalece en su liderazgo. Enumera los países de América Latina que tienen leyes que condenan el aborto absolutamente, y explica el contexto de dictadura y alianzas oportunistas entre políticos/as y jerarquías religiosas misóginas. Su artículo aparece en el periódico El Municipio. Acá el link, y más abajo lo reproduzco. MildredDM

http://www.elmunicipio.com.do/index.php/reflexiones/item/805-la-perversidad-anti-aborto

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La perversidad anti-aborto

Escrito por  Zobeyda Cepeda

Recordando la ley brasileña de vientres libres del año 1821, a través de la cual se reconocían como libres los hijos e hijas de esclavas una vez cumplieran los dieciocho años, el movimiento feminista latinoamericano y del Caribe ha designado el 28 de septiembre como día Internacional a Favor de la Despenalización del Aborto.

República Dominicana forma parte de un pequeño grupo latinoamericano que lo condena en todas sus formas: Chile, El Salvador, Haití, Honduras, Nicaragua y Surinam.

Algunos de ellos tienen en común un perverso acuerdo con la iglesia católica confabulando la permanencia u obtención del poder político. Así lo hizo Pinochet en Chile en el 1989. Daniel Ortega, en sus pretensiones de regresar a la presidencia de Nicaragua pactó con la alta jerarquía eclesial de su país aprobar la prohibición total de resultar electo nueva vez.

El poder por el poder ha sido parte de la historia latinoamericana, y por supuesto la nuestra. Las dictaduras vividas centraron su represión en la muerte, persecuciones, torturas, desapariciones o presiones sicológicas hacia quienes luchaban por la democracia y enfrentaban los autoritarismos.

Superada esa época, los mecanismos de permanencia se han trasladado al discurso de la ética, moralidad religiosa y familista que han encontrado en el aborto y los cuerpos de las mujeres su razón de manipulación.

Desde estas lógicas, se mira la mujer que se encuentra en la necesidad de practicarse un aborto como la mala y perversa, incapaz de amar un niño o una niña. “La buena”, opta tenerlo independientemente del dolor que le cause la secuela de la violación, de las circunstancias que la llevan a tomar la decisión, al punto de dejarla morir por no practicarlo.

Desde la misma lógica, se considera a la mujer una incapaz para tomar decisión sobre su vida y su cuerpo. Una veneración absurda de exaltación al sacrificio para ayudar a mantener en el poder a políticos incapaces, sin liderazgo propio, y religiosos sin discurso sustentado en sentido humano.

Aunque en nuestro país el aborto está sancionado desde que fuera promulgado el Código Penal en el 1884, cabe preguntarse su vinculación con el trujillismo ¿Son los actores que hoy se oponen a la despenalización los mismos que apoyaron la dictadura? ¿Despenalizar el aborto a favor de la vida y la salud de la mujer significa romper con esos remanentes?

Tarea para la democracia y para quienes demuestren haberse despojado del miedo, confrontando la perversa oposición a la despenalización del aborto.