Construyendo un océano de unidad y de luz

PUBLICADO EN LA SECCION FIRMAS DE CLAVE DIGITAL EL DIA martes, 14 de noviembre de 2006

ACARICIANDO

Construyendo un océano de unidad y de luz

Existe unos pequeños mundos a los que amo que se llaman ‘Foro’ y ‘Firmas’ de Clave Digital: amo al conjunto de articulistas, foristas, lectores y comentaristas.
Mildred D. Mata - Pequeña. Madre. Amiga.

Existe unos pequeños mundos a los que amo que se llaman ‘Foro’ y ‘Firmas’ de Clave Digital: amo al conjunto de articulistas, foristas, lectores y comentaristas.

Escribo este tema, dedicándolo a estos colectivos humanos, y quiero destacar la virtud de estos espacios, porque en ellos se expresan ideas, muuuy, pero que muuuy contrapuestas, en distintas áreas.

Lo que más agradezco al compartir en estos espacios es la oportunidad que me han dado, y que me dan; de conocer pensamientos muy diferentes; personalidades muy diferentes. Y poder palpar cada día, cómo; a pesar de las diferencias; va surgiendo una familia entre todos éstos tantos/as amigas, amigos, medio-amigos/as y de amigos-enemigos/as (¡broma!, esto último).

En estos microuniversos, he ido aprendiendo de las actitudes, de los pensamientos libertarios abiertos y honestos. Informados, documentados, muchas veces. Pero lo principal, como dice Anthony de Melo, es cuando se tiene el valor de conocer la diversidad con pasión desapasionada.

Gente que exponen sus puntos de vistas, argumentan con gallardía, con libertad; sin importar que sus pensamientos no sean hegemónicos en lo interno de estas comunidades. Y se van difuminando, escurriendo, como agua entre las manos, las categorías de derecha e izquierda, imperialismo y antiimperialismo, religiosidad-ateísmo, machismo-feminismo, pro-despenalización del aborto y aborto criminal, gays-lesbianas/homofóbicos/as, poetas y no poetas, gobiernistas y no gobiernitas, bushsistas y anti-bushistas, Haití-RD, pro migrantes, nacionalistas y “nacionalistas”…Creo que van surgiendo desde las charcas, pequeños riachuelos, y ¿por qué no?, un inicio de océano.

Para una persona que viene de izquierda, leer argumentos con mucha naturalidad y seguridad, contra, y a favor de las ideas que a mí me parecían verdades sagradas, o conocer de “herejías”, ha abierto ventanas de conocimientos sobre otras lógicas de pensamiento, y me han reforzado ideas; desde elaboraciones intelectuales, o desde lo sencillo, con sabor a pueblo, a clase media, y alta... Conocer razonamientos… razonamientos, pobres, ricos, complejos, sencillos…

Quizás que se esté aportando valioso algo a la democracia dominicana desde Clave Digital. Las categorías divisorias rígidas van perdiendo terreno.

Inspirada en este hermosísimo fenómeno, quiero presentar una síntesis parafraseada de las ideas de la Meditación 30, del libro Una llamada al amor, de Anthony Melo, Editora Sal Terrae, páginas 123-127.

La experiencia en Clave y ésta lectura de Anthony de Melo, me han ayudado a afianzar concepciones que de manera intuitiva vengo llevando a la práctica hace unos tiempos…uno tiempos, ¡que por cierto!... no logro precisar.

Comparto estas ideas, en este espacio; pues así como a mí me hizo bien esa lectura de éste espiritual hombre, quizás a otras personas también. Los pensamientos y experiencias de este escritor van más allá de religiones particulares, y los mismos trascienden a los limitados marcos de religiones o de ateísmo.

La idea general al reproducir estas ideas es alentar a la apertura y a ayudar en las actitudes que contribuyen a conocer y asimilar cambios.

Veamos:

Nos dice Anthony de Melo:

"Lo que puede salvar al mundo no es la buena voluntad o la tolerancia, sino la clarividencia". Si se cree que nuestra percepción es la verdadera, y que los demás están equivocados, eso es condescendencia. El tener una actitud de condescendencia lleva a la división, a la idea de superioridad y de resentimiento.

Si no escuchamos, y no nos esforzamos en conocer sin prejuicios, creemos, como la rana en su charca, que el mundo se reduce a nuestra pequeñita charca.

Para la clarividencia, o la mayor objetividad del pensamiento, es ya importante saber que hay otras ranas en otras charcas. De ahí que es importante el compartir en colectivos, redes, grupos, partidos, instituciones, espacios plurales, y poder juntamos distintas ranas, de distintas charcas, y el mundo, así se ensancha.

Pero el mundo lleno de verdad y de luz, no es la suma de charcas divididas; opinando sin escucharse, sin empatía. Superar un mundo así; y crear uno rodeado de luz, con una unidad ilimitada, es lo que permitirá que el mismo pase de ser charcas divididas, un inmenso y hermoso océano.

La clarividencia o verdad objetiva, puede darse, cuando olvidamos las programaciones mentales, los prejuicios, límites que nos han enseñado desde la cultura en la que nos socializamos (ideologías, creencias de todo tipo, políticas, religiosas, económicas...) y las experiencias que hemos estado viviendo en el pasado.

Hay dos elementos más, que dificultan la clarividencia, de acuerdo a Anthony de Melo: el miedo y los deseos. Las emociones dictan a la mente que elabore argumentos conforme al corazón, y se adultera la realidad acorde con nuestro particular egoísmo, si no logramos pensar sin estar dominados por las emociones. Para trascender a las emociones, necesitamos tener el valor de auto-observarnos, saber reconocer esos prejuicios y esas programaciones.

Tener capacidad de percibir con objetividad, tener entendimiento de manera luminosa, no requiere de informaciones y conocimientos; más se requiere de valor para no dejarse influenciar por el deseo y el miedo, que si se tienen, a la hora de considerar algo, harán que el corazón se interponga al pensamiento.

"Ésta es una consideración para "gigantes" espirituales que han logrado darse cuenta de que, para encontrar la verdad, lo que necesitan no son formulaciones doctrinales, sino un corazón capaz de renunciar a su "programación" y a su egoísmo cada vez que el pensamiento se pone en marcha; un corazón que no tenga nada que proteger y nada que ambicionar y que, por consiguiente, deje a la mente vagar sin trabas, libre y sin ningún temor, en busca de la verdad; un corazón que esté siempre dispuesto a aceptar nuevos datos y a cambiar de opinión." (...)

Poder hacer esto, "...su clarividencia les haría ver que todos sus pensamientos, conceptos y creencias son lámparas apagadas, signos de su ignorancia. Y, al verlo, desaparecerían los límites de sus respectivas charcas, y se verían inundados por el océano que une a todos los seres humanos en la verdad."

Hasta acá está meditación número 30 del libro La llamada del amor de Anthony de Melo.

Finalmente, reitero mi creencia de que para hacer de nuestro mundo un océano, es una conquista poder contar en República Dominicana, y en el mundo, con los espacios que ya he señalado de Clave Digital. Conocer la diversidad permite la sinergia, la riqueza en el alma y en el pensamiento. Poder conocer con valor las diferencias, poder integrar, ampliar… con menos prejuicios, es democracia, ¡de la buena!

Mucho cariño, amigos y amigas. Hasta lueguito.

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