Jimmy Valdez es un maeño, escritor, forista de Clave Digital, y sobretodo, un amigo, que vive en Estados Unidos. Acá coloco un artículo de él sobre el caso del dominicano que iba hacia Egigto, para supuestamente unirse a Al-Qaeda en Somalia. No sé la certeza-pruebas-objetividad de esta denuncia, pero coloco acá este artículo porque me parece interesante el enfoque de cómo se relaciona con Estados Unidos. Jimmy Valdez es un joven revolucionario, sensible y omprometido con los quehaceres que buscan superar el sufrimiento humano producto de la falta de oportunidades y por los acaparamientos de todo que dificultan las políticas de inclusión. Me parece interesante como él expresa su distancia con respecto al terrorismo de ese tipo.
mildred dolores mata
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El caso de Almonte
.Jimmy Valdez / Jimmy Valdez nos escribe desde Ridgewood, Queens. |
.Diario la Prensa, New York. 2010-06-09
Vivo en un lugar privilegiado, con gente privilegiada. Un lugar donde la vida se nos puede presentar más digna, menos infernal, de grandes dividendos incluso.
Vivir en los Estados Unidos de America es un bien al que siempre corresponderé con el amor de los hombres agradecidos. New York es mi ciudad y no me veo cruzando el mar en un regreso definitivo a la tierra que me vio nacer, a menos que suceda un algo inevitable, de esos que nos amargan la existencia marcándonos con su sino.
Para ser agradecido se necesita tener conciencia de lo que se nos da y se nos exige dar a cambio. Es corresponder dignamente con respeto y humildad a la oportunidad que significa este vernos con menos diferencias e iguales derechos, de ser libres hasta de morir en el intento buscándonos cada día en la vegetación de un mundo esculpido con cemento, mundo que todavía se expande, amplio como solo puede ser lo individual en su espíritu y ego.
Digo todo esto pues fuimos muchos los sorprendidos con la noticia de que un muchacho de origen dominicano había sido arrestado en el aeropuerto J. F. Kennedy mientras intentaba abordar un avión comercial con destino a Egipto, bajo el supuesto de intentar unirse a un grupo vinculado a la espantosamente célebre red de terroristas "al-Qaeda" en el país de Somalia. Carlos Eduardo Almonte, quien a sus 24 años no solo ha condenado su ser de joven libre y con alguna clase de futuro quizás, sino que pone en malas evidencias a una comunidad enfermamente enamorada de un sueño americano al que hay que trabajar mientras quede la espalda.
Muchos somos los que nos oponemos a la guerra en los países árabes de Irak y Afganistán, muchos somos los que criticamos desde suelo americano el cinismo oportunista de una clase política malvada que ha enviado miles y miles de soldados a proteger la explotación inmisericorde de los campos petroleros por las grandes multinacionales del mundo.
Muchísimos más somos los que lloramos las pérdidas humanas de inocentes, de jóvenes y adultos, mujeres y niños, de soldados gringos y soldados sin nombres, incluso de los que se combaten entre ellos, pero de ahí al hecho de querer perjudicar al país que me acoge conspirando para matar solo tiene cabida en una mente desquiciada y sin amor propio.
"Dios bendiga a los Estados Unidos de América". Es cuanto puedo pedir, esta es mi trinchera, mi hogar
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