En nuestro país no tenemos costumbre de ver mujeres gobernando y, a pesar de una Vicepresidenta que nos acercó al concepto, los partidos políticos no permiten que el pueblo se familiarice con la imagen de una autoridad femenina.
Estudios nacionales refieren las dificultades de las dominicanas para ejercer la política, mostrando a los partidos como obstáculo para acceder al poder por esa vía. La propuesta de ejercicio político masculina, limita a las mujeres por el sexismo, así como a una visión amplia de participación de las personas, sin importar edad, clase, raza, antecedentes étnicos, preferencias de vida o religión.
En los próximos seis años, el poder seguirá masculino con una matrícula general de 80.4%, 78.6% diputados y el 90.6% senadores, y en los totales municipales, el 71% de puestos políticos en los gobiernos territoriales, será de hombres, cifras que llegan a 88.1%, cuando se trata de las alcaldías y a 72.8% en las regidurías.
En los cargos públicos administrativos, las cifras absolutas de un total de 348 puestos gerenciales, 281 ocupados por hombres y 67 por mujeres, con cifras femeninas miserables cuando se trata de ocupar ministerios, gobernaciones, o direcciones, evidencian el desbalance.
Esto muestra nuestras deficiencias como “democracia”, limitando participaciones a más de la mitad del país, sin esfuerzos de acciones positivas aplicadas por el Estado o por los partidos, confundiendo la memoria ciudadana, y distorsionando la imagen de las funcionarias, sean políticas o administrativas, cuando a ellas nos referimos.
Tenemos ejemplos de sobra y en estos días en que la justicia acusatoria de Santiago se mantuvo activa, los comentarios incisivos en algunos análisis mostraron la falta de perspectiva de género en críticas enmascaradas, sobre la fuerza de la Fiscal Jenny Berenice Reynoso, que es mujer y es joven, una doble categoría insoportable al machismo político nacional y local. Todo a pesar de que esta funcionaria, ha demostrado manejarse más que correctamente en su desempeño, mostrando seriedad y conciencia al momento de responder como Ministerio Público.
En el caso del desfalco multimillonario a la Aduana, se llora más por las calidades familiares de los presuntos imputados y hasta se habla de la posible cancelación en revancha, de una de las pocas funcionarias, entre hombres y mujeres, que cumple con la Constitución y las leyes en primer y único lugar.
Hay que ser muy fuerte en sus principios y convicciones de servicio honesto desde el Estado, para llevar a cabo un proceso de acusación que implica a “intocables”, enfrentando los poderes del partido que gobierna, ¡y esa acción merece ser apoyada! ¡A la justicia que haga su trabajo!
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