¿De qué depende que surja el amor a las mujeres?

Tengo la certeza, la intuición, de creer que las tristezas, el desamor, el estrés, la pobreza, la violencia, los feminicidios, el relegamiento… son situaciones por las que atravesamos las mujeres, que obedecen, en parte, a que no hemos aprendido lo suficiente a vivir en comunidad, en grupos, en solidaridad, en la participación en la política, en lo social, en el Estado, en dimensiones que seamos claves por el como nos interesamos y militamos para la sobrevivencia con calidad de todas y todos, en la construcción de un mundo empático, libre y comprometido, con la suerte de todas y todos.

Las elites de todo tipo de la sociedad dominicana, le han venido metiendo en la cabeza a las mujeres, que ser buena mujer, y ser buena madre, es esencialmente estar atenta a las hijas y a los hijos, a su casa…

Y con unos intereses tan reducidos, creo que la vida, al no rebelarnos contra ese valor y esa socialización, nos está cobrando caro a las mujeres. Y no es un tema de culpables, así se han desarrollado muchas sociedades hasta ahora. Y se ha creído que era lo mejor.

Tengo muchos años recorriendo locales, comunidades, reuniéndome con mujeres. Y un gesto frecuente en estos encuentros es saludar que en esos momentos seamos mujeres de “la calle”, mujeres de lo social, mujeres organizadas…Y brotan testimonios de los esfuerzos que ese mismo día tuvieron que hacer para estar presente en esa reunión, fuera de su casa, y que alguien quedó con una “chemba” larga, oponiéndose a que ellas salieran de la casa, y eso incluye a maridos, ex maridos, hijas, hijos, familiares diversos, vecinos...en fin, los múltiples custodios de las cárceles de las mujeres.

Con frecuencia escucho gente buena y seria, proponiendo que para que la cosa de arregle, las mujeres deben retornar a las casas, a cuidar a las muchachas y a los muchachos.

Y creo que esto es posible, pero creo que le toca a los hombres que creen así, el dejar los mundos económicos, políticos, el Congreso, los partidos, y entrar a las casas a cuidar de las hijas e hijos, a fregar, lavar, planchar, limpiar, y esperar a quien llegue “jarto de libertad” le venga a decir “come comida”, “mantenida”, y escuchar hablar “cuchumil” embustes sobre lo que ganan y sobre lo que hacen en la calle.

Y cuando debatimos esto le pregunto a quienes proponen que las mujeres vuelvan a las casas, y dejen compromisos económicos, autonomía, participación social y política ¿Están ustedes dispuestos a trancarse en las casas, a ser desvalorizados, a que se decida todo, y usted no esté tomado en cuenta, y hasta se decida, que usted y su vida no importan? ¡Ay ombe!

Y acá estamos con poco poder en mundos que prácticamente les cuesta mucho valorarnos, escucharnos y respetarnos. En estos días el Congreso está trabajando para aprobar reformas al Código Penal, y al Código Procesal Penal. Las mujeres organizadas queremos que nos tomen en cuenta, en algunos asuntos vitales:

1. Que se busque la vuelta a la despenalización del aborto, que la mujer pueda ser salvada y no morir por abortos inseguros, sobretodo las mujeres pobres.

2. El que se entienda y establezca que el feminicidio es un homicidio especial que requiere de un tratamiento especial porque ocurre ante la realidad de desigualdad especial de la violencia de género contra las mujeres, la violencia de género afecta a un 30 % de las mujeres, y que más de 200 mujeres anualmente son asesinadas por ese concepto de que somos objetos a dominar a capricho de alguien que cree que les pertenecemos.

3. Que se establezca la violencia contra la mujer como un tipo claramente definido, y que se respete la esencia de la ley 24-97.

4. Que nunca nunca se acepte que “troncharle” la vida a una menor seduciéndola, o abusando sexualmente se puede resolver casándose con ella, o comprándola, o comprando a su familia, con cositas, y montos de dinero diferentes según la solvencia del depredador sexual de jovencitas, o de la debilidad de la menor y de su entorno.

5. En la violencia de género la conciliación no es posible, siempre debe tener la primacía la Acción Pública. El que es vulnerable, la mujer; y quien tiene más poder, y violenta a la mujer, el hombre; deben comprender que esto es un asunto entre el Estado, entre lo público, y el hombre que la violenta, la hostiga, le rompe sus pertenencias, intenta quemar la casa, o la quema, busca que la cancelen de los trabajos, quiere matar a las y los hijos, quiere tener sexo obligado, mantenerla como parejas obligándolas, en fin, todo tipo de violencias.

6. Que no se pongan penas irrisorias ante los problemas de violencia de género contra la mujer. Entre otros temas.

Pa´lante mujeres, busquemos ser escuchadas en los partidos políticos, en el Congreso, en el Estado, en los medios de comunicación. El camino es largo en lo que vamos decidiendo y tenemos más poder en lo público. Entre el llanto y el dolor, que sobretodo predomine entre nosotras: la osadía, la vida grupal, la movilización social, la integración en la política partidaria, los estudios, las capacitaciones, los negocitos, la solidaridad…No hay otro camino para poder ser personas con decisiones y con poder: ganemos en el amor a lo público, en nuestra participación plena en todo, ganemos las calles, para nosotras, y para las demás personas, para el bien de toda la sociedad. Pa´lante.

La autora es Trabajadora Social y ciudadana.

Ver también, en:

http://elmunicipio.com.do/contentsreflex.aspx?key=543

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