Mucho machismo en sistema político de Chile; esbozos de cambio

BBC Mundo

Chile, contra el "machismo" político

Chile es uno de los pocos países del mundo que es gobernado por una mujer. Sin embargo, en esa nación la participación de las personas del sexo femenino en la política es una de las más bajas de América Latina.

Eso determinó un informe de las Naciones Unidas, que alertó sobre la discriminación en contra de las mujeres en Chile. Según la ONU, a pesar de que el gobierno es liderado por Michelle Bachelet -la primera presidenta en la historia del país- son muy pocas las mujeres que acompañan su gestión en otros sectores del poder. De los 120 diputados del Congreso sólo 18 son mujeres, mientras que el país cuenta con dos senadoras de un total de 38 miembros de la cámara alta. A nivel municipal la situación no es mucho más pareja, con 45 de las 345 alcaldías del país en manos de mujeres.

"Todavía hay muchas tareas pendientes", reconoció el ministro de la Presidencia, José Antonio Viera-Gallo, quien representó a Chile ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que periódicamente realiza evaluaciones sobre los países miembros. Por su parte la ministra del Servicio Nacional de la Mujer, Laura Albornoz, señaló que el gobierno está impulsando medidas para poner fin a esta desigualdad. En ese sentido dijo que el Poder Ejecutivo buscará que se apruebe un proyecto, presentado en 2007, que establece cuotas para la participación femenina en la política.

¿Cuotas: una solución?

La iniciativa oficialista propone que haya un mínimo de 30% de candidatas mujeres en partidos políticos y en el Congreso. Según Albornoz, el proyecto no ha logrado avanzar por la oposición que enfrenta de parte de sectores políticos de derecha. "Es un círculo vicioso", afirma Carmen Torres, directora de la Fundación Instituto de la Mujer de Chile, una organización no gubernamental que lucha contra el machismo. "El mundo político es reacio a los cambios y a la equidad entre hombres y mujeres, y son ellos los que determinan los marcos legales que perpetúan esa desigualdad", dice a BBC Mundo.

Para Torres, la imposición de cuotas ha funcionado para aumentar la participación femenina en política en otros países, como Argentina. Sin embargo advierte que el proyecto del gobierno presenta un problema, ya que las cuotas no serían obligatorias y por tanto podrían no ser aplicadas. Matrimonio Pero las desigualdades no sólo se vislumbran en el área política. Otras de las objeciones de la ONU respecto a la igualdad de género en Chile tiene que ver con el casamiento, ya que según las reglas de la sociedad conyugal en ese país, el hombre adquiere derechos económicos sobre los bienes de su mujer, incluso de los que tenía previos al matrimonio. "Hace mucho tiempo que estamos luchando en contra de esto", afirma la activista, quien dice que el tema fue llevado ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde el gobierno se comprometió a buscar una solución.

Existe un proyecto de ley en el Congreso para revertir esta situación, pero ya lleva 11 años sin una aprobación. Torres advierte que este tema presenta graves problemas para las mujeres a la hora de pedir un préstamo bancario, ya que se necesita el permiso del marido, quien además debe avalar la transacción.

Cambio generacional

La defensora de los derechos femeninos considera que la legislación actual, que discrimina contra la mujer, hace parte del viejo conservadurismo chileno, que está en extinción. "Ha habido muchos cambios culturales y sociales en los últimos años, pero estos no se ven reflejados aún en las instituciones", señala a BBC Mundo. Pero Torres rescata un "cambio generacional" en el país, que habría permitido por ejemplo la legalización del divorcio en año 2004. "Ha habido un cambio cultural espectacular", dijo recientemente la propia presidenta Bachelet. "Las mujeres chilenas sienten con mucha fuerza que el mundo está abierto para ellas", señaló, en un encuentro con medios extranjeros.

1 comentario:

  1. El sólo hecho de una mujer ser la presidenta de una nación no da garantías de que habrá paridad política entre mujeres y hombres, al menos bajo los esquemas que rigen en nuestros países latinoamericanos, y con las barreras ideológicas de por medio que hay que vencer.

    Muchas de estas mujeres jefas de estado no tienen una verdadera visión de género. Con Michelle Bachelet no creo que sea el caso, pero son muchos los escollos a sortear en un país tan machista como lo es Chile, y sola a veces no es mucho lo que se puede hacer, por más buenas intenciones que hayan, al menos si las cosas se quieren hacer democráticamente.

    ResponderBorrar