Parte del personal jerárquico de la La Real Academia de la Lengua en RD desconoce el uso del concepto "Género" en su versión sociopolítica desde los 70. Susi explica el concepto a propósito de las declaraciones del Profe mocano y parte del Ateneo Insular, Bruno Rosario Candelier.
Fuente: http://quisqueyadigital.com/
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Veamos:
María Jesús -Susi- Pola, feminista de República Dominicana |
El lenguaje y su referencia sexuada
El lenguaje transmite ideas y las ideas se concretizan en acciones y ese es el miedo por el que se resisten las personas conservadoras que, a pesar de todo, pasarán como pasó el sometimiento de la esclavitud y la brutalidad del feudalismo medieval
Por Susi Pola el 23/06/2012
Esta semana el director de la Academia Dominicana de la Lengua, puso un huevo de avestruz, como dicen en el argot popular, cuando declaró rechazar el uso del lenguaje inclusivo, enfatizando que “las palabras tienen género, pero no sexo; en cambio, los seres vivos tienen sexo, pero no género”, e ignorando todo el trabajo científico social realizado en los últimos 70 años.
Para Rosario Candelier, “El concepto de género no es de naturaleza biológica, sino gramatical, se aplica a sustantivos y adjetivos masculino/femenino”, y la fórmula del doble género “es promovida por grupos feministas para promover a la mujer”, un descubrimiento que nos deja atónita por la simpleza y por su rechazo visceral al supuesto de inclusión.
Bruno Rosario Candelier, presdiented e al Real Academia de la Lengua de República Dominicana |
De acuerdo a la CEPAL, el movimiento de mujeres ha puesto en la agenda pública global el tema del género, lo que ha representado potenciales de cambio social en cuanto amplían y enriquecen las formas de hacer política, la concepción de la ciudadanía, de los derechos y la relación entre los Estados y órganos supranacionales con la sociedad civil.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud, dice que el concepto de género hace referencia a los estereotipos, roles sociales, condición y posición adquirida, comportamientos, actividades y atributos apropiados que cada sociedad en particular construye y asigna a hombres y mujeres. Todos ellos pueden llevar a desigualdades y, a su vez, estas desigualdades pueden causar inequidad entre hombres y mujeres en el estado de salud y el derecho a la salud.
Es probable que el director de la Academia Dominicana de la Lengua no se sienta en ánimo de que a las mujeres se nos incluya en la agenda “humana” universal, contando a sus hijas, a sus nietas, si las tuviera, y a su madre, que la tuvo. Para él posiblemente, las mujeres somos cosas reutilizables y desechables y la carga misógina de su intelecto reconocido, llega hasta ahí. No más.
Hay que recordarle a este señor que el “tan vapuleado tema del sexismo gramatical y sexismo lingüístico, como consecuencia del uso abusivo del doble género gramatical”, es una necesidad para el desmonte de una cultura autoritaria, androcéntrica y depredadora, que no solo mata un número escandaloso de mujeres y niñas, sino que también acaba con la humanidad.
El lenguaje transmite ideas y las ideas se concretizan en acciones y ese es el miedo por el que se resisten las personas conservadoras que, a pesar de todo, pasarán como pasó el sometimiento de la esclavitud y la brutalidad del feudalismo medieval, porque la dinámica de la historia es de avance y el retroceso, aunque puede suceder, nunca es proporcional al progreso.
En el reciente debate “Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer”, por una docena de personalidades españolas de la cultura, la política y la educación, planteado por Ignacio Bosque, gramático de la lengua española y miembro electo de la Real Academia Española, RAE, desde 1995, Adelaida De La Calle, Presidenta de Rectores y Rectoras de las Universidades Españolas, dijo que “La sociedad española ha funcionado normalmente con un lenguaje muy sexista y hay que cambiarlo, igual que hemos cambiado montones de actuaciones. La mujer debe contar en todo, y eso incluye el lenguaje. Es cierto que la lengua es algo vivo y se va adaptando a las circunstancias en cada momento y características, y que, hasta hace relativamente poco, la mujer no formaba parte de muchos aspectos y era difícil que contase en una estructura lingüística diferente a la que se había ido generando a lo largo del tiempo. Ahora somos conscientes y lo estamos intentando. Hay que poner a la mujer en valor y hacer el esfuerzo de cambiar el lenguaje, aunque no se puede lograr de la noche a la mañana. Debemos trabajar desde los primeros niveles de la enseñanza. También tengo claro que el genérico se debe seguir utilizando porque no se hace con tono discriminatorio”. Una postura sin radicalidad y razonada.
La deuda histórica con la mitad de la humanidad también comprende el lenguaje, a través del cual se sostienen las diferencias del imaginario social patriarcal que con ellas se recicla. Pobre intervención la del Director de la Academia Dominicana de la Lengua, que para la próxima, deberá informarse por donde andan las expresiones para despegarse de la tradición que tanto les gusta a las personas conservadoras como él.
susipola@gmail.com
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