Vida de Rosa Luxemburgo: una de las pioneras en política de la participación política pública

Por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres   Rosa Luxemburgo.



Rosa Luxemburgo, militante revolucionaria de Polonia

Les dejo un artículo tomado del link de más abajo. En síntesis, fue polaca, nació el 15 de marzo de 1871, siglo XIX. Desde los 15 años comenzó a militar en el partido izquierdista Proletariat, en Varsovia, partido que organizó una huelga general, y fue disuelto a furza de represión.
Residió muchos años en Suiza. En 1887 Rosa terminó el secundario – con notas altas – y escapó a Suiza para evitar su detención. En la universidad de Zurich estudió filosofía, historia, economía y matemáticas,especializándose en Teoría del Estado, Edad Media y crisis económicas.

Casi toda su vida vivió en Alemania. En 1893, junto a Leo Jogiches y Julius Karski fundó el periódico La Causa de los Trabajadores. Con Leo Jogiches, fundo el Partido Socialdemócrata de Polonia, que mas tarde lo fue de Polonia y Lituania. Rosa Luxemburgo fue la principal teórica de la socialdemocracia polaca aunque vivió la mayor parte de su vida en Alemania, cuya ciudadanía obtuvo en 1898 al casarse con Gustav Lubeck, con quien se radicó en Berlín.



Fundó el Partido Comunista de Alemania, y fue asesinada luego de ser detenida en el 1919

 Fuente Link del siguiente artículo:     

http://www.taringa.net/posts/info/5929867/Rosa-Luxemburgo_-Un-fuego-que-no-se-extingue____.html 
                                        
Rosa Luxemburgo, Un fuego que no se extingue....
Con la intención de compartir diferentes temas les traigo un artículo que resume en parte la vida y obra ideológica de ésta mujer extraordinaria que fué Rosa Luxemburg. La temática del artículo está interesante, consiste en una breve introducción de la vida de esta mujer seguida por algunas preguntas relevantes adaptadas a partir de algunas obras editadas. Que disfruten de la lectura!

A los 15 años comenzó a militar en un partido izquierdista polaco y, a través de los años, se convirtió en una de las teóricas más importantes del Marxismo. Oradora tan enfática como cautivante, luchó con la cabeza, el cuerpo y el alma hasta el último día de su vida.

El 15 de marzo de 1871, en Zamosc, cerca de Lublin, en la Polonia anexada por el imperio ruso, nació Rosa, hija del comerciante en maderas Eliasz Luxemburg III y de Line Lowenstein, quienes ya tenían otros cuatro hijos. La última llegó al mundo con una insuficiencia en el crecimiento y una malformación de cadera que la discapacitaron de por vida. Con la mudanza de la familia a Varsovia, Rosa ingresó a un instituto femenino de segunda enseñanza y a los 15 años comenzó a militar en el partido izquierdista Proletariat, que fue diezmado por las autoridades tras organizar una huelga general.

En 1887 Rosa terminó el secundario – con notas altas – y escapó a Suiza para evitar su detención. En la universidad de Zurich estudió filosofía, historia, economía y matemáticas, especializándose en Teoría del Estado, Edad Media y crisis económicas.

En 1893, junto a Leo Jogiches y Julius Karski fundó el periódico La Causa de los Trabajadores, que combatía las políticas nacionalistas del Partido Socialista Polaco. Rosa Luxemburgo creía que la lucha debía ser contra el capitalismo y no por una Polonia independiente. Pronto, con Leo Jogiches, fundo el Partido Socialdemócrata de Polonia, que mas tarde lo fue de Polonia y Lituania. Rosa Luxemburgo fue la principal teórica de la socialdemocracia polaca aunque vivió la mayor parte de su vida en Alemania, cuya ciudadanía obtuvo en 1898 al casarse con Gustav Lubeck, con quien se radicó en Berlín. Allí participó del ala mas izquierdista del Partido Socialdemócrata Alemán y su habilidad retórica la convirtió en una de las líderes.
A partir de 1900, Luxemburgo publicó artículos sobre problemas económicos y sociales, fue encarcelada tres veces pero nunca abandonó su lucha política. En 1912, en un congreso socialista en París, propuso junto a Jean Jaures que, en caso de estallar la guerra, los partidos obreros de Europa debían declarar la huelga general. Cuando finalmente comenzó la guerra, los diputados socialdemócratas votaron lo contrario. Para Rosa Luxemburgo fue una derrota que la llevó al abismo emocional.

Con Karl Liebknecht, Clara Zetkin y Franz Mehring, creó en agosto de 1914 un grupo de lucha que, posteriormente, se convertiría en la Liga Espartaquista. Escribían panfletos que firmaban “Espartaco”, como el gladiador que sublevó a los esclavos de Roma. La Liga rechazó la postura de los diputados y convocó a una huelga general: Rosa fue presa. Al salir de la cárcel fundó el periódico La Bandera Roja y luego el Partido Comunista de Alemania. Una nueva oleada revolucionaria surgió y fue aplastada, Rosa Luxemburgo y Liebknecht fueron capturados en Berlín el 15 de enero de 1919 y asesinados ese mismo día: Rosa fue muerta a culatazos y su cuerpo arrojado al río. Este es su pensamiento.
Clara Setkin y Rosa Luxemburgo, socialistas, marxistas, revolucionarias europeas



- ¿Cuál cree usted que ha sido la mayor conquista del movimiento obrero?

- La mayor conquista del movimiento proletario ha sido el descubrimiento de una fundamentación para la realización del Socialismo en las condiciones económicas de la sociedad capitalista. El resultado de este descubrimiento fue que el socialismo se transformó, de un sueño “ideal” milenario de la humanidad, en necesidad histórica.

- ¿En qué consistió la originalidad de Marx frente a otros economistas y filósofos?

- Fue su concepción de la economía capitalista como fenómeno histórico, no sólo en la medida en que lo reconocen en el mejor de los casos los economistas clásicos, es decir, en lo que respecta al pasado feudal del capitalismo, sino también en lo que concierne al futuro socialista del mundo. El secreto de la teoría marxista del valor, de su análisis del problema del dinero, de su teoría marxista del capital, de su teoría de la tasa de ganancia y, en consecuencia, de todo el sistema económico existente, se basa en el carácter transitorio de la economía capitalista, en la inevitabilidad de su colapso que conduce – y este es un aspecto más del mismo fenómeno – al socialismo. Fue sólo porque analizó el capitalismo desde el punto de vista del socialista, es decir, histórico, que Marx pudo descifrar los jeroglíficos de la economía capitalista, y precisamente porque adoptó el punto de vista socialista como punto de partida para sus análisis de la sociedad burguesa pudo darle una base científica al movimiento socialista.

- ¿Cómo analiza usted la función de los sindicatos?

- Los sindicatos no son más que una organización defensiva de la clase obrera contra los ataques de la ganancia. Reflejan la resistencia obrera ante la opresión de la economía capitalista. Por un lado, los sindicatos tienen la función de influir sobre la situación del mercado de fuerza de trabajo. Pero esta influencia se ve constantemente superada por la proletarización de las capas medias de nuestra sociedad, proceso que aporta constantemente nueva mercadería al mercado del trabajo. La segunda función de los sindicatos es la de mejorar la situación de los obreros. Es decir, incrementar la parte de la riqueza social que estos reciben. Esta parte, empero, se ve constantemente reducida con la ineluctabilidad (inevitabilidad, que no puede lucharse contra ello) de un proceso natural: por el incremento de la productividad del trabajo. En otras palabras, las condiciones objetivas de la sociedad capitalista transforman las dos funciones económicas de los sindicatos en una suerte de trabajo de Sísifo que es, de todas maneras, indispensable. El hecho es que los sindicatos son los menos capacitados para lanzar una ofensiva económica contra la ganancia.


- Algunos liberales, no todos, vinculan democracia con sistema capitalista, como condiciones naturales de los dos términos. ¿Usted qué opina?

- Cuando el capitalismo comenzó como primera forma de producción de mercancías, recurrió a una constitución democrática en las comunas municipales del Medioevo. Luego, cuando desarrolló la manufactura, el capitalismo encontró su forma política correspondiente en la monarquía absoluta. Por último, como economía industrial desarrollada, engendró en Francia la república democrática de 1793, la monarquía absoluta de Napoleón I, la monarquía nobiliaria de la Restauración (1815-1830), la monarquía constitucional burguesa de Luis Felipe, nuevamente la república democrática, nuevamente la monarquía de Napoleón III finalmente, por tercera vez, la república. La victoria ininterrumpida de la democracia, que tanto para el revisionismo como para el liberalismo burgués parece una gran ley fundamental de la historia humana y, sobre todo, de la historia moderna, demuestra ser, luego de una mirada más profunda, un fantasma. No puede establecerse una relación absoluta y general entre desarrollo capitalista y democracia. La forma política de un país es siempre resultado de la combinación de todos los factores políticos existentes, tanto internos como externos. Debemos concluir que la democracia no adquiere mayores posibilidades de sobrevivir en la medida en que la clase obrera renuncia a la lucha por su emancipación, sino que, por el contrario, la democracia adquiere mayores posibilidades de supervivencia a medida que el movimiento socialista se vuelve lo suficientemente fuerte como para luchar contra las consecuencias reaccionarias de la política mundial y la deserción burguesa de la democracia. Quien desee el fortalecimiento de la democracia, debe también desear el fortalecimiento, y no el debilitamiento, del movimiento socialista. Quien renuncia a la lucha por el socialismo, renuncia también a la movilización obrara y a la democracia.

- ¿Cómo definiría a la justicia burguesa?

- La justicia de las clases burguesas es como una red que permite escapar a los tiburones voraces, atrapando únicamente a las pequeñas sardinas. Los especuladores que ganan millones son absueltos o han recibido penas ridículas. Los ladronzuelos, hombres y mujeres, son sancionados con severidad draconiana. Agotados por el hambre y el frío, en celdas sin calefacción, estos seres abandonados por la sociedad esperan piedad y compasión.


- ¿Qué opinión le merece la religión y el uso que se hace de ella desde el poder?

- Todos saben cómo los curas se aprovechan de los obreros; les sacan dinero en ocasión del casamiento, bautismo o entierro. ¿Cuántas veces sucede que un cura, llamado al lecho de un enfermo para administrarle los últimos sacramentos, se niega a concurrir hasta tanto se le pague su “honorario”? El obrero, presa de la desesperación, sale a vender o empeñar todo lo que posee con tal de que no les falte consuelo religioso a sus seres queridos. Es cierto que hay eclesiásticos de otra talla. Hay algunos llenos de bondad y compasión, que no buscan el lucro; estos están siempre dispuestos a ayudar a los pobres. Pero debemos reconocer que son muy pocos, que son las moscas blancas. La mayoría de los curas, con sus caras sonrientes, se arrastran ante los ricos, perdonándoles con su silencio toda depravación, toda iniquidad. Otro es su comportamiento con los obreros; sólo piensan en esquilmarlos sin piedad; en sus severos sermones fustigan la “codicia” de los obreros, cuando estos simplemente se defienden de los abusos del capitalismo. La flagrante contradicción que existe entre las acciones del clero y las enseñanzas del cristianismo debe ser materia de reflexión para todos.

- El sistema suele presentar las crisis económicas, muchas veces provocadas por sus beneficiarios, como fenómenos casi naturales. ¿Coincide con esa apreciación?

- Sí, efectivamente, y lo más notable de esto es que todos los afectados, el conjunto de la sociedad, consideran y tratan a la crisis como algo fuera de la esfera de la voluntad y el control humano, un golpe fuerte propinado por un poder invisible y mayor, una prueba enviada desde el cielo, parecida a una gran tormenta eléctrica, un terremoto, una inundación.

- Si tuviera que elegir un pensamiento propio o ajeno para despedirnos, ¿Cuál sería?

- Elegiría las palabras de uno de nuestros escritores clásicos, un hombre que no era un revolucionario proletario sino un espíritu revolucionario proveniente de la clase media. Me refiero a Lessing, y paso a citar un pasaje que siempre ha suscitado mi interés y simpatía: “No sé si es un deber sacrificar la felicidad y la vida en aras de la verdad. Pero si sé que tenemos el deber, si queremos enseñar la verdad, de enseñarla completa o no enseñarla, enseñarla con claridad y franqueza, sin equívocos ni reservas, inspirados por la plena confianza en su poder. Cuanto más grosero el error, más corto y directo es el camino que conduce a la verdad. Pero un error altamente sofisticado nos alienará permanentemente de la verdad, tanto más cuánto nos cueste comprender que se trata de un error. Quien piense en llevar a la humanidad la verdad enmascarada y pintarrajeada, puede ser el alcahuete de la verdad, pero jamás ha sido su amante”.

LAS RESPUESTAS DE LUXEMBURGO PROVIENEN DE:
-Guerin, Daniel: Rosa Luxemburgo y la espontaneidad revolucionaria. Editorial Utopía Libertaria. Buenos Aires.
-Luxemburgo, Rosa: Obras Escogidas. Ediciones Pluma, Bogotá, 1976.
-Luxemburgo, Rosa: Escritos Políticos. Grijalbo, Barcelona, 1977.
-Luxemburgo, Rosa: Reforma o revolución. Longseller, Buenos Aires, 2002.