Nueva vez la conmemoración del 8 de Marzo encuentra a las mujeres dominicanas enfrentadas a grandes injusticias en materia económica, social y política, sin que podamos apreciar un interés real de las autoridades por implementar políticas que contribuyan a reducir las desigualdades que tanto disminuyen nuestra calidad de vida y nuestro ejercicio ciudadano.
Por el contrario, tanto las autoridades como los líderes políticos de la oposición siguen dando muestras preocupantes de indiferencia, por no decir negligencia, frente a la persistencia de problemas antiguos aun sin resolver, a los que ahora suman nuevas amenazas que podrían marcar importantes retrocesos en la situación de las mujeres dominicanas. Consideremos brevemente algunos indicadores en los ámbitos de violencia, desigualdad económica y salud[1]:
* Desigualdad económica: La tasa de desempleo femenina (21.9%) más que duplica la masculina (9.7%), en tanto el ingreso promedio anual de los hombres casi duplica el de las mujeres (US$ 8,416 vs. 4,985). Otro indicador significativo es que el 51% de los hogares con jefatura femenina está por debajo de la línea de pobreza, frente al 32% con jefatura masculina.
* Violencia de género: El carácter epidémico de este fenómeno se evidencia en las cifras de violencia de pareja reportadas cada año, que a pesar del gran subregistro que las caracteriza representan el 23% de todos los delitos denunciados. Súmese a eso los estudios internacionales que le asignan a nuestro país una de las tasas de feminicidio más altas del mundo (22/millón de mujeres) y los estudios nacionales que revelan que una de cada tres dominicanas ha sufrido acoso sexual en el lugar de trabajo.
* Salud: El país sigue presentando cifras alarmante de mortalidad materna (159/100,000 nacidos vivos), atribuibles a la pésima calidad de la atención hospitalaria, a la ilegalidad del aborto, a la pobreza que afecta de manera tan desproporcionada a las mujeres, y a los altos índices de embarazo adolescente, que afectan al 20.6% de este grupo de edad.
Más allá de las estadísticas preguntémonos cuántas trabajadoras cuentan con guarderías para sus hijos(as), cuantas están cubiertas por la seguridad social, qué porcentaje de mujeres tiene acceso a pruebas de detección precoz de cáncer cervical, cuántas jóvenes sexualmente activas tienen acceso a servicios anticonceptivos de calidad, qué proporción de los créditos concedidos por entidades gubernamentales se destina a mujeres, etc., etc.
Frente a éstas y otras situaciones similares, recordemos que la principal iniciativa política y legislativa de los últimos años ha sido la constitucionalización del derecho a la vida del óvulo fecundado –el tristemente célebre Art. 30, aprobado contra la voluntad del 80% de la ciudadanía-, medida que agrava el problema de la mortalidad materna y que viola escandalosamente los derechos de las mujeres dominicanas.
Mueve por tanto a preocupación que el mismo gobierno, el mismo Congreso y los mismos líderes de oposición que apañaron esa fullería legal tengan ahora la oportunidad de tomar decisiones trascendentales para las mujeres respecto a la reformas de los Códigos Penal y Civil, la aprobación de un nuevo Código de Familia, y la iniciativa de eliminar el Ministerio de la Mujer –como si no bastara con mantenerlo en la indigencia, como han hecho todos los gobiernos desde su creación, otorgándole el 0.08% del presupuesto nacional y marginándolo de cualquier rol relevante en el quehacer estatal.
Este martes 8 de Marzo, mientras los políticos recitan sus frasecitas huecas, mientras el comercio banaliza la fecha con regalitos para la ocasión, mientras (¡increíblemente!) en un lujoso hotel de la Capital se celebra el concurso de belleza de Miss República Dominicana; este 8 de Marzo recordemos que la fecha conmemora a mujeres trabajadoras que murieron luchando por sus derechos y recordemos que a las mujeres dominicanas nos queda mucho por avanzar en materia de ciudadanía, equidad y justicia.
Este 8 de Marzo el Foro Feminista conmemora el esfuerzo tesonero de las mujeres dominicanas que durante décadas han aportado al empeño de construir una sociedad más justa e igualitaria, denunciando al mismo tiempo la trivialización de esta fecha solemne y demandando de nuestras autoridades y líderes políticos mayor responsabilidad en la implementación de políticas de igualdad y de justicia para las mujeres dominicanas.
Por el Foro Feminista,
Susi Pola, Alexandra Betances, Lillian Fondeur Quiñones, Giselle Scanlon, Magaly Pineda, Milossis Liriano, Norma Méndez Quezada, Lorena Espinoza, Denise Paiewonsky, Carmen Luisa Figueiras, Zobeida Apólito, Fátima Portorreal, Eulogia Familia, Rosa Rita Alvarez, Cristina Sánchez, Argentina Guitiérrez, Manuela Vargas, Alina Ramírez, Mildred Dolores Mata, Fátima Lorenzo, Sergia Galván, Marianela Carvajal, Amparo Arango, Elsa Mata Bautista, Tahira Vargas, Mirla Hernández, Esther Hernández Medina, Altagracia Balcácer, Maira Herrá, Mirta Rodríguez Calderón, Alma Josefina Nerio, Desireé del Rosario, Lourdes Contreras, Elga Salvador, Albania Genao, Josefina Arvelo, María Díaz, Graciela de la Cruz.
[1] Las cifras que se presentan a continuación provienen de las siguientes fuentes: Banco Central de la Rep. Dominicana, 2010; ENFT 2000-2008; Informe de Desarrollo Humano PNUD-2010; ENDESA 2007; CIPAF y Ministerio de la Mujer, 2011; Procuraduría General de la República, 2010; Centro Reina Sofía, 2009 (Madrid); Junta Central Electoral.
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