Miguelina Llaverías: dominicana víctima de violencia cruel, reivindicada 30 años más tarde

Nota de Prensa desde el Movimiento de Mujeres:

Condenan a 30 y 20 años a agresores de Miguelina Llaverías, incluyendo al millonario Adriano Román de Santiago, ex cónyuge hace 30 años e intentó matarla en octubre del 2005

Nota para la prensa:

A la una de la mañana de hoy, viernes 25 de mayo de 2007, el Primer Tribunal Colegiado del Distrito Judicial de Santiago, conformado por Magistrado Wilson Moreta como Juez Presidente, el Magistrado De Asís y la jueza Acassia Reyes, dictó sentencia en el caso de Miguelina Llaverías contra Adriano Román y compartes, Dámaso Nova Peralta, Fausto Aris Pérez Díaz y Engels Manuel Carela Castro.
Dámaso Peralta fue condenado a 30 años de cárcel por ser el autor material del asesinato atentado; Adriano Román, Pérez Díaz y Carela Castro, a 20 años de cárcel, por ser cómplices. (Esto debido a que nuestra legislación penal no contempla la autoría intelectual que hubiera llevado a Román a la pena máxima).

En octubre del año 2005, Miguelina Llaverías recibió un impacto de bala a quemarropa la cabeza, accionado por Dámaso Nova Peralta, sicario pagado por Adriano Román para ultimarla, hecho en el que participaron Fausto Aris Pérez, el taxista que condujo y esperó a Dámaso, y Engels Manuel Carela Castro, el detective que durante días seguía a la Sra Llaverías determinando el momento en que debían matarla. En el año 1978, estando la Sra. Llaverías recién divorciada de Adriano Román, este la secuestró, torturó y mandó a violar por uno de sus peones, hecho que consternó al pueblo de Santiago y por el cual Román solo pagó una multa de cien pesos, debido a las diligencias de su abogado de entonces, Vincho Castillo.

En esta ocasión, Miguelina Llaverías fue representada por el Licenciado Yordy Veras Rodríguez y la Licenciada María Alejandra Veras Pola, esta última como abogada del Núcleo de Apoyo a la Mujer. Adriano Román, que cambió al menos en cinco ocasiones de abogado, fue defendido por el Dr. Balcácer que se trasladó desde Santi Domingo para los fines.

La Fiscalía de Santiago representada por Jenny Berenice Reinoso y Fernando Martínez, Fiscales Adjunto/a, presentó junto con la parte civil un rosario de pruebas coherentes que incriminaron definitivamente a los acusados. Mientras la Fiscalía señalaba a Dámaso Peralta como autor material, reconocido por la víctima, por su esposo que la acompañaba en el momento del intento de asesinato y dos personas testigos; la relación con el resto de los acusados se ponía en evidencia a través de la relación de llamadas entre ellos; la existencia de videos grabados por el detective que le fueron incautados; los certificados médico legales de la víctima, un peritage psicológico realizado por las Psicólogas Agueda Guillen, Psicóloga Forense y Vivian Espinal, Psicóloga de la Unidad de Atención Integral a la Violencia de Género, Itrafamiliar y Sexual de la Fiscalía, así como los documentos de contratos entre ellos y el imputado Adriano Román, entre otras pruebas, todas presentados por la Fiscalía y la parte civil.

Miguelina Llaverías estuvo constantemente acompañada por familiares, amistades y representantes del Núcleo de Apoyo a la Mujer, Mujer e Iglesia, Coordinadora de Mujeres del Cibao, así como la encargada de la Oficina Provincial de la Mujer, Sra. Nidia Bisonó y la Subsecretaria de la Mujer, Fiordaliza Cruz Almánzar.
Alrededor de las 12:00 de la noche, la Señora Llaverías presentó al tribunal la cartera y la ropa ensangrentada que llevaba el día del atentado y en medio del llanto, mostró una foto que le fuera tomada en 1978, al tiempo que decía entre sollozos "esto fue lo que le costó RD$ 100.00 a Adriano Román, aludiendo al testimonio del acusado que minimizó las torturas y violencias que ejerciera contra ella, recién divorciados, diciendo que "habían sido disputas normales de pareja por las que solo tuvo que pagar una multa de cien pesos".

Finalmente, se hizo justicia en un caso de Violencia de Género contra la Mujer, un continuo de dolor y miedo que en la mayoría de los casos, no se termina con la separación del victimario, sino que acompaña a la sobreviviente a lo largo de su vida. Miguelina Llaverías es un ejemplo de ello, como también es emblema de las mujeres que se sobreponen al miedo y exigen justicia. La de Santiago, con Miguelina, es una justicia que acaba de romper con la impunidad que ella misma estableció hace 29 años.






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