Resumen de Harrington Moore: los orígenes sociales del mundo moderno. Del capítulo sobre el Japón.
Los campesinos en Japón en la época antes de la época moderna si bien se rebelaron por momentos nopropiciaron una revolución social .
Las élites gobernantes pudieron manejar los conflictos sostenidos por una fuerte tradición de solidaridad en la que se sostenía el sistema feudal de contribuciones o de pagos de tributos, la estabilidad en los ingresos que se les permitía a los campesinos y su incremento por la productividad. Cuando esto fue alterado se dieron las revueltas y se revisaron las contribuciones. Página 375. A diferencia de la aldea rusa que sí redistribuían periódicamente las contribuciones.
Desde el feudalismo el sistema de pago de las contribuciones estaba organizado en las aldeas con un sistema de pago común de toda la aldea. Se consideraba un pago público desde que se pagaba a los samurai y no un pago personal. Considera Moore Jr. que esto ayudó al paso de contibuciones centralizadas como caracteriza al Estado centralizado que se inicó con los Meiji (1868).
Existía además el sistema de la aldea china del pago por pao. Consistía en una agrupación de aldeanos quienes eran responsables de la conducta de su membresía. Este sistema existía en Japón desde el siglo VII y los Tokugawa lo desarrollaron con efectividad, diferente a la China, que más bien fue un simbolismo no aplicado. Pägina 377. Cada habitante debía formar parte de un grupo de cinco personas; esto se aplicó totalmente.
Se trataba de cinco padres de familias terratenientes vecinas con todos sus miembros servidores y renteros. Ya para el siglo XII se hacía pronunciar un juramento leído en voz alta estando todos y todas presentes. También las reglamentaciones se ponían en lugares públicos en tablones. Página 378.
Resalta Barrington Moore Junior que para muchas personas observadoras del Japón desde el Occidente esta unidad de la aldea les parece admirable, pero en las informaciones que él escrutó esto no era un fenómeno tan “natural”. Para ilustrar su apreciación coloca en su libro uno de los contenidos de estos letreros o grandes vallas, diríamos con un lenguaje actual. Veamos:
Sé filial para con tus padres. El primer principio de la piedad filial es guardarte a tí mismo sano. Es especialmente grato a tus padres si se abstiene de beber y pelearte, y amas a tu hermano menor y obedeces a tu hermano mayor. Si te ajustas al principio de arriba, la buena voluntad y Buda estarán sobre ti, y podrás andar por la senda recta y tu tierra dará buenas cosechas. Por el contrario, si eres libre y perezoso, vendrás a ser pobre y quebrantado, y acabarás por echarte a robar. Entonces la justicia te cogerá y te atarás con cuerdas y te pondrá en una jaula, y quizá te ahorcará. Si tal cosa sucede, ¡qué triste estará el corazón de tus padres! Además tu mujer e hijos, y tus hermanos sufrirán todos castigo a causa de tu crimen”. P.378.
El mensaje sigue diciendo las ventajas materiales que se tendrá por el buen comportamiento. Finaliza diciendo:
De hecho, el campesino tiene la clase de vida más segura de todas sólo con que pague sus contribuciones regularmente. Guarda, pues, siempre en tu mente el precepto de arriba... P. 379
La aldea entera estaba interesada y llevaba control sobre cada familia. Eventos como matrimonio, sucesión, herencia, adopción...eran actividades bajo control. El control era tan abarcador que prohibía a los campesinos tener armas de fuego, espadas, leer a Confucio, y entrar a alguna religión nueva. Los campesinos debían vigilarse, corregirse unos a otros, y en caso de disputas lo ideal era que llegaran a transacciones entre ellos. La persona cabeza de la aldea podía pasar ese cargo a su hijo mayor, o las familias se turnaban, o lo decidía el señor.
El cabeza de la aldea procuraba saber manejar las diferencias, y en caso de conflictos con el señor feudal (o posteriormente con el terrateniente procuraba tener el apoyo de la aldea antes que estar a favor del señor aún esto le costara la muerte. No se veía bien el secreto por lo que todo debía consultarse con el cabeza de aldea. Había mucha presión hacia la unanimidad, los asuntos se discutían en privado para que cuando aparecieran en público ya hubiese un acuerdo, y el cabeza procuraba escuchar las diversas opiniones en la aldea antes de emitir su opinión. Página 380.
Había también una fuente de cooperación y unidad interna y esa era el trabajo agrícola pues toda la tierra era de la aldea aunque no era un sistema de trabajo colectivo. Habían terrenos comunales que abastecían a la aldea de forraje, leña, abonos y materiales de construcción, que eran muy controlados por las casas ricas. P. 381. El agua también requería de mucha coordinación, así como la mano de obra para determinadas tareas y temporadas. Las haciendas grandes intercambiaban con las pequeñas materiales y equipos por trabajo. Había también asimilación de familias para las haciendas ricas tener más mano de obra. De un 40% a un 80% de los poseedores de tierra cultivada no tenían casa propia. P.383. la herencia se centraba en un heredero para que no se subdividiese la tierra, y las haciendas grandes mantuviesen su tamaño grande, y los no herederos se colocaban en la misma hacienda en parcelas pequeñas. P. 385.
La sociedad Tokugawa se mantenía jerárquicamente unida, no porque hubiese una equitativa distribución de la tierra sino por unas cadenas descendentes de líderes influyentes, con ataduras patriarcales y personales que permitían conocer a la jerarquía las posibilidades de obediencia o resistencia. Se intercambiaba trabajo por capital no de manera impersonal como sucede en el capitalismo sino por las relaciones de parentesco.
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