Susi Pola propugna por cambio cultural desde el Estado, en República Dominicana para superar la Violencia contra la Mujer

Periódico Hoy-Sección El país.

El Estado debe conmoverse por
la violencia contra la mujer


La República Dominicana cuenta con una legislación que penaliza la violencia de género, pero los feminicidios no se reducen sustancialmente.

POR LEONORA RAMÍREZ

El Estado dominicano tiene que conmoverse con el tema de la violencia basada en género, para que se puedan reducir las cifras de feminicidios en la República Dominicana, consideró Susi Pola, una activista de los derechos de la mujer.

Al celebrarse hoy el Día de la No Violencia contra la Mujer, expresó que aunque hace más de 20 años que en el país se discute esa problemática, lográndose avances en materia de la penalización, es necesario un sistema de prevención que propicie un cambio cultural.

"Hemos estado dando rodeos, mientras tengamos el mismo currículo escolar, el mismo sistema de propaganda con énfasis en el cuerpo de la mujer, no vamos a poder desmontar ese sentimiento de dominación de los hombres, porque la Ley per se no es capaz de modificar todo un sistema cultural".

Cuando Pola plantea que el Estado tiene que conmoverse con la violencia de género, lo hace tomando en cuenta los desenlaces más fatales, como el caso de los feminicidas que, no conformes con matar a sus parejas o exparejas, sesgan la vida de los hijos y otros familiares de éstas.

De acuerdo con sus datos, entre el 20 por ciento y el 25 por ciento de los victimarios se suicida después de cometer el hecho, lo cual indica que en la República Dominicana hay una frecuencia de feminicidios desbordados.

A su juicio, son indicadores de una masculinidad violenta que debería sensibilizar suficientemente al estatus quo, para que se produzcan cambios desde la perspectiva de la prevención.

Educar en la infancia

Es cierto que hay avances en el sistema de atención a las víctimas cuando suceden las desgracias, pero la secretaría de Educación no está preocupada por las estadísticas para vincular el currículo educativo a esa realidad, refirió

"A los niños y niñas hay que enseñarles a respetarse, hay que desmontarles todo lo que han ido aprendiendo y enseñarles cómo es importante cuidarse unos y otros.

"Por eso la curva de descenso de las cifras de feminicidios todavía no es visible, porque no tenemos suficiente prevención para ver esa curva disminuida".

CIFRAS EN ASCENSO

De acuerdo con los datos aportados por el Departamento de Estadística de la Procuraduría General de la República, del año 2005 a octubre de 2007 se registraron 457 feminicidios.

Esos hechos están clasificados como íntimos y no íntimos, con relación a los vínculos entre las víctimas y los victimarios.

Los feminicidios íntimos son aquellos en los que existe relación sentimental entre víctima y victimario. Los no íntimos son quellos en los que no hay ni ha habido relación de pareja entre el agresor y su víctima.

En tal sentido, en el año 2005 el 89 por ciento de los feminicidios entró en la categoría de íntimo.

En el año 2006 ese rango se redujo a un 85 por ciento, y hasta octubre de este año a un 75 por ciento.

Respecto a la ubicación geográfica de los hechos, hay una ligera reducción en los feminicidios íntimos ocurridos en la Provincia Santo Domingo, pues en el 2005 se reportaron 29, en el 2006 25, y hasta octubre de este año sólo 20.

Sin embargo, es esa demarcación la que cuenta con la mayor cantidad de casos.

En el Distrito Nacional se produjeron ocho feminicidios íntimos en el año 2005, 13 en el 2006 y 6 en el 2007.

Y en Santiago, la segunda ciudad de importancia del país, seis, cuatro y seis, en los mismos períodos.

LAS DENUNCIAS SOBRE VIOLENCIA

Solamente en las fiscalías barriales y en la Unidad de Atención y Prevención de la Violencia, que funcionan como parte de una estructura de asistencia creada por la Fiscalía del Distrito Nacional, se han reportado, de enero a octubre de 2007 8,596 denuncias de violencia contra la mujer.

Las 13 fiscalías barriales están situadas en Capotillo, la Carretera Sánchez, la Ciudad Colonial, Cristo Rey, el Ensanche Quisqueya, Gualey, Los Guandules, Los Girasoles, Los Ríos, María Auxiliadora, Villas Agrícolas, Villa Consuelo y Villa Juana.

En esos recintos se han registrado 6,693 denuncias. El barrio Cristo Rey es el que aparece con la mayor cantidad de casos: 1,306.

Le sigue María Auxiliadora, con 603, Capotillo con 548, Los Girasoles con 563, Villa Consuelo con 536, y Gualey con 499.

El sector del Distrito Nacional con menos casos reportados es la Ciudad Colonial, con 141.

Asimismo, le sigue El Quisqueya, con 261.

Sin embargo, la Unidad de Atención y Prevención de la Violencia, que está ubicada en el sector Bella Vista, se procesaron 1,903 denuncias.

El promedio mensual de denuncias que se recibe en las referidas dependencias de la Fiscalía es de 860, pero en junio la curva subió a 955 casos reportados.

Lentitud en cambio cultural

A partir de la promulgación de la Ley 24-97 sobre Violencia contra la Mujer se produjo un cambio sustancial en el manejo jurídico de los casos de maltrato físico contra las mujeres, refirió Pola.

Asimismo, destacó que esa legislación ha sido la zapata de una transformación cultural que lamentablemente es lenta.

En ese sentido, dijo que el cambio cultural no se produce tan rápido como se quisiera, porque se trata de estereotipos muy difíciles de desmontar.

Hoy los hombres saben que no pueden golpear a las mujeres porque pueden ir presos, aunque de ahí a que no lo hagan es diferente, expresó.

Pola se quejó de que, aunque los casos de violencia contra la mujer son los que más recibe la justicia, el país no cuenta con un presupuesto especial para manejar la violencia basada en género.

"Sería equitativo que se considerara esa realidad como una prioridad nacional, tomando en cuenta que según las cifras que tenemos, cada día y medio muere una mujer por esa causa".

Otras manifestaciones

Las agresiones contra las mujeres tienen más de una manifestación, y aunque el femicidio es la más grave, hay otras que también impactan negativamente en las sobrevivientes.

Estas están clasificadas en los delitos sexuales.

En tal sentido, la magistrada Andreina Figueroa, del Departamento de Delitos Sexuales de la Fiscalía, expresó que la agresión sexual a niñas de 13 años y menos promedia el 80% de las denuncias que se reciben.

Según sus explicaciones, esos hechos ocurren principalmente en Cristo Rey, Los Guandules, y Los Girasoles.

Al buscar las explicaciones sociales, vincula esas agresiones a la promiscuidad que produce el hacinamiento.

De acuerdo con la Fiscalía, de enero a octubre de 2007, en la Unidad de Atención y Prevención de la Violencia se recibieron 261 denuncias sobre delitos sexuales.

De esas cifras, 103 corresponden a agresión sexual, 66 a violación, 63 a seducción, 13 a incesto, ocho por acoso y ocho por tentativa de violación.

Manifiesto Por una Vida sin Violencia

La Red de Acción por una Vida sin Violencia elaboró un Manifiesto por la erradicación de la violencia basada en género.

En este declara su pesar por las 128 mujeres víctimas de feminicidios entre enero y septiembre de este año, y por los menores que han quedado en la orfandad a consecuencia de esos hechos.

Asimismo, se comprometen a trabajar por la prevención de la violencia de género, desde el sistema educativo formal y no formal.

Igualmente con el sistema de salud, para estar alerta en la prevención de la violencia, y así disminuir su incidencia.

Al tiempo de rechazar la impunidad con relación a la sanción de los agresores, pide a las cámaras legislativas que no retrocedan en planteamiento normativo de la Ley 24-97.

Sobre el aborto

De acuerdo con Susi Pola, no es perversidad plantear la despenalización del aborto en el contexto del Día de la No Violencia contra la Mujer.

Por el contrario, entiende que hay violencia cuando no se respetan los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

Lo que están pidiendo las mujeres del país es racionalidad en la discusión sobre el aborto, expresó, al destacar que hay circunstancias en las que exigirle a una mujer que escoja entre su vida u otra vida, o llevar un embarazo a término si no lo desea, es una perversidad, como el caso de jovencitas embarazadas por sus padres.

"Exigirnos que en condiciones adversas a nuestros derechos humanos, integridad y libertad de vida mantengamos un embarazo porque somos las mujeres las que tenemos un útero, es una especie de violencia.

"Es un derecho que nos asiste en un tiempo dado, antes de las 12 semanas, que es el tiempo que científicamente se reconoce que no puede haber vida".

La activista en derechos de la mujer también consideró que hay violencia de género cuando no se le da a la mujer acceso a un servicio de salud idóneo.

La despenalización del aborto se discute en la modificación del Código Penal que conoce la Cámara de Diputados.

En ese escenario hay dos fuerzas antagónicas. Los grupos de mujeres que defienden la despenalización del aborto terapéutico, y el motivado por una violación sexual o por un incesto.

Y la Iglesia Católica y las protestantes, que rechazan la interrupción del embarazo en cualquiera de sus manifestaciones, alegando que hay vida desde el momento de la concepción.

Pola cree que los diputados se debaten entre el miedo y el machismo, al no favorecer las peticiones de las mujeres.

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