A un grupo en la República Dominicana les encanta las cortes internacionales, y mientras más bellaquitos son, más bravos se ponen cuando la gente se defiende y los denuncia
PUBLICADO EN LA PORTADA DE CLAVE DIGITAL EL DIA domingo, 02 de septiembre de 2007
ENROSTRÁNLE SU ASCENDENCIA HAITIANA
Moisés reclama acta de nacimiento para aprovechar beca en España
Moisés Yeme Luisen podría perder una beca para estudiar en España porque la Junta Central le niega copias de su acta de nacimiento por ser hijo de haitianos.
Panky Corcino/Clave Digital
SANTO DOMINGO, DN (República Dominicana).- Cuando el Estado invitó a profesionales de diversas áreas al concurso para optar por varias becas internacionales, Moisés Yeme Luisen pensó en la posibilidad de abrir nuevas puertas a su futuro y sumar una especialidad al título de ingeniería química, que obtuvo en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Su decisión, según cuenta, lo llevó a encontrarse de frente con la realidad de discriminación racial que viven muchos dominicanos que llevan apellidos de ascendencia haitiana.
Con su índice académico y su empeño, Yeme Luisen, nacido en un batey de Barahona el 10 de marzo de 1980, ganó el concurso para realizar un Master en ingeniería ambiental, en la Universidad de Valencia, España. La notificación le llegó el pasado 26 de julio, desde la Secretaria de Estado de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (SEESCyT), organismo que había hecho la convocatoria pública abierta el 27 de abril de este año.
Desde entonces, Moisés empezó a tramitar emocionado los documentos necesarios para irse a España, incluyendo un pasaporte biométrico exigido por la embajada de ese país para otorgarle el visado de estudiante. "Mi pasaporte no tiene código de barra y cuando fui a la Junta del Distrito a solicitar un acta de nacimiento certificada, la joven que me atendió me dijo que no se me podía dar ese documento, porque mi ascendencia es haitiana”.
El joven de 27 años nunca niega sus orígenes. Forma parte de una familia de ocho hermanos, todos profesionales en diversas áreas, forjados en un batey de Barahona por Aril Yeme y Danisil Luisen. Los padres llegaron al país en 1957, cuando la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina contrataba mano de obra haitiana para trabajar en los ingenios azucareros, una práctica que aún persiste.
Mientras el padre trabajaba en el ingenio y cultivaba pequeños predios agrícolas, los ocho niños nacieron y crecieron en el Batey Bombita, de Barahona, sin ninguna conexión con Haití. Con esfuerzo lograron estudiar y emigrar a Santo Domingo donde cada uno logró un título universitario.
Xenofobia
Moisés cuenta que la joven empleada de la JCE no sólo se negó a emitirle un acta de nacimiento certificada, sino que además le advirtió que el Estado debería, incluso, quitarle todos los documentos que posee como dominicano, incluyendo su cédula. “Al principio pensé que ella (la empleada de la Junta del Distrito) estaba jugando, que era una broma, porque en ningún país del mundo se ve eso”.
Sin embargo, tampoco quisieron emitirle el acta de nacimiento en la Oficialía Civil del municipio de Mella, en Barahona, donde la noticia de su llegada al mundo quedó asentada con el número 18, en el libro 06, folio 18, del 12 de mayo de 1980.
El joven planteó la situación a sus seis hermanos que residen en el país. Entonces, algunos de ellos también acudieron a la JCE a buscar duplicados de sus documentos, para verificar que en el caso de su familia se está dando lo que ellos denominan una “discriminación” y un acto de “xenofobia” de parte del Estado Dominicano, a través de uno de sus instituciones.
Los hermanos buscaron la asistencia legal del Movimiento de Mujeres Dominico-Haitianas (MUDHA), que encabeza la activista de Derechos Humanos, Sonia Pierre. Dicha organización decidió presentar a la JCE una instancia en la que pide una explicación sobre las razones que llevan a ese organismo a negar la emisión de los documentos solicitados por Moisés y sus hermanos.
Sin explicación
Hasta el momento MUDHA no encuentra ninguna explicación al caso de los Yeme Luisen, aunque Pierre asegura que alrededor de 200 personas atraviesan los mismos inconvenientes que tiene dicha familia. La activista dice que la “actitud discriminatoria” de la JCE se viene dando desde que el pasado 29 de marzo, el presidente de la Cámara Administrativa, Roberto Rosario Márquez, emitió la circular número 017 para los Oficiales del Estado Civil.
Dicha circular pide a los empleados de las oficialías “examinar minuciosamente las Actas de Nacimientos al expedir copias o cualquier documento relativo al Estado Civil de las personas”, bajo el alegato de que “esta Cámara Administrativa ha recibido denuncias de que en algunas Oficialías del Estado Civil fueron expedidas en tiempo pasado Actas de Nacimientos de forma irregular, con padres de extranjeros que no han probado su residencia o status legal en la República Dominicana”.
MUDHA plantea que si la JCE no esclarece el caso de esta familia apelará, mediante un recurso de amparo, ante la Suprema Corte de Justicia. Advierte que si los tribunales dominicanos no resuelven el problema tendrá la opción de llevar su reclamo ante una instancia internacional.
Mientras, los hijos de la familia Yeme Luisen temen que la actitud de la JCE haga que en un futuro las entidades educativas del país adopten la decisión de prohibir: “que estudiantes con apellidos de origen haitiano o que suenen extraños para el país” no tengan derecho “ni a presentarse” en los concursos de becas de formación.
Moisés muestra preocupación porque pasan los días sin que la JCE resuelva su problema. La Comunicación número 576/2007, en la que la titular de la SEESCyT, Ligia Amada Melo, le comunica la aprobación de su beca, explica que debe estar en la Universidad de Valencia para el día 7 del próximo mes, cuando inician las clases que concluyen en agosto de 2009.
Según Melo, la beca cubre “el costo total de matriculación, ayuda de manutención y seguro médico”. Apunta que “esta cartera se responsabiliza directamente con la Universidad para los pagos correspondientes”.
Bienvenido cuenta que nunca antes algún miembro de su familia se sintió discriminado de manera oficial. “Yo he estado en Curazao y Boston y renové mi pasaporte como en octubre del año pasado y si Moisés no aplica para la beca del Gobierno y gana el concurso, no nos hubiéramos enteramos de que oficialmente nosotros no existíamos”.
Explica que cuando su padre llegó al país, procedente de la zona de Gonaives, en 1957, tenía 21 años. Entonces era un joven que respondía al nombre de Henry Germain, aunque pasó a ser señalado como Aril Yeme en documentos oficiales dominicanos, relativos a la industria azucarera estatal.
Al principio Aril se estableció en La Romana. Años después obtuvo la cédula de residente número 89859, serie primera. La existencia del documento consta en el acta de matrimonio civil número 03, del libro 22, folio 5, de 1964, en la que el inmigrante unió su vida a la de Tanisil Luisen.
Una familia de ocho hermanos
Además de Moisés, el hogar de los Yeme Luisen está compuesto por Rosa, de 29 años, estudiante de Lenguas Modernas en la Universidad del Caribe; Damilia, de 32, recién casada y embarazada, se desempeña como profesora de un colegio; Yovanny, de 35, estudió Mercadeo en la universidad O&M y se dedica a fabricar productos de belleza, y Santiago, un pastor evangélico residente en Maimón, se tituló en la Universidad Odontológica Dominicana.
Víctor, de 39 años y padre de tres hijos, se desempeña como pastor evangélico y vendedor de productos químicos, además de trabajar en la tesis para obtener el título en Orientación Comunitaria, en la UASD. Bienvenido, también pastor evangélico y odontólogo graduado en la Universidad Federico Henríquez y Carvajal, con un consultorio privado abierto hace 12 años en esta capital; Claudio, de 43 años, reside en Boston, EE.UU, donde se casó una española y procrearon tres niños. Claudio no participó de la denuncia.
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