La empatía es comprensión, respeto y consideración aún tengamos diferencias. Con ella nos movemos en nuestras relaciones con los demás, más allá de afinidades de pensamiento u objetivos políticos.
El respeto, los derechos, guían algunos estadios humanos, y los nortes deseables son: la dignidad, la libertad, la justicia y la empatía. Las divisiones dicotómicas, maniqueas no pautan las interacciones donde hay comprensión entre los humanos. No se vive en bandos, frente a cada persona y cada hecho se reflexiona y se siente de manera particular, cada situación se analiza en concreto para definir qué hacer.
En los debates a veces, Haití y RD, partidos políticos, género, etcétera..,no están en el centro de las contradicciones, más bien, a veces están, sentimientos de dominio y de rechazos personales, o de tolerancia y paz, atendiendo a procesos de crecimiento o de retroceso en las posibilidades de construir la empatía o la intolerancia.
Son procesos humanos, en las cuales también por períodos yo misma me he visto envuelta.
He tratado de asumir y construir de manera consciente un yo de empatía, un yo menos chismosito, más unitario. Por lo que, aún se nos agreda, tratemos de reaccionar en empatía y serenidad. Por lo que de nuestras reacciones somos responsables, y no deben depender de los que otros/as expresen.
Es mi posición, y en ella he labrado con mucho cuidado, para cultivar un fruto estable de emociones positivas y unitarias. Aún defienda puntos de vista contradictorios con pasión, no mezclo sentimientos negativos personales a los debates de posiciones. Amo cada parte en conflicto. Amo a Haití, y a RD, mujer y hombre, partidos, partes en conflictos y en cada uno, y en mí misma, hay luces y sombras, y la empatía debe estar presente cuando asumimos posiciones críticas o la aprobación.
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